Ir al mundo mágico era algo que siempre había querido evadir, sin embargo, no me quedaba más opción, tenía que hablar con Changmin.
Después de la conversación con Choi ayer, mi cabeza fue atormentada por un sin fin de cuestiones, ahora me sentía más presionada y preocupada por la seguridad de las personas que me rodeaban.
Ni siquiera pude concentrarme en atender a los chicos que pasaban a la proyección en la facultad como era debido, sin duda alguna mi cuerpo se encontraba presente, pero mi mente no.
A lo que había podido escuchar, las proyecciones habían sido un éxito y se había recaudado bastante, pero simplemente no podía concentrarme en ello con otras cosas preocupantes en mi cabeza.
Al acabar, únicamente recogí y guardé lo que me correspondía y me dirigí a casa luego de avisar a los chicos. No cuestionaron nada, pero tampoco parecían no tener preguntas hacía mí.
Respiré profundo estando frente a la puerta de mi recámara, tenía que teletransportarme, por lo que usaría mi puerta como objeto para ello.
Nunca lo había intentado antes, así que esperaba que en verdad funcionase o estaría en serios problemas.
"Al mundo mágico, mi ser se transportará,
donde los sueños y la realidad se entrelazarán.
Con el brillo de las estrellas y el susurro del viento, exploraré un reino donde todo es encanto y ensueño."
Apunté a la puerta y troné mis dedos seguido de ello. Me encaminé a pasos lentos y cuando estuve al frente giré el pomo para abrirla, deseando no haberme equivocado, cerré mis ojos y por acto continuo me decidí a atravesarla.
Mis oídos inmediatamente se inhundaron de ruido y voces por doquier. Con ello supe que lo había logrado por mi parte, abrí mis ojos al momento en que sentí que alguien chocó conmigo.
— Disculpa, no te vi, voy tarde— miré a la dueña de la voz luego de que terminase de ayudarle a recoger algunos de los libros, que a causa del choque, se le habían caído.
— No te preocupes— le resté importancia rápidamente y le entregué estos.
— En serio una gran disculpa, de verdad— formuló cuando se puso de pie, sonriéndome con algo de pena.
— No hay problema— agité un poco mi mano para ser más convincente.
— Entonces.. hasta luego— se despidió, mas pensar en detenerla fue una posibilidad luego de procesar que no sabía dónde me encontraba.
— Espera— le llamé, esta enseguida regresó hasta mí— Perdona que te entretenga, pero ¿conoces a Ji Changmin?— fue sorpresa para mí verla asentir de inmediato.
— Claro, creo que ahora se encuentra en el local de su abuelo, ya que es temprano, por las tardes ronda el club de baile que se encuentra a 5 cuadras girando a tu derecha. Mirando la hora lo más seguro es que esté apoyando el local de su familia, 'Magic poisons', lo encuentras aquí en la siguiente parada a tu izquierda, es de los primeros locales— informó de manera rápida y detallada, por lo que le sonreí eternamente agradecida.
— No sabes cuánto te lo agradezco..— esperé me dijese su nombre.
— Juhee, me llamo Juhee— se presentó amigablemente.
— Soy Nabi, y no sabes de la que me has salvado.
— Es un placer ayudar— sonrió mostrando sus increíbles hoyuelos.— Eres nueva por aquí ¿verdad?
— ¿Se nota mucho?
— Un poquito nada más— bromeó, haciéndome reír brevemente.
— Gracias en serio, ya no te distraigo más— reverencié brevemente, ella imitó mi acción para enseguida emprender camino— ¡suerte en tu día!— deseé.
— ¡Gracias, la necesito!— alzó la voz al encontrarse ya lejos, sonreí por ello.
Enfocándome nuevamente en lo que había venido, caminé siguiendo las indicaciones de Juhee, afortunadamente, no fue difícil ubicar el local.
Me adentré observando atentamente todo, era impresionante, ciertamente lo era. Cosas flotando por aquí y por allá, esferas, luces, etc., genuinamente, no era algo común.
— ¿Nabi?
Escuchar la voz de mi amigo me hace dejar en segundo plano la interesante esfera dorada que contemplaba hace unos instantes.
— Hola— saludé sonriente.
— ¿Qué haces aquí?— indagó algo desconcertado— Digo, no es que no puedas venir, lo que quiero decir es, ¿qué te hizo venir hasta aquí?, tú nunca has venido sola hasta acá, me refiero a-
— Entiendo Changmin, entendí— reí después de ello, éste me acompañó segundos después.
— Sabes que soy el más feliz de tenerte aquí— comenzó, a la vez que nos adentrábamos más al lugar— pero dime, ¿no es por algo malo, verdad?
— Sinceramente, yo no vendría hasta acá si no es porque algo anda mal, y lo sabes— ello no hizo más que sembrarle incertidumbre.
— Genuinamente quería pensar que no ocurría nada más para preocuparnos.
— Desafortunadamente no es así, la situación sigue escalando y no sé cómo pararla. Choi me ha confesado algo que implica el acercamiento de una vampiresa entre nosotros, eso no puede significar nada bueno, no cuando me la he topado como 3 veces. Algo busca de mí— conté.
— Eres parte importante de que ellos no puedan alimentarse como lo hacían antes, además de que eres la única con el poder para revertirlo, pienso que es más que obvia su intención— expresó mirándome con preocupación.
Tenía sentido.
¿Pero por qué molestar y atormentar a segundos a mi alrededor?
— Es momento de que envíe a gente para protegerles, sé que con uno no bastará— lo siguiente que dijo me confundió.
— ¿Pero no has enviado ya a alguien para-
Mis palabras se vieron abruptamente interrumpidas luego de escuchar el fuerte sonido de una alarma.
— Oh no— pronunció mi amigo notoriamente afectado.
— ¿Qué sucede?— cuestioné con total confusión.
— Tienes que irte, la alarma suena cuando vampiros se infiltran aquí— explicó de manera rápida— Es momento de que regreses, no es bueno que estés aquí.
— ¿Y ustedes?— indagué seriamente preocupada.
— No pasará nada, pero tienes que irte Kim— pidió casi con desespero.
— Está bien, usaré uno de estos espejos para regresar a casa.— él me asintió algo apurado.
Piensa, piensa...
"Del mundo lejano, mi camino encontraré,
Con este hechizo, a casa regresaré.
Con el calor del sol y el viento en mi espalda,
En mi lugar seguro, mi alma hallará calma."
Volví a apuntar y tronar mis dedos, lo atravesé y en un parpadear ya me encontraba en mi recámara nuevamente.
¿Realmente todo estará bien Ji?
Encontrar al sr. Kang fue lo último que reinó mi mente al observarme en el espejo de mi tocador.
Bien, aquí vamos..
"Reliquias y espejos que reflejaron un ayer, hoy la ubicación del señor Kang permítanme conocer."
¿Ah? ¿una perfumería? ¿tiene un local de perfumería en el mundo mortal?
No lo pensaré más, iré en este preciso momento.
— Nabi— escucharlo llamarme luego de apenas haber salido de mi casa no fue algo que me esperé. Ni siquiera había considerado la posibilidad de encontrármelo en este momento, tan solo me encontraba algo distraída.
— ¿Si?— respondí girándome para verle.
— ¿Vas a alguna parte?
— Oh yo, necesito encontrar a alguien— expliqué sin ser detallista.
— ¿A esta hora?— su pregunta me hizo observar mi reloj de mano, no me había percatado de la hora, simplemente seguía lo que mi cerebro indicaba. Miré el cielo, estaba apunto de anochecer, pero aún era temprano.— Te fuiste sin despedirte de nadie hace unas horas, ¿pasó algo?— sabía que su preocupación estaba relacionada con aquella mujer, pero por ahora no tenía nada que ver, o al menos eso esperaba.
— No, yo- — cómo podía explicárselo sin confesar la verdad todavía— Necesito ver a un familiar lejano, si, es solo eso— atiné a decir con algo de prisa.— Tengo que irme— y tras decir ello, emprendí mi caminata nuevamente.
— Te llevo— ofreció, negarme indicaba que insistiría, le conocía, pero llevarlo conmigo no era una muy buena idea.
— Chanhee yo-
— No quiero hacerte sentir presionada o obligada a aceptar mis disculpas, solo me preocupa dejarte ir sola cuando está por anochecer, eso es todo.— confesó, provocando que verdaderamente lo considerara.
— Choi, no es necesario que-
— Por favor, solo te llevaré hasta el lugar al que quieres ir y te traeré de vuelta, no me entrometeré en lo que piensas hacer y te esperaré en el auto— mordí mi labio inferior por dentro luego de volver a debatirme.— El que aceptes esto no significa tu perdón, lo sé. Yo me esforzaré más por ello.
Sus últimas palabras me hicieron sentir vulnerable.
— Bien, andando.
Estando en su auto le mostré la ubicación, este asintió y puso marcha enseguida.
Admitir que el silencio entre nosotros dejaba de ser sofocante e incómodo, me alegraba considerablemente.
Honestamente, recuperar su amistad era una de las cosas que en verdad quería, aún si alegaba o me negaba a admitir ello con otras personas.
El auto luego de unos minutos estacionó frente a aquella perfumería. Para mi suerte estaba abierta todavía, era mi oportunidad.
— Ya regreso— avisé, obteniendo un asentimiento de cabeza de su parte antes de salir del coche.
Me adentré con apuro al local y busqué con la mirada al sr. Kang, en persona nunca lo había visto, pero en foto si.
Cuando di con mi objetivo me dirigí a pasos rápidos hasta él, se encontraba acomodando algunos perfumes en un estante de al fondo.
— ¿Sr. Kang?— le llamé sin ser muy ruidosa.
— ¿Si?— contestó colocándose de pie, para observarme así de frente— ¿Se le ofrece algo en específico señorita?— preguntó con amabilidad.
Parecía ser una buena persona a primera impresión.
— En realidad, no busco ningún perfume— admití, éste me miró sin entender y caminó hasta la caja.
— ¿Qué se le ofrece entonces?
— Soy bruja sr. Kang, mi nombre es Kim Nabi— le dije, este rápidamente cambió su expresión desconcertada por una más relajada.
— ¿Y en qué puedo ayudarle Srta. Kim?— me observó con atención.
— ¿Aún asesora a brujos?, supe que usted lo hacía en el mundo mágico, en verdad necesitamos de su sabiduría— pedí porque no se negara.
— Ya no lo hago actualmente desde que me mudé aquí— mencionó— pero sé que las cosas no han estado muy bien por allá.
— Los vampiros están acorralando con mayor frecuencia ambos planos, necesitamos trabajar nuestros poderes— expliqué— por favor sr. Kang, es el único guía que tiene experiencia en ello.
— Puedo sentir un poder mayor sobre ti, Kim Nabi me dijiste que te llamabas ¿verdad?— asentí despacio— Lo haré, pero con una condición, yo no regresaré más para allá. Todo será aquí.
— Por supuesto, como usted diga— accedí inmediatamente. Lo había conseguido, con trabajo, pero se había logrado.
— Correcto, mañana trae a las personas que recibirán entrenamiento, necesito especificar horarios y lugar.— asentí varias veces.
— Se lo agradezco.
Escuchar el sonido de las campanitas en la entrada llamó mi atención, creí que se trataba de Choi, mas no era así, para mi sorpresa era alguien que no había visto en un largo tiempo.
— ¿Tía Siyeon?— mi impresión era real.
¿Qué hacía ella aquí?
— Hola cariño, que alegría verte otra vez, ha pasado tiempo desde la última vez— saludó, a la vez que se encaminaba hasta mí para rodearme en un característico abrazo de ella— Mira cómo has crecido, tan bella como se esperaba, ¿qué te trae por aquí mi niña?
— Vine a buscar algo, pero ¿tú qué haces por estos rumbos tía?— cuestioné completamente anonadada. Era difícil que la tía Siyeon saliera del mundo mágico, a ella siempre la podías encontrar solamente allá.
— Probando cosas nuevas querida— respondió al mismo tiempo que se abría paso a mirar los perfumes de la estantería a mi lado.— He comenzado a sofocarme por estar en un solo sitio, ¿no es maravilloso tenerme por acá?— me miró sonriente, asentí de igual forma.
— Lo es, pero también es raro— formulé, ésta río ligeramente.
— Me gané esa fama, pero siempre se puede cambiar, ¿o no?— asentí rápidamente, mientras ella aún buscaba entre los perfumes— ¿Qué opinas de este? ¿es dulce, cierto?— asentí nuevamente luego de olerlo— Este me ha gustado— sonrió satisfecha, para continuamente tomarlo y dirigir su atención a mí— Ahora cuéntame cariño, ¿ya conociste a tu persona destinada?— el que trajera aquella platica me hizo remontar en mis recuerdos— De lo que hablamos la última vez cielo, ¿ya la encontraste?
~•~
Meses atrás...
— No lo haré Hyemin, no insistas. Puede ir San, él no se niega a nada mientras le compres su snack favorito.
— Pero será sencillo— mostró inmediatamente una mueca en su rostro— Está bien está bien, si no quieres ir a dejarla con tus propias manos, solo haz aquello que puedes hacer y que es fascinante— mi amiga enseguida sonrió ampliamente.
— Claro Hyemin, claro— sonreí falsamente y retomé mi camino hacia la cafetería.
— Yah~ no seas mala, anda. Por favor, solo esta vez, por mí— juntó sus manos en súplica mientras me mostraba un gran puchero.
— Park Hyemin, tú sabes que..
— Anda— alargó en súplica— Anda anda anda, ¿si?, necesito alegar por ese 100 que me han robado. Eres consciente de que es una injusticia tremenda.
— Iré ¿contenta?— terminé por acceder, pero realmente quería salir huyendo.
— Bastante— respondió mientras me abrazaba.
— Bien, ¿solo será dejarla?— asintió.
— ¿Harás eso?, ya sabes.. ¡piu!— hizo un movimiento con sus manos un tanto exagerado, sonreí.
— ¿Por qué lo haría?— regresé.
— Sería más fácil ¿no lo crees?
— No— respondí sin más.
— Aburrida— soltó mientras fruncía sus labios.— Hablando del causante de mi preocupación y llanto por la noche— pronunció observando a mis espaldas.— En unos minutos regreso contigo, será rápido. Deja nada más le pongo en su lugar— añadió mientras me entregaba la chaqueta— ¡Profesor Lim!, ¿tiene algo de tiempo? — exclamó, ahora con un tono de voz más suave y amigable. Negué divertida.
Correcto, dejaba su chaqueta en su escritorio y me iba, era un plan sencillo.
¿Debería..?, lo haré, resultaría más fácil después de todo.
Sin pensarlo más troné mis dedos, amaba el hecho de desaparecer ante todos con un simple tronar de mis dedos.
Me adentré al aula velozmente con la chaqueta en mano, perteneciente a Chanhee.
Pero, ¿por qué de todos los chicos de la universidad tenía que ser de Choi, por qué?
Park Hyemin, me debes una muy grande.
Caminé hasta el último escritorio de la fila dos y me dispuse a poner la chaqueta sobre éste, mas mis ojos se abrieron a tope segundos después al sentir una mano tomar mi muñeca brusca e inesperadamente.
— ¿Por qué la tienes tú? ¿cómo la conseguiste?— sus preguntas me atacaron, mientras me mira totalmente serio.
Sin embargo, ahora no dejaba de pensar en una sola cosa, .. ¿cómo es que podía verme?
— Tú.. — me encontraba perpleja, verdaderamente.
— Contesta, ¿cómo es que llegó a tus manos?— continuó con su reclamo.
— Tú..— repetí con nerviosismo— ¿Puedes verme?— cuestioné atónita.
— ¿Estás bromeando?— regresó molesto.
— No-yo..— mi voz fluctuaba entre la sorpresa y el susto.
Él solo soltó aire mientras miraba hacia su costado.
— Responde Kim— ordenó, luego de clavar su intensa mirada en mí nuevamente. Contando que aún me sujetaba de mi muñeca sin ningún toque de delicadeza.
Giré mi rostro totalmente pensativa e inquieta, ignorando lo que éste pedía.
— ¿Cómo es que tú.. pero.. no puede ser, yo..— murmuré por lo bajo sin pensar.
Lo siguiente, fue él dejándome libre de mi muñeca y tomando su chaqueta evidentemente enojado. Solamente unos segundos más pasaron cuando decidió marcharse.
Él... ¿cómo él..
~ El chico que estará destinado a estar a tu lado será completamente inmune a cualquiera de tus hechizos~
NO, eso no, no podía ser, ÉL NO.
~•~
Si, me había percatado de quien era ya.
Y me había negado rotundamente ante esa posibilidad.
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Yiss XOXO ❤️