Valentina y Enzo se reencontraron en enero 2019, sin necesidad de tener que ponerlo sobre la mesa, fueron tomando las cosas con calma. La joven recuperó cierta confianza en el momento en el que se dio cuenta que no iba a ser raro o incómodo juntarse y seguir conociéndose. Durante ese mes y medio ella había recibido la llamada pero a la vez había empezado a filmar para Mamma Mia, por esa razón atrasó el viaje.
Ella se hospedó en un hotel dos semanas hasta que se enteró el apuesto teatrero de aquello y le insistió en que se quede el resto de su estadía en su departamento. Estuvieron allí una semana más y fue muy ameno para ambos, compartiendo risas y pasados. Ocultando ciertas partes que involucren fama o el repetitivo "La reina de Manhattan" por referencia a su personaje en Gossip Girl.
Valentina le pidió que la lleve a lugares poco concurridos con la excusa de conocer lugares no tan populares como deberían. Fueron a cines de noche y a tres o cuatro obras de teatro de los cuales Enzo siempre tenía que llevar papel para las lágrimas, porque la rubia siempre se los olvidaba aunque sean exclusivamente para ella.
Durante su primer mes de rodaje en diciembre, ya había preparado el plan para que no la reconozcan o tenga que salir lo menos posible. Un buen motivo para aprender a cocinar. Aprendió alrededor de 6 comidas a la perfección con los cuales podría ahorrar el tiempo en un restaurante con gente que la reconozca.
La argentina no tenía problema con los fans, ella adoraba su vida pública un poco moderado, pero le gustaba compartir con sus fans como si fuesen sus amigos cercanos. El tema era que de la forma en que la veía Enzo era demasiado especial y único, inmediatamente Valentina lo relacionó al motivo con que era porque no conocía su verdadero nombre ni vida de actriz. Por eso prefirió mantenerlo en secreto, "aunque sea unos meses más" pensaba ella.
Enzo siempre fue un chico que prefirió el teatro o comedia musical antes que la pantalla grande, tampoco utilizaba las redes como apoyo diario, no sabía sobre famosos cantantes, actores ni similar. Cuando la rubia una vez lo jodió que él era así porque era más viejo, él le respondió "vos sos más joven y tampoco tenes redes, estamos destinados quizás". Ella se río un poco actuado y cambió de tema.
Era ya su último día en Uruguay, ya tendría que volver a la isla Vis en Croacia para continuar grabando la película. Él la despertó llevándole un rico desayuno a la cama con un pequeño florero que contenía flores recién cortadas de su balcón. Él se había enamorado de su cara al levantarse. Dormida, despeinada y desorientada unos segundos hasta que lo ve y sonríe. Esa vez no fue diferente, se orientó y llena de amor se tapó la cara con ambas manos, que en realidad solo se veía las mangas de la camisa de Enzo.
El chico había demostrado múltiples veces ser un romántico, e incluso ella lo supuso por ciertos comentarios o charlas que habían tenido con el elenco el año anterior, pero cada vez lo siente muy mágico. Valentina no estaba acostumbrada a ese trato, claro las 2 veces que estuvo de novia sí pero tampoco la trataban como tal reina, y eso que ni siquiera sabía su verdadero nombre ni su importancia en el cine. No sabía la cantidad de plata que ella producía ni sabe el nombre sus exes.
Enzo la quiso ir a despedir en el aeropuerto pero la rubia se negó. No porque no quisiera darse la última vuelta a verlo, sino porque tenía que viajar en avión privado y a un destino totalmente distinto.
Claro que al joven le resonaban varias situaciones. Él sabía perfectamente que estaba con una chica muy hermosa, pero siempre la miraban de más en las calles o veía emoción en sus caras al verla. Valentina lo terminaba distrayendo en cada una de las ocaciones sin ponerse a pensar de más el tema.
Ellos continuaron hablando por 4 meses, que es el tiempo que llevó terminar el rodaje de la película. El personaje de Donna cuando era joven, la hizo empatizar bastante con ella misma. Todo sus compañeros de elenco sabían que estaba enamorada, lo sabían incluso antes que ella. Siempre hablaba de una persona sin nombre, solo era "el chico". "El chico me dijo que esto, el chico me dijo lo otro, ¡ay que lindo es el chico!".
Esta vez él le dijo que viajaría a Estados Unidos, donde sabía que ella vivía. Valentina no tuvo más remedio que aceptar, le ofreció pasar esas semanas que venía en su casa de la playa. La misma estaba ubicada en una zona privada, la playa quedaba a unos metros, pero era menos probable de que la reconozcan allí.
Enzo había averiguado restaurantes fuera de la ciudad para ir a cenar o almorzar algún que otro día. Por las noches luego de una copa de vino solían hablar de sus sueños, de ciertos musicales que les gustaría participar y recreaban sus propias escenas con guión improvisado. El tamaño de la casa les permitía moverse en todo el lugar que quieran para actuar.
En uno de sus últimos días juntos, se encontraban juntos en la cocina escuchando Bee Gees y The Beatles de fondo, mientras esperaban que se termine de cocinar los fideos que iban a después mezclar con salsa mixta. Valentina vestía una remera de él, la cual le quedaba poco arriba de las rodillas. Descalza, sentada en la encimera dandole besos tiernos a Enzo mientras este sonreía. Él se separa de los besos y la queda mirando, apoyando sus manos en sus mejillas.
— "En este momento, creo que estoy siendo más sincero de lo que he sido nunca en mi vida, cuando le digo que los sentimientos de mi corazón están completamente a su disposición, y que mi amor y deseo por usted no conocen límites, aunque mi posición social pueda."
— Oh, Mr Darcy - responde con una pequeña sonrisa Valentina mientras juega con un mechón delantero del pelo del chico, quien la miraba fijamente - pero usted a demostrado que no me quiere - continúa afligida bajando su mirada. Enzo le levanta el mentón haciendo que sus miradas se conecten.
— Pau, yo te amo - soltó sin dejar de mirarla, sintiendo lo que estaba diciendo y esa descarga emocional que venía cargando de hace tiempo.
— Enzo...
— Está bien si no lo haces, yo solo quiero que lo sepas y que estoy profundamente enamorado de todo de vos.
Valentina estaba sobrepensando, ¿se enamoró verdaderamente? ¿Por qué no le puede decir que lo ama si es lo que en verdad siente? Aunque todo parezca fácil, ella no iba a devolver la emoción del dicho hasta que le cuente quien era ella realmente.
Lo abrazó fuertemente mientras le acariciaba el pelo. Enzo se sintió un poco desanimado, sin poder controlarlo claro, pero el amor no correspondido le dolía en el pecho. Se aferró a ella y al sentir sus lágrimas se dio la vuelta rápidamente para ir a mover los fideos para que la joven no lo note.
Pasaron la noche con poca conversación, Enzo lavó los platos, le dio un suave beso a Valentina en la frente y se fue a dormir. La chica por su lado se quedó despierta hasta un par de horas más tarde, pensando sola en el balcón apoyada en la baranda.
Un par de mañanas más tarde, caminaban juntos en la playa sintiendo la arena húmeda escondiendo sus pies. Tenían sus brazos entrelazados y hablaban de diversos intereses entre pequeñas risas en medio. Era aún muy temprano como para encontrarse a mucha gente, pero incluso con solo una persona todo se puede desmoronar.
Una voz aguda se escucha gritando acercándose cada vez más, Valentina queriendo huir cada vez más. Susurra un "perdón" justo antes de darse la vuelta para prestarle atención a la adolescente muy emocionada.
— ¡Dios no puedo creerlo! ¡La reina de Manhattan! - lloriquea mientras saca su celular de su bolso. Enzo estaba ahora observando la escena con las manos en los bolsillos y con un semblante confundido, le pidió la morocha de sacarle una foto junto a la famosa y aceptó. Aún más preguntas lo invadieron cuando vio a dos chicas más correr hacia ellos gritando el nombre "Valentina" y de pronto estaba a varios metros alejado viendo toda la cantidad de gente que pedía firmas y fotos junto a ella.
Hasta que la joven se alejó para ir hacia él, había tenido tiempo para buscar sobre "Valentina Felter". Se llevó una gran sorpresa y admiración por todo lo que había formado ella pero sus ojos picaban advirtiendo un llanto cercano. ¿Conocía a esta chica?
Cuando se acercaba a Enzo podía sentir lo tenso que estaba. Regresaron a la casa en total silencio, el joven fue directo al cuarto y ella lo siguió.
— Enzo te lo iba a decir - mantiene la distancia, mirandolo desde la puerta sentado cabizbajo en la esquina de la cama
— ¿Ah si? - levanta la mirada hacia su costado mirándola incrédulo - ¿Cuándo? ¿Cuando después de todo este tiempo finalmente creas en mí? ¡Ni siquiera sabía tu verdadero nombre! - Valentina empieza a llorar mientras escucha como eleva el tono de voz de a poco pero no llega a gritar.
— Perdón, ¿sí? Perdón. Enzo, por dios yo confío en vos pero solo... - suspira acercándose hasta sentarse a su lado, él escondió su cabeza en sus manos juntas - solo tenía miedo. La forma en que me tratabas, en la que me mirabas y apreciabas. En tus matices en quererme y amarme, todo era... único. Me gusta lo que ves en mí. Nadie me hizo sentir como vos lo haces, nadie. Todo parece tan simple que sentí que si te contaba esa parte de mi vida podía llegar a reventar la burbuja.
— No soy un busca famas, podías confiar en mí. - murmura acomodándose y mirándola.
— Yo confío en vos, dios lo hago realmente. Nunca había sentido tanta conexión con un compañero, un amigo o alguien que significa mucho más. Confundí todo, creía que lo "especial" se debía a que no sabías sobre esa parte de mi vida.
— No podes ocultar la parte más grande de tu vida.
— No, lo sé. Solo intenté anestesiarlo un tiempo. Lo más grande de mi vida es la actuación y lo comparto con vos, los paparazzis y fama no me es importante. Entiendo que no me sigas amando porque amarme es complicado debido a todo este mundo y...
— Valentina - la detiene agarrando su mejillas y limpiando sus lágrimas con los pulgares - no es complicado amarte, no digas eso. Ahora mismo solo sé que no quiero irme de tu vida.
— Yo no quiero que te vayas - busca sus manos para juntarlas y las baja - Dios, Enzo yo te amo. Y lo hago enserio. Ahora soy yo la que entiende si no me amas.
— Deja de decir boludeces, Valen. - soltó una pequeña risa. - Puede que sea difícil adaptarme a tu mundo, pero si estamos juntos confío en que lo podemos solucionar. Te amo.
Él la abraza y luego la besa, juntando sabores salados por las lágrimas. Se acostaron aún abrazados entre besos caricias. Valentina se sintió en completa calma estando con él, y Enzo sabía que iba a poner todo de él para lograr que funcione.