En el jardín de rosas (Traduc...

By CarlosJewel

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Tomo 7 y Tomo 8 More

La primera segunda vida
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capitulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capitulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Tomo 8
Capitulo 1
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 5.1
Capitulo 6
Capitulo 7

Capitulo 2

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By CarlosJewel

La temperatura corporal de los niños derritió sus músculos congelados. El dulce aliento que brotaba de entre sus lindos y coloridos labios, como capullos de flores en primavera, añadió humedad a sus vasos sanguíneos secos y las cuerdas vocales, que habían estado doloridas igual a si las hubieran cortado de raíz, de repente se volvieron más suaves y vibrantes.

Rafiel, Jester, Seth, Blaine.

¿Dónde iba a encontrar un sonido más hermoso que ese? Luego, incluso lo repitió una y otra vez como si tuviera miedo de perder esas cuatro palabras mágicas y finalmente, cuando pareció bastante inmerso en su felicidad como para sonreír, saboreando lo que había conseguido...

Entonces fue cuando apareció de nuevo.

"Finalmente pudieron dormir... Menos mal".

La gran figura, más alta que cualquier otro hombre que hubiese conocido en su vida, parecía extremadamente amenazante cuando quedó iluminado por la luz de la lámpara de aceite. Arok contuvo la respiración, lo miró por un momento y notó que sus ojos se habían vuelto una mancha borrosa una vez más, aunque no lo suficiente como para no darse cuenta de que todavía llevaba su chaleco. Se había quitado la corbata y estaba en pantuflas pero no parecía que se estuviera preparando para ir a la cama.

Klopp entonces colocó la linterna que había traído consigo sobre la mesa, se acercó y se inclinó para llevarse a Seth.

"No...."

Intento hacer que se quedara, pero no lo logró. En su lugar Klopp, que desapareció con el niño y reapareció de nuevo, tomó en sus brazos a Jester y Rafiel, que estaban completamente dormiditos, y se los llevó hasta que incluso Blaine, el último bebé, terminó por salir de su cama hasta dejarlo en blanco.

Después de todo, realmente se sintió como un sueño. Los dedos de sus manos y de sus pies, que habían estado calientes por la temperatura corporal de sus niños, se enfriaron rápidamente y luego incluso vinieron las lágrimas. Y aunque hubo un momento en que pensó que definitivamente ya no volvería a la habitación, el hombre reapareció a los pocos minutos con una pequeña bandeja en la mano.

"¿No estás cansado?"

Preguntó de repente, casi como si no estuviera pasando nada importante incluso aunque era evidente que estaba vuelto un mar de lágrimas. Arok se sintió un poco avergonzado, no pudo responder y tampoco pareció hacer un esfuerzo por pensar en qué decirle. Y por extraño que pareciera, Klopp ni siquiera frunció el ceño o se enojó solo se acercó a un lado de la cama y extendió la mano en su dirección justo como si quisiera tocarle. Arok se asustó tanto que saltó del colchón y lo observó de un modo que hizo evidente que le tenía pánico. No fue extraño que la mano del hombre se detuviera en el aire, hiciera un nuevo ademán de querer acercarse, y luego se retirara para quedarse sobre su regazo.

Pero la ira, que hubiese recibido hace apenas un par de días por su mal comportamiento, no estaba por ninguna parte esta vez. De hecho, simplemente suspiró y dijo:

"¿Cómo va tu fiebre?" Y se dio cuenta de que estaba intentando llegar a su frente hace un momento. "¿Te sientes caliente?"

Arok se puso la mano en la frente.  Sentía calor, pero era difícil saber si era porque tenía las manos frías o si realmente era signo de enfermedad.

"No sé."

"Entiendo ¿Me dejas tocar tu frente para comprobarlo?"

Esta vez, sus ojos se abrieron tanto que pensó que se veía patético ¿Klopp Bendyke le pidió permiso para tocarlo? ¿Así de la nada? Él podía hacer lo que quisiera ¿O no? ¿No era eso lo que le había demostrado ya varias veces?

"Si no te gusta, entonces no lo haré".

"No… No, puedes tocar".

Esta vez respondió de una manera que se escuchaba bastante más entonada.

Klopp lo observó por un momento, luego volvió a extender la mano y dejó que unos dedos bastante largos y prolijos y unas palmas del tamaño de todo su pómulo, le cubrieran la frente.

"...Tienes fiebre."

Pero daba igual. Daba igual si tenía fiebre o no porque no podía pensar en nada ahora debido a la sorpresa que era que Klopp le hubiese tocado tan cuidadosamente la frente. Su palma era cálida y amable así que se le llenaron los ojos de lágrimas de nuevo porque estaba más que convencido de que esto no podía ser real. Solo... Era bastante perfecto para serlo.

Se quedó mirando las muñeca que pertenecía a la mano que le cubría la mitad de la cara. Sus labios temblaban, su corazón latía con fuerza y antes de notarlo, descubrió que incluso sus manos estaban arrugando las sábanas de la cama igual a si se estuviese aferrando a ellas para no gritar.

Y tan rápido como vino, resultó que el hombre lo soltó, tomó una respiración inmensa y se alejó para ir directo al buró que estaba junto a la ventana porque Klopp había dejado la bandeja allí. Resultaba que tenía un plato de sopa, un vaso de agua tibia y un pequeño frasco de medicina.

"Despertaste después de la cena, así que necesitas comer algo para tomar el medicamento".

Klopp le tendió la cuchara sin establecer contacto visual.

Arok, por puro reflejo, extendió la mano y la agarró, pero no pasó ni medio segundo hasta que sus dedos parecieron no poder seguir manteniendo las fuerzas y se cayeron sobre la cama con un impacto que terminó arrojando el utensilio de metal sobre la bandeja.

"¡Ting!"

Golpeó el plato de sopa, la cuchara cayó y rodó sobre la cama haciendo que el agua se desparramara y la bandeja se moviera de posición.

"¡Ah...!"

"Vaya."

Al escuchar su voz, Arok se quedó completamente paralizado, encogió los hombros y comenzó a hacerse pequeñito por miedo a que le fuera a pegar por haber cometido una equivocación. ¡Era terrible! Había arruinado la comida que tanto se esmeró en preparar y seguramente y como consecuencia le diría algo muy feo por ser el hijo de un aristocrático y de todos modos no saber comer.

"Necesito cambiar la manta mojada".

Pero Klopp no mostró ni cinismo o disgusto, ni ninguna de las otras emociones feroces que había dejado al descubierto en la cabaña. Cuando terminó de hablar, levantó la manta, la hizo bolita y desapareció, sólo para reaparecer inmediatamente con una cobija nueva, bien lavada que olía a luz del sol, y que acomodó de inmediato para que sus piernas no quedaran expuestas al aire. Volvió a dejar sobre la cama la bandeja, que había guardado por un momento, tomó la cuchara y la limpió, pero esta vez no se la entregó a Arok sino que, tomó la sopa, hundió el cubierto, lo levantó y le sopló para no dejarlo tan caliente.

Se la acercó a la boca.

Arok miró alternativamente la cuchara y su cara. La vergüenza no desapareció.

"Come incluso si no quieres".

Cuando le dijeron que comiera, abrió la boca tanto como pudo y recibió la cucharada directamente. La sopa que se hacía para los pacientes enfermos, se preparaba hirviendo carne, cereales y leche hasta formar una papilla que parecía bastante grumosa para poder ser comestible, pero que resultó que en realidad sabía bastante bien. No estaba ni muy caliente ni muy frío, no tenía que masticarla y pareció perfecta para comer después de despertar. Además, era la primera vez que comía en mucho tiempo por lo que deseaba devorarla de inmediato, llenar su estómago e ir a la cama. Su garganta estaba tan hinchada que terminó frunciendo el ceño cuando lo tragó.

"No parece saber muy bien".

"No. De hecho está rica."

"¿Crees que sea tan bueno como para servirse en la cena festiva del palacio imperial?"

Como ya era consciente de la expresión facial que había puesto, no le quedó más opción que elevarse de hombros y decir:

"Solo sé que está bueno."

"De acuerdo."

Entonces Klopp volvió a tomar la sopa. Arok aguantó el dolor tan fuertemente como pudo y tragó lo más lento que fuera posible para alguien que casi estaba sangrando de la garganta. Intentó no fruncir el ceño, pero no pudo evitarlo.

"Asignaré a alguien más a partir de mañana, así que ten paciencia por hoy. No sabía que te despertarías. Ya pasó mucho tiempo".

Pero aunque quería preguntar sobre eso, le resultaba difícil abrir la boca porque seguía comiendo de la sopa. Además, nunca pensó que sería tan difícil para él simplemente realizar el acto de enviar comida hacia el esófago sin sentir que le estaban arrancando la carne del interior por lo que empezó a sudar frío, pensó que ya no quería más pero antes de darse cuenta, el plato de sopa estaba tan vacío que imaginó que debía felicitarse a si mismo por lograrlo. No obstante, el rostro de Klopp estaba tan oscuro y tan rigido que le dio la impresión de que era una estatua de yeso, y aunque no estaba particularmente enojado ni tampoco parecía cínico o grosero, entendía bien que esa expresión de ahora estaba tan vacía como la de alguien a quien le faltaba corazón. Además, se notaba que estaba tan cansado como él e imaginó que ese pequeño temblor que tenía en el ojo no era solo un tic nervioso. Para poner un ejemplo, ya no parecía un monarca fuerte que siempre lograba la victoria en la batalla, sino un general cansado tras una larga guerra. ¿o era la luz de la linterna? ¿Una mala sombra? ¿O era porque su visión todavía no estaba del todo bien?

"Klopp...  ¿Puedo preguntar qué pasó? ¿Estuve inconsciente mucho tiempo?"

De hecho, no sabía por qué de pronto se había despertado en una habitación de la mansión ni el motivo de los niños rodeando su cama. Su memoria era tan borrosa como sus ojos.

"¿No recuerdas nada?"

Las cejas del hombre se arquearon.  Parecía más avergonzado que enojado.

"Estaba durmiendo en una cabaña..."

"..."

"Salí por mi cuenta. Abrí la puerta que nunca había estado cerrada, dejé el jardín de rosas y me dirigí hacia la ciudad... Pero había, una piedra en el camino. Caí al suelo y..."

Llegó al Fondo. A un lugar oscuro, húmedo y fangoso habitado por bestias crueles que parecieron estar esperando toda su vida por comérselo vivo. No quería mencionarlo.

"No recuerdo nada después de eso".

Pero algo terrible había sucedido, estaba seguro. De hecho, ahora que lo recordaba, de verdad le dolió muchísimo todo lo que le pasó después. Las piernas, el vientre, el pecho, los brazos, la cara, los pies... Incluso el pene. Pero su cuerpo estaba originalmente enfermo desde muchísimo antes por lo que no había ninguna diferencia entre el dolor de ir por los callejones y el que le había hecho soportar Bendyke sin los analgésicos.

"... Te desplomaste en la calle. Eso es verdad"

Entonces le dijo que un sirviente, que había recibido instrucciones de Klopp, lo encontró y lo llevó de inmediato a la casa. Pero no sabía por qué lo había metido aquí precisamente y no en la cabaña y aunque los patrones de la alfombra, las cortinas, y lo más importante, el aroma, eran diferentes, pudo reconocerlos lo suficiente como para saber que esta era la habitación que alguna vez fue utilizada por un conde estricto y luego, utilizada por un noble tonto durante un tiempo hasta que fue desalojado de tal forma que probablemente ahora era de Bendyke. No importaba como lo viera, no cuadraba.

"Si no lo recuerdas, mejor. La verdad es que no hace falta"

El dueño de la habitación estaba sorprendentemente tranquilo. Era tan extraño como su actitud de antes.

"Gracias por salvar mi vida."

"..."

Él no respondió. En lugar de eso, tomó el medicamento y un vaso de agua.

"Y gracias por... Dejarme ver a mis niños. Me sorprendió lo bonitos que son. Los cuatro son tan encantadores y tan tiernos que te prometo que no lo olvidaré por el resto de mi vida. De verdad, estoy feliz con este regalo que no merezco."

Expresó su profunda gratitud, pensando que quizá no podría hacerlo de nuevo cuando volviera a sacarlo a la calle. Por supuesto, la mano que tenía la medicina se detuvo un momento y pronto pareció que su cuerpo se había vuelto increíblemente tenso por lo que acababa de decir hasta un punto en el que hasta pareció culpable. ¿No debería haber dicho nada? Fue su culpa, porque verlo tan dulce y amable de la nada de pronto le hizo ganar un coraje innecesario.

"Yo..."

"Aquí..."

Klopp le tendió un vaso de agua. Ya había pasado la prueba de la sopa caliente así que imaginó que lo de ahora no sería nada.

Por supuesto, no tenía el talento suficiente como para levantar el vaso con una sola de sus manos así que tuvo que usar las dos. Mostró ser muy cuidadoso para no derramar el agua y manchar la manta nuevamente y después, puso los labios sobre ella poquito a poquito hasta que bebió. Pero como era una medicina que se tenía que disolver, se sintió muy amarga y fuerte en cuestión de segundos y no pasó mucho tiempo hasta que incluso comenzó a dolerle la lengua. De repente frunció el ceño.

"Agh..."

"Es una mezcla de antiinflamatorios, analgésicos y sedantes. No es veneno, así que te lo tienes que acabar".

Klopp retiró la bandeja.

"¿Tengo qué?" El tono de Arok parecía un poco duro y, sin darse cuenta, dejó escapar sus verdaderos sentimientos. "¿Cómo voy a hacer eso?"

"¿... Qué?"

"Es tan amargo y desagradable que es casi como estar bebiendo de la alcantarilla".

¿En serio tenía que torturarlo incluso ahora? ¡Ni siquiera la comida de la cabaña era tan mala como esto!

Mientras tomaba otro sorbo, cerró los ojos con fuerza y lo bebió sin siquiera saborearlo. Le habían dicho que no era veneno, pero quiso llorar porque penso que en definitiva lo era. Es más, cuánto más lo tenía en la boca, más doloroso se volvía, así que contuvo la respiración para el tercer sorbo y trató de acabarlo rápido. Pero medio vaso era el límite.

"Puaj."

Incluso el puente de su nariz estaba arrugado.

"Jaja..."

Estalló una risa baja. Arok no se atrevió a abrir la boca porque estaba tragando una medicina bastante terrible.

"Entiendo. En definitiva no es sabroso"

"¿Cómo se toma algo como esto? ¿Seguro que no es veneno?"

No podía creerlo, así que preguntó de todas maneras. Klopp se aproximó otro poquito y dijo que no.

"Si fuera veneno, en realidad sería dulce. Vamos, tienes que beberlo todo."

Volvió a recibir una refutación tan terriblemente lógica que se quedó sin palabras.

"No puedo ¿Cómo me lo voy a acabar si sabe así?"

Cuando vio la medicina restante, dejó escapar un suspiro de desesperación. Klopp se aproximó:

"Si no puedes beberlo, entonces dámelo a mi".

Y ya que Klopp se acercó y tomó el vaso medio vacío casi de un jalón, Arok volvió a caer en cuenta de la realidad de quién era el hombre con el que estaba hablando para empezar.

"No. Espera. P-puedo beber más. Si me das tiempo entonces..."

"Ya es tarde".

Sorprendentemente, Klopp terminó bebiendo el resto del medicamento en su nombre ¿Acaso era tan caro que sería un desperdicio tirar incluso una sola gota? Y para empezar ¿Estaba bien beber medicina que claramente no necesitaba?

Mientras parpadeaba, aturdido por lo que acababa de pasar, una sombra negra cayó sobre Arok.

"¿Klopp?"

Una mano fuerte agarró su barbilla y luego, vino un toque cálido...

Le dio un beso.

"..."

Los ojos que había abierto hasta el infinito se abrieron muchísimo más ahora. 

Frente a él había una frente amplia, un cabello oscuro que revoloteaba debido al movimiento, y debajo, las cuencas de unos ojos profundamente sombreadas que venían acompañadas de una cejas frías y rectas. Luego, finalmente notó que le estaba pasando la medicina amarga de boca a boca.

"Umm..."

Sabía asqueroso como de costumbre, pero sus cejas no se distorsionaron ahora. Su corazón empezó a latir con fuerza y su respiración se frenó de tal manera que le dolió el pecho. Ya se habían besado dos veces, tal vez tres a lo largo de toda esta vida, pero siempre quedaba tan emocionado que pensaba ¿Cuándo va a parar esto? ¿Será posible que lo sienta cada vez hasta que vaya a desaparecer? Y también, si era posible que estuvieran enlazados.
Claro que este toque no era una muestra de cariño sino sólo un acto de dejar pasar una droga. Pero, aunque intentó pensar así y convencerse de que no "significaba nada", la suave punta de su lengua se envolvió alrededor de la suya para dejar que el agua fluyera tan lentamente que hasta terminó encontrando la dulzura en todo esto

Pero aunque Arok sintió un profundo arrepentimiento al desear sus labios, Klopp se separó como si nada hubiera pasado en primer lugar. Solo se levantó, tomó una servilleta de algodón blanca y se limpió la medicina que se le había extendido por la boca. La creciente excitación rápidamente se convirtió en un dolor punzante que evidentemente no demostró y, en lugar de eso, trató de limpiarse los labios, que estaban igualmente untados de medicina, con el dorso de una mano que no dejaba de temblar.

"No te ensucies."

Con esa palabra, Klopp limpió la mano de Arok con una parte limpia de su servilleta. Y aunque no se lo pidió, incluso terminó haciendo lo mismo con toda el área alrededor de su boca y su barbilla hasta que de nuevo pensó que era muy extraño.

"¿Qué es tan sorprendente?"

Klopp notó la mirada en sus ojos y preguntó.

"No creo que hubiera un momento en el que fueras así conmigo."

"Te he estado tratando así desde hace un buen rato ya."

"Pero... No se siente típico de nosotros ¿Entiendes?"

"... Ya veo. Tienes razón, lo olvidé porque siempre lo hice de esta manera pero, tendré cuidado la próxima vez. Ya no voy a hacer nada de eso".

Klopp Bendyke se disculpó ¿Había alguna otra escena que estuviera tan fuera de lugar como esta?

"¡No es que no me guste! Es sólo que es incómodo.

Pareció haber entendido mal, por eso lo corrigió.

"Bueno..."

Pero el matiz de lo que dijo le llamó la atención de inmediato. Mencionó que ya lo había estado haciendo desde hace mucho tiempo y de todas maneras, juraba que nunca hubo un solo momento en el que le diera medicina con un beso o lo limpiara suavemente o le hablara con palabras amables. Sin embargo, Klopp no era el tipo de persona que bromeaba sobre cosas que no existían o que hablaba por hablar. Y si era así...

"¿Cuánto tiempo he estado durmiendo? No... No solo me digas que ha pasado mucho"

Klopp no respondió. Solo tomó un vaso vacío y simplemente lo coloco en la misma bandeja de antes. Su corazón se hundió con un sentimiento inusual.

"Estas en deuda conmigo. Solo puedo decirte eso."

"Yo... Tengo que volver a la cabaña ¿Verdad? Lo entiendo completamente, pero ¿puedo quedarme aquí por esta noche? Si voy ahora, no tengo la fuerza suficiente para encender la fogata así que..."

Intentó no ofenderlo tanto como fuera posible, pero en realidad no hubo respuesta. Tal vez no era ni el momento ni el lugar para pedir favores.

"No, me iré ahora. Sólo préstame la manta. ¿Si? Pronto amanecerá, así que... Así que, creo que todo lo que necesito es esto para los piernas."

Pensó que al menos una manta estaría bien así que Arok luchó por juntar los pies para levantarse e irse.

"..."

Pero no las sentía.

No podía moverse para nada así que intentó levantar al menos una con sus manos pero, en poco tiempo, lo que sintió era que estaba tan pesada como si las hubiesen aplastado con un ladrillo.

"¿Qué...?"

En el momento en que Arok agarró su muslo, se sobresaltó. No importaba lo delgado que fuera antes, nunca había sido tan flaco como para que su piel se sintiera áspera o sus huesos estuvieran tan prominentes. Además, aunque todavía podía levantarlas un poco, igual se sintió como si fueran las piernas de una persona paralizada que no había podido moverse durante meses enteros. Era un poste con vida. Ni más ni menos.

Tardíamente volvió a tocarse el pecho y los brazos. Había huesos por todas partes así que fue sorprendente cómo se sentía al no tener nada de músculo. Sobre todo, lo que más le impacto de este asunto fue que su estómago estaba delgado. El vientre se le había inflado como un globo la última vez porque estaba embarazado pero, ahora se hundió como el de un sacerdote que había pasado por penitencias y ayunos.

"Mi... Mi vientre..."

No podía hablar correctamente. La vista se le estaba volviendo negra otra vez.

"¡Mi vientre, Klopp!

Klopp se acercó y susurró:

"Los bebés están a salvo. Y no hay necesidad de preocuparse por ello porque nacieron bien. Lograste dar a luz de manera excelente ¿Bueno?"

"Klopp..."

Pero el hombre empujó con cuidado al tembloroso Arok y le acomodó una almohada bajo la espalda. Tal vez era su manera de finalizar el tema.

"¿Cuánto me dormí?"

"Mucho tiempo. Un largo tiempo."

"No... Dime la verdad. ¿Cuánto?"

"... Tuviste dos bebés gemelos, pero ya tienen algunos meses. Ahora están durmiendo bien en otra habitación y te prometo, que los vas a ver mañana por la mañana."

"¿Mañana...?"

"Mañana. Le hice esa promesa a los niños. A los que hablan mucho y a los que no hablan nada. Quieren estar con su mamá y yo les dije que sí ¿Recuerdas?"

La promesa hecha a los niños parecía muy seria. Arok asintió hacia él, pero estaba tan distraído que ni siquiera se dio cuenta de que no era el tono que la otra persona solía utilizar.

"Duerme por ahora. Necesitas descansar."

"Sí."

La mano que le ajustó la manta y la acarició la cabeza fue tan amable que dio hasta miedo. Pero había conocido a cuatro de sus hijos, dos niños, dos bebés. Escuchó sus nombres y vio sus caras y le aseguró que había dado a luz a otros dos que ahora estaban vivos. Además, después de un tierno gesto con su mano, el hombre aterrador le hizo una promesa y le aseguró que le explicaría mañana.

Después de todo, era tan incoherente que debió ser sueño. ¡Tenía toda la cara de ser falso! Era meramente una fantasía feliz que estaba experimentando justo antes de morir en la cabaña y que le ofrecía... Un escape de la realidad en la que todo era maravilloso. 

Y con el rostro medio cubierto por la manta, Arok vio al hombre dar vueltas alrededor de la habitación como si esperara lo necesario antes de irse. Cerró cuidadosamente las cortinas para protegerle del frío y apagó las lámparas restantes una por una hasta que sus párpados se cerraron y finalmente, como en un tsunami, la medicina que sabía terrible también tuvo efectos muy malos.

En otras palabras, la oscuridad envolvió por completo a Arok hasta que se lo tragó.

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