MI DULCE REGALO

By CrystalCassanova

476K 34.7K 3.8K

Él es un militar. Ella es una escritora. Él no cree en el amor. Ella escribe sobre hombres amorosos y perfect... More

Prólogo
CAST
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
Epílogo
Extra 1
Happy birthday

16

10.9K 825 81
By CrystalCassanova

Anhelo que me quieras así como yo lo hago. Ya no creo poder soportar amarte y que tu no sientas lo mismo por mi. Hazlo, quiéreme, ámame como yo lo hago, castaña...

—Spencer Tae-moo.

  SPENCER:

  Emma, así se llama la mujer que tiene mi corazón.

   Después de lo sucedido, ella no ha vuelto a despertar.

   Ha dormido más de 10 horas sin siquiera contarlas. Comenzó a dormir a las 11 del día y son las 9 de la noche y aún sigue dormida.

   ¿Debería preocuparme?

   Lo estoy haciendo.

    Mi puerta es tocada y desde mi escritorio logro ver que es el guardia.

    —Señor, ¿A qué hora se retira para cerrar la editorial? —me pregunta entrando a mi oficina.

   Cuando él entra se queda mirando a Emma quien está dormida en el mueble.

    Suspiro lentamente, echando mi cuerpo hacia atrás, inclinando mi asiento. Me levanto de este y empiezo a caminar hacia donde él está. Cuando llego a estar frente a frente de él, entro mis manos en mis bolsillos y sacando mis llaves, se las entrego.

    —Encienda el auto, iré en seguida. —expreso dándole las llaves.

   En cuanto se las doy, con el fin de dirigirme hacia donde está Emma.

    —¿Quiere ayuda? —me pregunta el guardia lo que hace que me detenga y gire mi rostro para quedarme viéndolo—. Parece que es pesada. No hay problema en ayudarle a llevarla al auto.

    Puede que él tenga buenas intenciones, pero sus palabras las descartan.

   —Tengo la fuerza suficiente para poder cargarla y aunque ella pesara demasiado, para mi no sería problema alguno. No necesito su ayuda, con todo el respeto. —explico queriendo que él no se sienta ofendido por rechazar su ayuda.

   Él me sonríe de vuelta como si fuera su respuesta.

   —Así mismo hombre. Estoy de acuerdo con usted. —responde él dando pasos hacia atrás.

   El guardia sale de la oficina y sin querer lo único que hago es reírme.

   ¿Esos fueron celos?

   Ya van dos veces que siento celos concerniente a Emma.

    Agarro mi frente queriendo que Dios me envíe un poco de paciencia y me ayude también.

    Me acaricio el cabello hacia atrás para entonces acercarme a Emma y moviendo sus piernas hacia fuera del mueble, las agarro y luego coloco mi mano en su espalda para levantarla y colocar su cuerpo correctamente. Con cuidado pongo su cabeza en mi pecho y es allí cuando porfin puedo admirar más de cerca su bello rostro.

    ¡Que perfecta es!

    Miro cada parte de su rostro queriendo grabarmelo. Sus pestañas, cejas, labios, nariz, orejas, todo. Es bella en todos los sentidos.

   Suspiro. Que mala costumbre tengo en suspirar más de 100 veces al día.

   Empiezo a caminar hacia fuera de mi oficina. Lentamente recorro los pasillos de la editorial. Todas las luces de los pasillos están apagadas, pero eso no me dificulta el poder caminar en la oscuridad. Ir al servicio militar Coreano hace que cualquier obstáculo que se interponga en mi camino pueda vencerlo. Las cosas que pasé en ese lugar son hasta inimaginables.

   Llego a las afueras de la editorial y el guardia me está esperando con la puerta del copiloto abierta ayudándome como dijo que haría.

   Me agacho para poder poner el cuerpo de Emma en el asiento. La coloco correctamente para que no esté incómoda, además de que le pongo el cinturón de seguridad.

   —Gracias. Pase buenas noches. —le digo al guardia en cuanto saco la cabeza del auto.

   Él asiente sonriente.

   Le doy la vuelta al auto y me adentro en mi asiento. Desde que lo enciendo arranco para llegar a casa.

   Aún no me sé la dirección de la casa de Emma, así que no voy a despertarla. Si todavía no se ha despertado es porque está muy cansada o tal vez es porque el susto que pasó la colocó muy mal.

   Enserio me preocupé. No creí que podría ponerse tan mal y así sucedió.

   Una llamada me saca de mis pensamientos. En la pantalla delantera del auto me aparece la llamada de mi hija. Le doy al botón aceptar y de inmediato empiezo a escuchar sus risas.

    —¡Papá! ¿Ya no me quieres? —me pregunta ella.

   Desde donde estoy puedo imaginarme los ojitos que está haciendo.

   —No, no te quiero, te amo mi princesa. —le respondo esperando su respuesta.

    —¿Cuando te vuelvo a ver, papi? Te extraño mucho. —dice con voz melancólica.

   La entiendo, me siento igual. Estos días me he alejado demasiado de ella, sumándole que estuve fuera del país una semana completa.

   Debo recuperar a mi hija de los brazos de mi madre.

   Mi dulce niña.

   —Mañana, princesa. Ahora ve a dormirte. Te amo, de hecho te amo más que a mi vida... —le digo mientras las palabras se arrastran por mis labios.

   No creo que pueda amar más a una persona de lo que amo a mi hija. Ella pinta mis días grises, de colores. Ella es el color que necesitaba mi vida y Emma es el paisaje que quiero pintar, lastima que no se puede.

   —Yo igual, papi. Yo te amo más. —dice mi bella hija sacándome de mi trance.

   Y con eso ella cierra la llamada.

   Suspiro provocando con esa acción mirar a Emma quien sigue dormida.

   Todo el cabello se le ha ido al rostro por tener la cabeza ladeada, así que sin dejar de mirar a la carretera, extiendo mi mano y suavemente recojo su cabello colocándolo detrás de su oreja.

   Ella no se despierta por mi toque, más bien, sigue dormida.

    Vuelvo a colocar mi mano en el volante y esta vez miro hacia adelante.

   No nos tardamos mucho en llegar, a la hora que salimos ya es muy tarde y por ende eso nos facilitó llegar más rápido a mi casa.

   Cuando parqueo mi auto en el frente de esta, el teléfono de Emma empieza a sonar. Automáticamente pienso que puede ser un familiar que podría estar preocupado por ella, pero su teléfono está en su cartera y no pondré una mano dentro de ella. Es su objeto personal, sería una falta de respeto y de espacio personal revisar su cartera aunque sea para contestar una llamada.

   No.

   Que ese familiar se quede preocupado. Mañana podrá llamarla y hablar con ella.

   Acaricio mi cabello y me desmonto del auto. Le doy la vuelta y abriendo la puerta, cargo en mis brazos nuevamente a Emma. Camino lentamente hacia la puerta de la casa y con mi mano libre pongo la clave de esta.

   La puerta delantera es abierta, así que aminorando mis pasos llego hasta la puerta principal de la casa, la cuál es abierta con mi huella dactilar. Eso es lo bueno de vivir en un país altamente tecnológico.

   Entro a la casa y coloco la cartera de Emma en la mesa de la recepción. Luego de hacer eso sigo mi camino hacia mi habitación.

   Mi habitación tiene la cama más cómoda, además de la de mi hija, así que seguro que Emma dormirá mucho mejor en mi habitación.

   La puerta de mis aposentos siempre se mantiene abierta, no tengo nada que esconder, así que no es preocupante para mi. Entro y siguiendo hasta mi cama, coloco a Emma allí.

   Emma automáticamente se gira posicionándose a boca abajo. Es obvio que está muy dormida.

   Me río, es divertido ver como ella se ha girado para estar más cómoda. Le ha gustado la cama.

   Me muevo hacia la derecha, para empujarla un poco hacia la izquierda y así coger la sábana y cubrirla con ella ya que mi habitación es muy fría.

   Lo logro. Ya está cubierta.

  Al lado de mi cama tengo un sillón que lo utilizo para leer y más para leer el libro que escribió esta preciosidad; 1000 formas de amarte. Hasta el nombre dan ganas de enamorarse.

   ¿Cuando descubrí que me enamoré de Emma?

   Antes no creía y aún no creo en el amor a primera vista, pero puedo confesar que me enamoré de Emma desde el primer momento en que la vi. Puedo sentir que la conozco de otra vida, agregando que los momentos que hemos pasado, puedo sentirlos como si fueran un deja vu. Es algo raro, puede que no sea real, pero es lo que elijo creer.

   El timbre de mi casa suena dos veces, interrumpiendo mis pensamientos acerca de Emma.

   Me levanto lentamente del sillón, encaminandome hacia afueras de la habitación. Caminando por el pasillo directo a la puerta, intento ver quién es que está tocando, pero no lo logro.

   Abro la puerta de par en par, dejándome ver a un hombre como de unos treinta años, justamente el mismo hombre con el que Emma estaba pasando aquella vez que me dejó depresivo. Lo primero que pensé es que él es su pareja y ella no quiso decirme, lo que me lo confirma ahora que él está enfrente de mi puerta.

   Su expresión me dice que él no es nada educado. Es Coreano, al igual que yo.

   —Permiso, sé que Emma está aquí. —expresa él empujándome hacia adentro de mi casa.

   Él entra a mi casa y cierra la puerta.

   —¿Dónde está? —pregunta él mirando hacia todos los lados.

   No.

   No, esto no va a pasar. A mi casa no va a llegar un hombre a empujarme, darme órdenes y hacer lo que se le venga en gana.

   Él, al ver que no le respondo, se acerca a mí para empezar a caminar hacia donde estoy parado.

    Cuando él intenta sobrepasarme, es ahí cuando lo empujo tan fuerte que él cae en el suelo y llega a la puerta por el impulso que utilize para alejarlo.

   Acaricio mi cabello colocándolo hacia atrás.

   Su mirada cambia de furiosa, a airada. Pero eso a mi me importa una mierda.

  ¿Qué se cree él? ¿Con qué derecho viene a entrar a mi casa de esa forma?

    —¿Quieres pelear? Emma no te pertenece, es mía. Es mi mujer, está casada conmigo...

   No.

   Eso no acaba de salir de sus labios.

   ¿Emma?
  
   ¿Emma está casada con este hombre y por eso me rechazó?
 
    Él se levanta y empieza a caminar nuevamente hacia mi, para llegar a las habitaciones, donde él piensa que ella está.

   —Detente. —ordeno colocándole una mano en el pecho, la cuál él la quita de un manotazo.

    —Quítate... —murmura enervado porque lo estoy deteniendo demasiado.

   Me acerco a él, fijando mis ojos en los suyos.

   —Detente o ya no voy a ser paciente con usted, señor. —respiro fuertemente sofocado por la ira que siento por lo que está sucediendo—. Usted entra a mi casa como si fuese dueño y me agrede no importandole nada.

   Él se carcajea como si lo que estuviera diciéndole le causara risa.

   —¿Y eso a mi que me importa? —pregunta él quitando su sonrisa por una expresión más neutral.

   Asiento y río ladeadamente.

   —Qué o sales de mi casa en este instante y esperar a que Emma te contacte o te sacaré yo y te prometo que si lo hago no te va a gustar.

   Ambos estamos frente a frente. Él me está mirando fijamente, al igual que yo.

   Él no responde y yo tampoco.

   —Me iré, me iré contigo, Sebastián... —son las palabras que menciona Emma detrás mío.

   Me giro hacia donde ella está, quedándome anonadado al ver como ella camina al lado mío, solamente para agarrar la mano derecha de ese hombre y empezar a caminar hacia la salida.

   Él me mira sonriente. Es obvio, obtuvo lo que quería.

   Antes de que ambos salgan de mi casa, sostengo la mano izquierda de Emma, haciendo que esta me mire.

   —¿Por qué haces esto? Se nota que este hombre te maltrata y... —ella levanta su mano diciéndome que me detenga.

   —Detente, no hagas esto más difícil. Te dije que no te quiero y que no voy a estar contigo, creo que fui muy clara. —expresa de manera contundente.

   No le pesa la voz al hablar, ni siquiera tartamudea.

   —¿Estás... casada... con... él? —le pregunto nervioso de su respuesta.

   Que diga que no es cierto, por favor.

   —Si, él es mi esposo y a él es al único hombre que he amado y que sigo amando. —responde con una mirada triste.

   Ni siquiera mi ex-esposa me ha lastimado tanto como las palabras que acaban de salir de los labios de Emma.

 

Spencer, no llores. Mírame a mi, yo te amo precioso.❤️‍🩹😭

Este capítulo fue un pañuelo y una almohada para mi. No estoy pasando por un buen momento y estas partes tristes del libro, me permiten llorar, colocandome en los zapatos de mi hermoso Spencer.

Los amo chicos y chicas. Gracias por su inmenso apoyo.❤️‍🩹

Continue Reading

You'll Also Like

975 159 37
Harry Thompson es un musico reconocido a nivel mundial; vive una feliz vida junto a su esposa Christina Thompson, quien desde pequeños le apoyo para...
39.8K 941 38
Mi opinión de algunas parejas de DBS, no voy a juzgar a nadie ni a las parejas que escriba,solo es mi opinión o lo q pienso de esa pareja, espero no...
9.6K 401 57
No tenía a donde ir cuando inició todo, fui encontrada por un hombre llamado Lee que con el paso del tiempo no tuvo más opción que dejarme en una gra...