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Capítulo 55

Epílogo

La técnica se la había enseñado madame Lin hacía muchos años, cuando la ayudó con una de sus chicas. La verdad sea dicha, no creía que hubiera sido difícil, incluso encontró la tarea relajante.

Nunca antes pensó que terminaría haciendo esto con Ning Yingying, el día de su boda. Su discípula sonrió, viéndose en el espejo antes de que Shen Jiu le colocara el velo rojo que cubriría su rostro. Debajo estaba una cara suavemente maquillada, con una piel tan tersa y blanca como jade. Un par de ojos oscuros brillaban de emoción y la sonrisa dulce que cruzaba sus brillantes labios podía calmar el corazón agitado de uno.

Ning Yingying se había transformado en una mujer extraordinaria y preciosa.

—Ya estás lista—dijo tras acomodar el velo rojo.

—Shizun fue muy hábil para arreglar a esta discípula—dijo ella, su voz tan suave y melodiosa como las canciones en guqin que tocaba.

—Este maestro solo espera haberte arreglado correctamente—Shen suspiró—. No entiendo por qué no le pediste ayuda a Chen Lin o Chen Mei.

—Esta discípula solo quería a shizun para ayudarla en este día. Es un momento especial y para eso quería a mi persona especial.

No la veía, pero Shen Jiu sabía que Ning Yingying estaba sonriendo. Era tan dulce y tan amable. Una flor pura y poderosa.

Una mujer cuya luz no se opacó por un harén exageradamente grande y un esposo negligente. En esta ocasión, esta hermosa mujer se entregaría a un hombre capaz de cuidarla y amarla como se merecía.

Shen Jiu tomó sus manos y las acarició. Las mismas manos que en su primera vida lo consolaron antes de morir. Las mismas manos que lo sostuvieron, a su cuerpo incompleto y destruido, mientras daba su último suspiro.

—Este maestro está muy orgulloso de ti, Yingying—dijo porque sentía que debía hacerlo.

Nunca lo decía, no tan directamente a sus discípulos, no tan cargado de sentimientos. Pero esta niña que creció en QingJing se merecía saber cuán importante era para Shen Jiu.

Ella había sido su primera hija, mucho antes de que Fu-er llegara al pico.

—Shizun...—la voz de Yingying tembló, apretando las manos que la sostenían—, gracias.*

Reprimió el llanto porque no quería arruinar el maquillaje. Shen Jiu sostuvo sus manos todo el rato, mientras ella buscaba calmarse. Al final, cuando sintió que su corazón emocionado había recobrado la paz, la soltó para encaminarse a la puerta.

—Vamos, no hagas esperar más a tu futuro esposo.

Ning Yingying se apresuró a salir, con Shen Jiu escoltándola hacia el palanquín rojo donde sería transportada. Solo por sus discípulos, Shen se aseguró de que el palanquín fuera el más hermoso y lujoso de todos. Eran los primeros discípulos de su pico que se casaban, no escatimaría en gastos.

Con su ayuda, su discípula se subió al palanquín y se alejó. Shen se encaminó entonces hacia donde se llevaría a cabo la ceremonia. Hasta que Ning Yingying y Ming Fan llegaran, todos los invitados ya estarían ahí esperando. Sabía que muchos de ellos estaban ahí porque un mensaje de Ling Yi se lo dijo. También había discípulos de los demás picos y estarían presentes los doce maestros de CangQiong. Un gran acontecimiento.

—Jiu-er—llamó Tang Huaying, encontrándose con él en el camino, sus túnicas eran tan bonitas y con bordados de flores—, imagino que Yingying ya se fue.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now