Atravesaban la noche a través de oscuras carreteras. El viento azotaba el auto de Gabe. La lluvia golpeaba el parabrisas. Katsuki no sabía cómo rayos Sally podía ver algo, pero siguió pisando el acelerador. El no quiso decir nada, después de lo que confesó no tenía mucho coraje que pudiera revelar sus peores pesadillas con ella diciendo algo que no estaba preparado para aceptar o siquiera escuchar
Cada vez que estallaba un relámpago, miraba a Grover, sentado junto a él en el asiento trasero, y pensaba cómo era capaz de ocultar su quirk y nunca lo notó, debió notarlo ¡Así como Dodds parecían cambiar de forma! Debió ver las señales y aquí podía hasta sentir ese hedor; el olor de un animal de granja empapado. Un olor no muy placentero la verdad
"¿¡Se conocían!? ¿Desde cuándo? ¿¡Cómo!?" Lo tuvo que decir. Los ojos de Grover miraban una y otra vez el retrovisor, aunque no había coches detrás. No era difícil concluir las cosas para el ex aspirante a héroe para saber claramente lo que era esto, una persecución, algo los persigue aunque no lo viera, aun asi, necesitaba respuestas, asi tal vez comprendería mejor la gravedad del asunto
"No exactamente" Contestó "Quiero decir que no nos conocíamos en persona, pero ella sabía que te vigilaba"
"¿Que me vigilabas?" Ese término no le gustó para nada a Katsuki, haciéndole creer que... no, Grover no sería de esos, además él también tenía quirk, tampoco parecía del tipo que se uniría a sectas de que los quirk deben destruir a los que no tienen. También estaba el hecho que Sally nunca permitiría que alguien asi le vigile. En todo caso, su tono se lo hizo saber mientras Grover temblaba un poco, tratando de usar las palabras correctas para no irritar de más a Percy, no era bueno en esta situación
"Te seguía la pista. Le aseguraba de que estuvieras bien. Pero no fingía ser tu amigo" Añadió rápidamente "Soy tu amigo"
"Bien bien te creo esa, pero ¿Cuando me ibas a decir que tú también tenías quirk?"
"¿Qué es un quirk?" Cuestionó, mirando hacia atrás con nervios, demasiado asustado como para pensar bien en las palabras del Bakugou. "¡Creo que eso no importa ahora!"
"¿Que no importa? Mi mejor amigo es un condenado burro de cintura para abajo..." Grover soltó un balido gutural
"¡Cabra!" Gritó ofendido
"¿Qué mierda?"
"¡Que de cintura para abajo soy una cabra!"
"Pero si acabas de decir que no importa. ¡Y francamente me importa un pepino qué animal seas!"
"¡Bee—ee—ee!" Eso hizo que el Bakugou parpadeara "¡Hay sátiros que te patearían ante tal insulto!"
"¿Sátiros? ¿Quieres decir criaturas imaginarias como las de los mitos que nos explicaba Brunner?" Señaló el Jackson
"¿Eran las ancianas del puesto imaginarias, Percy? ¿Lo era la señora Dodds?" Contestó Grover
"¡Así que admites que había una señora Dodds! ¡Lo sabía carajo!" Tenía razón, y se alivió de que no era una alucinación suya, aún así, sabía que la mató, de eso no estaba muy aliviado ahora que tenía la confirmación
"Por supuesto"
"Entonces ¿Por qué...?"
"Cuanto menos sepas, menos monstruos atraerás. Aunque para ser francos, no sirve de mucho ya" Grover mencionó como si fuese una obviedad. Katsuki analizó la palabra que usó. No gente peculiar, no anormales, no gente con quirk, nada de eso, los llamó explícitamente monstruos. Él miró sus piernas y re analizó su comentario de sátiros "Tendimos una niebla sobre los ojos de los humanos. Confiamos en que pensaras que Dodds era una alucinación. Pero no funcionó porque empezaste a comprender quién eres, empezaste a usar demasiado tus poderes y tu aroma cada dia se hacia mas fuerte"
"¿Quién...? Un momento. ¿Qué quieres decir? ¿Mi aroma?" Se oyó un aullido torturado en algún lugar detrás de ellos, más cerca que antes. Fuera lo que fuese lo que los perseguía, seguía su rastro. Él necesitaba respuestas, pero en este rumbo mejor pelea luego y preguntas después
¡Pero no le gustaba que le ocultaran algo así de importante! ¡Si, sonaba hipócrita viniendo de él pero aun así!
"Percy" Dijo su madre "Hay demasiado que explicar y no tenemos tiempo. Debemos llevarte a un lugar seguro"
"¿Seguro de qué? ¿¡Quién mierda me persigue!?"
"Oh, casi nadie" Soltó Grover, aún molesto por el comentario del burro "Sólo el Señor de los Muertos y algunas de sus criaturas más sanguinarias"
"¡Grover!"
"Perdone, señora Jackson. ¿Puede conducir más rápido, por favor?"
"¿¡Señor de los muertos!? ¿¡Criaturas sanguinarias!? ¡QUIERO QUE ALGUIEN ME EXPLIQUE MIERDA!" Intento hacer la idea de lo que estaba ocurriendo, pero fue incapaz. Sabía que no era un sueño. Pero la única cosa que el venia a la mente o es que ni saben que son quirks y los llaman monstruos, o considerando que Grover se llamo a si mismo sátiro como esa criatura griega entonces...
No, no podia ser, mitos eran, nada mas... pero no sabía que creer, no desde que nacio en un cuerpo que no era suyo, en un mundo que aun creia era el suyo pero se sentia tan diferente y cosas tan extrañas que parecían imposibles de explicar incluso con quirks, porque los quirks no se desarrollaron tanto hasta ya después
Sally giró bruscamente a la izquierda. Se adentraron a toda velocidad en una carretera aún más estrecha, dejando atrás granjas sombrías, colinas boscosas y carteles de «Recoja sus propias fresas» sobre vallas blancas.
"¿Adónde vamos?" Cuestionó el Bakugou, mirando hacia atrás en busca de esa cosa ¿Otro quirk de transformación o mutación? Ya iban tres con este ", aunque dudaba un poco de que si esto era en verdad un quirk con las palabras de Grover
"Al campamento de verano del que te hablé." La voz de su madre sonó hermética; intentaba no asustarse para no asustar a su hijo. No funcionó, él se puso nervioso, más por ella que por el mismo "Al sitio donde tu padre quería que fueras"
"Al sitio donde tú no querías que fuera"
"Por favor, cielo" Suplicó su madre, él se sentía débil a eso, mas al recordar que por un momento ella tuvo miedo de él, así que lo mejor era permanecer en su lado bueno "Esto ya es bastante duro. Intenta entenderlo. Estás en peligro"
"¿Porque unas condenadas y huesudas ancianas cortan hilo?"
"No eran ancianas" Intervino Grover "Eran las Moiras. ¿Sabes qué significa el hecho de que se te aparecieran? Sólo lo hacen cuando estás a punto... cuando alguien está a punto de morir"
"Un momento. Has dicho estás" Katsuki oyó bien lo que dijo ¿Moiras? ¿Otra vez lo mismo de cosas griegas? ¿Mitos? Más allá de eso, también estaba que dijo que aparecen cuando estaba a punto de morir.
"No, no lo he dicho, he dicho alguien"
"Querías decir estás. ¡Te referías a mí!"
"¡Quería decir estás como cuando se dice alguien, no tú!" Trató de decir, pero Katsuki no se la creia para nada
"¡Chicos!" Gritó la mamá Jackson
Giró bruscamente a la derecha y vio justo a tiempo una figura que logró esquivar; una forma oscura y fugaz que desapareció detrás de ellos entre la tormenta.
"¿Qué mierda era eso? ¿¡Que mierda es eso que nos sigue!?"
"Ya casi llegamos" Respondió Sally, haciendo caso omiso de la pregunta "Un par de kilómetros más. Por favor, por favor, por favor..."
Él tenía la idea de lanzarse a pelear, pero estaba demasiado confundido con cada palabra que salía de la boca de Grover y Sally. Sátiros, Moiras, niebla, cosas que nunca en su trayecto hubiera esperado, eso y que tal vez en dicho campamento pueda tener una mejor oportunidad de atacar a lo que sea que sea que los persiguiera, no era recomendable para él pelear cuando Grover y Sally estaban cerca, sabiendo bien que se meterían
Fuera, nada salvo lluvia y oscuridad: la clase de paisaje desierto que hay en la punta de Long Island. Pensó en la señora Dodds metamorfoseándose en aquella cosa de colmillos afilados y alas coriáceas. Otra vez había algo que no parecía humano... que tal vez no era un humano con quirk, tal vez era otra cosa. Y esa cosa quería matarlo y no sabia porque
Entonces pensó en el señor Brunner... y en su bolígrafo/espada, la que conservó. No la uso mas desde ese incidente, pero sentía que pronto la tendría que usar otra vez. Antes de que pudiera preguntarle a Grover sobre aquello, se le erizó el vello de la nuca. Algo iba a pasar y antes de que pudiera advertirles hubo un resplandor, una repentina explosión y el coche estalló.
Despegó la frente de la parte trasera del asiento del conductor
"¡Mierda!" Grito Perseo ante el repentino choque, el grito de su madre parecía lejano
Intentó sacudir el aturdimiento. No estaba muerto y el coche no había explotado realmente. Se metieron en una zanja. Las portezuelas del lado del conductor estaban atascadas en el barro. El techo se había abierto y la lluvia los empapaba. Un rayo. Era la única explicación. Los había sacado de la carretera. Junto a él, en el asiento, Grover estaba inmóvil.
"¡Grover!" Tumbado hacia delante, un hilillo de sangre le corría por la comisura de los labios. Katsuki comenzó a aterrarse ante esa idea, no, Grover no podía morir, era su mejor amigo, era su único amigo, no podía soportar esa idea, no-
"Comida" Gimió Grover.
"Goloso tonto..." Suspiro aliviado mientras lo jalaba para salir del auto, ni siquiera tenía que oír a su madre repetir lo obvio porque sabía bien que debían de moverse. La prioridad ahora era mantener a su amigo y madre a salvo y luego verá como se encargará de la bestia. Ella lo llamo pero le falló la voz
Miró hacia atrás. En un destello de un relámpago, a través del parabrisas trasero salpicado de barro, vio a la figura que avanzaba pesadamente hacia ellos en el recodo de la carretera. La visión le puso piel de gallina. Era la silueta oscura de un tipo enorme, como un jugador de fútbol americano, no, más grande. Su mitad superior era voluminosa y peluda. Y parecía tener cuernos.
Katsuki no pensó dos veces en tratar de salir para sacar a su amigo y madre de ahi, lejos de ese sujeto gigante. Las portezuelas estaban atascadas por el barro. El techo podría ser salida, pero los bordes chisporroteaban y humeaban. Tal vez debia usar sus poderes un poco para moverlos del barro
"¡Sal por el otro lado!" Urgió Sally, él odiaba tanto lo aterrada que estaba "Percy, tienes que correr. ¿Ves aquel árbol grande?"
"¿Qué?"
Otro resplandor, y por el agujero humeante del techo vio lo que ella le indicaba: un grueso árbol de Navidad del tamaño de los de la Casa Blanca, en la cumbre de la colina más cercana.
"Ese es el límite de la propiedad, el campamento del que te hablé" Ella insistió "Sube a esa colina y verás una extensa granja valle abajo. Corre y no mires atrás. Grita para pedir ayuda. No pares hasta llegar a la puerta"
"Mamá, tú también vienes" Ella tenía la cara pálida y los ojos tristes como cuando miraba el océano "¡Venga, mamá! Tú vienes conmigo. Ayúdame a llevar a Grover"
"¡Comida!" Gimió Grover de nuevo.
El hombre con cuernos seguía aproximándose, mientras bufaba y gruñía. Cuando estuvo lo bastante cerca, miro que aquella enorme y voluminosa masa peluda, demasiado grande para ser su cabeza... era su cabeza. Y las puntas que parecían cuernos, como sospecho, eran cuernos. Reconoció bien esa criatura, una vez mas, otra cosa de mitos había llegado. Y no, no parecía quirk, esta vez no.
"No nos quiere a nosotros" Dijo Sally "Te quiere a ti. Además, yo no puedo cruzar el límite de la propiedad." El quiso refutar "No tenemos tiempo, Percy. Vete, por favor"
El trepó por encima de Grover y abrió la puerta bajo la lluvia. La miró, no, ni de chiste, nunca, jamas la abandonaría cerca de esa cosa.
"Nos vamos juntos. ¡Vamos, mamá!"
"Te he dicho que..."
"¡Mamá! No voy a dejarte con esa cosa hedionda. Encontraré la manera de distraerlo y que se escondan o algo. Ayúdame con Grover"
Katsuki no esperó su respuesta. Salió a gatas fuera y arrastró a Grover. Le resultó demasiado liviano para sus dimensiones, pero la ayuda de su madre también ayudó. Se echaron los brazos de Grover por los hombros y empezaron a subir por la colina, a través de hierba húmeda que llegaba hasta la cintura.
Al mirar atrás, vio al monstruo claramente por primera vez. Medía unos dos metros, sus brazos y piernas eran algo similar a la portada de la revista Muscle Man: bíceps y tríceps y un montón más de bíceps, todos ellos embutidos en una piel surcada de venas como si fueran pelotas de béisbol. No llevaba ropa excepto la interior (unos calzoncillos blancos), cosa que habría resultado graciosa de no ser porque la parte superior del cuerpo daba miedo. Una pelambrera hirsuta y marrón comenzaba a la altura del ombligo y se espesaba a medida que ascendía hacia los hombros. El cuello era una masa de músculo y pelo que conducía a la enorme cabezota, que tenía un hocico tan largo como su brazo, y narinas altivas de las que colgaba un aro de metal brillante, ojos negros y crueles, y cuernos: unos enormes cuernos blanquinegros con puntas tan afiladas
Sus sospechas se hicieron realidad, era verdad. Aquel monstruo aparecía en una de las primeras historias que les había contado el señor Brunner. Pero era real.
"Es..."
"El hijo de Pasífae" Contestó su madre por él "Ojalá hubiera sabido cuánto deseaban matarte"
"Pero es el Min..."
"No digas su nombre" Ella le advirtió "Los nombres tienen poder."
El árbol seguía demasiado lejos: a unos treinta metros colina arriba, por lo menos. El hombre toro se inclinó sobre el coche, mirando por las ventanillas. En realidad, más que mirar olisqueaba, como siguiendo un rastro. El capto fácil lo que hacía, debía usar su olfato, si era así, debían apurarse rápido, tratando de irse lo más rápido posible. No pasó mucho para que el hombre toro aullara furioso.
Agarró el Cámaro de Gabe por el techo rasgado, el chasis crujió y se resquebrajó. Levantó el coche por encima de su cabeza y lo arrojó a la carretera, donde cayó sobre el asfalto mojado y patinó despidiendo chispas a lo largo de más de cien metros antes de detenerse. El tanque de gasolina explotó.
En cualquier otra situación, se hubiera alegrado tanto de imaginar la cara que hubiera puesto Gabe al ver lo que alguna vez fue su auto, hecho un desastre siendo optimistas
"Percy, cuando te vea embestirá. Espera hasta el último segundo y te apartas de su camino saltando a un lado. No cambia muy bien de dirección una vez se lanza en embestida. ¿Entiendes?" Le indico Sally
"¿Cómo sabes todo eso?"
"Llevo mucho tiempo temiendo este ataque. Debería haber tomado las medidas oportunas. Fui una egoísta al mantenerte a mi lado." ¿Ella es egoísta? ¿Su madre egoísta? Puras patrañas oía, ella no podría ser egoísta, ella era demasiado buena para eso... ¿Por qué lo sería?
"¿Al mantenerme a tu lado? Pero qué..." Otro aullido de furia y el hombre toro empezó a subir la colina con grandes pisotones.
Los había olido.
El solitario pino estaba sólo a unos metros, pero la colina era cada vez más empinada y resbaladiza, y Grover pesaba más. El monstruo se echaba encima. Unos segundos más y llegaria. Sally debía de estar exhausta, pero sostenía a Grover con el hombro.
"¡Márchate, Percy! ¡Aléjate de nosotros! Recuerda lo que te he dicho"
No quería hacerlo, pero ella estaba en lo cierto: era su única oportunidad. Katsuki comenzó a correr hacia la izquierda, se giró y vió a la criatura abalanzarse sobre él. Eso le alivió, no le daba miedo la cosa, le daba miedo lo que les podría hacer a Grover y Sally. Los oscuros ojos le brillaban de odio. Apestaba como carne podrida. Agachó la cabeza y embistió, apuntando los cuernos afilados como navajas directamente a su pecho.
El miedo lo urgía a salir pitando, pero eso no funcionaría, el miedo sirve en una pelea, pero no podía arriesgarse con su madre y Grover cerca, debía y necesitaba alejarlos del peligro lo más posible y la única solución era ese campamento mugroso del que tanto hablaban. Jamás lograría huir corriendo de aquella cosa olorosa. Así que se mantuvo en el sitio y en el último momento, saltó a un lado.
Esto parecía un poco a una corrida de toros, o como sea que hagan los toreros de ir de un lado a otro, solo faltaría esa bandera roja que traían.
El hombre toro pasó como un huracán, como un tren de mercancías. Soltó un aullido de frustración y se dio la vuelta, pero esta vez no hacía Perseo, sino hacia su madre, que estaba dejando a Grover sobre la hierba mientras Grover despertaba a duras penas, parecía desorientado o con alguna contusión. Habían alcanzado la cresta de la colina. Al otro lado se veía un valle, justo como había dicho su madre, y las luces de lo que parecía una granja azotada por la lluvia.
Pero estaba a unos trescientos metros. Jamás lo iban a conseguir. El se asusto y trato de usar el agua de la lluvia, usando eso de último recurso lanzando construcciones de agua hacia la bestia para llamar su atención, tratando con desespero de concentrarse en lo mejor que podía, pero nada podía darle cosquillas, aun su poder no era lo suficiente, no era suficiente
El monstruo gruñó, piafando. Siguió mirando a su madre, que empezaba a retirarse colina abajo, hacia la carretera, tratando de alejarlo de Grover.
"¡Corre, Percy!" Gritó ella "¡Yo no puedo acompañarte! ¡Corre!"
Pero se quedó allí, paralizado por el miedo, miedo de que esa cosa la dañara, mientras la bestia embestía contra ella. Él corrió hacía ella en desesperación. Sally intentó apartarse, como le había dicho que hiciera, pero esta vez la criatura fue más lista: adelantó una horripilante mano y la agarró por el cuello antes de que pudiese huir. Aunque ella se resistió, pataleando y lanzando puñetazos al aire, la levantó del suelo.
"¡Mamá!" Gritó el Jackson, torrentes de agua de todos lados lanzándose con frenesí hacia ellos para tratar de hacer algo, lo que sea, lo que sea que la suelte. Otra vez no resultó en más que remojar al monstruo, logró empujarlo un poco, pero nada más, no tenia la potencia ni la fuerza para dañarlo
Sally le miró a los ojos y consiguió emitir una última palabra "¡Huye!"
Entonces, con un rugido airado, el monstruo apretó las manos alrededor del cuello de su madre y ella se disolvió ante sus ojos, convirtiéndose en luz, una forma resplandeciente y dorada, como una proyección holográfica. Un resplandor cegador, y de repente... había desaparecido.
Ella había desaparecido
"... ¿Mamá?" Susurró Percy, por un momento ido. Ido estaba Katsuki, mirando como la mujer dulce, amable, gentil y cálida que le cuido y amo como nadie por doce años simplemente... se esfumó con el viento, hecha nada, todo por ese Minotauro "Mamá... M-mamá ¿Dónde estás? ¿Dónde estás, mamá?"
La bestia parecía ignorar o ni siquiera entendía el estado de shock que tenía el semidiós, siendo que se lanzó hacia él.
Katsuki Bakugou, al escuchar el rugido de la bestia, pudo parpadear nuevamente. Mirando como venía, dándose cuenta que... ella se había ido, ella estaba muerta. Él observó al causante de eso, lo que quería aplastar y destripar, y quería hacerlo más de lo usual. Sus dedos temblaban pero no por el frío o la lluvia (que lo único que le hacía era darle un plus a su furia y energía), sino por la ira que sentía en cada poro y vena de su cuerpo, alimentando como gasolina, al ver como Sally murió para protegerle, desapareciendo entre las manos de ese deforme y condenado toro
No, no era ira, esto era algo más, más fuerte, pero simplemente no existía una palabra para definir lo que sentía
Si pensara con más claridad, el usaría su mente para deducir que probablemente no esté muerta, tal vez se la llevaron (como pasó con el y la asquerosa liga de apestosos villanos), pero ese no era su mundo, no había quirks y todo esto solo mostraba eso, aquí así que no había forma de que estuviera viva, y ahora mismo estaba demasiado conmocionado con la vista de ella desaparecida que solo podía ver rojo
Y a la cosa que quería despedazar
La experiencia de combate le ayudaba bastante, siendo que este cuerpo tenía poderes nuevos que descubrió cuando trató de recuperar su quirk, no lo consiguió, pero ahora el agua cumplía su voluntad ¿Y que voluntad quería? Que destripen al Minotauro de adentro hacia afuera, pero en vez de eso, corrió, demasiado furioso, demasiado enojado, demasiado de todo se lanzó con las manos extendidas a su cara, gritando a todo pulmón
Era instinto, tal vez era eso, cuando sacó su espada que nunca le devolvió a Brunner, ni siquiera sabía que estaba en su bolsillo pero ni le importo. Simplemente se lanzó de lleno contra él, usando el arma como una lanza para empalar al Minotauro en su estómago con toda su fuerza. Dos aullidos resonaron en el bosque, uno de dolor y otro de furia, las manos del monstruo lo agarraron de la cabeza, pero él sacó la espada para clavarla más profundo en su panza y en sus tripas
Ante los ataques, la bestia rugió de dolor soltando su agarre del Jackson. Su mayor error. Era la lluvia, la furia, la experiencia de batalla que alguna vez tuvo lo que llenaban de pura determinación al mestizo de atacar y volver a atacar. Fue por sus piernas, apuñalando sin cesar sus piernas y rodillas para hacerlo caer mientras tajos, movimientos horizontales y verticales, cada uno de ellos demasiado frenético, irregular y sin patrón como para siquiera poder ver de donde provenían, empalamientos venían de todas las direcciones como si él se moviera al compás de la lluvia, deslizándose y lanzándose como un cañón entre ráfagas de cortes de espada que atravesaban su pelaje y músculo y destrozara cada parte de él que aún faltará por apuñalar
La bestia trató de atacar, en vano, pronto cayó al suelo ante el ataque de sus pies entre rugidos de lamento y dolor mientras podía oír rugidos furiosos, rugidos tan animales como el, provenientes de un joven lleno de tanta ira que podría ser confundido con un monstruo, sus gritos ahogados reservaba esa energía de su garganta para sus manos, haciendo sonidos que parecían reprimir tanta ira y llanto en uno solo que parecían inhumanos, mientras se lanzaba encima de él para apuñalar su pecho y su estómago, torrentes de la sangre del monstruo bañaron al semidiós bajo la lluvia mientras Grover retrocedía aterrado de la masacre sangrienta que su amigo daba sin signos de cansarse
Si pudiera hablar, solo se oirían lamentos y súplicas enojadas, suplicando que la traiga de vuelta, que la traiga otra vez ¿Pero de qué sirve pedir eso al asesino de ella? Palabras que se desperdiciarían, y el no estaba desperdiciando ni su aliento en hacer sufrir en todo momento al hijo de la bastarda zorra de Pasifae, solo una condenada zorra traería al mundo esa criatura
El sonido de la carne empalada y cantos de dolor del hijo de Pasifae probablemente serían protagonista de las futuras pesadillas del sátiro que era testigo de la carniceria, pero más que todo eran esos ojos rojos de Percy
Esos malditos ojos rojos
Su mano agarró su cuerno, y de un jalón se lo arrancó. Katsuki sentía dolor en su brazo por la fuerza excesiva que uso, hace rato sus brazos estaban entumecidos con toda la fuerza aplicada en apuñalar a la bestia mientras volvía a apuñalar su panza y hacía queso sus órganos si es que esta maldita criatura los tuviera, si le dolía pues bien por el. Con su otra mano también arrancó el otro cuerno de la bestia y la lanzó a un lado. La sangre salpicó su cara, pero eso no detuvo al semidiós que miraba fijamente a la bestia adolorida y furiosa, y la bestia sólo encontró una mirada aún más furiosa, más iracunda, no la de un héroe que luchaba por sobrevivir no...
Estaba mirando a lo que uno llamaría un berserker
Mismo, que clavó su propio cuerno en su cara. El minotauro rugió de dolor otra vez, escupiendo líquido de su boca por los agujeros en su pecho y en todo su cuerpo mientras el filo de su propio cuerno se clavó en su ojo
Y luego, Katsuki saco el cuerno y se lo metió en el cráneo, y luego otra vez, y luego otra vez y otra vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez y otra puta vez
En ese momento, en el campamento, tuvieron miedo del terremoto que estalló en sus pies, de una tormenta de agua como si un vendaval y un huracán tuvieran un hijo insólito que cubría él alrededor de la barrera que los protegía. Se veía como si la lluvia que caía por la barrera se escurría y se deslizaba hacia la entrada, construcciones, monstruosidades de agua que se iluminaban con los rayos de tormenta se lanzaban mientras Quirón y Annabeth sostenían a un aterrorizado Grover, y Annabeth compartió ese miedo cuando vieron al Minotauro moribundo, abierto, descuartizado, a penas vivo mientras sus cuernos eran clavados una y otra y otra y otra vez en su cráneo
Y encima de eso, la imagen azulada y brillante de un tridente estaba encima del perpetrador de dicha escena, rugiendo, gritando, llorando mientras continuaba con su acto furioso y desesperado parecido al de un maniático que le succionaron toda la sanidad que alguna vez tuvo. Si aún había alguna duda de quién era su padre divino, las torrentes de agua que rodeaban, inundaban, estrujaban al monstruo y se empalaban como miles de agujas en su cuerpo quitaron toda duda, llamando ante las órdenes del semidiós iracundo que ahora si usaba de mejor manera el agua a su alrededor para hacer trizas a la cosa que le quitó a Sally
Quirón miró sus ojos. Así como Grover lo noto. Percy no tenía ojos verde mar, esos ojos verde mar que siempre tenía parecían reemplazados con dos pupilas de un carmesí tan rojo como la sangre. Un rojo que muestra ira, dolor, molestia, colera, odio, dedicacion y sobre todo determinacion a seguir enfocado en masacrar y despedazar a la bestia que lloraba y gritaba de dolor ante la tortura que ese semidios seguía propinándole hasta haberlo hecho pedazos o se deshiciera en polvo, lo que pasara primero
Katsuki quería ver cuánta miseria podría soportar hasta morir
El cuerno se hundió en su cráneo una vez más, y otra vez, y otra vez. Pronto los sonidos de la bestia callaron y sólo se oían los gruñidos coléricos del mestizo de ojos carmesí y la bestia desaparecía en polvo. El continuó apuñalando el resto del polvo, con el cuerno, con la espada, una y otra vez. Los rayos, los truenos, la tempestad y la lluvia compartieron el lamento y un grito... del hijo de Poseidón