Eran Tsukishima y Yamaguchi, al verles, agarré del antebrazo a Hinata y salimos prácticamente corriendo a un lugar privado, no era por no querer estar con ellos pero quería y debía decirle la verdad al pelinaranja.
Nos dirigimos a un lugar más apartado, era una especie de camino de un bosque y no había tanta iluminación como en el otro lugar. Solté el antebrazo del chico y suspiré mirando a los lados por si había alguien.
—¿Qué pasa? Relájate, solo eran Tsukishima y Yamaguchi, ¿Por qué nos fuimos? —Dijo Hinata con confusión y una pizca de enfado.
—Yo.. tengo que contarte la verdad Hinata, no podría hacerlo con ellos ahí.. —Dije y el menor me miró más confuso que antes, ya no aparentaba enojo. —Seré breve, me gustas, desde el primer día en el que te vi cuando entré al pabellón de voleyball y Nishinoya nos presentó, te vi rematar y.. mi corazón latía bastante fuerte, te amo, no nos conocemos desde hace mucho tiempo pero quise reconocer que me gustas, no digo que tú también debas sentirlo, osea.. —Dije con bastante nerviosismo.
Al instante sentí los labios del ajeno sobre los míos.
Hinata me estaba besando.
Correspondí su beso con sutileza, no era un beso necesitado sino tranquilo. Nos separamos ligeramente y este sonríe, dando un salto para colocarse como un koala en mí cuerpo, para que no cayese lo agarré levantándolo un poco.
—¡Nunca pensé que lo dijeras tú! —Dice sonriendo y yo lo miré confundido. —Tenía pensado decírtelo, ¡Lo prometo! Pero se me olvidaba siempre o no encontraba el momento, no me odies, ¿Sí?
—¿Cómo voy a odiarte, tonto? —Dije con una sutil sonrisa y nos dimos un pequeño beso para después bajarlo, dejándolo en el suelo. Este me agarró de la mano y nos dirigimos nuevamente a la ciudad, me sentía totalmente lleno al haberme declarado al chico y a ver sido correspondido.
Relación secreta. Acordamos de que sólo supiesen nuestro grupo de amigos ya que aún no estábamos del todo preparados para aguantar los comentarios del resto, ya que, sabemos que Tsukishima y Yamaguchi pasaron por muchos insultos, aunque al primer mencionado no les importaba en lo más mínimo.
Cuando llegué al aula solo estaban Hinata, Tsukishima y Yamaguchi, me senté al lado de Hinata y sonreí de forma muy ligera, sorprendiendo delicadamente al segundo mencionado.
—¿Ya os habéis casado? —Dijo el más alto y el peliverde ríe ligeramente.
—Mmh.. preparanos la boda, ¿Sí? —Dije a Tsukishima y este asintió.
—¿Flores rojas o blancas?
—Naranjas, como el pelo de mi futuro esposo. —Al decir eso noté el ligero rubor del pelinaranja, provocándome una pequeña risa.
—Naranjas serán.
Ambos reímos ligeramente y al poco tiempo llegó la maestra, percatándome de que no había nadie de nuestra clase.
—¿Y el resto? —Preguntó la maestra a lo que nosotros solo levantamos los hombros en señal de que no sabíamos.
La maestra sacó su móvil y revisó las faltas, percatándose que muchos justificaron con que estaban enfermos.
—Al parecer todos se enfermaron a la vez, como solo sois cuatro no haremos nada por hoy. —Dijo la maestra y los cuatro asentimos.
La maestra nos permitió salir de clase y nosotros salimos a una cafetería cercana de la escuela, al llegar, buscamos un sitio y al encontrarlo nos sentamos.
—¿Qué quieres pedir mi amor? —Dijo Tsukishima en un tono ligón, el peliverde ríe ruborizándose de forma muy sutil.
—Un café, ¿Tú que deseas, Tsukki?
—Lo mismo, cariño.
Ante esas palabras cursis Hinata y yo nos miramos e hicimos expresiones de asco, aparentemente a ninguno de los dos le iba ese rollo de cursilerías.
Ante nuestras expresiones, escuché la risa de Tsukishima y Yamaguchi, nosotros dos solo soltamos un suspiro pesado.
Vino el camarero e hicimos nuestro pedido, al poco tiempo comenzamos a hablar de algunos temas totalmente aleatorios, al poco tiempo, se abrió la puerta de la cafetería apareciendo el resto del grupo.
—¿Qué hacéis aquí? —Les preguntó Hinata con una expresión confundida.
—Cancelaron las clases, no nos dijeron la razón y vinimos aquí, además teníamos que ver a nuestra nueva pareja favorita. —Dijo Asahi dirigiéndome la mirada, una un tanto pícara. Miré a Tsukishima y este solo ríe ligeramente, lo odio.
Al instante algunos comenzaron a sentarse en la mesa de al lado y cuando el camarero se acercó a preguntar si podíamos mover las mesas él asintió, uniendo las mesas.
Creo que esas fueron las peores dos horas de mi vida, no paraban de preguntarnos cosas totalmente cursis que mayormente respondíamos con asco.
Decidimos quedar por la tarde ya que al no tener nada ese día optamos por dar un paseo, era fin de semestre y los exámenes habían terminado, solo nos faltaba exponer el trabajo de matemáticas.
Dejando el trabajo de lado, me dirigí a casa de Hinata para recogerle de modo sorpresa, toqué la puerta y el menor abrió, sorprendiéndose ligeramente al verme ahí.
—¿Qué haces aquí..? ¿Ya voy tarde? —Dijo Hinata provocándome una pequeña risa, a lo que negué con la cabeza.
—Vas bien, solo quería recogerte, ¿No puedo? —Dije y el menor ríe sutilmente.
—No, no puedes.
—Entonces te tocará ir solo a tu casa en la noche.
—Si, si puedes.
—Así me gusta, ahora vamos, agarra tu mochila.
El menor entró en su casa nuevamente y agarró su mochila para despedirse de sus padres y hermana, al poco tiempo dirigimos el paso al punto de quedada. El paseo fue más o menos tranquilo, lo de siempre, el menor daba saltos por todos los sitios y yo continuaba a lo mío.
Al llegar ya habían algunos del grupo, algunos hablaban y otros estaban a lo suyo como Tsukishima y Yamaguchi, para variar. Al llegar, Tanaka y Nishinoya comenzaron a silbar y yo solo los miré de forma seria, estos pararon prácticamente al instante.
—¿A donde queréis ir? —Dijo Tanaka y todos levantamos los hombros en señal de no saber, o simplemente no nos importaba donde ir.
—Espera a que lleguen los demás Tanaka. —Dijo Tsukishima con un tono amargado, tsk.
—¡Seguro están llegando ya y nos van a preguntar! ¿Qué les respondemos? —Volvió a hablar Tanaka y Tsukishima suspiró.
—Solo espera a que lleguen
—Pero..
—Espera a que lleguen.
—Amargado.
Ahí le daba la razón a Tanaka.
Tsukishima ante eso solo guardó silencio, volviendo a sentir caricias por parte del peliverde con una sonrisa, eran algo lindos pero bastante empalagosos.
Dirigí mi mirada a Hinata y este mira a Yamaguchi y Tsukishima con algo de ternura, en el fondo sabía que Hinata también era así.
Al poco tiempo llegaron el resto y dimos rumbo a nuestro destino que era un simple parque ya que a Tanaka le apetecía subirse a los columpios.
Al llegar, algunos corrieron al parque entre ellos Hinata, por lo que me senté en un banco junto a Tsukishima y Yamaguchi, iu.
—¿La mandarina te dejó solo? —Dijo Tsukishima y lo miré algo serio.
—No le digas así.
Suspiré y el mayor guardó silencio al recibir caricias de Yamaguchi, agradecía la existencia de este aunque a su vez le daba lástima, ¿Como soportaba al rubio?
Estaba tan metido en mis pensamientos que no me fijé en que Hinata se había sentado a mí lado con una expresión algo enojada, al salir de mis pensamientos, lo miré algo confundido.
—¿Por qué no vas a jugar?
—Está lleno de niños, Tanaka y Nishinoya se están peleando con ellos mientras que Asahi los tranquiliza.
Ese día noté algo desanimado al menor por lo que pasé mi brazo por su hombro apegándolo a mí.
—¿Qué te pasa hoy..? —Susurré cerca de su oído.
—No es nada.. solo.. mi hermana está muy enferma, tiene mucha fiebre.
—Seguro se pone bien, no te preocupes, es normal en niños ponerse enfermos.
Ante lo que dije el pelinaranja se apegó más a mí y solo dejé un beso en su cabeza a lo que este sonríe sutilmente.
—Anda, ve.
Tras decir eso Hinata volvió con Tanaka y Nishinoya, esta vez algo más emocionado ya que comenzó a discutir con algunos niños porque le pidieron contraseña para entrar en el tobogán.
Simplemente la mínima acción del chico para mí era totalmente perfecta, bueno, no todas.
¡Hola a todos!
Este probablemente sea uno de los últimos capítulos del libro, ya que posiblemente no llegue a más de 15 capítulos por lo que espero que os esté gustando mucho
Bueno, si tenéis algo que crea que debo de mejorar, ponedmelo en comentarios.
¡Adiós!