not you again, please › kookm...

By ggkminlvrs

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Park Jarin quiere presentar a su novio con su padre, Jimin. El rizado está encantado con la relación de su hi... More

، 🦋 : Prólogo.
، 🦋 : ¿Cómo se llama?
، 🦋 : No lo conozco.
، 🦋 : Mesa sola.
، 🦋 : Gyuri.
، 🦋 : Ya no existe.
، 🦋 : Te lo juro.
، 🦋 : Mala decisión.
، 🦋 : Aceptando la realidad.
، 🦋 : Una noche en el club.
، 🦋 : El 'hubiera' no existe.
، 🦋 : Más y más planes.
، 🦋 : Puños cerrados, boca cerrada.
، 🦋 : Gateway car.
، 🦋 : Antes de la universidad.
، 🦋 : Error de sistema.
، 🦋 : No exageres.
، 🦋 : Pan francés, lo tengo.
، 🦋 : Cosmopolitan.
، 🦋 : Show you what devotion is.
، 🦋 : Just have fun.
، 🦋 : Mientes.
، 🦋 : ¿Trato?
، 🦋 : ¿Hola? ¿¡Taeyong!?
، 🦋 : Llegando a Seúl, aquí no.
، 🦋 : Aquí está la respuesta.
، 🦋 : Dos meses y era suyo.
، 🦋 : Excusas inocentes.
، 🦋 : Despedida.
، 🦋 : Ducha.
، 🦋 : No iba a funcionar.
، 🦋 : ¿Ves lo que haces?
، 🦋 : Pink haze.
، 🦋 : ¿Enamorado?
، 🦋 : Pómulo abierto.
، 🦋 : ¿Es tu forma de agradecerme?
، 🦋 : Las piezas en su lugar.
، 🦋 : Mensajes.
، 🦋 : Puerta abierta.
، 🦋 : Puente herido.
، 🦋 : Noches.
، 🦋 : Verdades a la luz.
، 🦋 : Intuición.
، 🦋 : Mastermind.
، 🦋 : This is what you want?
، 🦋 : Galletas de disculpa.
، 🦋 : Realidad.
، 🦋 : Un club de nuevo.
، 🦋 : Jongsuk y Jarin.

، 🦋 : No vendrá.

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By ggkminlvrs

Recorría los pasillos del supermercado, especialmente ese pasillo lleno de colores por la infinidad de cajas con mezcla para pasteles, decoraciones de todo tipo y moldes.

Jimin tuvo que salir de compras, pues su hija y Jongsuk quisieron hacer un pastel en casa, un pastel el cual Jarin se encargó de embaucar a su papá como su maestro para la receta. Y Jimin no podía negarse a su hija, su gran amor.

Llevaba una canastilla en su mano derecha. Tomaba todo lo necesario para su pastel red velvet especial; vainilla, cocoa, colorante, harina, etc.

Miraba el granillo de colores metálicos, eran una buena opción para que los jóvenes lo decoraran a su gusto. A Jimin le gustaba tratarlos como niños pequeños para ello.

Tarareaba una canción que no salía de su mente, y la llevaba en loop al menos por dos días. Dio una última mirada a su canastilla mientras caminaba en dirección a la caja donde hubiera menos fila. Mala suerte, al parecer era el día en que a todos se les ocurrió hacer su despensa.

Estiraba su cuello, encontrando buscar la fila más pequeña. Su mirada se enfocó en un par de personas en particular, o mejor dicho, en una muy particular y una desconocida.

Parpadeó seguidas veces, entrecerró sus ojos, tratando de facilitarle la vista a la lejanía.

¿Qué hacía Jungkook con una mujer?

Ese reconocido cabello castaño, que aunque no lo dijo la vez anterior, aceptaba que le quedaba ese nuevo corte a la perfección, haciéndolo ver más joven, sin aparentar la edad que tenía. Podría decirse que incluso, soñó con él, tal cual lo vio aquella noche.

Ese no era el caso. Estaba al lado de una mujer, más o menos de la misma edad. Castaña y mechas rubias, labios de un rojo cereza. Era linda, lo admitía.

Jungkook echaba la cabeza hacia atrás, mientras reía. La castaña reía de igual forma, aunque ella cubría su boca. Jimin rodó los ojos.

¿Qué le causaba tanta risa a los dos? ¿Por qué estaban juntos y solos en el supermercado?

Intentó desviar su mirada a otro lado, incluso optó por formarse en la fila más larga, con tal de no estar cerca de escena que no le era muy cómoda de ver, pues, la fila más corta estaba a un lado de Jungkook.

Negaba con la cabeza gacha. El único lugar donde sus ojos se posaban, eran al frente, y también a su canasta, porque de pronto, esos dos puntos se volvieron los más interesantes para él.

No podía describir lo que sentía. No le gustaba verlo de frente con alguien más de ese modo. Ya le tocó presenciarlo antes, y fue su punto de quiebre.

Trataba de relajarse, de controlar sus pensamientos, porque ni siquiera él sabía que era lo que rondaba ahí mismo. Tantos pensamientos, tantos sentimientos y tantas emociones.

¿Dolor? Tal vez uno de ellos.

Su estómago dio un vuelco, podía sentir aquella extraña sensación de un vacío en la boca del estómago. Repasaba la uña de su dedo anular en el borde de su dedo pulgar de su mano libre, haciéndose una herida. Pero eso era la única forma en la que descargaba un poco lo de su interior.

No le gustaba verlo con ella. No le gustaba que riera con ella. Y no comprendía porqué.

Mordió el interior de su mejilla y echó su cabeza hacia atrás, mirando el techo. Repiqueteaba la punta de su pie derecho contra el piso.

Aceptaba que Jungkook tuviera su vida aparte. Que la hiciera y deshiciera todo lo que quería, eso estaba muy presente en Jimin desde que terminaron, sin embargo, lo que no tenía presente, era que años más tarde tendría que presenciarlo de frente. No sabía que volvería a verlo y eso fue lo que descolocó lo que tanto tiempo le costó enfrentar.

Jungkook ya no era, ni sería parte de su vida.

Una promesa que quería mantener en pie aunque lo tuviera de nuevo frente a sus ojos, y a pesar de tener sus sentimientos completamente revueltos.

✧✦✧

Llegó a su casa a la media hora. Tenía una forma de saber la verdad de las cosas. Una forma para obtener la información que quería, y de una fuente de confianza muy cercana a Jungkook. Jongsuk.

Estacionó el auto frente a su casa. Se miró en el retrovisor, formando una sonrisa fingida, pues todo rastro de felicidad se le borró cuando vio a Jungkook con esa mujer.

Acomodó su cabello y salió del auto, abriendo después la puerta trasera para tomar la bolsa de sus compras. Colocó el seguro y caminaba mientras tanteaba las llaves de su casa en sus bolsillos del pantalón.

Tal como siempre lo hacía, después de abrir la puerta y entrar, arrojaba las llaves al comedor.

Jarin lo recibió con voz melodiosa.

—¡Llegaste, papá! —alzó la voz—. Nosotros ya tenemos todo listo.

Jimin asintió entrando a la cocina. Y sí, su hija y Jongsuk tenían todos los recipientes listos para llenarlos con los ingredientes. Había tazas medidoras, cucharas, envases y pocos ingredientes sobre la encimera.

Jimin dejó la bolsa ahí mismo, dejando que los menores se ocuparan de sacar el contenido. Jimin se permitía ver.

—¿Cuánto nos tardaremos, papá? —preguntó la menor, concentrada en la bolsa del supermercado.

—No más de dos horas, amor —le guiñó un ojo. Era un pregunta muy buena para darle de que hablar con Jongsuk, sobre cierto castaño ojiazul.

Apoyó su cintura en la encimera, cruzándose de brazos. A un lado de Jongsuk, por supuesto.

—Espero no nos tardemos más por mi culpa —rió el castaño.

Jimin sonrió y arrugó su nariz.

—Jongsuk, cariño. ¿Hoy también vendrá tu papá por ti? —alzó una ceja, fingiendo repentina atención a la vainilla. No quería ser bastante evidente.

Jimin ya estaba acostumbrado a tener a Jungkook todas las noches de los fines de semana, esperando para llevarse a su hijo.

Jongsuk negó, mirándolo con tranquilidad.

—No, hoy me iré solo. Papá salió con una compañera de trabajo. Cuando sale con ella, normalmente llegan hasta tarde.

Sintió que su respiración se entrecortó. No sabía que salía desde hace tiempo con ella, otra cosa más que no le gustó oír, aparte de ver, en ese día.

Asintió, tomando una manzana del otro lado de la cocina, volviendo al lado del novio de su hija.

—¿Compañera de trabajo?

Bien, a la mierda con no ser evidente. Tenía que saber qué tanta relación tenían Jungkook y ella.

—Sí. Se conocen desde hace mucho tiempo. Papá siempre la suele invitar a salir de vez en cuando.

—Oh, está bien. No me cuentes más —porque ya no quería escuchar más—. Así sabré que deberías llevar un poco de pastel demás a tu casa y pruebe lo que hiciste.

No volvió a sonreír más en todo el tiempo que estuvo en la cocina con la pareja. Sin hablar tanto, como otras veces. Incluso para Jarin fue extraño no escuchar a su papá hablar y hablar.

✧✦✧

Jungkook reía mientras conducía. Su copiloto no dejaba de molestarlo con sus comentarios burlescos.

—Jimin terminará rendido a tus pies, Jungkook. No te preocupes. Seguro de tantas visitas por tu hijo a su casa lo terminan enamorando.

El castaño negó ahuecando sus mejillas. Estacionó el auto frente a la casa de la mujer.

—No sólo es eso, Namin. Trato de ir paso a paso con él. Necesito ganarme su confianza y después ir a lo otro.

La castaña negó chasqueando su lengua.

—No te tardes, eso es lo único que diré.

Jungkook le dio una mala mirada. Frunció una de sus cejas y negó. Decidió ignorar su comentario.

—Bájate ya. Debo llegar a casa de Jimin antes de que Jongsuk se vaya.

✧✦✧

Condujo más rápido de lo normal hasta llegar a casa de Jimin, quien cuando le abrió la puerta, pareció sorprendido. Y después, su rostro cambió a uno completamente enojado, tanto que desconcertó a Jungkook.

Le abrió paso entre la puerta, Jungkook entró y cerró detrás de él. Miró a la cocina, saludando a su hijo al agitar su mano.

—Ya voy, papá. Jarin me ayuda a envolver esto —señaló el pastel. Jungkook asintió.

Le importaba saber qué pasaba con Jimin.

Estaba sentado en el comedor, checando su celular. Notó su mirada de reojo y vio cómo rodaba los ojos. Jungkook no comprendía qué había hecho mal.

Tomó asiento a su lado.

Guardando silencio, temía decir algo y que Jimin no le contestara. Pero, a su suerte, Jimin dejó el celular de lado, observó a Jungkook. Sus cejas ligeramente fruncidas.

—Te vi en el supermercado —soltó con voz dura.

Jungkook no le tomó importancia. ¿Había estado ahí? Sí. ¿Hizo algo malo? No.

—Mhm... ¿qué tiene eso? —intentó saber más, con un tono divertido en su voz.

Jimin tuvo reunir fuerzas para no abrir su boca, indignado.

Tomó un respiro, volviendo a su indiferencia.

—Nada, olvídalo. Sólo no es mi día.

Comprendía que tampoco era de su incumbencia saber de la vida privada de Jungkook. Así como él lo mantenía a distancia de la suya, es como podía hacerlo también Jungkook.

Jungkook ladeó la cabeza, entrelazó sus propias manos sobre la mesa.

—Bueno, tampoco el mío —buscó la forma de entablar una conversación—. Namin no quería dejarme ir.

«Con que esa se llama Namin.»

—¿Namin? —preguntó volviendo a tomar su celular. Volvió a tener cierto interés, y si Jungkook se abría, ¿por qué no?

—Sí —sonrió—. La madrina de Jongsuk. Mi mejor amiga, de hecho.

En cuanto lo escuchó, quiso darse un golpe en la cabeza. Se estaba volviendo loco por la madrina de Jongsuk. Su mente maquinaba sólo por una persona común y normal en la vida de Jungkook.

Pero, en defensa, Jongsuk no mencionó que se trataba de su madrina.

Apretó sus labios con fuerza, asintió, ahogando un grito en su garganta.

Namin, la madrina de Jongsuk y mejor amiga de Jungkook era quien comenzaba a despertar esa sensación en él que no tenía años atrás.

Ese vacío en el estómago e impotencia que fácilmente podrían ser celos.

Celos que ese día y parte de la noche, Jimin se negó a aceptar.

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[----→→→→→→→→ 𝕀𝕤𝕒𝕓𝕖𝕝𝕝𝕒 𝕎𝕚𝕟𝕔𝕙𝕖𝕤𝕥𝕖𝕣 𝚄𝚗𝚊 𝚌𝚊𝚣𝚊𝚍𝚘𝚛𝚊 𝚎 𝚑𝚒𝚋𝚛𝚒𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝚊𝚗𝚐𝚎𝚕 𝚢 𝚎𝚌𝚑𝚒𝚜𝚎𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚛𝚎𝚎𝚗𝚌�...