La ira sustituyó al miedo. Sentí una fuerza abrasador que me subía por las extremidades: el mismo subidon de energía que me había embargado cuando a la señora Dodds le crecieron garras.
El hombre toro se volvió hacia Grover, que yacía indefenso en la hierba. Se le aproximo, olisqueando a mi mejor amigo como dispuesto a levantarlo y disolverlo también.
No iba a permitirlo.
Todo estaba prestando la mayor atención, pues era poco probable que una niña sin entrenamiento le ganará sola al minotauro.
Me quite el impermeable rojo.
-!Eh, tu! ¡¡Eh¡!-grite mientras sacudía el impermeable, corriendo hacia el mounstro-Eh imbecil
-Nerea, tienes algún deseo de morir -pregunto poseidon preocupado
-Tranquilo señor poseidon, ya se va a acostumbrar
Poseidon volteo a ver a annabeth como si le hubiera dicho que su peor pesadilla se iba a volver realidad, annabeth al ver la mirada se encogió en su asiento.
-Brrrr- se volvió hacia mí sacudiendo los puños carnosos.
Tenía una idea; una idea estúpida, pero fue la única que se me ocurrió. Me puse delante del grueso pino y sacudí el impermeable rojo ante el hombre toro, listo para saltar a un lado en el último momento.
Pero no sucedió así.
El monstruo embistió demasiado rápido, con los brazos extendidos para cortar mis vías de escape.
El tiempo se ralentizo.
Mis piernas se tensaron. Como no podía saltar a un lado, salté hacia arriba y, brincando en la cabeza de la criatura como si fuera un trampolín, gire en el aire y aterrice sobre su cuello.
Poseidon estaba intentando calmarse su hija tenía serios deseos de morir
Apolo no se encontraba nada mejor
-Parece que tu pequeña solcito te salio suicida-le susurro Artemisa a su hermano
¿Cómo lo hice? No tuve tiempo de analizarlo. Un micro-segundo más tarde, la cabeza del mountro se estampó contra el árbol y el impacto casi me arranca los dientes
-Eh porque esa violencia a mi persona -dijo thalia tratando de alivianar el ambiente
Cosa que no funcionó
El hombre se sacudió, intentando derribarme. Yo me aferre a sus cuernos para no acabar en la tierra. Los rayos y truenos aún eran abundantes. La lluvia me nublaba la vista y el olor a carne podrida me quemaba la nariz. El monstruo se revolvía girando como un toro de rodeo. Tendría que haber reculado hacia el árbol y aplastarme contra el tronco, pero al parecer aquella cosa solo tenía una marcha: hacia delante.
Grover seguía gimiendo en el suelo. Quise gritarle que se callara, pero la manera en que me estaban zarandeando de un lado a otro, si hubiese abierto la boca me hubiera mordido la lengua.
-Comida-insistía grover
Este estaba avergonzado y decepcionado de el mismo.
El hombre toro se encaro hacia el, piano de nuevo y se preparo para embestir. Pensé en como había estrangulado a mi madre, como la había hecho desaparecer en un destello de luz y la rabia me lleno como gasolina de alto octanaje
Los semidoses hicieron una mueca una nerea enojada no era algo muy lindo que digamos de presenciar y menos cuando se metían con su madre.
Le agarre un cuerno e intente arrancarselo con todas mis fuerzas .
-No va a funcionar -dijo convencido Ares
Poseidon solo le rogaba a todo lo posible que funcionará
El mounstro se tenso, soltó un gruñido de sorpresa y entonces... ¡Crack! Aullo y me lanzó por los aires. Aterrice de bruces en la hierba, golpeandome la cabeza contra una piedra. Me incorpore aturdida y con la visión borrosa, pero tenía un trozo de cuerno astillero en la mano, un arma del tamaño de un cuchillo.
El mounstro embistió una vez más.
Sin pensarlo me hice a un lado, me puse de rodillas y, cuando paso junto a mi como una exhalación,e clave el asta partida en un costado, hacia arriba, justo en la caja torcida.
Ares no se lo podía creer
- me estas empezando a caer bien prongada, no lo arruines-dijo este
Nerea solo Arqueo una ceja, si el supiera
El hombre toro rugio de agonia. Se sacudió, se agarro el pecho y por fin empezó a desintegrarse; no como mi madre, en un destello de luz dorada, sino como arena que se desmorona. El viento se lo llevó a puñados, del mismo modo que a la señora Dodds.
La criatura había desaparecido
Apolo se levanto se su trono y se dirijo a paso seguro donde se encontraba nerea, este la levanto y la abrazo como si todo lo que vieron acababa de suceder.
Nerea se encontraba sorprendida, desde que llegaron no se le había acercado si le había hablado pero nunca acercado
-Estas bien-le susurro mientras la abrazaba
Posesión cojio el cuello de la ropa de apolo y lo tiro para atrás para el abrazar a nerea
-No me vuelvas a asustar de esa manera nerea-la regaño mientras la abrazaba
La lluvia cesó. La tormenta aún tronaba , pero ya a lo lejos. Apestaba a ganado y me temblaban las rodillas. Sentí la cabeza como si me la hubieran partido en dos. Estaba débil, asustada y temblaba de pena. Acababa de ver a mi madre desaparecer. Quería tumbarme en el suelo y llorar.
Todos miraron con pena a nerea, era un niña, ningún niño deberá pasar por eso debería estar preocupándose por cual sería el juguete con el que jugaría al día siguiente no en ver a su madre muerta
Pero Grover necesitaba ayuda, así que me las apeñe para tirar de el y adentrarme a trompicones en el valle, hacia las luces de la granja. Lloraba, llamando a mi madre, pero seguí arrastrando a grover, no podía dejarlo en la estacada.
Lo único que recuerdo es que me derrumbe en un porche de madera, mirando un ventilador de techo que giraba sobre mi cabeza, polillas revoloteando alrededor de una luz amarilla, y los rostros severos de un hombre barbudo de expresión familiar y una chica guapa con una melena rubia ondulada de princesa.
-¿chica guapa?-pregunto apolo mientras levantaba una ceja
Ambos me miraban y la chica dijo
-Es ella. Tiene que serlo.
-silencio annabeth -repuso él hombre -la chica está consciente. Llévala dentro.
N.A:
Hola espero que les guste
La verdad creo que fue uno de los capítulos más cortos que hice
Hasta pronto besos