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By ifqlk13

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❛❛ you were my crown, now i'm in an exile seeing you out, I think i've seen this film before... More

π„π—πˆπ‹π„, π›πžπ₯π₯𝐚𝐦𝐲 𝐛π₯𝐚𝐀𝐞 Β³
act three
i. prologue
ii. eowyn
iii. commander of death
iv. commander of blood
v. no one fights for me
vi. i can't love you anymore
vii. blood must not have blood
viii. broken hearts club
ix. traitors in arkadia
x. blair's loyalty
xi. you're not skaikru
xii. sentenced to death
xiii. jusheda can't give up
ivx. may we meet again
xv. dear lexa
xvi. checkmate, thomas
xvii. i miss you, i'm sorry
xviii. loss and acceptance
xix. too late to apologize
xx. frustration
xxi. highway to hell
xxii. war of hearts
xxiii. till forever falls apart
xxiv. back to black
xxv. new allies
xxvi. head over heels
xxvii. embers of hope
extra. late night talking
extra ii. let her go
i know places!!

xxviii. the final countdown

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By ifqlk13

𝐓𝐇𝐄 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐂𝐎𝐔𝐍𝐓𝐃𝐎𝐖𝐍
season three, episode sixteen

❛❛ we're leavin' together
but still it's farewell
and maybe we'll come back
to Earth, who can tell? ❜❜
































INHALÓ TODO EL AIRE QUE pudo para después exhalarlo en una décima.

La costó abrir los ojos, y cuando por fin logró hacerlo, la gran luz a su alrededor la cegó por unos instantes. Esperó con paciencia a que su visión volviera a la normalidad. No tardó mucho en ver todo bien. Y entonces decidió no moverse para observar bien su alrededor. Blair se encontraba en medio de una ciudad enorme. Con unos edificios enormes que la hacían sentir del tamaño de una hormiga. Estaba chispeando, como si hubiera dejado de llover hace poco. La carretera que estaba pisando estaba mojada, lo que confirmó sus sospechas. Una suave neblina cubría de forma leve los alrededores de la comandante de la sangre.

Jusheda notó como algo se revolucionaba en su interior. Sintió algo parecido como en Mount Weather. Ese deseo implícito de vengarse de todos. Se llevó la mano al cinturón de su traje, y se alegró internamente al encontrar ahí la espada de Lexa. También tenía el arco colgado a la espalda. Y sentía la protección de la Llama sobre ella. Así que el conjunto de todo eso la hizo sentirse aún más segura de sí misma.

Sus piernas se movieron solas hacia una rampa que había en frente de ella. Se giró para ver que estaba justo frente a un túnel y entonces decidió seguir andando. Se detuvo nada más ver a la primera persona, pero quedó aún más eclipsada por el tamaño de la ciudad. Todo era tan raro.

Su vista divisó a un hombre de mediana edad, con un traje negro y con un gorro del mismo color andando en su dirección de forma disimulada. Pero no lo suficiente como para que Jusheda no lo notara. No podía perder más tiempo, así que acelero el paso para poder librarse de aquel hombre. No pudo ni cruzar una calle, porque rápidamente chocó con una gran cantidad de personas que cruzaban un paso de peatones. Todos apresurados. Pero aún así, Blair sentía que todos estaban atentos a ella.

Se giró para ver si se había deshecho del señor, y lo vio justo detrás de ella. Entrecerró los ojos, dispuesta a pelear, pero se sorprendió al ver que aquel hombre alzaba una mano en forma de saludo y dibujaba una sonrisa alegre en sus labios. Estaba saludando a una mujer. Se acercó a ella y la abrazó, causando aún más confusión en la comandante de la sangre.

Pero todo a su alrededor se detuvo cuando vio a nada más y nada menos que a Jasper cruzar el paso con un helado en la mano. Parecía contento. Quizá demasiado. Iba dando pequeños saltos mientras andaba como si fuera un niño. Blair frunció el ceño.

—¿Jas?

No obtuvo respuesta ninguna, es más, el chico pasó por completo de ella y siguió su camino hacia el frente. Eso la hizo entenderlo todo. Nadie de ahí la podía ver, y eso suponía una gran ventaja, ¿no? Aún así, tenía que asegurarse de que no era ninguna trampa ni ningún juego mental de Alie.

Decidió seguir a Jasper, y éste acabó sentándose en un banco mientras saboreaba su helado felizmente. Jusheda llevó una de sus manos al mango de su espada cuando se plantó frente a Jasper, esperando que éste dijese algo. Pero no pasó.

Blair.

Una suave voz, probablemente femenina, la llamó, aunque acabó perdiéndose entre la brisa y el eco de la ciudad. La comandante de la sangre abrió un poco más sus ojos y fijó su vista en un semáforo, el cual tenía el símbolo de la Llama. Frunció el ceño, sin entender nada. ¿Eso era una señal buena o mala? Cuando quiso dar un paso hacia el objeto, el semáforo cambió y el símbolo de la Llama desapareció. De algún modo su mirada se desvió a una mujer con el pelo teñido y un peinado similar a los típicos de trikru. Blair no sabría como describirlo, pero pudo sentirla como una señal. Como un mapa, así que no se lo pensó mucho y comenzó a seguirla.

Habían pasado ya unos quince minutos y Jusheda no se había detenido por un segundo, estaba a escasos metros de la chica a la que seguía y no la dolía nada, ni siquiera los cortes anteriores. Quizás fuera por la Llama, o por el chip. Pero lo agradecía de todas formas. No entendió por qué, pero de pronto, sus piernas fallaron y Blair cayó rendida al suelo. Menos mal que pudo apoyar sus manos para no hacerse daño. Una sola gota de sangre cayó al suelo y la arquera se llevó la mano a la nariz, viendo como había comenzado a sangrar.

Cuando notó que las miradas de todos se posaron sobre ella, sintió verdadero pánico. Se levantó de su sitio para comprobarlo, y nada más mirar hacia los lados, pudo darse cuenta de que la habían descubierto. Gruñó y obligó a sus piernas a correr a toda velocidad hacia otra dirección.

Y cuando logró librarse de todos aquellos detrás de ella, se dio cuenta de que estaba casi encerrada. Muchísima gente iba a por ella, tanto por la derecho como por la izquierda. Divisó unas escaleras frente a ella en las cuales parecía no haber nadie, así que supo que esa era su única opción. Corrió hacia ellas con desespero. Pero antes de que pudiera aún subirlas, de nuevo su cuerpo falló y más sangre corrió de su nariz.

Cayó rendida al suelo y toda esa pérdida de tiempo fue aprovechada por las personas que la seguían. Dos fueron los primeros en llegar, y la golpearon a más no poder. En una de esas, Jusheda logró desenfundar su espada y cortar el cuello de uno. Jamás había visto una cabeza rodar a su lado, pero no se sintió nada bien. El hombre restante siguió golpeándola, tan fuerte, que hizo que la espada de Lexa saliera disparada. Mucha más gente venía a por Blair, que se temió lo peor.

Pero de repente, todos los golpes se acabaron. El dolor repentino se esfumó. Blair no sabía que había pasado, pero lo agradeció infinitamente. Se giró, encontrándose al hombre que la había atacado en el suelo. Muerto. Levantó y la cabeza y comenzó a llorar directamente cuando la vio.

Se veía exactamente igual que siempre. Llevaba el mismo peinado. La misma pintura de guerra. El mismo traje. Y la misma mirada. Más lágrimas salieron aún del rostro de Blair cuando vio que Lexa se giraba hacia ella con una sonrisa que la había devuelto todas sus fuerzas. Observó desde el suelo como Lexa mataba rápidamente a otros tres que habían venido a por ella. Y cuando ésta finalizó, corrió para ayudar a Blair a levantarse. La arquera aún no lo podía creer: Era Lexa, con los rasgos bañados en un resplandor etéreo que contrastaba con la oscuridad que las rodeaba. Blair se quedó sin aliento al asimilar la imposibilidad de lo que estaba presenciando.

—¿Lexa?— La voz de Blair temblaba, el nombre escapó de sus labios en un susurro sin aliento.

Los ojos de Lexa, llenos de una mezcla de dolor y nostalgia, se encontraron con los de Blair. A la arquera se le llenaron los ojos de lágrimas al darse cuenta. Lexa, que le había sido arrebatada demasiado pronto, estaba ante ella. Una mezcla surrealista de incredulidad y alegría invadió a Blair. Dudó un instante, sin saber si aquella aparición era real o producto de su desesperada imaginación.

Lexa se acercó y extendió la mano para tocar la mejilla de Blair la cual sintió el calor, la sólida realidad del contacto de Lexa le produjo escalofríos. El dolor que sentía en el costado parecía apagarse en comparación con las abrumadoras emociones que se arremolinaban en su interior.

Ambas quedaron la una en frente de la otra, y Blair se quedó totalmente paralizada, con los ojos llenos de lágrimas. No se veía capaz de decir nada. Si aquello era un sueño, ojalá no despertarse jamás. No se creía estar en frente de su hermana.

—Lexa...— susurró Blair, pasándose una mano por los ojos para limpiarse las lágrimas, pero Lexa fue más rápida y se las limpió ella misma con sus propias manos. Haciendo que Jusheda supiera que no era irreal— Joder, Lexa.

La comandante abrió los brazos para que la arquera pudiera abrazarla con tanta fuerza como quisiera. Blair la apretó como si le fuera la vida en ello, mientras Lexa posaba las manos en la espalda de la chica y trazaba suaves caricias sobre ella. Blair deseó congelar el tiempo, y quedarse justo en ese momento. Lo único que necesitaba era volver a verla. Y lo había podido hacer. Volvió a romper a llorar mientras aún seguía en sus brazos. Pasaron así bastante tiempo, hasta que Blair se separó, sin soltarse del todo de Lexa. Ambas se agarron la una a la otra por los hombros.

—Mírate, Air— murmuró la mayor, posando una mano en la mejilla de Blair y recorriendo todo su rostro con ella— Estás preciosa.

—No tienes ni idea de lo mucho que te hemos echado de menos, Letom se va a volver loco cuando se lo cuente— dijo entre sollozos la arquera. No se iba a privar ni de una lágrima. Con Lexa todo era más fácil. Incluso llorar— No te lo he dicho, pero...

Sus palabras se vieron interrumpidas por la cantidad de gente que estaba encaminándose hacia las dos. Lexa miró a la gran muchedumbre antes de sonreír a Blair con todas sus ganas.

—Nuestra lucha aún no ha terminado.

Y dicho eso, sujetó a Blair en sus brazos y cargó con ella, obligándolas a ambas a caminar apresuradamente. Comenzaron a bajar unas cuántas escaleras, mientras Jusheda soltaba algún que otro quejido de dolor y a la vez Lexa la repetía que todo iba a estar bien, que ya estaba ahí. Y Blair se creía todas y cada una de sus palabras.

Llevarían ya unos tres minutos de paso cuando el cuerpo de Blair cayó rendido. La castaña sintió como si de repente no tuviera fuerzas. Más sangre volvió a brotar de su nariz. Antes de que Blair pudiera caer al suelo en seco, Lexa la agarró con la suficiente fuerza como para mantenerla.

—Dios, lo siento— murmuró la chica entre suspiros. Todo el cuerpo la dolía y no entendía muy bien por qué. Lexa la miró atentamente— Lexa, siento no haber estado cuando tú... Dios, casi pierdo la cabeza cuando me lo dijeron.

—Ahora estamos juntas— la tranquilizó la comandante, posando la mano en el cuello de la arquera mientras sonreía.

Blair abrió la boca para decir algo más, pero el sonido de un trueno la forcó a cerrar sus labios. El cielo se tornó de un color más oscuro, y algunos rayos se hicieron ver. Parecía que iba a comenzar una tormenta. Frunció el ceño cuando el cielo pasaba de la noche al día, y viceversa. Lexa no dudó en darla explicaciones.

—Alie sabe que estás aquí— la comandante de la sangre se mordió el labio, intentando reprimir sus nervios— Está cargando la Llama de tu mente. Está cambiando las cosas. El día se vuelve noche, llueve. Deberíamos darnos prisa.

Jusheda asintió, y justo cuando Lexa iba a levantarla, cayó de golpe al suelo. Sus ojos se cerraron y perdió la visión por completo. Su cuerpo comenzó a temblar fuertemente, sembrando pánico en el rostro de Lexa. La chica posó sus manos en las mejillas de Blair mientras la pedía repetidas veces que se despertarse. Pero no pasaba nada de aquello. El cuerpo de Blair seguía en movimiento, y los latidos de la skaikru cada vez iban más rápido.

—¡Blair! ¡Blair!— vociferó Lexa, comenzando a perder los nervios. La chica no respondía y tras unos segundos, su cuerpo se paralizó por completo, sembrando pánico total por dentro de la comandante— No... Blair, por favor...

Blair abrió los ojos lentamente, sintiendo una ligera confusión que se disipaba poco a poco. Sus alrededores estaban borrosos al principio, pero poco a poco los objetos a su alrededor cobraron forma. Se sentía cansada, agotada, como si hubiera corrido una maratón. Con cuidado, se incorporó, sintiendo las manos de Lexa sosteniendola con cuidado.

La arquera sabia lo que la había pasado. El repentino mareo, el cosquilleo en su cuerpo, y luego, la sensación de perder el control. No era la primera vez que experimentaba esto, pero siempre le dejaba una sensación de vulnerabilidad y temor. Blair sonrió como pudo al ver a Lexa cerca suya.

—Idiota— susurró la mayor, sonriendo aliviada.

Lexa no pudo contenerse más y se lanzó hacia Blair en un abrazo cálido y reconfortante. Jusheda correspondió al abrazo con fuerza, sintiendo el amor y el apoyo que emanaba de su hermana. Durante unos momentos, no hubo palabras, solo el sonido de sus respiraciones entrelazadas y el latido de sus corazones. En ese abrazo, Blair sintió que todo estaría bien, que tenía a alguien a su lado que la sostendría en los momentos más oscuros.

—Lo siento— se disculpó la skaikru, sintiendo la necesidad de soltar todo lo que había estado reteniendo esas últimas semanas sin Lexa.— Lo siento tanto, yo debí haber estado contigo. Podría haberlo evitado, Lexa, yo...

—No es tu culpa— afirmó muy segura la otra, dándole otra caricia en el cuello a su hermana. Miró a su alrededor con notoria preocupación en su rostro— Oye, la carga está en marchar. La gente de Alie podrá vernos. Tenemos que tener cuidado.

—He tomado la Llama— recordó suavemente Blair, frunciendo el ceño.

—La Llama puede protegernos un poco, pero cada vez menos— explicó la comandante, tratando de sonar lo menos negativa posible pero el tiempo se acababa. Y tenían que acabar con Alie cuanto antes.— ¿Puedes seguir?

—Sabes que sí— rodó los ojos Blair, levantándose de golpe y viendo como Lexa después hacía lo mismo. Se llevó la mano hacia la muñeca donde Raven la había mordido hace unas semanas, y frunció el ceño de nuevo al ver en ella el reloj del padre de Clarke— El reloj del padre de Clarke funciona— todo lo dijo con un tono implícito de sorpresa— Va hacia atrás.

—¿Qué significa?

—Que tenemos diez minutos para encontrar el interruptor y para que yo lo apague.

Un timbre proveniente de una bicicleta hizo que ambas giraran la cabeza en dirección a aquel sonido. Las dos divisaron a una niña pequeña vestida entera de rosa pedaleando una bici del mismo color. Parecía contenta. En realidad, parecía una señal. La comandante de la sangre no lo entendió del todo bien, por lo que se volvió de nuevo hacia Lexa, que estaba sonriendo agradecida y dedicó una mirada rápida al cielo.

—Gracias, Becca— esbozó una sonrisa de agradecimiento la mayor.

—No sé quién es Becca, pero sí que sé que estamos a punto de perder a la niña— Jusheda señaló a la joven, que pedaleaba cada vez más rápido y estaba a punto de girar en una esquina. Ambas compartieron una mirada cómplice antes de echar a correr para seguir la bicicleta. Blair no sabía cómo, pero reunió las fuerzas suficientes como para seguir el paso de Lexa a pesar de todo el peso que sentía en su cuerpo.

Corrieron durante unos quince minutos, en los cuales Blair dejó de sentir las piernas, pero no se detuvo. Iba a dejarse hasta el último aliento para salvar a su pueblo. Se lo debía. Por haberlos abandonado, y también a trikru, por haberla acogido. Giraron otra esquina más, y fue ahí cuando perdieron de vista por completo la bicicleta. Y solo pudieron oír el timbre sonando una y otra vez. Lo único que tenían frente a ellas era una valla de alambre. Blair soltó un suspiro frustrado.

—La hemos perdido— protestó la arquera, agarrando la valla con fuerza y tirando de ella.

—Un cortafuegos— murmuró Lexa, concentrada en sus propios pensamientos. Blair la miró con una ceja alzada.

—No lo entiendo...

—No llegaréis al interruptor.

La voz de Jasper hizo eco entre las paredes del lugar. Él, vestido mejor que nunca, caminaba serenamente hacia ellas con las manos metidas en los bolsillos y una tranquilidad digna de admirar. Lexa, por instinto, se llevó las manos a la espalda y desenfundó sus dos espadas, haciendo un movimiento que indicaba que estaba dispuesta a luchar. Jusheda se limitó a fruncir aún más el ceño, y reposar sus dedos en la funda de su arma. La sonrisa tétrica de Jasper despertó aún más dudas en ella, pero no podía dejar que Lexa matara a su amigo. A él no.

—No ataques— ordenó a la comandante, que asintió confundida. Blair dio unos cuantos pasos hasta quedar más cerca del skaikru, que no dejaba de mirarla con los labios alzados en una sonrisa— Jas, no deberías estar aquí.

—Intento deteneros— se encogió de hombros, ensanchando aún más su gesto. Blair bufó, se la acababa la paciencia— Ya has visto la ciudad de luz. Es perfecta. Hay paz, felicidad, seguridad. ¿Por qué negarle eso a alguien?

—Tortura a las personas para traerla, querido amigo— dijo Jusheda, dándole un toque de ironía al final— Les roba los recuerdos y los controla. Ya ni siquiera eres tú. Eres una marioneta más de Alie. Eso sí aún no eres ella.

—Hace lo que debe hacerse— la justificó el pelinegro.

—No nos da elección— gruñó la arquera, pasándose una mano por la cara en símbolo de frustración— Los seres humanos tienen libertad para elegir, Jas. Nosotros decidimos cómo vivir.

—La humana es la única especie que actúa contra su propio interés— reflexionó, sin dejar de acercarse a las dos chicas— Nos torturamos unos a otros. Nos peleamos y nos hacemos daño. Solo entregamos dolor. Aquí no hay nada de eso, porque Alie nos protege de nosotros mismos.

—Air, aún queda tiempo— intervino Lexa, tomando sin fuerza del brazo a su hermana— Buscaremos otra señal. Tenemos que irnos.

Cuando Lexa fue a dar un solo paso hacia delante, Jasper se plantó frente a ella y la dijo que no iba a permitirlas marchar. En cuestión de segundos, Thelonious Jaha apareció por la esquina, seguido por cientas de personas de la ciudad de luz. La ojos de Blair se abrieron de par en par, y su mirada pasó en milésimas de ser se sorpresa, a ser de rabia. Jaha era el que comenzó a repartir los chips. Apretó la mandíbula.

—No tenéis escapatoria— bramó este— Se acabó. La segunda IA no puede protegerte, Parker.

—Espera— susurró Blair, girándose de golpe hacia Lexa— ¿Si me quito la Llama se interrumpe la descarga?

Lexa asintió.

—Sí— frunció los labios, intentando hacer memoria— Pero nadie ha elegido quitársela nunca antes. Además, serás una de ellos. Alie se quedará con la Llama igualmente.

—Pues deja de luchar— soltó Jasper, dando unos pequeños pasos hacia ellas. Lexa lo fulminó con la mirada, pero no la apartó de él durante los próximos segundos.

La tensión había invadido aquel lugar. Thelonious y los otros detrás de él habían clavado su vista en picado sobre las dos comandantes. Jasper estaba expectante de una respuesta por parte de Lexa, la cual nada más sentir algo raro, dirigió su mirada a la pared. Blair también lo hizo, encontrándose con una puerta de metal apareciendo de pronto sobre ella.

Raven, pensó de inmediato.

—Blair...— murmuró Lexa, para confirmar si lo que veía era real.

—Raven.— se acordó en voz alta finalmente la castaña, sonriendo de lado orgullosa de su amiga. No pudieron moverse hacia la puerta cuando Jasper se plantó frente a ella, impidiéndolas pasar— ¡Quítate, Jasper! No quiero hacerte daño.

Lexa reaccionó y pegó un puñetazo en la cara a Jasper, tirándole al suelo de inmediato. Los hombres tras Jaha no dudaron en salir corriendo hacia la puerta, y por tanto, hacia ellas. Eran demasiados. Muchos incluso para la comandante y la comandante de la sangre. Blair no supo que hacer, pero Lexa sí. Por eso, se giró hacia su hermana.

El viento frío soplaba a través de la esquina donde Blair y Lexa se encontraban. El momento de la despedida había llegado, y Lexa lo sabía.

—Yo los retendré, tienes que irte— avisó ella, yendo hacia ellos pero siendo detenida por Blair, que sabía lo que tenía que hacer, pero no quería. No podía.

El peso del deber pesaba sobre los hombros de Blair mientras miraba a su hermana con los ojos llenos de angustia.

—Lexa, no quiero dejarte de nuevo— murmuró Blair, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con escaparse.— No puedo hacerlo.

Lexa le tomó las manos con suavidad, mirándola con comprensión y dolor.

—Lo sé, Blair.— susurró, en un hilo de voz— Pero el destino de tu pueblo está en tus manos. Tienes que ir y salvarles. Es lo que yo haría.

Blair asintió con pesar, sabiendo que no podía posponer más su partida. Lexa le dio una sonrisa triste.

—No sé donde estarás, pero por favor, cuídate mucho— las lágrimas cesaron y en poco tiempo cubrieron los ojos de la skaikru. Y, sorprendentemente, también los de la comandante.— Voy a cuidar de Letom, te lo juro.

—Pues ahora ve, ve y haz lo que debes hacer.— afirmó— Skaikru te necesita más que nunca.

—Pero yo te necesito a ti.

—Blair, por favor.

Blair asintió una vez más, luchando contra el nudo en su garganta. Se acercó y abrazó a Lexa con fuerza, aferrándose a ella como si fuera la única cosa que la mantenía en pie en ese momento.

—Te amo, Lexa— la voz de Blair se perdió en un susurro casi inaudible.

—Y yo a ti, Blair— respondió Lexa, devolviendo el abrazo con igual intensidad.

Con un último beso en la frente, Blair se separó de Lexa y se alejó lentamente, con el corazón pesado pero determinado a cumplir con su destino. Y mientras se alejaba, sabía que, aunque físicamente se separaban, su vínculo permanecería fuerte, incluso a través de la distancia y el tiempo. Porque eso sucedia con ellas. Había encontrado en Lexa una hermana. Familia. Sollozó como una niña pequeña cuando abrió la puerta y se introdujo en ella, sintiendo un pinchazo en el pecho al respirar profundamente y ya no poder distinguir el olor de Lexa a su lado.

—Exclusa sellada.

Una voz apareció de entre el lugar en el que estaba, que parecía una especie de nave espacial.

—Comandante— al principio Blair no se giró, pero después de unos segundos lo hizo. Sus ojos chocaron con los de una mujer idéntica a como Raven había descrito a Alie, lo cual alarmó el cuerpo de la arquera— Me alegro de verte.

—¿Tú eres Becca?— fue lo único que se la ocurrió recordar, acordándose de la persona a la que Lexa le había agradecido que encontraran a la niña.

—Exacto— esbozó una sonrisa— No hay mucho tiempo. La actualización ha de terminar.

—¿Esto es cosa tuya?— cuestionó Jusheda, alzando la muñeca para mostrarle a Becca el reloj del padre de Clarke.

—No. Es cosa tuya— explicó la mujer, despertando una curiosidad inminente por parte de la comandante de la sangre— Alie 2.0 se ha fusionado con tu mente, pero tu mente es la que manda. Y solo la mente al mando puede usar el interruptor.

Becca dio media vuelta y caminó hacia una mesa, siendo seguida de cerca por Blair. No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando, pero Lexa la había dicho que cruzara la puerta. Y eso tenía que ser por algo.

—Aquí está— dijo Becca, y cuando Jusheda se posicionó a su lado, pudo observar bien de cerca el interruptor que supuestamente acabaría con todo. La arquera no dudó y posó la mano sobre el interruptor, dispuesta a tirar de él. Otra voz sonó un poco más lejos.

—Si tiras de ahí— Blair abrió mucho los ojos al encontrar a nada más y nada menos que Alie caminando hacia ella.—... los matarás a todos. Compruébalo.

Alie se asomó a una ventana, y Blair hizo lo mismo pero manteniendo las distancias con la primera. No se fiaba para nada. Pero tenía que admitir que lo que vio en la ventana sí que la impactó. Era la Tierra. La Tierra siendo destruida de manera horrible. Como una explosión que se iba expandiendo poco a poco por todo lugar.

—Las plantas de energía nuclear que no destruyeron las bombas están entrando en fusión— explicó.— Mis drones detectaron las primeras hace cuatro meses. Hay unas doce plantas en riesgo en todo el mundo, siete de ellas ya arden. Los niveles de radiación ya están aumentando. Según mis cálculos, en menos de seis meses, el noventa y seis por ciento de la superficie de la Tierra será inhabitable, incluso para los nacidos en el espacio. Como veis, la Ciudad de Luz es lo único que puede salvarnos.

A Blair se la cristalizaron los ojos. Si tiraba del interruptor, liberaría a su pueblo, pero si lo que decía Alie era verdad, también lo sometería a una muerte próxima. Alie continuó hablando.

—Lo primero será la lluvia negra. Se agotará el agua potable— dijo— Aparecerán lesiones precancerosa.

—Pretende retrasarnos— la interrumpió Becca, sacando a Blair del trance en el que estaba— En cuánto la carga se complete, borrará el interruptor.

Alie se giró hacia ellas, algo ofendida ante las palabras de Becca.

—No os retraso, solo os digo la verdad— recriminó a la mujer, como si fuera algo obvio.

—¿Y por qué ahora? ¿Por qué ibas a avisarnos?— interrogó Jusheda— Si dices la verdad, ¿por qué no usarlo para que todos tomaran el chip? Era eso mejor que torturar.

—La última vez que advertí a mi creadora de una amenaza para los humanos, decidió aislarme y vino aquí para crear un sustituto para mí— todo lo que dijo pareció una indirecta en dirección a Becca.

—Define el instanciado perverso— ordenó Becca, y Blair las miró a ambas como si estuvieran hablando en otro idioma.

—El instanciado perverso es la implementación de un objetivo final benigno mediante métodos nocivos imprevistos por un programador humano— definió a la perfección.

—Cómo es matar a seis mil quinientos millones de personas para resolver la superpoblación— espetó Becca, suavizando su voz— La meta no lo es todo, Alie. La manera de llegar a ese fin también importa. Lamento no habértelo enseñado. Es ahora o nunca, Jusheda. Cuando Alie se haya actualizado, ya no podré ayudarte.

—Pero yo sí— la cortó Alie, tomando del brazo a la joven arquera que se apartó rápidamente— En la ciudad de luz no tienes que soportar el peso de decisiones como esta, Blair. Ya no tendrás que vivir con el color de las cosas que has hecho o de las personas que han muerto que quieres. Vivirás en paz. Vivirás para siempre.

—Huir es de cobardes— susurró Blair, posando sus manos en la mesa sin dejarse persuadir por la IA.

—Tu gente no está de acuerdo, por ejemplo Jasper— la comandante de la sangre suspiró— Incluso quienes han sido coaccionados elegirían permanecer aquí.

—Si no quieres que encienda el interruptor, dales una alternativa a mi pueblo— ofreció Blair— déjales escoger.

—No puede— se lamentó Becca— Su programa base es mejorar la vida de la humanidad. Aún cree que lo está haciendo. Veinte segundos y el interruptor desaparece.

—¿De verdad vas a condenar a la raza humana a morir en seis meses?

—Nos las apañaremos para solucionarlo, siempre lo hacemos— contestó Jusheda, posando su mano peligrosamente cerca del interruptor.

—Aún hay esperanzas, Air.

—De acuerdo con mis cálculos, no la hay— prosiguió Alie.

—¡Me importan una mierda tus cálculos!— estalló la joven, haciendo que Alie abriera un poco más los ojos sorprendía ante la repentina actitud de la comandante de la sangre.

—Diez segundos.

—Deja que les alivie, Blair— inquirió la IA, acabando con la poco paciencia de la chica.— Podemos salvar a la humanidad juntas.

—No necesito tu ayuda, Alie— escupió sus palabras Jusheda, con su mano ya en el interruptor— El dolor no se alivia, se supera. Y lo haremos... sin ti.

Entonces tiró de la palanca, y sus ojos se cerraron mientras caía al suelo.

。・:*:・゚★,。・:*:・゚☆

Abrió sus párpados lentamente, y cuando lo hizo, pensó que iba a ser alivio lo que inundara su ser, pero no fue aquello, sino miedo. ¿Cómo iba a decirles a todos lo que la acababa de contar Alie? ¿Tenía que decirles que les quedaban seis meses de vida? ¿Qué no sabía si era cierto?

Se removió en su sitio, y enseguida notó la mirada de Abby y Murphy sobre ella. Parecían contentos, aliviados. Entonces ella también tenía que parecerlo. La madre de Clarke se inclinó hacia ella.

—Lo has logrado, Blair— la mencionada asintió, aún un poco perdida de todo lo que estaba pasando a su alrededor.— Tenemos que extraerte la Llama.

Después de que la castaña murmurase algunas palabras en trigedasleng, la doctora Griffin extrajo la Llama de la nuca de Blair y se la entregó a su hija. Ahí fue cuando Jusheda se levantó del trono, y la primera en abrazarla fue Clarke. Fue un contacto rápido, pero que sirvió para que la rubia demostrara todo el alivio y agradecimiento que sentía hacia Parker.

—Gracias— Blair de encogió de hombros para restarle importancia, pero Clarke negó repetidas veces con la cabeza— Lo digo en serio, Blair. Mira bien a tu alrededor.

Y eso hizo. Vio como todos los hombres que habian estado chipeados volvían a quejarse de sus heridas. Y nunca antes había estado tan contenta de ver a su gente herida. Pero su felicidad aumentó más cuando encontró vivos a Bellamy y a Octavia. Aunque, de todas maneras, se vio obligada a contarle a Clarke lo que iba a suceder en los siguientes seis meses. La rubia pareció sorprendida, y bastante preocupada, pero aún así afirmó que ya se ocuparían de aquello.

Giró su cuello hacia la derecha, encontrándose a Murphy sacando su mano del corazón de Ontari. La arquera soltó una carcajada antes de despedirse de Clarke y caminar hacia su amigo.

—Qué asco— puso una mueca al ver como la mano de John estaba llena de sangre negra— Gracias, me has salvado la vida. De forma literal.

—Alguna vez tenía que ser yo quien te salvara, ¿no?— el chico posó su mano limpia en el hombro de Blair, sin querer abrazarla para no mancharla— ¿Estás bien?

—Sí.

—No has sonado convincente.

—Estoy bien, John— la castaña esbozó una sonrisa. Se frotó la cara, dándose por fin cuenta de que todo este tiempo había estado sangrando.

Blair se vio obligada a caminar hacia Bellamy cuando le encontró con el rostro lleno de sangre. El chico estaba al lado de Kane, que parecía estar a punto de llorar tras ver todo lo que habían causado. No sabía muy bien qué decirle a su tío. En realidad, no sabía qué decirle a nadie. ¿Qué todo iba a estar bien? Porque era, en ese momento, mentira. Borró sus pensamientos negativos y bajó las escaleras del trono. Sus ojos verdosos chocaron con los de su ex novio, que se acercó rápidamente a ella para abrazarla por la cintura.

El contacto físico tan repentino sorprendió a la chica, y por eso, se quedó quieta unos segundos. Pero después recordó que era Bellamy el que la estaba abrazando, y destensó su cuerpo para rodear el cuello del pelinegro con sus brazos y atraerle más hacia ella. Estuvieron así durante unos segundos, bajo la atenta mirada de su tío, y de algunas otras personas que estaban en la sala. Pero no les importaba. Estaban metidos en su propia burbuja, en la que sólo existían ellos dos. Se separaron y Blair fue la primera en hablar.

—¿Quién te ha hecho eso?— frunció el ceño, posando sus manos en las heridas de Bellamy para poder examinarla bien. Bell soltó una suave risa— Lo digo en serio, ¿estás bien?

—¿Tú estás bien?

—Sí.

—Entonces yo también— contestó, acercándose a Blair para depositar un beso en la mejilla de la chica. Se inclinó hacia su oído y murmuró en bajito algo que quería decirla— Habla con Kane— Blair asintió— Muchas gracias por salvarnos, Air.

—No estaría aquí sin ti, Bell— el pecoso ensanchó aún más su sonrisa y le dedicó una última mirada cargada de agradecimiento a la arquera, antes de irse a ayudar a otras personas que necesitaban ayuda para recuperarse.

Blair dio dos o tres pasos inseguros hasta quedar un poco más cerca de su tío. Kane la miró por primera vez a los ojos, y esa fue la gota que colmó el vaso. Había estado reuniendo todos sus esfuerzos para no llorar, pero cuando sus ojos divisaron a Blair con una marca horrible en el cuello, el rostro pálido cubierto de sangre y el abdomen lleno de cortes que no dejaban de sangrar, no pudo evitar romperse a llorar. Tapó su rostro con las manos, avergonzado y arrepentido. Para su suerte, Blair reaccionó y se acercó a él para abrazarlo. Marcus sollozó mientras envolvía a Blair en un abrazo tímido, no quería hacerla daño y no sabía cómo decirla lo mucho que lo sentía.

—Lo siento, lo siento mucho...— murmuró entre sollozos, separándose después de unos segundos de su sobrina— Mírate, Blair. Lo siento muchísimo, no debí... no debí haber ido a Polis.

—No es tu culpa, Marcus— afirmó Jusheda, muy segura de lo que estaba diciendo— No es tu culpa. Estoy perfectamente. Y ahora tú también.

Cuando Abby llegó desesperada hacia ellos, la más joven supo que era el momento de irse. Le dio un último apretón en el hombro a su tío antes de ir directa hacia Octavia, que la recibió con un cálido abrazo.

—No me puedo creer que haya tenido que trabajar con Pike y con tu padre— comentó Octavia, alzando las cejas. Blair soltó una risa suave— Te prometo que cada vez que Thomas abría su boca quería pegarle un puñetazo horrible para tumbarle.

—¿Qué ha pasado por aquí?— cuestionó su mejor amiga, encarnando una ceja.

—Hemos resistido a los ataques de todos estos hombres, y aunque no lo creas, Bellamy se ha enfrentado a Pike y le ha dicho que jamás volverá a unirse a él— informó, y entonces, O esperó que la mandíbula de Blair cayera en picado, pero no fue así, la chica simplemente esbozó una leve sonrisa.— ¿No te sorprende?

—No— respondió con simpleza Blair, clavando la vista en su ex novio, que estaba ayudando a unas cuantas personas a levantarse, mientras ella jugueteaba con un puñal que se había encontrado en el suelo.

Octavia rodó los ojos de manera divertida, pero cambió su expresión cuando se dio cuenta de que casi todas las miradas de la gente en la sala del trono estaban alternándose entre Blair y entre Thomas, que acababa de entrar en la sala. Tenía un corte profundo en la tripa y sus ojos estaban cristalizados. Su mirada, que Blair no podía descifrar bien, estaba centrada solo en ella. En su hija. Por eso mismo, Jusheda ignoró toda la atención que estaba sobre ella y caminó hasta quedar frente a su padre.

—Lo siento, Blair— murmuró, con una lágrima resbalando de su ojo izquierdo— Por todo. Te traté horrible, nunca te merecí como hija. Pero ahora me he dado cuenta. Voy a mejorar, por ti. La he cagado. Por favor, perdóname. Volvamos a Arkadia y vivamos como la familia que somos en realidad. Jamás volverá a pasar lo mismo que en el Arca, porque ahora somos distintos. Yo he mejorado y tú... tú eres Jusheda, hija mía. Eres la persona más poderosa que he conocido, y estoy tan orgulloso de la persona en la cual te has convertido.

Todos los skaikrus estaba escuchando la conversación, sorprendidos ante las palabras de Thomas. Blair le escuchaba sin mostrar ninguna expresión en su rostro. Tenía la mirada vacía y si le preguntabas a cualquier persona, te diría que daba más miedo que nunca. Aún así, todos los que estaban mirando la escena, pensaron que Blair iba a perdonarlo. Estaban seguros. Aquella chica tenía un corazón enorme. La arquera asintió y abrazó con fuerza a su padre. El cual suspiró satisfecho y no se tardó en devolverla el gesto con la misma intensidad, o quizá más.

—Siempre te odié porque me recordabas a mamá, Blair. Por eso te traté así— prosiguió Thomas, aún abrazado con su hija— Y si lo piensas bien, gracias a eso ahora eres...

No pudo continuar porque el filo del cuchillo de Blair se clavó en su corazón. La comandante de la sangre se apartó un poco, y le miró por última vez a los ojos. Por primera vez, Jusheda no sintió nada. Introdujo el cuchillo por completo en el corazón de su padre, si es que tenía, y lo retorció. Thomas abrió mucho los ojos, y fue perdiendo poco a poco la respiración. Blair retiró el cuchillo de la zona herida, habiendo acabado así con la vida de su propio padre.

Jusheda no pudo soportar todas las miradas que estaban sobre ella, y, antes de irse, buscó con la mirada a Bellamy. El chico estaba junto a Kane, el que miraba a su sobrina sabiendo muy bien que era lo que iba a hacer. Sin embargo, el pelinegro la observaba con cierta preocupación que la arquera no pudo descifrar. Blair no quiso tardar mucho más y desapareció de la sala.

Octavia quiso seguirla, pero fue detenida por Charles Pike, que se plantó frente a ella con descaro y la dedicó un asentimiento orgulloso que la generó nauseas. No quiso permitirle disculparse como Blair hizo, y clavó una espada en su abdomen, matando al asesino del amor de su vida. Observó como Pike caía al suelo, al lado de Thomas, y después, por fin pudo salir de la sala dispuesta a buscar algún poco de paz y pasar tiempo sola.

Blair estaba sentada en la cama de Lexa, mirando a la gran ventana que daba luz al cuarto entero. Respiró profundamente, y abrazó sus rodillas cuando recordó su última despedida en la ciudad de luz. Su rostro, su pelo, su sonrisa. Cómo la dijo que nunca la iba a abandonar. Un nudo en su garganta se instauró y por segunda vez en su vida, sintió que jamás iba a poder volver a verla. Pero esta vez de verdad. Y dolía. Dolía como el infierno.

La puerta a sus espaldas se abrió, y Blair se giró de golpe para encontrar la figura de Marcus Kane acercándose a ella. Su tío se sentó a su lado en la cama y comenzó a juguetear con sus dedos, como si estuviera dudando de sí contarla algo o no. Al final se decidió, y después de inhalar aire exageradamente, dijo lo que había estado reteniendo tanto tiempo.

—Blair, Thomas no era tu padre.

                         ─── ⋆⋅☆⋅⋆ ──

    
Ha llegado el momento que sinceramente no quería que llegará. Lo que acabáis de leer es nada más y nada menos que el final de Exile.



Aunque tranquilidad porque antes de I know places (4to libro) hay 2 extras que serán publicados en exile:
• Un capitulo narrado por Blair que tiene que ver con ella y con Lexa. Es de unos días después de la cumbre en los primeros episodios.
• El segundo extra tiene el pov de Bellamy. En el se explica bastante detallado como se sintió estar del lado de Pike y tener que traicionar a Blair.
Estoy muy emocionada de que leáis amboss💕

Y, bueno. Qué decir sobre Exile. Sinceramente, es mi libro favorito de los que llevamos. Creo que le he cogido mucho cariño a los personajes, especialmente a los ocs. Letom, Rhys, Venus, Loik y Blair tienen mi corazón. Sobre todo quiero agradeceros muchísimo las lecturas, votos, comentarios... que de verdad que es lo que han hecho que yo pueda seguir escribiendo.

Así queeeee os agradecería mucho que me escribierais por aquí vuestra opinión acerca de Exile o alguna teoría interesante porque con este final puede pasar de todo...

Also, también os agradecería que respondierais las siguientes 3 preguntas de cara al cuarto libro:

• Quién ha sido vuestro personaje favorito? (podéis dar razones😋)
• Cuál ha sido vuestra amistad fav?
• Qué opináis de Blair en Exile? (Esta me importa por saber si de verdad ha tenido desarrollo o algo así JAJAJAJ)

Para todas aquellas que decían que Thomas iba a ser asesinado por Blair que sepais que habéis acertado!! No me ha podido hacer más feliz ese momento.

Por otra parte, se vienen cositas en I Know Places. Si por alguna razón creéis que la Blair de Exile ha sido distinta, ya veréis con la de IKP.

Muchísimas gracias por leer, de nuevo. Recuerdo que si tenéis algún problema con vuestras historias, o simplemente queréis hablar con alguien podéis hacerlo conmigo por aquí o por tiktok (.ifqlk13).

Os quiere,

Nat

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