—Soy su novio.
Abrí los ojos de par en par al escuchar a Pablo diciendo eso, Cristian se aclaró la garganta y regresó con sus amigos, Scott se puso enfrente de mi.
Enarqué una ceja y sonreí burlona, Pablo se pasó la mano por la nuca.
—¿Mi novio?.—pregunté conteniendo una carcajada.
—No se me ocurrió otra cosa—rodó los ojos—deberías darme las gracias.
—Gracias.—murmuré.
—De nada, ¿ya acabaste de correr?.
—Si.
—Bien, ahora harás sentadillas.
—Pero acabo de correr.
—Sí, pero me caes mal.—murmuró mientras caminaba hacía otro aparato.
Pablo me estuvo explicando que hacer, y me dejó hacer sola las primeras; hasta que se frustró de que no las hiciera bien.
Se puso atrás de mi y sentí sus manos en mi cintura, me estaba poniendo un suéter, ¿qué?.
—No preguntes por qué.—me dijo.
Terminé de hacer los ejercicios con un suéter amarrado en mi cintura, tal vez es una técnica para hacer ejercicio o algo así porque no le encuentro otra explicación.
Acabamos 1 hora después, mi respiración estaba totalmente fatigada y Pablo se veía como si nada, me estaba mirando con una sonrisa burlona.
—¿Cansada, Parker?.
Lo fulminé con la mirada.—Cállate.
Salimos del gimnasio y entramos al auto de Pablo, bajé el vidrio pero solo sentí el aire caliente y mejor lo volví a subir.
—¿Tienes calor?.—me preguntó
—Sí.—dije dándome aire con la mano.
Pablo prendió el aire acondicionado, sentí que podía volver a respirar con normalidad y el solo me observó conteniéndose una risa.
«Ya ni siquiera calor puedo tener en paz.»
—No aguantas nada, Parker. —me dijo sin apartar la mirada de enfrente.
—Hay solo dos cosas que no aguanto en esta vida, la primera es el calor.
—¿Y la segunda?.
—A ti.
Soltó una risa corta, pero, no era una broma. Yo no lo aguantaba, ni a él, ni al gimnasio.
—¿Sabías que eres el único que me dice Parker, o Katherine?.
—Te lo dije, soy único.—sonrío.
Bufé.—Aveces quisiera tener tu autoestima.—murmuré.
—¿No eres, "la reina del instituto Hughes"?.—se burló.
—Era. Ahora todos saben que mi ex me engañaba con mi mejor amiga, no sé como voy a regresar después de eso.—dije más para mi, y después bebí de mi botella de agua.
—¿Quieres poner música?.
Sonreí, sabiendo exactamente qué quería escuchar.
—Menos Justin Bieber.
Dejé de sonreír, conecté mi celular al estéreo y empecé a reproducir mi playlist, la primera canción en reproducirse fue Daylight de Taylor Swift.
Empecé a cantar la canción, Pablo miró de reojo mi celular y después sonrió, fruncí el ceño.
—¿Qué?.—le pregunté.
—Nada.
—¿Por qué sonreíste?.
—Por nada.
—¿Seguro?.
—Que si, que insoportable eres.
—Opino lo mismo de ti.
Llegamos a casa al poco tiempo, al parecer mamá y Ximena salieron y me dejaron sola con el enemigo en casa. Pablo se encerró en su cuarto y yo en el mio, era la hora de ducharme.
Mi cuerpo se sentía como si hubiese cargado 3 elefantes, me hubieran aplastado, masticado y escupido.
Prefiero el dolor físico porque sé que se irá en poco tiempo, a diferencia del dolor interno, ese era más insistente.
Estaba sentada en el sillón de la sala, las madres aún no regresaban y Pablo, seguía en su recamara. Mi celular empezó a sonar y a vibrar al mismo tiempo, una llamada entrante.
El nombre "Melanie" apareció en mi pantalla, Melanie era mi segunda mejor amiga, aunque creo que ahora es la única.
Respondí y me llevé el celular a la oreja.
—¡Katy!—chilló emocionada.—¿cómo estás?.
—Estoy... bien, ¿y tú?.
—Estoy preocupada por ti. Sé que no estás bien, después de todo lo que ha pasado no hay manera de que estés bien.
—No quiero hablar de eso.
—De acuerdo, no te voy a presionar, ¿dónde estás?.
—Voy a pasar el verano en la casa de la mejor amiga de mi madre.
—¿Quieres que te visite?.
—Está al otro lado de la ciudad, tal vez después, quiero estar sola estos días.
Pablo entró a la sala y se detuvo abruptamente al notar que estaba en una llamada, aunque no le importó y se echó sobre el sillón.
—Llegamos hace poco, hoy fui al gimnasio.—escuché su risa a través del teléfono y yo también me reí.
—¿Quién eres?.—bromeó.
—Algo bueno tenía que haber después del engaño.—murmuré.
—Que idiota, que sepas que ya eliminé a Samantha de todas mis redes sociales.
Me reí.—Yo también, ayer borré todo lo que había de ellos en mis redes.
—Wow, hasta que haces algo inteligente.—dijo Pablo con tono irónico.
Le puse mala cara.—Cállate, estúpido.—Que manera tan horrible de pasar el verano, odio a Pablo Scott.
—¿Katy?.—preguntó Melanie.
—Ay, lo siento, es que aquí está un idiota molestándome.
—¿Idiota?, ¿esa es la referencia que das de mi?.—dijo mirándome con el ceño fruncido.
—¡Que te calles!.
—¡No!.
—Eres insoportable—gruñí.
—Tú también.
Escuché la risa de Melanie.—¿quién es?.
—Es el hijo de la mejor amiga de mi madre, y un completo cretino—hice énfasis en "cretino".—Melanie, sácame de aquí es una tortura para mis ojos tener tanta asquerosid—no pude terminar de hablar puesto que mi celular fue arrebatado.
Pablo empezó a correr por toda la casa con mi celular en sus manos, empecé perseguirlo como si tuviéramos 10 años.
¿Nunca piensa madurar?.
—¡PABLO!—chillé corriendo detrás de él.
El idiota no se detenía y mis adoloridas piernas no daban para más, tal vez debería perseguirlo por el lado contrario, sería más fácil. Si seguía así, nunca lo alcanzaría, Pablo tiene las piernas mucho más entrenadas y largas que yo.
Lo esperé detrás del marco de la sala, el imbécil se dió cuenta de que ya no lo estaba siguiendo entonces empezó a caminar con más cuidado, ya estaba cerca. A punto de entrar a la sala cuando me abalancé a él, Pablo cayó por la espalda y yo quedé encima de el.
Seguía sosteniendo mi teléfono y se negaba a dármelo, no se quería rendir a pesar de estar perdiendo.
—¡Estás loca!.—dijo entre risas.
—¡Dámelo!.—gruñí tratando de quitarle el celular pero no lo conseguí.
—Tienes que ser más rápida.
Grité frustrada de no poder alcanzar mi celular, Pablo estiraba su mano y la movía todos lados evitando mi atrape.Él solo se reía mientras que yo me enojaba cada vez más, apreté mis puños y le di uno en el pecho.
Pero el no mostró dolor, así que le di otro, y otro, y otro...
De hecho fue relajante para todas las emociones que tenía guardadas, cuando se distrajo intenté recuperar lo que nos trajo a esta situación pero el lo evitó y lo guardó bajo su espalda.
Lo fulminé con la mirada y el solo se reía, traté de pasar la mano bajo su espalda pero no lo logré, ¿por qué es tan rápido?.
»Idiota y mil veces idiota«.
—¿Es todo lo que tienes?.—fingió bostezar.
Apreté los dientes, me deje de mover por unos segundos intentando planear como quitarle el celular pero no supe que hacer así que empece a golpearlo sin sentido, Pablo me sujeto las muñecas logrando detener mis golpes.
Empezamos a forcejear, yo molesta y el divertido.
Hasta que en un momento el dejó de sonreír y se detuvo abruptamente, enarqué una ceja al ver su rostro tornarse rojo, bajo la guardia y fue cuando logré pasar mi mano por su espalda y recuperar lo que era mio.
Le sonreí victoriosa mostrándole mi celular e intenté bajar de él pero me apretó las caderas con sus manos obligándome a quedarme en su regazo.
Hice una mueca de confusión pero el solo me miraba mordiendo su labio inferior y con la cara como un tomate.
—¿Qué te pasa?—le pregunté.
Pablo trago grueso y parpadeó rápidamente sin ser capaz de decirme. ¿Qué le pasaba?, nunca en mi vida había visto a Scott tan... ¿nervioso?.
—E-espera, solo un minuto—me dijo casi como suplica.
Chasquee la lengua y sonreí de lado—Ni loca.—intenté quitarme pero volvió a detenerme.
—Parker, es que...—vaciló antes de decirme—tengo un... pro-problema.
¿Problema?, ¿de qué está hablando?.
—¿De qué hablas?.
—Es un problema... de hombres—desvió su mirada.
Problema de.. de ho—entonces entendí, abrí los ojos como platos y el solo me miró apretando los labios.
No sabía si reír o llorar...
Parpadeé rápidamente y después solté una carcajada, que a él no le causo gracia porque seguía serio.
—¿De qué te ríes?—dijo a regañadientes.
—D-de ti.—dije entre risas—¿cómo te pudo pasar esto?—dije burlona.
Frunció el entrecejo—Yo no me burlaría si a ti te llegara el periodo.
—Eso es diferente, es algo que no se puede controlar.
—¡Esto tampoco!, además es tu culpa—gruñó.
—¿Mi culpa?.
El asintió con la cabeza y yo me volví a carcajear, al momento de reír moví inevitablemente mi cuerpo y fue ahí donde deje de reír al sentir un bulto.
—¡Deja de moverte!—exigió.
—Que asco.—murmuré.
Pablo sonrió de lado—Asco tú.
—Yo no soy la que tuve una erección por tenerte encima, así que mucho asco no te doy.—le dije seria.
Rodó los ojos.—No lo vuelvas a repetir, baja pero tápate los ojos—me ordenó.
Le hice caso y me levanté del suelo con las manos tapando mis ojos, escuché sus pasos alejarse y me quité las manos de los ojos.
»¿Qué mierda acaba de pasar?«.
Espera... ¡Melanie!.
Encendí mi celular y sentí un alivio al ver que la llamada estaba terminada desde hace 20 minutos. Me tallé los ojos y me eché en el sofá a dormir.
{...}.
Pablo Scott
Cierro la puerta detrás de mi y entro apurado al baño, necesitaba un baño de agua fría, sobre todo DE AGUA FRÍA.
¿Qué me pasaba?, ¿por qué con ella?.
»Me quiero cortar algo en estos momentos«.
Algo que está entre mis piernas y me traicionó en el peor momento, la vergüenza es tanta que no pienso salir de mi recámara en todo el día, ¿cómo podría ver a Katherine después de esto?.
Solté un suspiro antes de salir del baño una toalla rodeándome la cintura, me senté en el borde de la cama y revisé mi celular. Había un mensaje de Thomas invitándome a su fiesta de cumpleaños hoy en la noche, obviamente acepté, no le fallaría a mi mejor amigo.
Terminé de vestirme, sé que dije que no saldría de mi habitación pero el hambre me hizo cambiar de opinión y me obligó a arrastrar mis pies hasta el primer piso.
»Si miras a Kat, bajas la mirada y no le dices nada«.
Llegué hasta la cocina aliviado de no haberla encontrado, me preparé un sándwich y empecé a comerlo, no se escuchaba ni un ruido en casa.
»¿Dónde estará Parker?«.
Vacilé antes de caminar con lentitud hacia la sala, me encontré a Katherine durmiendo en el sofá.
»Es linda, incluso dormida«.
Me doy pena.
La puerta se abre, mamá y Angie entran cargando dos bolsas, mamá ladeó la cabeza al verme en la sala con Katherine durmiendo, por suerte no dijo nada.
—Mamá, en la noche iré a una fiesta, es el cumpleaños de Thomas—la seguí hasta la cocina.
Mamá dejó las bolsas en la barra y después me miró con los brazos cruzados.—¿Me estás pidiendo permiso?.
Angie pasó a mi lado y se sentó en uno de los taburetes de la barra, mamá me seguía mirando con la ceja enarcada y los brazos forzados.
»Sé que está molesta por la manera en la que le hablé«.
—¿Me darías permiso de ir a la fiesta de Thomas?, por favor.—dije en rendición.
Mamá desvió la mirada como si estuviera pensando en si darme permiso o no, aunque yo sabía que su respuesta sería...
—Bien.
Sonreí y estuve a punto de salir de la cocina cuando mamá volvió a llamarme haciendo que me detuviera.
—Te daré permiso, solo si llevas a Katy.
HOLAA, el capitulo salió un poco tarde peeero prometo compensarlo, fue un poco más corto que los demás.
¿Qué opinaron?.
Besitoss