Mi gusto mas culposo | Freddy...

By PachaRawr

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-ˏˋ⋆ D e s c r i p c i ó n ⋆ˊˎ- ୧⋆。????. -ʚɞ F- No supo reaccionar al ver los fascinantes ojos que poseía aqu... More

⇱Aclaraciones⇲
Día extraño...
Mal despertar
Noche de paz...
¿Obsesión?
Gustabo García
Hipnotizado
Exquisito
¿Esto es amor?
¡Aviso!⚠️
¿Que sentimiento es este?
¡Hola! ⚠️
Dolor.
Oh...
¡Ese no soy yo!
Perdón
Marcas y Mentiras
Nosotros
Aléjate
Mi protegido
Mimado
Eres un 𝐇𝐨𝐫𝐫𝐢𝐛𝐥𝐞 hermano.

Junto a mí

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By PachaRawr



Horacio froto su cien aún confundido, había vuelto de una cita y se encontraba con su hermano y un hombre que no conocía en pleno comedor de su casa. Ahora Freddy se había ido tras aquella escena, solo estaba un ansioso Gustabo y un cansado Horacio.

—Joder macho... ¿pero así de la nada?
—Sí, no... no sé que ha pasado, simplemente paso... —Respondió en un tono bajo el rubio.
—Gustabo será mejor que descanses, no te comas la cabeza ¿si? —El menor se acerco al contrario dándole un pequeño beso en la mejilla en muestra de cariño.

—Esta bien, descansaré, si es que puedo dormir.
—Tu inténtalo, —Ánimo el de cresta mientras acariciaba su mejilla amoroso, le tenía mucho apreció a su hermano, y verlo así le daba... ternura. —Yo me voy a dormir, si... si quieres venir a mi cuarto y dormimos juntitos como a los viejos tiempos, vente.

El contrario sonrió enternecido recordando a cuando ambos eran pequeños y dormían juntos para no sentirse solos.

—Esta bien, gracias hermanito.
—De nada, aquí me tienes.

El pelirojo se despidió caminando hacía su cuarto cerrando la puerta tras de si dejando al rubio en el salón solo con sus pensamientos autodestructivos. El ojiazul se sentó en el sofá pensando en lo que había pasado, sin evitar sentir la culpa que poco a poco se iba comiendo todo su ser. No tenía una relación formal con Conway, pero igualmente sentía que era un traición lo que le hizo, y el pelinegro lo había tratado muy bien a su parecer, había sido cariñoso y lo había cuidado, Conway nunca haría algo así, y menos con un "amigo" suyo. Sin evitarlo unas pocas lágrimas salieron de sus bellos y tristes ojos, bajo la vista viendo ambas de sus manos que temblaban, al igual que el resto de su frío cuerpo.
Se sentía como una mierda, ya no podía mirar a Conway a los ojos. Ahora que estaba en soledad se dejaba ahogar en sus pensamientos tan malos como del que creía traicionar. Soltó un pequeño chillido apretando sus puños con rabia, rabia a si mismo por lo que había hecho, por como se dejaba llevar sin saber decir un "No" o un "Si". Golpeó repetidamente su cabeza sintiendo la angustia apoderarse de él, así estaba y el mayor ni siquiera lo sabía, no podía imaginarse cuando este lo sepa.
Harto de esto pensó en una forma rápida de olvidarlo, de un rápido movimiento se levanto hasta la cocina por la oscuridad de la casa, busco en los estantes frascos de alcohol, da igual cuál fuera eso no le importaba. Con una vaso en la mano y la botella en la otra comenzó a servirse Vodka sin parar, luego Tequila hasta el punto de no saber ni reconocerse y hasta agotar el alcohol. No era una persona que bebiera mucho, pero si tenía las cosas preparadas por si había algún tipo de ocasión especial.

Al ver que no quedaba bebida maldijo en un tono bajo, aún estando borracho no quería despertar a Horacio. Dudo un poco al principio si hacerlo o no, si realmente quería hacerlo o quería otra cosa... Se dejó llevar por su enfado y tristeza, así agarrando sus llaves, su cartera y saliendo a la fría calle aún en un fino pijama y descalzo, no tardaría mucho, sería salir y entrar.

Caminaba por las tenebrosas y vacías calles, al haber estado tanto tiempo hablando con Horacio se había hecho bastante tarde, y era muy de noche, poca era la gente que había, pero quien lo veía lo miraban extrañados, otros con una sonrisa maliciosa pensando en divertirse un poco con el rubio y aprovechar su estado para hacer fechorías, pero por su suerte no paso. Vio a lo lejos la licorería sonriendo y aumentando el paso yendo hacía esta pasando por un grupito de hombres acompañados de mujeres de compañía que rieron al verlo en su estado.

Estaba saliendo de la licorería, había comprado varias botellas sin ningún tipo de problema. Revisaba todo lo que había comprado hasta chocar con un cuerpo mas grande al suyo, levantó intrigado la vista viendo de quien se trataba, uno de los mismos hombres del grupo que anteriormente había visto, que parecía furioso, pero ¿por qué? Bajo nuevamente la mirada viendo que había tirado su celular al suelo.

—¡¿Que coño haces?!
—Hostia... Per... Perdona, no quería, en serio...—Dijo arrastrando las palabras, realmente fueron unas disculpas reales, pero el contrario se las tomo a risa como el resto del grupo que apenas había aparecido viendo la escena.

—Te esta vacilando, John, mete le una hostia para que espabile. —Grito entre risas uno del grupo al que estaba enfrente del ojiazul, quien parecía comenzar a ponerse nervioso por la situación. Obviamente todos los ahí presentes estaban borrachos, unos mas que otros...

—A ver, que yo solo me he chocado, no fue intencional. —Dijo Gustabo en forma de defensa hablando en general.

—Mira vagabundo, —Dijo sorprendiendo al rubio por como lo llamó. —que tal si me das la bolsa esa que llevas y todo queda como si nada. —Soltó una risa socarrona tras terminar la propuesta.

—Yo a ti no te voy a dar una mierda, vagabundo tu puta madre...

—Tendrá cojones, somos más y mira como se pone la zorra. —El contrario intento arrebatarle la bolsa pero el rubio rápidamente se movió con algo de dificultad debido a su estado.

—Tu te lo buscaste. —Un golpe seco fue hasta la nariz del de ojos claros, que lo tiro al suelo desequilibrando se, como a las botellas de alcohol, unas salieron ilesas, pero otra se rompió dividendo se en trozos los cuales algunos cayeron en la piel del rubio. Aún en el suelo comenzó a recibir patadas y golpes por varios de los hombres del grupito, mientras oía las risas de las mujeres de fondo. Ya cansados y viendo que el contrario paraba de moverse ya resignado a los golpes, el hombre con el que comenzó el conflicto se llevo la bolsa y junto a los demás se alejaron del lugar dejando al rubio en el suelo rodeado de cristales.

Su respiración era entrecortada, sentía todo su cuerpo doler y las lágrimas salir rápidamente de sus ojos, reviviendo este mismo momento en el pasado, cuando era un niño pequeño burla de todos. Su garganta se iba cerrando sintiéndose más débil de lo que ya él creía, en una postura fetal en el duro y asqueroso suelo húmedo de sus propias lagrimas y el alcohol antes derramado. Por mas que sabía que no era así, sentía que esto era merecido y que todo aquello fue el mismísimo karma por lo que había hecho. Con las ultimas fuerzas que le quedaban se fue levantando poco a poco, pero no contó con los cristales, pisando algún que otro, pero igualmente se levantó por completo y con dificultad comenzó a caminar ¿hacía dónde? Ni el mismo lo sabía, a medida que avanzaba comenzaba a creer que se había perdido, aún no reconocía dónde estaba. Su brazo dolía y normal, tenía un rastros de cristales que provocaron que perdiera sangre muy lentamente, sangre que a su parecer, era todo merecido, todo ese dolor que él sentía ahora mismo era mas que merecido y justificado, por qué claro, él había sido una horrible persona al seguir sus impulsos...

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚 𝐅𝐫𝐞𝐝𝐝𝐲...

Tras salir de casa del rubio decidió dar una larga vuelta, intentar resolver el problema de las fotos y... estar un poco con sus pensamientos, pensando en que había hecho, se estaba dejando llevar demasiado por sus sentimientos, por favor, él creía ser heterosexual, nunca se había visto así con un hombre, y menos con el que creía un asesino y peligroso para su amigo, hasta que descubrió que era al revés, pero aún veía esperanza en Conway, aún lo que había hecho sabía que el no era una persona mala, simplemente alguien que sufrió demasiado... Su mente inocente lo estaba cegando por completo y no se daba idea de eso, y cuando se de cuenta será tarde.

Siguió caminando hundido en sus asuntos pasando de largo de un lo que a su parecer era un borracho cualquiera. Paro de andar al notar las gotas de sangre en el suelo así giro su vista fijándose en el joven, abriendo sus ojos de par en par al ver de quien se trataba, viendo su estado por completo, como esta helado por completo por el frio y las heridas en su brazo y pies descalzos. En cuanto vio que era Gustabo su corazón comenzó a latir rápidamente, no tardo en acercarse a él parando su andar y obligando a que este le viera el rostro. De todas las imágenes que había tenido del pequeño esa definitivamente es la que menos quería ver, sus ojos rojos debido a las lágrimas que aún salían por sus ojos, su cuerpo que temblaba debido a la poca que llevaba y la temperatura tan baja, y lo que mas le preocupaba sus pequeñas heridas y golpes que tenía en su cuerpo y rostro, ¿como se las arreglaba para acabar así?

—Gustabo, ¡¿que cojones te ha pasado?! —Preguntó con obvia preocupación agarrando al pequeño, que parecía incapaz de verlo y mas de hablar. Frunció el ceño al no obtener respuesta, no tardo en quitar su chaqueta y colocársela al contrario. El rubio se veía rehuso a mirarle cosa que lo extraño bastante, mas no sabía que al menor no le gustaba enseñar esa parte de él.

—Gustabo, mírame. —Ordenó el pelinegro esperando respuesta o algo por el contrario.

—Déjame, por favor, estoy bien.
—¡¿Bien?! Los cojones, chorbo. —El contrario con delicadeza agarro de la mandíbula al menor obligándolo a que le mirara, fijándose en sus lagrimas y el los golpes, como la sangre, ahora seca, que se derramaba por su nariz.

—Te llevaré a mi casa, no quiero quejas, neno, quisiera saber como coño acabaste así. —El menor aparto la mirada sintiéndose inútil, sin esperarse el pequeño beso en su mejilla por parte del mayor. Freddy no tardo en agarrar al menor en brazos, no dejaría que siguiera caminando estando descalzo y con sus pies mal heridos.

—Te dije que estoy bien...
—Me vuelves a decir eso y te voy a dejar peor de lo que ya estas, ¿oíste?. —El menor soltó una pequeña risita que pareció devolverle la sonrisa al mayor.

Después de caminar un buen rato llegaron a un apartamento, no era muy grande, ni muy lujoso, no por que le mayor no se lo pudiese permitir, simplemente prefería cosas discretas... Entro a su hogar con el rubio aún en brazos, que estaba bien aferrado a él, parecía que tenerlo tan cerca lo había relajado por completo. En un momento decidió sentar al menor sobre una mesa, pero a la hora de separarse este se rehusó a ello, apretando el agarre.

—Gustabo, necesito que me sueltes un segundo. —Suspiro al ver que no hacía ni pizca de caso y se quedó simplemente abrazando su cuerpo unos segundos más, lo que el rubio creyera suficiente. Con suaves caricias pasaba su mano por la espalda del contrario intentando calmar a este, sintió como escondía su rostro en el espacio de su cuello y hombro.

—Pequeño, luego si quieres te abrazo hasta que salga el sol, pero déjame currarte antes. — Pasaron unos segundos hasta que al fin lo soltó, en movimientos rápidos el gallego se dispuso a buscar el botiquín que poso en la mesa a un lateral del menor. Primero se encargo de su brazo, lo que mas le preocupaba debido a los cristales, al igual que el de sus pies.

—¡Joder... Freddy, ten mas cuidado! —Dijo el menor al ser retirado otro cristal, y por suerte el último.
—Que quieres que haga, ¿te dejo los cristales? Neno.

Termino después de unos minutos, viendo el brazo y pies ahora envueltos, suspiro para seguir ahora con su rostro, en lo que no tardo mucho. Volvió a acercarse junto a el, colocándose entre las piernas del menor con sus manos en su cintura y viendo a este a sus ojos, aquellos ojos que tanto lo habían embaucado en el primer momento que los vio.

—¿Quieres algo de comer? —El menor negó ante la petición. —Deberías de comer algo.

—Solo quiero abrazarte un rato. —El mayor se acercó mas cargando su cuerpo de nuevo, esta vez llevándolo directo a la habitación tumbando al menor en la cama y separándose nuevamente de él. Camino hasta su armario comenzando a buscar entre las ropas algo pequeño y que sirviea al menor.

—Gustabiño, será mejor que te cambies de ropa, incluso una ducha no te vendría mal, apestas a alcohol, pequeño. —Dijo tirando la ropa a la cama y volviendo a acercarse al menor que lo miraba con un leve sonrojo en las mejillas.

—Claro... siempre y cuando me ayudes a quitarme la ropa... y me acompañes a un baño. —Dijo el rubio nuevamente dejándose llevar, en ese momento necesitaba olvidarlo todo y ver el rostro de su "amante" sonrojado por sus palabras le hacía sonreír.

—Esta bien... pero luego me contarás por que hiciste lo que hiciste. —El rubio asintió levemente con una pequeña sonrisa coqueta en su rostro, dicho esto el pelinegro fue retirando el pijama del contrario bajo la atenta mirada del menor, sintiendo su corazón latir mas rápido. Al fin había retirado todo dejando a este en ropa interior, no iba a retirar mas ropa, no quería incomodar al contrario o hacer algo no apto para él, pero se sorprendió al ver que este comenzó a quitar su propia ropa interior delante de sus ojos, comenzó a sospechar algo, fijándose bien en el rostro del muchacho delante de el. Colocó sus manos sobre las del menor, parando sus acciones y acercándose a su rostro.

—Gustabo, abre la boca. —El rubio extrañado se negó ha hacer la acción, por lo que el contrario lo beso en un momento hundiendo su lengua en al boca del menor, notando aun el sabor a alcohol.

—Sigues  borracho, —Dijo separándose del más pequeño. —No vamos hacer nada, ni voy a dejarte hacer nada si estas borracho.

El menor lo miro con el ceño fruncido a la vez que hacía un puchero adorable para el contrario.

—Vale... pero ¿al menos me abrazas? O ¿eso también está prohibido? —El mayor rodó los ojos mientras se quitaba la ropa bajo la atenta mirada del contrario, quedando en ropa interior igual que el menor junto a una manta se acercó nuevamente a Gustabo. Se recostó en el colchón junto al rubio abrazando su cuerpo calentándolo con su calor corporal, viendo como este se aferraba a su pecho con tal de sentir el calor. Daba pequeñas caricias en el cuerpo del rubio, acariciando de vez en cuando su dorado pelo, y notando como ya dormía plácidamente, enternecido se acercó a darle un pequeño beso en la frente.

—Nunca mas te volverá a pasar esto junto a mí. —Dijo en un pequeño susurro, mas para él que para menor. Cubrió mejor al contrario con la manta fijándose en su rostro por última vez.

—Me haces un hombre feliz, pequeño.

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