Lo veía todos los días, de lunes a sábado, sin falta alguna a las once y punto.
Sabía que aceptar ese trabajo en esa cafetería sería atender permanentemente a personas todo el tiempo pues estaba ubicada en un sitio muy estratégico. Para cualquier otra persona podía significar un trabajo rutinario y monótono, porque asi era.
Sin embargo, para Santiago había sido exactamente esa su característica más atrapante; él era autista, necesitaba tener el control de todo a su alrededor y no era tolerante a ningún cambio,una minima cosa distinta podía desencadenar una crisis importante, por lo que saber que ese trabajo sirviendo café y atendiendo a casi los mismos clientes de siempre era reconfortante.
lo que no sabía era que se iba a enamorar de uno de ellos sin saber más que su nombre.
Felipe llegaba siempre puntual, once en punto lo veía saliendo de su trabajo cruzando la calle y entraba a la cafetería; se acomodaba el pelo, y encargaba religiosamente el mismo café, nada más, nunca una sola variante en el último año.
Santi había intentado hablarle en muchas ocasiones pero Pipe no veía en él más que un empleado que le entregaba su vaso térmico, no era alguien importante, solo un empleado más.
Sin embargo con el tiempo empezó a notar algunas sutilezas; como que siempre buscaba que sea él quién lo atienda, o que para hablar con él se encargaba de sonreír.
parecía ser cosas básicas, pero en Felipe no lo eran, si alguna vez lo atendía alguien más se ponía notoriamente de mal humor, parecía que sus sonrisas eran solo para Santi.
-buen dia, ¿lo de siempre?
-si,pibe, lo de siempre.
mientras preparaba su café (doble, sin azúcar y con crema) miró de reojo su reloj de River.
Rápidamente empezó a pensar como podía usar eso a su favor, y dado que las habilidades sociales no son realmente lo suyo,salió lo que salió
-yo soy de river-dijo haciendo que levante la vista del menú y la clave en la suya
-¿como?
-que soy de River, también-mintió, ni siquiera le gustaba el fútbol
-ah...bueno, que bien
Santi llevaba bastante tiempo enamorado, y estar enamorado, para él, a veces era complicado.
-¿querés tomar algo conmigo hoy?-le preguntó evitando a toda costa el contacto visual
-¿a...que?
-salir, hay un bar, el bar de la esquina, el que esta pintado de violeta aunque no es realmente violeta, es de un color bordo pero tampoco eso es exacto, tiene un tinte azulado y...
-Santiago-le nombró con suavidad leyendo su nombre en el cartel pegado a su delantal-no entiendo una palabra de lo que me estás diciendo, respira
Santi sintió su estómago escogerse levemente mientras sus manos empezaron a sudar.
sabía que no todos notaban las cosas como él, que él guardaba información y datos que a la mayoria les resultaba innecesarios, y que cuándo se ponía nervioso y hablaba rápido era difícil entenderlo.
Felipe sentía que había hecho algo mal pero no sabía que.
lo vio allí ruborizado, evitando mirarlo, e intentó recapitular lo que le había dicho
-¿querés que nos encontremos esta noche en el bar de la avenida, el...bordo?
Santi respondió con la cabeza sin despegar la mirada del suelo.
Pipe lo pensó,la verdad no tenía nada que hacer esa noche y la idea le pareció atractiva, asi que aceptó.
-bueno, nos vemos esta noche entonces...-dijo intentando palmearle el brazo sin que Santi se lo permita
-por favor no me toques-le pidió más nervioso que antes
Felipe encontró aquéllo extraño, pero ese chico era bastante extraño, asi que lo ignoró y tomando su café, se retiró.
●●●
Aquél día, varias horas más tarde, en el departamento B del cuarto piso, una guitarra acústica intentaba sonar bien.
Blas había aprendido desde chico pero seguía sin tomarle la mano del todo, aunque no se daba por vencido, tenía la esperanza de tocar en una banda algún día.
La puerta que comunicaba el departamento con el resto del edificio se abrió y Blas, sentado en la sala, levantó la vista.
lo vio llegar más nervioso de lo habitual; Santiago tenía una forma muy nerviosa de vivir en si, pero aquél día parecía ser peor.
Sin embargo notó que no eran solo nervios lo que su amigo traía consigo esa tarde.
parecía estar feliz.
Sus miradas se cruzaron brevemente y Blas retiró los dedos de las cuerdas para prestarle toda su atención; sabía que Santiago necesitaba que lo escuchen de verdad cuando tenía algo importante que decir.
-¿lo invitaste a salir?-le preguntó realmente sorprendido. venía escuchando la historia del tal Felipe con su amigo,además de compañero de departamento, hacía más de un año y eso parecía imposible.
-no, no, lo invité a tomar algo-le dijo él, que muy diferente al resto de los días, ni siquiera había dejado el bolso en el lugar de siempre, solo sonreía y apretaba sus manos
-es una invitación a salir...
-¡no! ¡no!...¿si?-preguntó confuso, nunca había invitado a nadie a salir, no creía saber como eso funcionaba
-y sí-le dijo él sonriendo con ternura
Aunque la sonrisa de Blas desde el sofá no duró mucho, más temprano que tarde se dio cuenta que Santiago estaba asustado, y cuándo Santi se asustaba era un arduo trabajo intentar tranquilizarlo.
●●●
Santi entró a bañarse luego de que Blas tarde alrededor de una hora intentando explicarle que no pasaba nada, que solo tomarían algo juntos.
-¿abriste el agua caliente?-le preguntó del otro lado de la puerta del baño.
Santi dijo que si aunque mentía, seguía sentado fuera de la bañera, abrazando sus rodillas
-bueno, cualquier cosa...
Fue entonces cuándo la puerta de entrada volvió a abrirse.
Esteban, el tercer compañero de departamento, entró a casa y miró a Blas casi pegado a la puerta del baño.
-¿que pasó?-le preguntó dejando el saco en el perchero
-invitó al del laburo a salir-susurró Blas
-¿en serio?-preguntó él que como era parte del grupo de amigos estaba al tanto de esa historia
-si, asi que ya sabes como se siente
Esteban asintió y fue a la cocina por un
vaso de agua.
Blas lo siguió y lo miró de pie frente a la heladera, parecía cansado.
-vamos a tener que ir con él y estar cerca, ya sabes que los bares lo alteran y el tipo ni sabe que es autista,se niega a decirle
-¿hoy? no puedo, tengo una cita-le dijo esteban volteando a verlo
-ah-murmuró él, sintiendo lo que sentia siempre que Esteban decía algo como eso
-pero siempre te tiene a vos, que sos el mejor-le dijo acercandose para palmear su rostro de forma amistosa de camino a su cuarto
Blas se quedó allí pensando y luego lo siguió,parandose en su puerta.
Conocía a Esteban hacía un par de años, a través de Santi.
los tres se habían mudado juntos a ese departamento hacía casi un año y eran muy amigos.
o no tanto.
-¿con quién vas a tener una cita?
-con un chico-respondió Esteban con sencillez sacándose la camisa
-¿lo conozco?
-no creo, es del laburo-respondió y al no recibir ninguna respuesta, lo miró-¿que pasa?
-nada,yo te cuento todo y vos ahí re sospechoso
-no tengo nada que contar, Blas, es solo una cita, voy a cenar con uno del laburo
-bueno, que la pases bien
-gracias...
Blas lo dejó solo,no quería pensar en lo que le generaba esa notícia, tenía cosas importantes en las que ocuparse, y esas cosas eran preparar emocionalmente a Santi para la primera cita de su vida.