Especial San Valentín XII
Aventuras en Sistema de auto-salvación del villano escoria XII
Las cosas se volvieron más sencillas cuando regresaron. Luego de que tranquilizara a su esposo y le contara que el otro Binghe ya no volvería a molestar, Binghe le contó lo que había pasado del otro lado del escudo. Resultaba ser que, al momento en que Bingge se fue, su espada, la poderosa XinMo, se volvió cenizas. Ninguno entendió qué pasó, pero lo único que podían deducir era que habían podido contra él. Shen Jiu le prometió a su esposo que luego le explicaría todo con detalles de lo que realmente ocurrió.
Fue después de eso que todos sus pollitos se lanzaron sobre él, todos llorosos y diciéndole lo mucho que lo habían extrañado. Incluso su hijo, con sus quebraduras aun frescas, se lanzó sobre él llorando y diciéndole que lo había extrañado mucho y que por favor no volviera a dejarlo solo.
¡Incluso sus hermanos marciales, a excepción de Liu Qingge, Mu Qingfan y Yue Qingyuan, se lanzaron sobre él para abrazarlo! La diferencia con sus discípulos ¡era que estos bastardos lo habían hecho solo para molestarlo! ¡Desgraciados todos ellos!
—¡Ya déjenme en paz!—gritó Shen Jiu, harto de toda esta atención de parte de sus hermanos marciales.
¡Maldición que todavía tenían que hacerse cargo de los demonios que Bingge había dejado aquí!
Luego de que sus hermanos marciales se quitaran de encima, Shen Jiu se levantó con ayuda de su esposo y se acercó a los otros señores de pico que, luego de un rato, habían tenido que meterse en la batalla.
—Creo que sin XinMo ahora, enviar a estos demonios a su mundo y dejarlos ahí solucionará este problema—dijo el otro Yue, su sonrisa y su mirada tenían algo peculiar que llamó la atención de Shen Jiu.
—Sí, lo que sea que hagan en su mundo, ya solo será problema de ellos—dijo Shen Jiu intentando descifrar el extraño comportamiento del otro Yue.
—En ese caso, ¿su esposo podría hacerse cargo de este asunto?
Shen Jiu miró a Binghe, el cual asintió y empuñó a su propia espada, concentrándose para buscar el mundo exacto del cual venían estos demonios.
Mientras esperaban, Shen Jiu notó que todos los demonios, incluidos los más fuertes, estaban maniatados y arrodillados en el suelo. A varios metros de ellos, estaba Shang Qinghua con su esposo y la versión del otro mundo de su esposo maniatado en el suelo. El otro Mobei no dejaba de mirar a Shang Qinghua, quien lo ignoraba mientras hablaba con Sun Lian, su discípulo principal. Su mirada estoica parecía tener un tinte sentimental que era difícil de descifrar.
Sha Hualing, por otra parte, había sido amordazada también porque no dejaba de quejarse. A sus costados estaban discípulas de XianShu custodiándola. Los otros demonios, por su parte, no representaban un gran peligro así que los discípulos de BaiZhan y WanJian eran los indicados para mantenerlos a raya.
Solo después de unos cuantos segundos, su esposo consiguió dar con la respuesta que habían buscado y, de un solo movimiento, abrió un portal que daba al mundo de estos demonios.
—Envíen a todos lejos, terminemos con esto de una vez—pidió Luo Binghe viendo a Mobei-jun.
El general de hielo, la reina de escarcha de Shang, asintió y con una señal, más demonios se acercaron y comenzaron a arrojar por el portal a los demonios que habían maniatado, lanzándolos como costales de arroz hacia el otro mundo.
Mientras lo hacían, Shang Qinghua se acercó a él. Lucía cansado pero todavía podía caminar sin caerse, lo cual era bastante.
—Shen shixiong, ¿qué pasó con Bingge?—preguntó en voz baja.
—Fue a empezar de nuevo a otro mundo donde se encontraba el alma del verdadero Shen Qingqiu de aquí—respondió Shen Jiu en el mismo tono que él, viendo a los demonios lanzar a otros demonios por el portal.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—¿Ves a ese de allí?—señaló con su abanico—Es un transmigrador como tú. Un ladrón de cuerpos.
Shang Qinghua abrió la boca exageradamente y se giró a mirar al impostor, quien estaba siendo abrazado por su llorosa doncella.
—Entonces...tú... ¿no eres tú aquí?
—Exacto.
—Oh...—Shang miró al impostor antes de asentir—tiene sentido. Tú no serías así con Binghe.
—Claro que no, lo arruinaría.
Shang Qinghua asintió, mientras contemplaba a la extraña pareja pensativo.
—¿Entonces yo...?—se buscó a sí mismo, viéndose aparecer junto al otro Mobei-jun.
Se veía como el patético cultivador cobarde que había sido, caminando como un roedor asustado al lado de Mobei-jun.
—Sí, tú también estás aquí.
—Oh...interesante.
Sí, interesante que, en este mundo, todos fueran unos ladrones de cuerpos y vidas ajenas.
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Luego de que lanzaran a todos los demonios y que se cerrara el portal, el líder de secta de este mundo los invitó a descansar unas horas en CangQiong antes de que tuvieran que regresar a casa. Ninguno se negó, porque todos necesitaban el descanso luego de pelear por bastante tiempo. Así que cada pico, dirigido por sus maestros, siguió a los otros señores de pico. En sus respectivos lugares, estaban sus versiones que parecían estar llegando de otro lugar de la secta. Ming Fan creía que habrían estado en QiongDing, el pico más seguro de CangQiong.
Cuando el Ming Fan de este mundo lo vio, hablando amenamente y riendo junto con Binghe, se sorprendió tanto que fue hasta gracioso.
—Shizun—dijo feliz acercándose a su maestro—, entonces ¿pudieron deshacerse del demonio?
—Ya todo fue solucionado—dijo el otro shizun, abriendo su abanico y agitándolo suavemente sobre su pecho.
A Ming Fan le resultaba una acción innecesaria, pero creía que debía ser algún hábito de erudito que él no entendía.
Ming Fan suspiró aliviado, igual que la otra Ning Yingying, una mujer que se veía todavía como la joven cultivadora de la que se había enamorado y no como la cultivadora experimentada que era su esposa. Era un cambio que hasta su Yingying notó al momento de verla.
Lo que también notó Ming Fan, fue la mirada de desprecio que el otro Ming Fan le dedicó a Luo Binghe. Una mirada que nunca le había dedicado a su shidi, ni siquiera cuando habían peleado.
También se dio cuenta de que todos los discípulos de QingJing no parecían ser muy unidos unos con otros. Incluso había rostros que nunca antes había visto y otros que faltaban. Mu Sheng no parecía estar en ningún lado, ni siquiera Lu Song. Chen Mei, Chen Lin. No parecía ser que alguno de ellos existiera en este pico.
De cierta manera, era triste. Pero luego de ver la extraña actitud de este otro shizun, quizás podía entender por qué nadie de ahí era cercano al otro.
—Pueden descansar donde lo crean conveniente, mientras se mantengan dentro de QingJing—dijo el otro shizun luego de calmar a sus discípulos y explicarles que todo había resultado bien.
—A la puesta de sol los quiero a todos reunidos aquí de nuevo—dijo su shizun, suspirando cansado.
—Shizun no tiene de qué preocuparse, este Ming Fan se encargará de reunir a todos sus hermanos marciales de nuevo antes de la puesta de sol.
—Gracias.
Ming Fan sonrió y miró a sus hermanos marciales, todos ellos sonrieron y se dispersaron por el pico para disponerse a descansar o distraerse. Su esposa tomó su mano y, sin decirle nada, le dejó en claro que iría con su versión de este mundo para hablar. Ming Fan besó su frente antes de que se marchara y que él mismo se dirigiera al bosque de bambú, siguiendo un camino que podría hacer incluso con los ojos cerrados.
El camino lo llevó a un melocotonero, cuyos frutos maduros caían al suelo y quedaban abandonados ahí. Como si nadie fuera a ayudarlo a liberarse de la carga.
Era una lástima que un lugar tan bonito fuera tan poco visitado.
Mientras estaba admirando los frutos maduros del árbol, escuchó los pasos suaves de alguien acercándose. Incluso en otro mundo, esos pasos seguían siendo los mismos que conocía.
—¿Alguna vez comiste un melocotón de este árbol?—preguntó girándose y viendo al Binghe de este mundo a pocos metros de él.
—Nunca antes le había prestado atención a este lugar.
—¿En serio? Oh, bueno, quizás te gustaría venir más seguido—con una piedra que tomó del camino, Ming Fan la lanzó impulsándola con su pulgar para que golpeara una de las ramas y cayera un melocotón que atrapó en su mano—. Toma, prueba.
Lanzó el melocotón al otro Binghe, quien dudoso lo atrapó y lo observó. Había duda e intriga en sus ojos.
—Pareces tener una relación cercana con el Binghe de tu mundo—comentó, todavía teniendo en su mano el melocotón.
—Y tú no pareces tener una buena relación con el Ming Fan de este mundo.
Binghe sonrió con ironía.
—Es difícil llevarte bien con alguien que disfrutaba de verte golpeado y humillado.
Oh, ya lo entendía.
—Tiene sentido. Creo que, en ese caso, Luo shidi y yo nos hubiéramos llevado igual si shizun no me hubiera ayudado a cambiar—lanzando otra piedra, hizo caer un melocotón que mordió él mismo—. Imagino que aquí sigo siendo el mismo idiota que fui en mi juventud. ¿Yingying y yo tenemos alguna relación?
—Es tu shimei.
—No me refería a eso, pero esa respuesta es suficiente para entender que sigo siendo un idiota—Yingying jamás se fijaría en él si seguía siendo el mismo idiota abusivo que fue—. Definitivamente aquí no maduré, una lástima, se está perdiendo de muchas cosas buenas.
—¿Como cuáles?
—Tener una familia. Tener una esposa. Una hija. Un hermano—Ming Fan lo miró, Binghe seguía con el melocotón en la mano—. ¿Sabes? Tenemos muchas cosas en común, si mi yo de aquí lo viera estoy seguro que cambiaría su percepción de ti.
—¿Seguro?—Binghe sonrió, sin creerse lo que le decía.
—No, en realidad no si sigo siendo un imbécil. Pero si decidiera cambiar, estoy seguro de que te podría llegar a apreciar un poco más. Para mí, eres el hermanito que nunca tuve—Ming Fan miró el árbol, los recuerdos que había guardado en su memoria llegaron a él luego de que despertaran al ver a ese otro Binghe tirando a su hermano al Abismo—. El día que caíste al Abismo, fue el peor día de mi vida. Yo...realmente quería matar a este tipo por haber querido tirar a mi hermano a ese lugar. Tuve tanto miedo...creí que no llegaría a salvarlo.
—Pero lo hiciste, lo salvaste.
Ming Fan sonrió, a pesar de que el sentimiento oscuro de su corazón seguía ahí presente.
—Sí, lo hice. Al menos esta vez pude evitar que cayeras—Ming Fan miró el árbol y sus frutos, tocando el tronco con los recuerdos de dos niños riendo en sus ramas en su mente—. Es una lástima, me estoy perdiendo de un gran hermano.
—¡Ming shixiong!—llamó su shidi, quien parecía un cachorro buscándolo.
—Aquí, shidi—dijo girándose hacia donde estaba su shidi.
Luo Binghe se apresuró a llegar a su lado. Aunque no lo admitiera en voz alta, Luo Binghe odiaba compartir a su hermano con personas que no fueran de QingJing.
Shidi celoso.
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Shen Jiu estaba rodeado por su madre y su hijo, quienes se estaban negando a despegarse de él. La pierna de su hijo había mejorado, aunque todavía tenía que guardar reposo porque seguía sensible. Su madre, por otra parte, no tenía más que unos pocos rasguños a los que apenas le había prestado atención. Su mayor prioridad era abrazar a su hijo y quedarse con él de esta manera por...posiblemente por la eternidad.
—¿Cómo es que llegaron hasta aquí?—preguntó Shen, queriendo resolver la duda que lo acogió cuando los vio por primera vez ahí.
—¿Binghe no te dijo?—preguntó su madre mientras seguía acariciando su cabeza.
—No hubo tiempo para que me dijera en medio de la pelea.
—Mn, ya veo—Huaying sonrió, mientras seguía abrazándolo con sus delgados y fuertes brazos—. Fue hace un par de días, poco después de encontrarte. Antes de irse en su aventura por ti, habló con Meng Mo y quedaron de acuerdo en mantenerse tan comunicados como les fuera posible. Así que se comunicó con él a través de los sueños y le informó lo que estaba pasando. Tus discípulos se reunieron con los demás maestros de pico y organizaron un plan para ayudar. Tu esposo abrió un portal el día del encuentro y así todos pasamos. Pero se suponía que algunos iban a quedarse atrás.
Huaying miró feo a Fu-er, quien se escondió en el pecho de Shen Jiu.
—No podía quedarme sin hacer nada por papá—dijo Shen Fu, restregándose contra él.
A sus pies, Niba estaba durmiendo luego de haber sido atendida. Shen Jiu no podía pensar en la reacción que hubiera tenido su hijo si su mascota hubiera muerto.
—Y te pusiste en peligro de manera innecesaria—regañó Shen Jiu jalándole la oreja.
—Pero era por papá—insistió Fu-er, manteniéndose firmemente agarrado a su padre.
Shen Jiu estaba por seguir regañándolo cuando...
—Fu-er, por favor, deja que tu padre descanse—dijo el desgraciado de BaiZhan, el discípulo principal de Liu Qingge.
Estaba acercándose, cuando la mirada de Shen Jiu lo hizo retroceder.
—Tú, bastardo indigno, quieres ganarte a mi hijo y a mí, pero permites que venga a este lugar y se ponga en peligro. ¿Cómo puedes creer ser un buen prospecto de esposo cuando ni siquiera puedes cuidar apropiadamente de mi hijo? ¡De esa manera este maestro jamás te dará su permiso de casarte con su hijo!
—Papá, shidi es una buena persona—lo defiendo Fu-er, sin despegarse de su pecho.
—Para otra persona, no para ti.
—Papá...—Fu-er se restregó contra él—A Fu-er le gusta mucho Yang shidi.
—Y a mí me gusta mucho diseccionar idiotas vivos.
Fu-er murmuró mientras seguía apoyado contra él. El discípulo principal de Liu al ver que si se acercaba más terminaría sin manos, optó por marcharse y vivir un día más. No era tan idiota después de todo.
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Yang Chen estaba con Ling Yi, Lu Song y Mu Sheng sentados a los pies de un árbol. Como era la costumbre, estaba entre las piernas de Mu Sheng, apoyado en su pecho mientras su novio jugaba con sus manos. Le gustaba acariciar sus dedos y jugar con ellos, distrayéndose de todos los problemas que parecían atormentarlos.
—Yang shidi, tuviste suerte de no romper tu guqin hoy—dijo Ling Yi suspirando divertido—. Pero fue un buen golpe.
—Sí, ¿viste cómo se dio la cabeza contra el suelo? ¡Pum!—dramatizó Lu Song entre risas.
—Yo pensé que shidi le había abierto la cabeza con ese golpe—rio Ling Yi.
—Creo que todos pensamos lo mismo—dijo Mu Sheng todavía jugando con sus dedos—. Aunque temía también por el guqin de shidi. Shidi lo aprecia mucho.
—No más que a Luo shidi. El guqin puedo repararlo o conseguir uno nuevo, aunque me ponga triste por perderlo. Pero no se compara como cuando perdimos a Luo shidi—Yang Chen entrelazó los dedos con Mu Sheng—. Me desesperó tanto ver a Luo shidi caer de nuevo por el...
Todos notaron que guardó silencio, pero cuando lo vieron concentrado mirando al frente, todos se giraron a mirar también. Ling Yi y Yang Chen de este mundo se acercaban a ellos.
—Lo siento, nosotros... ¿podemos sentarnos aquí?—preguntó el otro Yang Chen.
El otro Ling Yi miraba a Lu Song con curiosidad, sus ojos sin despegarse de él. Ling shixiong parecía removerse incómodo por la mirada que le dedicaban a Lu shixiong.
—Es un lugar libre—respondió Mu Sheng sin separar sus manos.
Ambos dudosos se sentaron, el silencio incómodo invadiendo la inesperada reunión.
—Hey, tú, el otro Ling Yi—llamó Lu Song doblando una pierna para apoyar su brazo sobre su rodilla—. No me vi por ningún lado del pico, ¿por qué?
—Te fuiste de QingJing poco después de la desastrosa Conferencia de la Alianza Inmortal. Consideraste que CangQiong no era la secta para ti y te fuiste a buscar otra más apropiada—informó el otro Ling Yi.
—Mm, ¿y a cuál me fui?
—No lo sé.
—¿No mantengo contacto con nadie de aquí?—el otro Ling Yi negó con la cabeza—Oh, entiendo.
—¿Qué hay de Mu Sheng? Tampoco lo vi por aquí—dijo Ling shixiong mirando al otro Yang Chen con curiosidad.
—Su familia organizó un matrimonio para él y tuvo que marcharse.
Oh. Yang Chen notó que su otro yo no parecía muy afectado por la noticia. Como si su relación con el otro Mu Sheng nunca hubiera sido muy unida.
Un sentimiento frío se instaló en su corazón, una sensación desagradable. Mu Sheng apretó su mano y acarició su cintura, como si supiera lo que estaba sintiendo. Posiblemente lo hacía. Mu Sheng era muy bueno leyéndolo y Yang Chen se sentía cálido de pies a cabeza por eso.
—¿Tocas el guqin?—preguntó Yang Chen para cambiar el tema deprimente de conversación.
Había cosas que era mejor no saber a profundidad.
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Había llegado la hora de marcharse y, para eso, todos se reunieron en el pico QiongDing. Shen Jiu, junto al impostor y sus esposos, lideraron el camino. No habían cruzado palabra alguna en lo que descansó y Shen Jiu la verdad no quería cruzar palabras con él ahora tampoco. En su lugar, decidió quedarse hablando con su sistema.
[Es un buen chico, este sistema se siente muy enamorado ( ◡‿◡ ♡)
El otro día, que llegué muuuuy destrozado por el trabajo, mi chikistrikis me hizo la cena, me dio un masaje de pies y me mimó toda la noche (｡・//ε//・｡)
Creo que haber roto ese sistema fue una buena idea en muchos sentidos, usuario.]
Lan-er le había contado que, durante sus días pagando el sistema que rompió para salvarlo, había conocido a uno de los encargados de repararlo. Cruzaron palabras un par de veces antes de comenzar a tener conversaciones más largas que derivaron en una relación de poco más de tres años. Lan-er estaba muy feliz y enamorado, hablando de lo perfecto que su novio era y de lo afortunado que era por tenerlo.
"Suena más a un esclavo que a un novio."
[Mi bebito fiu fiu no es esclavo de este sistema ('ε｀ )♡
Aunque bueno, este sistema no se niega a que sea esclavo de este sistema ( ͡~ ͜ʖ ͡°) ]
"Demasiada información, ya tengo bastante con la vez que encontraron a mis discípulos follando en el bosque de bambú. No necesito más imágenes traumáticas en mi vida."
[A este sistema no le importaría que el usuario compartiera esas imágenes traumáticas.
Solo con fines educativos.]
Sí, claro.
El resto de camino, que para su suerte no era mucho, Lan-er intentó convencerlo de compartir sus traumas para aligerar su consciencia. Shen Jiu sabía que solamente era un pervertido igual o peor que su esposo.
No, nadie podía ser peor que su esposo.
Al llegar, ya todos reunidos, los señores de pico contaron a los discípulos que habían ido con ellos y se aseguraron de que hubieran sido todos los que habían ido con ellos. Cuando estuvieron seguros, Binghe abrió un portal y pidió que fueran pasando poco a poco. Mientras los demás pasaban, el otro Yue Qingyuan se acercó a Shen Jiu y le sonrió.
—Sé que ya lo dije, pero en verdad debo agradecerte por habernos ayudado. La intervención de tu secta ha salvado a la nuestra.
Shen Jiu notó que Yue se comportaba demasiado correcto, como el líder de secta que era, pero mucho más correcto que antes. Incluso el brillo melancólico en sus ojos al verlo ya no existía. Casi como si fuera otra persona.
[Lo siento usuario, pero es culpa de este sistema.]
"¿Qué?"
[Este sistema supo lo triste que estaba este Yue Qingyuan y solo hizo algo para ayudarlo.
Leí toda su historia y por eso pensé que, quizás, se sentiría más feliz yendo al mismo lugar donde su hermano está que quedándose aquí.]
Oh, entonces, el líder de secta que quedaba, no era más que un personaje vacío que solamente cumplía su papel.
Dudaba mucho que alguien fuera a extrañar al verdadero Yue Qingyuan de aquí.
"Gracias."
[(o˘◡˘o) ]
—Solo hice lo que creía mejor. Espero no tener que volver a hacerlo.
El otro Yue sonrió.
—Esperamos que no.
Su pico había sido el último en tener que pasar por el portal. Shen Jiu notó como el Ming Fan y la Ning Yingying del impostor estaban ahí presentes, como si fueran los únicos discípulos importantes de QingJing.
[En la novela son los más mencionados.]
Todo tenía sentido ahora.
—Espero no tener que volver a verte nunca más—suspiró Shen Jiu dando media vuelta para irse.
—No eres el único—suspiró el impostor.
A Shen Jiu no le importaba mucho sus gestos ni nada de eso. Lo único que quería era regresar de una vez a casa.
—QingJing, hora de volver a...
—¡Mamá, papá!—gritó una vocecita del otro lado del portal.
Pronto, corriendo como un rayo, una pequeña niña de túnicas verdes pasó por el portal. Sus dos moños trenzados volaron con la carrera y chocó contra las piernas de la otra Yingying. La niña alzó su mirada, sonriendo alegre, pero pronto se dio cuenta que, aunque la mujer se parecía mucho a su madre, no lo era.
—Taohua, estamos aquí—dijo su discípula, sonriendo divertida al ver la equivocación de su hija.
La pequeña Ming Taohua de seis años sonrió ampliamente al ver a sus padres y corrió hacia ellos, abrazando a Yingying. Ella la alzó en sus brazos, llenando a su pequeña de besos. La sorpresa y la incredulidad en los rostros de los otros Ming Fan, Ning Yingying y Luo Binghe era demasiado divertida.
—¿Por qué pasaste el portal? ¿No era que los discípulos mayores te cuidarían?—preguntó Ming Fan frunciendo el ceño.
—Taohua-er extrañaba mucho a mamá y papá. Los discípulos mayores no son rivales para Taohua-er—dijo la niña, sonriendo orgullosa a su padre.
—Taohua-er debe aprender a obedecer las órdenes de sus padres, en especial cuando estos no están—Ming Fan suspiró—. Te pareces tanto a tu tío Luo en eso.
—Tío Bingbing es obediente, ¿verdad, tío Bingbing?
—Sí, mi sobrina tiene razón, soy un discípulo obediente.
—Solo para ella y Fu-er, que son iguales de desastrosos que tú—dijo Shen Jiu, rodando los ojos—. Ahora, vámonos, quiero descansar en casa de una vez.
Ya sin distracciones y sin mirar atrás, todos los discípulos de QingJing pasaron el portal. Y cuando se aseguraron de que eran todos, otra vez, Binghe cerró el portal.
Shen Jiu suspiró agradecido con que todo terminara de una vez.
[Usuario, creo que también es tiempo de que este sistema se despida. Tengo que devolver lo que me prestaron para hablar con usted.]
"Lo comprendo. Gracias por volver a ayudarme, Lan-er."
[El usuario no tiene nada que agradecer, este Lan-er lo aprecia mucho y siempre correrá a ayudarlo.]
"Este maestro lo aprecia mucho. Y...si algún día este novio perfecto tuyo te hace sufrir, puedes hablar conmigo y le haremos una visita con Binghe."
[Usuario...
Este sistema en verdad agradece haberlo conocido.]
"Yo también lo hago, Lan-er."
[Bien, espero que la vida nos vuelva a cruzar en cualquier otro momento. Y si no es así, entonces espero que el usuario tenga una larga y muy feliz vida.]
"Yo también espero que tú tengas una larga y feliz vida, Lan-er."
La pantalla azul, que generalmente tenían los textos que leía mientras oía la voz de su sistema, mostró un enorme corazón antes de que la pantalla se cerrara y Shen Jiu sintiera al sistema abandonarlo.
—Binghe—llamó a su esposo, quien se acercó a él—, este maestro tomará un baño, ¿puedes preparar algo para comer?
—Enseguida, cariño—murmuró Binghe antes de dejar un beso en su frente y marcharse a la casita de bambú.
Pero Shen Jiu lo detuvo, tomando su muñeca.
—Una cosa más.
—¿Sí?
—No olvides el abanico de Bailong. Lo quiero aquí en cuanto salga de asearme.
Y adelantándose, caminó hacia la casita de bambú con una sonrisa en su rostro.
*Taohua: flor de melocotón.
Y este es el final del especial. Sí, da pie a una nueva historia entre Bingge y Shen Jiu de Save, peeeroooo....no lo subiré hasta tenerlo escrito. Creo que de eso puedo hablar mejor en otro momento, ahora tengo que irme a trabajar jajaja Besos y espero que hayan disfrutado de este especial!