────❛Rebekah, Mikael-son❜
CUANDO NO fingía ser más ruda de lo que era en verdad, Rebekah llegaba a ser una chica súper agradable. Era amorosa, leal y súper divertida. Tal vez por esa misma razón actuaba insoportable cuando conocía gente nueva, porque era fácil de herir y no quería eso.
Sin embargo, Casandra tenía el don de infiltrarse en los muros de la gente y ser de su agrado.
—Bueno, te escucho —habló Casandra, caminando por la tienda de bebés. Donde veía ropa u materiales que necesitaría. Idea de Rebekah para no tener que hablar en la casa Salvatore.
—¿por donde empezar? —suspiró tomando un carrito dónde poner cosas —Con mis hermanos huimos de ese lugar, pero la noticia ya había sido esparcida y las brujas estaban furiosas con mí madre. Sin embargo, no podían hacer nada en su contra o pedirle que revierta lo que hizo ya que estaba muerta.
Casandra la miró de soslayo, no se imaginaba el dolor de perder a un padre aún que ella jamás se llevó con Renée y de Charlie se había alejado para ahorrarle el dolor de perder a una hija.
—Así que nos buscaron a nosotros, pero nosotros ya sabíamos que nos querían acabar y ¿qué puedo decir? No queríamos morir —Colocó unos chupetes y biberones en el carrito —Así que no nos expusimos a ellas y, tan impacientes como son las brujas, crearon alguien capaz de encontrarnos. Alguien que tenga los sentido agudizados como nosotros, a quien no podríamos matar porque si le arrancabamos la cabeza bastaba con que la vuelvan a unir para que reviva.
Casandra observó unos conjuntos de bebé, sonrió melancólica. Comenzaba a dejar de ver al híbrido que llevaba como una amenaza y algo que no pidió, empezaba a verlo como solo un niño que tuvo la mala suerte de su naturaleza. Confundido. Tal vez perdería la vida al darle a luz, era incierto, pero madres morían en partos.
—Unas tres brujas del oriente —siguió Rebekah, caminando con ella a paso lento —tomaron a sus tres esposos. Imitaron el hechizo que hizo mí madre, pero lo modificaron. Querían que caminen bajo la luz del sol sin quemarse y lograron que sean lo suficientemente tolerantes para que solo les moleste, sin embargo, eso provocó un efecto extraño que hizo que su piel brille bajo el sol. Cómo bolas de discoteca.
—si, ya sé —Casandra rió.
—El fuego seguía matándolos, a eso no podían resistirse. El roble blanco y la verbena siguió siendo una debilidad, porque a pesar de que los amaban, sabían que ellos hacían ese gran sacrificio por el mundo y se convertirían en monstruos. Monstruos que debían morir una vez cumplan su función... Y como no querían arrepentirse, drenaron toda la sangre de sus cuerpos, así evitarían que se la den a otros para transformarlos en vampiros, para que se vean como cadáveres y les recuerde que ellos ya no eran sus esposos. Eran armas contra nosotros.
Casandra tomó una bolsa de pañales y la colocó en el carrito, las personas pasaban a su lado pero las ignoraban. Eran solo dos adolescentes comprando productos para la notable embarazada. Rebekah veía algunas cosas anhelantes y sus ojos no podían ocultar la emoción de la situación en que se encontraba, comprando ropa de bebé.
—Luego, les dieron un determinado periodo de fuerza que iguale la nuestra y, si eso no era suficiente, cambiaron la compulsión por diferentes dones, para que sean más armas que una sola —habló sonriendo ladina, recordando aquella época —Elijah los llamó vampiros de naturaleza, Klaus les decía fríos, y yo solo los llamé aberración. A día de hoy, si me encuentro alguno, le arranco la cabeza y quemo su cuerpo.
—que dulce —rió Casandra, poniendo unas medias y yendo a la caja.
—No me juzgues —Se rió igual —Era divertido ver cómo las pequeñas alteraciones que ellas habían hecho, habían sido espacios en blanco que la magia de encargó de rellenar en el hechizo. Los tres hombres, al beber sangre, como su cuerpo estaba disecado ya, el líquido iba a sus ojos rellenando el iris del color de la sangre, demostrando de lo que de alimentaba. Quedarían varados en el tiempo, su cabello no crecería, sus uñas tampoco, y parecían rocas, no podrían alimentarse de comida como nosotros si no tenían un sistema dentro... Con eso mismo, al no tener sangre, no podían esparcir su veneno y hacer más, pero debían procrearse, así que el veneno se atascó en sus encías, logrando que transformen al morder... Y el detalle de la alimentación, al no tener un sistema de digestión, jamás podrían saciar la sed.
—¿cómo sabes tanto? —preguntó llegando frente a la cajera. Rebekah sacó de antemano la billetera.
—yo pago —negó logrando sorprenderla —¿qué? Estoy dándote una ayuda de mujer a mujer ¿No? Y Klaus me dijo que debía cuidarte.
—si, gracias, Bex —ante el apodo, Rebekah ensanchó su sonrisa y comenzó a dejar las cosas en la caja, Casandra las embolsaba para llevarlas luego a la camioneta.
—bueno, ellos nos encontraron después, lograron su cometido —Se encogió de hombros —pero mientras nos buscaban, descubrieron los placeres de su naturaleza. Parece una abominación, algo horrendo, una maldición... Pero cuando descubres lo bueno, es muy difícil que te arrepientas de ser como nosotros. —pagaron y tomaron las bolsas, saliendo. Casandra estaba callada y era muy difícil lograr eso, pero estaba absorta en la labia de la rubia al narrar —al llegar con nosotros, se presentaron... Caius, Marcus y Aro.
—los reyes Volturi —susurró impresionada, pasandole las cosas para que las suba detrás.
—si, Elijah les ofreció un trato, no los matariamos y los dejaríamos vivir eternamente, con dones, fuerza, velocidad y demás sentidos, siendo bellos y demás... Pero debían respetar su lugar, estaban debajo nuestra. Y lo hicieron, lo último que supe fue que andan creyéndose reyes de su especie. Se esparcieron como plagas —refunfuñó acabando y yendo al siento de piloto, Casandra se subió de copiloto.
—Vaya, eso es... Alucinante —habló sorprendida y Rebekah hizo un ademan.
—¿Al diablillo le gustó la hora de historias? Lo noté muy quieto —posó su mano en su vientre y Castiel dió una patada allí, logrando una sonrisa en ella.
—nos gustó a ambos —afirmó sonriendo —No eres como creí.
—tu tampoco —sonrió divertida —¿Te dejo en el apartamento de Alaric?
—si, por favor, y gracias.
CASANDRA NOTÓ a Rebekah entrar a la casa Salvatore y se quedó de pie viéndola confundida, no obstante, Bella y Elena entraron a la sala.
—¿qué es esto? ¿Una emboscada? —se quejó la rubia. Casandra miraba el suelo, con cierta decepción.
—¿Cómo sabes que Mikael mató a tu madre? —Elena preguntó, yendo al punto.
—Nik estaba allí. Él me lo dijo.
—Te mintió. —declaró segura. Casandra suspiró, ¿Entonces incluso el Klaus de mil años atrás era así?
—¿Y cómo sabes eso? —se burló, sin creerle. Bella se acercó a Rebekah con fotos de la cueva, dandoselas.
—La cueva donde grabaste los nombres de tu familia está cubierta de símbolos. —habló Elena —La historia de tu familia: cómo llegaron tus padres, cómo hicieron las paces, el hechizo que los convirtió en vampiros, y esto. Este es el símbolo del híbrido. Es una combinación del símbolo del hombre lobo y del vampiro.
—Y este es el de tu madre. Su collar. —señaló Bella tímidamente y se alejó a un lado de Casandra que bebía sangre. —Y esa es la historia de su muerte.
—El híbrido mató a la Bruja Original. No Mikel. Klaus. —señaló Elena. Rebekah comenzaba a temblar del enojo.
—¡No! No, no lo haría.
—Ella le puso la maldición, hizo que fuera el único de su especie y luego lo rechazó. Con el gen del hombre lobo viene la agresión y la violencia... cuando se volvió, todo eso aumentó. Él la mató, Rebekah. Y luego inventó toda esta mentira sobre tu padre, para no perderte.
—¡Son sólo dibujos estúpidos, hechos por gente estúpida que no tenía idea de quién era mi familia! —estalló, rompiendo las fotos en pedazos y arrojandolas a la chimenea encendida.
—¿Entonces por qué estás tan molesta?
—¿Por qué me haces esto? ¡No te he hecho nada! —miró furiosa a Elena.
—Klaus mató a tu madre. Él tiene control sobre ti, sobre mí, sobre todos. Lo ha hecho durante mil años. ¡Tenemos que detenerlo!
—Callandola, Rebekah agarró a Elena por el cuello.
—¡Cállate! ¡No hables más!
—¡Bex!
Casandra se acercó a ella y puso la mano sobre su brazo. La rubia se detuvo y se calmó lo suficiente para soltar a Elena que jadeó, cayendo de rodillas mientras sollozaba. Elena la miró con tristeza y culpabilidad.
—Ninguna de nosotras busca hacerte enojar —negó Casandra, mientras Bella levantaba a Elena —pero debes ver los hechos, recuerda ese día, tú sabes cuándo tu hermano miente ¿No? A Elena él le arrebató su tía, su novio y casi su vida. Entiende su punto... Porque nosotras entendemos el tuyo.
—Nik... Él... —volteó a verla desesperada.
—él no está aqui —negó tomando sus dos brazos —Pero nosotras si y te trajimos la información, tú decides si es verdadera o no.
Rebekah miró a Elena y Bella, luego a Casandra y se sentó en el sofá, comenzando a sollozar. Las tres humanas se sorprendieron de verla comenzar a derrumbarse, pero Rebekah solo era una chica, una que amaba demasiado a su hermano.
Casandra se sentó a su lado y la abrazó, siendo un soporte de apoyo, Elena se sentó a su otro lado y acaricio su brazo, mientras Bella le servía Bourbon. Entonces Rebekah lo entendió, a eso se refería Casandra con el máximo esplendor de una mujer ayudando a otra.
—No me gusta la idea de matar a Klaus, tengo que ser sincera —Habló Casandra —pero él tiene cuentas pendientes y el precio es alto, Bex, ahora... ¿Vas a ayudar a que él pague?
Rebekah solo se quedó allí, pensativa, mientras era refugiada en los brazos de la futura madre.
ESCUCHARON A la mujer embarazada soltar un quejido y tirar un vaso de vidrio que se rompió, Rebekah apareció a velocidad sobrenatural delante de ella y evito que dé un paso más, para que no se corte con algún cristal. Estaban en la casa Salvatore.
—¿Qué le pasa? —Stefan preguntó, viendola sin interés.
—esta embarazada, idiota, ¿qué crees? —Rebekah habló, ayudándola a sentarse en el sofá —¿Por qué no bebés mí sangre? Estás a punto de morir —corrió el cabello de su frente.
—No servirá —negó Damon, entrando con Elena —Intenté darle la mía, la rechaza. Solo quiere sangre humana o...
—la de Klaus —terminó Casandra, desanimada —Parece que la hibrides en su sangre es de su agrado, a un vampiro no le gusta la sangre de otro vampiro, claro, exceptuando a tu nefasto padre. Sin ofender —miró a Rebekah.
—no me ofendo —negó aplanando los labios —¿Quieres que vaya a por más sangre?
—si no es mucho pedir —sonrió y ella se fue.
Los Salvatore y Elena vieron a Rebekah salir y de giraron a ver a Casandra que imitaba las respiraciones de película para calmarse.
—¿Desde cuándo Barbie Klaus y tu son tan cercanas? —se quejó, Damon.
—a diferencia de ti, ella no me trata con desdén —Sonrió irónica —bien, despertaron a Mikael que ahora anda suelto y amenazó a Stefan ¿Cuál es el plan? Porque hasta donde yo sé, él quiere que Klaus venga aquí. ¿Cuál es la coartada?
—Mikael siguió a Elena hasta aquí. Intentó agarrarla para poder usarla como cebo. —explicó Stefan deliberadamente —Le echamos verbena y en el proceso descubrimos que tenía una daga.
—Que planeaba usar con Rebekah, pero en cambio... —incentivó Elena.
—Le atravesamos el corazón. —afirmó Stefan —¿Entendiste, incubadora mixta?
—Oye, en serio que me caes mal —arrugó la nariz disgustada y Elena tomó su mano —¿Y qué pasará cuando Santa Klaus pida ver el cuerpo de Mikael?
—¡Buen punto! Tú, mi hermano, te has visto obligado a hacer lo que dice Klaus. Así que la idea es atraerlo de regreso aquí y matarlo... lo último que necesitamos es que te hagan tropezar y te quedes sin palabras. —Se burló Damon de su hermano.
—Bueno, no me mires. Sólo estoy a cargo de traerlo de regreso aquí.
—Klaus es inteligente. Si le decimos que Mikael está muerto, querrá pruebas.
—Entonces estaré muerto.
Casandra volteó y miró a un hombre adulto, de traje, parecido a la muerte. Se removió incomoda, él la asustaba más que Klaus o Rebekah. Tal vez debido a que era su papá y el vampiro original cazador de vampiros.
—¿Y si quiere verte en persona?
—Bueno, eso significa que nuestro plan está funcionando. Klaus definitivamente querrá ver mi cuerpo. Si lo atraes aquí, lo mataré —Le dijo a Elena.
—¿Con qué? Esas dagas no funcionarán con él. —dijo Stefan y miró a Casandra —en español, es que esas dagas fueron creadas para dormir vampiros originales pero Klaus es híbrido y por eso no funcionan en él —le dijo como si fuera niña.
—yo no te pedí un traductor destripador express —le sacó el dedo corazón.
—Bueno, estoy en posesión de una estaca hecha de la madera del antiguo roble blanco. El que dejó estas cenizas al arder.
—¡Yo lo sabía! —Casandra festejó —que buena intuición tengo.
—¿Dónde está? —Mikael hundió una daga en las cenizas del roble blanco mientras veía a Stefan que preguntó.
—aquí no. El conocimiento de su ubicación es mi póliza de seguro contra ustedes. Dejarán esto en mi corazón...—habló sin gracia, era muy serio —Veran, un vampiro no puede apuñalar a un original sin morir. Entonces...
—yo quiero —Casandra se levantó rápido —pido apuñalarte. Ah, soy Casandra Swan, la más linda de aquí, por si no le presente adecuadamente.
—sé quién eres, la portadora de una nueva abominación a la naturaleza ¿sabes? Antes de venir aquí... —se acercó lentamente a ella que retrocedió precavida —pasé a ver unas híbridas en el sur. Ahora esas tres están... Muertas. Disecadas. Junto a su padre.
—Y es por eso que será de mí agrado clavarte esto, por la amenaza que acabas de darme y por Rebekah —Tomó con cuidado la daga, Mikael resistió y Damon se puso detrás de Casandra, con expresión seria. Asi que Mikael desistió por el bien del plan —gracias, papá original.
Antes de que él diga algo, Casandra le clavó la daga en el corazón. El vampiro la miró enrabietado y comenzó a volverse gris hasta caer al suelo.
—Nadie va a tocar a mí bebé, ni tu —le susurró molesta y Mikael cerró los ojos. Finalmente casi muerto.
Rebekah volvió al cuarto en ese momento y se encontró con su padre muerto en el suelo, trato de ser indiferente y le dió la sangre a Casandra.
—te dije que sería una amenaza para todos nosotros —Rebekah le susurró —incluida para ti. Tu y tu bebé no estarán a salvo cuando él despierte.
—No te arrepientas del plan, rubia —le pidió Damon —llama a Klaus, Stefan.
Stefan saco su teléfono y llamó a Klaus, comenzando con la mentira que sería una trampa para él. Klaus, aparentemente, estaba en Portland.
—Si me estás mintiendo Stefan, tu compulsión te expondrá. Entonces, responde con tu vida: ¿Es verdad lo que estás diciendo? —Se escuchó a Klaus del otro lado de la línea.
—Es verdad. Lo vi con mis propios ojos... Eso no es un problema. Ella está aquí. —miró a Rebekah que se acercó a tomar el teléfono.
—Hola Nik... —habló volteando a ver a Casandra que le sonrió para alentarla —es verdad. Finalmente está fuera de nuestras vidas para siempre. Te extraño. Soy miserable aquí... Aún más siguiendo a Casandra. Mikael quiso herirla, ella no está feliz. Es una embarazada hormonal insoportable. —Casandra sonrió al oír la risa de Klaus —bien. Te veré entonces, hermano. —colgó —Él viene a casa.
—Terminemos con esto de una vez. —Pidió Elena, acercándose a sacar la daga del corazón de Mikael.
Casandra suspiró. Matarían a Klaus.
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330 estrellitas.
40 comentarios
Posdata: estoy bloqueando
lectores fantasmas, porque
me enojaron KAJAJA.
Por cierto, ya fueron a seguirme
en inkitt? (HijadeSiriusBlack)
Besitos, Lola💗