Los miedos de Daia ✓

By DarkAngel15_

74.1K 9.2K 5.4K

«En la vida te dan dos opciones: Hundirte en tus miedos, dejando que te consuman hasta el punto de enterrarte... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Epílogo

Capítulo 58

789 133 125
By DarkAngel15_

Hannah Black

Ninguno de los dos ha hablado en todo el trayecto, ni siquiera hemos puesto algo de música para hacer el viaje más ameno. Él está centrado en conducir y yo en pensar en Daia y preocuparme.

Ya se hizo de noche. Lo único que se ven son los faros de los coches iluminando la carretera. Aunque también las luces de las farolas por los pueblos y ciudades que pasamos antes de llegar a nuestro verdadero destino.

Una vez allí, no sé qué haremos para encontrarla. Pero ya nos preocuparemos de eso en cuanto lleguemos. Ahora es mejor centrarse en ir y... pensar en positivo. En que Daia está bien. Que no le ha pasado nada y que sigue con vida. Eso es lo que cuenta. Eso es lo que necesito.

Empieza a llover.

A ella le gusta la lluvia.

Sonrío con tristeza al recordar los momentos que pasamos juntas. Aquella noche de tormenta, en la que estábamos las dos, juntas y felices. Estábamos bien antes de que todo esto sucediera.

Mi Daia... por favor, aguanta un poco más.

Termino llorando en silencio, clavando mi mirada en el cristal de la ventanilla, contemplando las gotas de lluvia adheridas en el vidrio.

No puedo perderla.

La necesito a mi lado.

Necesito que esté bien.

La quiero demasiado y me odio a mí misma por permitir que algo así sucediera. Debí protegerla, debí estar con ella, a su lado. Si le ha pasado algo es por mi culpa, le prometí que estaría siempre con ella para evitar que algo malo le sucediera y... No lo cumplí. Soy una mierda.

Estoy aterrada por encontrarme con la verdad de este asunto. Por descubrir que Daia está muerta o ese hijo de puta le hizo algo peor. Tengo miedo a que ella me odie, a que me quiera apartar de su vida por no haber cumplido con lo que le dije.

Me dolería, pero también lo entendería.

—Hay clínex en la guantera —dice Damon.

—Gracias —murmuro.

Frena el coche al encontrarse con un semáforo en rojo. Aprovecha ese momento para mirarme. Su expresión malhumorada de cada día desaparece, mostrándose preocupado por la situación.

—No es tu culpa. Ni mía. Ni de nadie. Solo de ese cabrón y de Paige. Recuérdalo.

—Lo que recuerdo es que no hice nada para encontrarla, que se la llevaron y no pude hacer nada para impedirlo. La quiero, Damon. Y tengo miedo de que él le haya hecho algo. Me aterra esa idea. Ella es... mi Daia, mi todo y no puedo perderla. Joder es...

—Faltan veinte minutos, tranquilízate.

—¿Y sí está muerta? ¿Qué hacemos?

—Ella estará bien.

—Tú sabes que no es así, que algo le tuvo que pasar, que él la golpearía o...

—Cállate.

—¿Por qué le tuvo que pasar esto a ella? ¿Por qué otra vez? Se estaba curando, estaba recuperándose y... llega él a joderlo todo. No es justo, joder. No a ella.

El semáforo vuelve a ponerse en verde. Damon arranca el vehículo, acelerando un poco más. Se salta los límites de velocidad de la carretera, pero no importa, tenemos que llegar cuanto antes a ese pueblo y averiguar dónde puede estar Daia.

Me llega un mensaje al móvil.

Al ver el nombre de Daia en la pantalla mi corazón da un vuelco.

Es una ubicación.

—Damon...

Le enseño el mensaje. Él toma el teléfono, abriendo esa ubicación y conduciendo hasta llegar allí. Aprieta a fondo el acelerador, tomando con más fuerza el volante. Me asusta un poco ir a esta velocidad, pero no queda otra alternativa. Tenemos que ir a por ella lo antes posible, por si está herida.

—¿Crees que será una trampa de él?

—No lo sé, tienes una pistola en la guantera por si acaso.

—Está bien.

No decimos nada más durante el trayecto. Damon se encarga de conducir y yo de ver si llega algún mensaje más. No sé si lo envió Daia o fue Alexander el que lo hizo para tendernos una trampa. Lo único que sé es que debemos ir a comprobar qué está ocurriendo en ese lugar. Puede ser la vida de Daia la que corra peligro.

La zona está alejada del pueblo, como dijo Paige. Aunque hay varias casas en esta otra zona, aunque tan solo veo unas tres. Damon continúa avanzando por el camino de tierra, apagando los faros del vehículo para pasar más desapercibidos. Tomo el móvil, viendo que ya estamos a escasos metros de esa ubicación.

Pero Damon frena el coche al ver a otro vehículo con las luces intermitentes encendidas. Intercambiamos una mirada antes de salir. Yo tomo la pistola por precaución, mirando que a mi alrededor no parecer haber alguien más. Aunque es cierto que no se ve apenas nada. Damon inspecciona el coche, abriendo la puerta del conductor.

—Mierda.

Me acerco a él, viendo a Damon tomando a Daia con cuidado, cargándola en sus brazos para sacarla de ese vehículo. Está inconsciente. En el resto del coche no hay nada más, solo estaba ella. Damon le deposita en el asiento trasero de nuestro vehículo, yo voy atrás con ella, acompañándola. Respira con lentitud, pero al menos continúa con vida.

—Mira si tiene más heridas —me dice Damon.

Tiene salpicaduras de sangre en su ropa, aunque no parece que tenga alguna herida de arma. Lo que me preocupa es que su cabeza está sangrando y no responde por mucho que intente hacerla despertar. En su rostro se forman múltiples moratones y en su cabeza una gran brecha por la cual se desliza un hilo de sangre.

Está demasiado pálida y helada. La estrecho contra mis brazos, dándole un poco de calor, soltando un suspiro de alivio al haberla encontrado a tiempo. Damon vuelve a aumentar la velocidad para llegar al hospital más cercano. Lo más importante es ella. Después ya buscaremos al cabrón que le hizo esto.

Llegamos a un pequeño hospital del pueblo. Damon toma a Daia entre sus brazos, entrando con ella al hospital. Enseguida nos atienden, no hay mucha gente en este lugar. Depositan a Daia en una camilla y se la llevan con urgencia. Su cuerpo desaparece tras unas puertas.

—¿Qué le ha pasado a la señorita? —pregunta la recepcionista, queriendo tomar algunas notas para comunicárselas al doctor o doctora.

—Creo que recibió un golpe fuerte en la cabeza —respondo, no muy segura—. No sabemos qué le pasó, nos la encontramos así.

—¿Nombre de la paciente?

—Daia Lombardi.

Ella lo anota y nos indica que esperemos en la sala que hay al lado. Damon y yo accedemos, sentándonos en esas sillas incómodas, el uno al lado del otro. Él está pendiente del teléfono, enviándose mensajes con alguien. Mi curiosidad hace que mi mirada se desvíe hasta su pantalla, leyendo el nombre de Robert en ella.

—¿Qué crees que pasó?

—No lo sé, Hannah. No soy adivino.

—Pero debes intuir algo.

—Daia se peleó con él, de alguna manera logró salir de ese infierno y condujo hasta que no pudo más y se estrelló contra el árbol.

—¿Y qué ocurriría con él?

—Es lo que quiero averiguar. Por eso estoy hablando con Snake, para que envíe a los trabajadores más cercanos a este pueblo a investigar lo que ocurrió en esa ubicación. Iría yo, pero no quiero dejar sola a Daia o a ti, todavía sigues herida y medio muerta.

Sonrío.

—La encontramos, Damon. A tiempo. Sigue viva, aunque esté herida.

—Lo sé, Hannah.

—Y se recuperará.

—Lo hará —afirma—. Y tú, desgraciadamente, también.

Ruedo los ojos, apoyando mi cabeza en él. Tengo mucho sueño, desde que salí del coma no dormí nada. Ahora siento que podré descansar mejor al encontrarla. A mi Daia. Aunque no sepamos el resto de la historia, ni lo que pasó. Aunque ese cabrón siga vivo y suelto. Al menos tengo a mi Daia cerca, conmigo.

Los minutos pasan y todavía no sabemos nada de Daia. Damon sale a fuera a fumar y a hablar por teléfono, mientras yo me quedo aquí, introduciendo una moneda en una de esas máquinas para tomarme un café y despertarme. Camino por la sala, con el vaso de café en la mano, removiendo lo que hay dentro con un palo.

—Encontraron dos cuerpos, uno era de un hombre y el otro de una mujer —informa Damon, cuando entra a la sala de espera—. La mujer murió apuñalada y el hombre por múltiples golpes en el cráneo con una barra de metal.

—Alexander y Grace —murmuro.

Él asiente.

—Ya está muerto —suspiro aliviada—. Daia ya puede estar tranquila.

—Sí.

—Aunque no sabemos qué pasó. No creo que Daia matara a esa chica, quería ayudarla.

—El cuchillo estaba cerca de las manos de Alexander. Fue él quien la mató.

—¿Por qué hacerlo? ¿Por ayudar a Daia a salir?

—Es una posibilidad.

—Y ella aprovecharía su distracción para... acabar con él.

Damon asiente otra vez.

—Me da pena por esa chica —confieso—. No le dio tiempo a salir de esa relación que acabó con ella. Matándola. Muriendo a manos de ese cabrón. Y seguro que Daia lo vio todo. Lo haría a propósito, para culpabilizarla más. Pero le salió mal y terminó muerto.

Me quedo en silencio cuando una doctora cruza la puerta de la sala. Pone sus manos en los bolsillos y trae cara de que nos va a dar una mala noticia. Como no hay más gente aquí, sabe que somos los que hemos traído a Daia. Tanto Damon como yo nos levantamos, acercándonos a esa doctora que tendrá cerca de cuarenta años. Lleva unas gafas en las cuales soy capaz de ver mi reflejo.

—La paciente, Daia Lombardi, ha sufrido múltiples golpes, algunos de los cuales han resultado en lesiones graves en su cabeza. Presenta signos de conmoción cerebral severa, hemorragias internas y posiblemente fracturas en el cráneo. Se ha realizado una evaluación inicial, pero su estado es crítico y requerirá intervención quirúrgica inmediata. Actualmente, está siendo atendida en la unidad de cuidados intensivos. El equipo médico está trabajando diligentemente para estabilizarla y proceder con el tratamiento necesario.

No sabía que estaba tan grave hasta que la doctora lo cuenta. Esa noticia me pilla desprevenida. Pensé que tal vez... debería estar unos días en el hospital, recuperándose. Pero con lo que dice, sé que tendrá que pasar semanas si es que todo sale bien.

—La han golpeado con fuerza —asiente la doctora—. Si sigue con vida, es gracias a que la habéis traído con rapidez. Si hubierais esperado un poco más, los daños serían mucho más graves y dudo que hubiera salido con vida.

—¿Se recuperará?

—Lo sabremos después de la cirugía, la cual durará un par de horas. Si sale bien, después deberá pasar por una larga recuperación y rehabilitación. Lo más probable es que sus funciones cognitivas o motoras se hayan visto afectadas por los golpes que ha recibido. Estén preparados para cualquier cosa.

Dicho esto, se retira. Me dejo caer en la silla de nuevo, sintiendo que comienza a dolerme la cabeza.

—Ve a descansar, yo me quedo aquí —me dice Damon.

—No quiero irme sin saber que salió bien de esa cirugía.

—Va a tardar dos horas.

—Me da igual. Quiero estar cerca de ella.

Él no insiste más. Toma asiento a mi lado, esperando conmigo a que nos den una nueva noticia de Daia. Admito que estoy cansada, que quiero dormir un rato, pero a la vez no quiero hacerlo. Necesito estar despierta para saber lo que está pasando con ella. El café no surge ningún efecto en mí, es más, parece que me adormila más. Apoyo mi cabeza en Damon, cerrando mis ojos un momento, queriendo descansar la vista.

No voy a dormirme.

No quiero dormirme.

Pero termino cayendo en un sueño profundo.

#

Abro los ojos, encontrándome en una habitación. Frunzo el ceño, sin saber dónde estoy. Me levanto con dificultad, dolorida por las heridas que tengo todavía en mi abdomen. Salgo de esta habitación que parece de un hotel, a un pasillo largo, lleno de puertas. ¿Dónde coño estoy?

—Vuelve al cuarto —la voz de Damon aparece por ese pasillo, pero por el lado contrario al que estaba viendo.

—¿Dónde...?

—En un hostal del pueblo.

—¿Por qué me trajiste aquí?

—Porque te quedaste dormida en mi hombro y casi me llenas de babas la sudadera. Y porque no nos dejarán ver a Daia hasta dentro de un par de días.

—Perdón por dormirme —digo con ironía—. ¿Qué dijo la doctora?

—Daia está en la Unidad de Cuidados Intensivos, siendo monitoreada de cerca. Los médicos se encargarán de controlar su estado neurológico, evitando infecciones y controlando su presión intracraneal. Salió dentro de lo que cabe bien de esa operación, pero todavía no sabemos los daños que tiene hasta que despierte.

—Joder...

—Ya, solo queda esperar.

—¿Tú también te estás quedando aquí?

—En la habitación del fondo.

—¿Y tú me trajiste aquí?

—Quería dejarte tirada en el hospital, pero la doctora me dijo que te llevara a otro lado —informa con amargura—. Así que sí, tuve que hacerte de niñero para que pudieras descansar en una habitación más o menos decente. De nada.

—Eres el mejor cuñi —sonrío, abrazándolo. Él se queda rígido como estatua, dándome un par de palmadas en el brazo para que lo suelte—. Ya no eres un grano en el culo. Al menos, no tanto como al principio.

—Ya. Suéltame. —Quita mis brazos de su cuerpo, alejándose de mí.

—En el fondo me quieres mucho, mi cuñi favorito.

—Vuélveme a llamar cuñi y te lanzo por la ventana.

No sé por qué, pero lo creo capaz. Por eso me callo.

—¿Avisaste a alguien sobre lo que le pasó?

—Solo a Hans y porque le tuve que contar lo que sucedió con Daia.

—¿Y a tus hermanos?

—No, Daia no lo querría.

—¿Por qué? Ahora ella está mal, necesita el apoyo de...

—Daia quería verlos cuando estuviera recuperada —me aclara—. Por eso no llamé a nadie más. Hasta que no esté bien, ninguno de los demás sabrá dónde está.

—Lo entiendo.

Ella me lo había dicho mil veces. Extrañaba a sus hermanos, pero no podía verlos hasta que estuviera bien. Siempre lo quiso y tanto Damon como yo, lo cumpliremos. Y estaremos a su lado, para ayudarla a recuperarse. Para que salga adelante después de lo que sucedió.

Ella va a estar bien.

Va a recuperarse. 

Nota de la autora: Daia se recuperará de todo esto, aunque sea un proceso complicado <3 Y Damon y Hannah estarán a su lado, intentando aguantarse mutuamente hasta que Daia esté bien <3

No os olvidéis de votar <3 Siguiente capítulo el domingo ;)

Continue Reading

You'll Also Like

78K 10.4K 81
Querido diario mental: El pulgoso de Max ha vuelto a quitarle las loncheras a las otras niñas, será hora de despatarizarlo. Libro #0.5 de la saga...
1.3K 196 13
Esmée una dulce princesa, con una enfermedad mortal, aventuras y accion le esperan a la inocente princesa, dramas amorosos y monstruos la haran dudar...
2.2K 159 8
Son pequeños relatos Maynel en distintas situaciones después de todo un poco de ficción no le viene mal a nadie
41.5K 6.6K 54
¿Fue el destino o fue suerte?, no lo sé, tal vez era una simple historia la cual no estaba prevista. Pero a pesar de todos los altibajos que se prese...