Mi gusto mas culposo | Freddy...

بواسطة PachaRawr

37K 2.4K 268

-ˏˋ⋆ D e s c r i p c i ó n ⋆ˊˎ- ୧⋆。????. -ʚɞ F- No supo reaccionar al ver los fascinantes ojos que poseía aqu... المزيد

⇱Aclaraciones⇲
Día extraño...
Mal despertar
Noche de paz...
¿Obsesión?
Gustabo García
Hipnotizado
Exquisito
¿Esto es amor?
¡Aviso!⚠️
¿Que sentimiento es este?
¡Hola! ⚠️
Dolor.
Oh...
¡Ese no soy yo!
Perdón
Marcas y Mentiras
Nosotros
Junto a mí
Aléjate
Mimado
Eres un 𝐇𝐨𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞 hermano.

Mi protegido

1.3K 120 17
بواسطة PachaRawr


—Freddy, lo siento por no creerte... antes se me hacía imposible pensar eso de Conway, pero, encontré las fotos en su móvil y...— El mayor acuno el rostro del rubio mientras sonreía levemente negando con la cabeza.

—No pidas perdón, entiendo que hayas actuado así... es normal... ¿Quieres pasar?
—Por favor.

El menor paso a dentro de la casa siendo observado por el azabache, que no paso que aún no se había duchado o por lo menos cambiado su ropa he abrigarse más.

—No piensas volver a casa en un buen rato, ¿no? Neno. —El ojiazul negó. —Pues entonces ve quitándote la ropa. —El contrario lo miro extrañado por unos segundos sintiendo sus mejillas arder, cosa que noto obviamente el mayor y corrigió sus palabras de inmediato. —¡Digo! Para que te puedas duchar... o cambiar de ropa... si quieres claro, no te voy a obligar.

—Me parece bien una ducha. —Dijo con una sonrisa en su rostro comenzando a quitarse las pocas prendas de ropa delante del pelinegro quien se quedó estático observando. Su vista no tardo en recorrer el torso desnudo del menor, viendo cada marca y lo suave que se veía su piel. Pasando su mirada curiosa por la cintura pequeña y abdomen bien definido, Gustabo quien sabía que era lo que hacía se acercó al mayor comenzando a quitar sus propios pantalones y con ellos sus bóxers.

—Con las heridas me costará lavarme ¿podrías ayudarme? —Susurro en el oido del gallego colocándose levemente de puntillas proporcionando algún que otro tierno beso por el rostro del mayor, mientras sus manos reposaban en el fuerte pecho del contrario.

—Faltaría más, pavo.

El rubio satisfecho por su respuesta comenzó a desabotonar la camisa del contrario, seguido por los pantalones, hasta que solo estaba en bóxers. Su mirada que estaba hundida en el cuerpo del mayor volvió a subir encontrándose con los ojos oscuros de este que lo miraban expectantes de su siguiente acción. Sin apartar la mirada empezó a jugar con el elástico de la ropa interior, deslizando sus finos dedos por dentro de la prenda de manera lenta y con la obvia intención de tocar todo lo que se encontrara. Con una sonrisa traviesa separo el elástico lo suficiente como para dejar ver todo lo que había, bajando la mirada topándose con lo que encontraba ver, sintiendo sus mejillas calientes, tanto como el ambiente que comenzaba a formarse. No tardo más y quito el bóxer con la ayuda del contrario quien parecía igual de impaciente que él, tan impaciente que lo tomo del cuello con la intención de besarlo salvajemente, pero el rubio no lo dejo, sonriendo al escuchar el gruñido del contrario.

—Primero la ducha.
—Pues vamos ya a la maldita duchecita.

El menor tomo la mano del contrario llevándolo hasta el baño a un paso lento y sensual, sabiendo que el pelinegro observaba su cuerpo por detrás, era obvio que quería divertirse un poco antes, tentarlo y sobretodo excitarlo mas de lo que ya estaba. Abrió el agua caliente que se encargo de mojar ambos cuerpos, Gustabo, quien le daba la espalda al mayor, pasaba sus propias manos por su cuerpo de manera caliente y lenta, hasta que sintió otras manos recorrer su cuerpo igual. Observó de reojo al contrario que se dedicaba a llenar su cuerpo de besos y chupetones bastante notorios, posando sus manos en las caderas del menor, restregando su miembro que ya iba despertando, por todo el trasero del rubio, quien ahora sumiso solo jadeaba y se dejaba hacer por el mayor.

Tomo del cuello al menor viéndolo cara a cara hundiéndose en un beso desordenado y salvaje, explorando con su lengua todo el interior del rubio, quien estaba impresionado por como ahora el pelinegro tomaba el control de tal manera. Freddy no tardo en cargar a Gustabo y llevarlo hasta la habitación, sin importarle mojar la casa, tumbo al rubio en la cama y se colocó entre las piernas mojadas del él, que simplemente se abrieron en cuanto fue lanzado al colchón. El mayor recorrió con besos húmedos desde los muslos hasta el cuello del menor, tomando su miembro dejando algún que otro beso en la punta de este.

El menor quien se mantenía sumiso solo echo su cabeza hacía atrás soltando pequeños gemidos por las acciones del mayor, un simple beso en su muslo podía hacerlo sentir como en el mismísimo cielo y no sabría como expresarse ante el beso en su miembro. Unas cosas tan simples lo estaban dejando sobre la cama con su pecho que bajaba y subía por la excitación del momento.

—Gustabiño... como te pusieron unos besitos, eh, chorbo.
—¿Cuanto más falta para que me folles ya?
—Aún falta, quiero que disfrutes y que nunca olvides esto...

El rubio iba a contestar pero de su boca solo se escapo un sonido de placer al sentir como el pelinegro metía su miembro en su boca, comenzando así moviéndose de arriba abajo escuchando los ahora altos gemidos que soltaba el menor. Levantó su vista viendo a Gustabo quien se mantenía con la cabeza hacía atrás y su espalda algo curvada. El mas pequeño llevo una mano hasta la cabeza del mayor domando los movimientos que este hacía, notando como parecía estar cerca de su orgasmo, con tan solo un beso se sentía en las nubes y esto era definitivamente otro nivel. El mayor dejo que el contrario tomara la velocidad, prácticamente embistiendo la boca del mayor hasta al fin llegar al orgasmo, corriéndose en su boca.

Gustabo cayo rendido notando su respiración relajarse. Miro como el mayor sacaba su miembro de su boca y escupía a un lado el líquido blanquecino.

—¿Te han dicho antes que tus gemidos son preciosos? son música para mis oídos. —El gallego sonrió viendo que este no tenía palabra con la cuál responder. —Bueno, pequeño, ahora me toca a mí.

Dicho eso el mayor llevo una de sus manos hasta la entrada del menor, jugando con esta con sus dedos hasta al fin introducirlos en su interior, al principio fueron unos movimientos lentos, luego unos rápidos, hasta que llego a unos rápidos y profundos, abriendo sus dedos en tijera para acostumbrar la entrada de este. Ya notándolo listo saco sus dedos y miro al menor que parecía estar suplicando con su mirada, no despegó la vista del pequeño en ningún momento. Junto sus labios con los del rubio mientras iba alineando su gran miembro erecto con la entrada de este, de un momento a otro entro la punta de este notando como el menor se tensaba de inmediato, al cuál intentó tranquilizar con el beso.

—Tranquilo, no te tenses.  —Susurro el pelinegro cerca de su oído, ahora entrando lentamente hasta la mitad, notando lo apretado que era el menor en su interior, lo que le hacía más placentero todavía, definitivamente penetrar en ese chico era como estar en el cielo para el Freddy. En un movimiento rápido e impaciente entro por completo escuchando el gran gemido que salió de los labios del rubio. Se quedó quieto aún dentro de este para que se acostumbrara a el, viendo como el menor había soltado unas pequeñas lágrimas que limpió con su pulgar suavemente.

Al notar a este mucho mas tranquilizado y mucho menos tenso comenzó a moverse de manera lenta y placentera en su interior, disfrutando de lo apretado que era, y escuchando los gloriosos gemidos que soltaba el rubio debajo suya. Una de sus manos fue hasta el cuello del rubio tomando este con fuerza, no tanta como para dañarle, pero si para excitarle. Volvió a unir sus labios con los del contrario, hundiéndose nuevamente ambos en un beso salvaje, los besos del pelinegro fueron bajando hasta el cuello dónde le mordió dejando una notoria marca ahí, repitió estas acciones varias veces, eran mordiscos no muy fuertes que simplemente dejaba como una bonita decoración en su cuello y la prueba de que ese pequeño rubio ahora si tenía un dueño.

—Prepárate por que solo estaba empezando.
—¿Empezan-

El rubio no termino su palabra pues una fuerte embestida le provocó soltar un gran gemido, ahora las embestidas eran lentas pero profundas, dando exactamente en su punto. Sabía lo que quería el gallego haciendo eso, una suplica, que le suplicara por más. Siguió recibiendo esas embestidas gimiendo continuamente sin parar, parecía que una era más profunda que la anterior, miro con ojos llorosos al mayor quien parecía divertirse. Vio como este fue bajando hasta sus botones rozados jugando con estos mientras seguía con las embestidas lentas.

—Freddy... —Llamo entre gemidos incontrolables el rubio, recibiendo la atención inmediata del gallego, que simplemente hizo un sonido con la garganta. —Por favor...

—Por favor ¿Qué? No te entiendo, chorbo.

Dijo con una sonrisa burlona en el rostro, era obvio que le había entendido, pero molestarlo un poquito no estaba de más.

—Joder... ¡Freddy! Dame más... —Dijo en un pequeño susurro lo último, le daba vergüenza pronunciar aquellas palabras...
—No te oigo.
—¡Que me folles mas duro, cabrón!

El menor juraría haber visto una sonrisa maliciosa en el rostro del contrario, una que le dio definitivamente miedo. No hubo un previo aviso, y el mayor comenzó con unas embestidas rápidas y profundas, frenéticas que no paraban. Agarro con fuerza la cadera del rubio mientras lo penetraba rápidamente, tenía en cuenta que este seguía con las heridas en su cuerpo, por lo que estaría atento a la mínima queja. Llevo su cabeza hacía atrás, sintiendo el placer que le daba embestir ese pequeño cuerpo sintiéndose en la gloria, soltando algún que otro gemido por su boca entreabierta. Bajo su vista encontrando los ojos cubiertos por lágrimas del menor, del cual no podía ni decir una palabra. En esa pequeña habitación solo se escuchaban ahora los gemidos de ambos y el sonido obsceno de sus cuerpos sudorosos chocando, cosa que al gallego calentaba más.

—Di mi nombre. —Ordenó el pelinegro mientras seguía con las embestidas cada vez mas fuertes, una mucho mas fuerte que la anterior, golpeando justo la próstata del menor, quien parecía no poder aguantar más. —Di mi nombre. —Volvió a ordenar tomando del cuello con fuerza a Gustabo, el rubio hacía el intento de pronunciar una palabra, pero le era casi imposible. —Dilo.

—Fre... ¡Freddy! joder... — Gimió el rubio diciendo el nombre del contrario tal y como lo pidió, simplemente lo encendió más.

—¿He dicho que pares? pituco. —Dijo con una sonrisa socarrona el gallego, quien seguía en lo suyo, sin parar o distraerse.

—Freddy... ¡Joder! Freddy... ¡Freddy! —El rubio sintió como se volvía a correr por segunda vez en la larga noche, miro al contrario, que al escucharle decir su nombre repetidamente siguió con sus embestidas, volviéndolas cada vez mas rápidas, tomando fuertemente el cuello del menor clavando sus uñas ahí mientras lo embestía. Juraría que se estaba volviendo loco, al menos con el cuerpo del pequeño, no pareciera tener piedad en golpearle hasta lo más profundo, viendo sus expresiones de placer que solo lo ponían mas cachondo. Sintió algo en su vientre, estaba cerca del orgasmo claro esta, no se hizo esperar, tomó las piernas del menor elevándolas para mayor espacio, así penetrando en él con mayor fuerza, follandolo con rudeza hasta sentir esa corriente eléctrica recorrerle y soltar todo aquel líquido blanquecino en su interior, siguió con ahora unas embestidas lentas hasta notar vaciarse del todo, sintiendo aquel placer maravilloso. Salió del interior del rubio y lo miro al rostro de manera seria y decidida.

—Date la vuelta, esto solo comenzó, pequeño.

واصل القراءة

ستعجبك أيضاً

201K 11K 99
Segunda parte de One Shots - Selección Mexicana La primera parte se encuentra en mi perfil más de 100 One Shots Pequeñas historia de tus futbolistas...
387K 25.6K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
197K 11.1K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
831K 123K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...