QUÉDATE LEJOS... O A MI LADO

Luo_QingRen

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-¡¿Qué haces saliendo con ese imbécil?! - gruñó frente a la cara del otro. Mu Qing se encogió de hombros, per... Еще

1. La Fiesta de Shi QingXuan
2. Buscando Una Belleza Fria
3. Un Gatito Domestico
4. ¿Qué Es Lo Que Quieres?
5. Doble Turno
6. Él no me quiere
7. Nuestra Historia
8. ¿Nos conocemos?
9. Perro Infiel
10. ¡Siempre tú!
11. Flores para el minino
13. Adicción furtiva

12. Común acuerdo

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Luo_QingRen

(Dis.clai.mer: R18)

Ya dentro de la cabaña Feng Xin se sentía solitario y estúpido... no sabe exactamente qué hizo o que dijo pero sin duda Mu Qing no estaba feliz de lo que pasó afuera.

¿Acaso se sintió ofendido? ¿O tal vez avergonzado de que haya tenido ese acercamiento con él? ¿Le hizo pensar quizá que de nuevo solo busca el beneficio del placer y no le importa lo que el gatito piense o sienta?

Tal vez ese beso de la tarde fue solamente un impulso y no quería de verdad llegar a más...

Feng Xin no lo sabe y la manera tan brusca en la que el gatito se fue lo deja pensando que tal vez no venga esta noche a dormir con él.

Pellizca el puente de su nariz y cierra los ojos. Se siente tan decepcionado de sí mismo y deja escapar un pesado suspiro.

Así que mientras piensa más fríamente como disculparse sinceramente y que esta vez si le crea decide tomar un baño.

Eso si. Debe admitir que los baños de las cabañas están realmente equipados, ya que, como son para compartir entre 2 a 4 estudiantes el baño es realmente inmenso. Al menos el equivalente a 1/4 de lo que representa la habitación. Un rectángulo perfecto justo a un costado de la misma y no hay que salir para tomar un baño o hacer sus necesidades. Es lo único bueno de tener una habitación solo para él.

Al entrar es un poco rústico con detalles en madera. Cuenta con una regadera amplia en color azul profundo y mosaico blanco para los pisos. El techo es de un color marino esmaltado y simula el cielo nocturno.

Y dividida por media pared para la privacidad hay una tina de baño igualmente amplia.

Como es común de su cultura, primero se lava el cuerpo en la ducha y luego uno se puede sumergir en la tina para un baño relajante con aceites esenciales y quizá un poco de espuma.

Así que sin pensarlo mucho se deshace de sus ropas aventandolas en un montículo cerca de donde se encuentra, se mete a la regadera dejando fluir las gotas a presión y se ducha con dedicación. Ha estado todo el día fueras, en el río, en el bosque, luego en la nieve para ir por esas hermosas flores.

Ve una de ellas, roja muy intensa en el suelo: es la que traía en su solapa hace un momento sobresaliendo por sus ropas... ahora ya no se siente tan seguro de que Mu Qing quiera estar con él.

Termina su ducha preguntándose cientos de cosas, pasa directamente a la tina y toma una toalla pequeña del estante para enrrollarla y ponerla de cabecera. Se sumerge completamente en el agua caliente que comienza a soltar su vapor y aún con las piernas estiradas cabe muy bien. El agua lo envuelve de la mitad de su pecho hacia abajo. Su cabello castaño oscuro cae por los costados de su rostro en mechones irregulares que de perfil hacen que su mandíbula y sus gestos se vean más afilados, varoniles y sensuales con su exótico tono de piel.

Se recuesta y todo el agotamiento físico y mental hace que colapse y se quede dormitando recargado sobre esa almohada improvisada.

Tiene un sueño ligero en el que recuerda las noche y los días a lado de Mu Qing. Su corazón se aprieta. Siente como todo eso poco a poco se va borrando de sí sintiendo que se ahoga...

¡Y en realidad se está ahogando!

En un punto se estaba deslizando de más hacia la tina, toció repetidas veces sacando el agua que se filtro hacia su garganta y entonces de reojo observa una figura de blanco, de pie a un lado de la puerta observándole.

Hay vapor en la habitación, se hace difícil ver a través de esa espesa nube y cree que sigue soñando o que tal vez ya se murió...

Pasa su gran palma por su rostro atractivo y retira los vestigios de agua y parpadea para ver si sus ojos no lo engañan.

Y ahí parado a lado de la puerta está Mu Qing con el abrigo que le había dado hace un par de horas.

—Creí que seguias fuera, regreso mas tarde a tomar un baño —  amenaza con abrir la palanca de la puerta para huir

—No no. Yo... ya casi salgo, estoy por secarme. Tú, puedes tomar un baño justo al lado. Hay una pared y saldré por la otra puerta del baño. No te veré, lo prometo — jura Feng Xin mostrando sus palmas como prueba de su honor y franqueza.

El gatito está completamente agotado; normalmente rechazaría y se queda en la habitación esperando, pero ésta última está helada ahora mismo y no sabe cómo prender la calefacción. El golpe de vapor en su cara cuando abrió lo invitó a ir más allá... entonces se muerde el labio inferior y en medio de la indecisión al fin acepta.

Entra.

A pesar de que Feng Xin no puede ver nada escucha los cierres bajar, los botones soltarse, la ropa resbalarse del cuerpo ajeno. Un listón de cabello entra en su campo visual. A pesar de que esta dando la espalda puede imaginarse por el eco de este baño todo lo que pasa a través.

Traga con dificultad, inmerso en su imaginación, escucha las llaves de la regadera abrirse y las gotas cayendo en forma de lluvia. Los sonidos vividos de lavado y tallado del cuerpo del otro, el aroma al shampoo de Mu Qing y el jabón que utiliza. Todos esos olores que emplea en su higiene se hacen ahora más vividos y lo remontan a aquellos días que compartían el mismo apartamento. Su olor fresco y vibrante, natural y dulce a la vez lo envuelven en una memoria apacible e interminable.

—¿No te has ido? — cuestiona Mu Qing al otro, rompiendo en trizas sus recuerdos anhelantes.

—Perdón, ya voy...— y alcanza su toalla para envolverse. Al intentar ponerse de pie simplemente le flaquea la cadera y cae de nuevo en el mármol de la tina salpicando un poco de agua afuera.

—¿Qué pasa? Ya estoy por terminar y sigues aquí. Apresúrate y vete — Mu Qing no sonaba nada complacido a traves de esa pared que dividía la ducha y la tina.

Y es que al haber estado varios minutos en esa tina, un calambre invadió la pierna de Feng Xin.

Sentía un dolor hormigueante que quería hacerle reír de esa extraña sensación.

Comenzó a masajear en silencio con la cabeza gacha cuando de reojo volvió a percibir a esta persona... pero esta persona estaba ahora con una bata de baño blanca y el cabello suelto escurriendole sobre la misma. Tenía también rocío sobre sus pestañas, el ceño fruncido y una mirada acusativa.

Feng Xin se perdió en sus disculpas al verlo ahí parado.

Oh Dios

Y antes de ser consciente de que esa imagen le causaba placer fue su cuerpo quien reaccionó rápidamente.

El agua cristalina entonces reveló el gran interés en lo que veía y tratando de ocultarlo Mu Qing también lo vio.

Feng Xin no quería que el gatito pensara que solo lo quiere para satisfacer sus deseos, no... es por algo más.

Así que mencionó

—Lo siento, no quiero ofenderte — y a punto de tomar su toalla ya con el calambre desaparecido y su cabeza gacha en verguenza, su mano fue sujetada abruptamente por Xuan Zhen.

"Esta vez va a golpearme, lo he ofendido" piensa para sus adentros el moreno mientras baja la mirada.

—Te quedas aquí — fue lo único que dijo Mu Qing, casi como una orden. Cuando Feng Xin esperaba que saliera indignado como siempre lo hace este felino, lo único que obtuvo fue Mu Qing parándose en la distancia y quitando la bata blanca, haciendo que se resbalara por sus hombros mojados. Se quedó completamente desnudo y entonces Feng Xin notó que Mu Qing también sentía algo que ahora era visible y rosáceo.

El alcohol en la cabeza de Mu Qing empezó a hacer estragos. Cuando estaba ebrio no actuaba como idiota, más bien hacía las cosas consciente, pero se atrevía a hacer lo que le costaba hacer.

Cuando entró a la regadera tuvo el impulso de meterse directamente con Feng Xin a la tina, pero se sentía lleno de los olores de la cocina.

Dentro de la ducha se preguntó a sí mismo si eso estaba bien, así que instó a Feng Xin a irse

Apostó consigo mismo

"Si se queda, esta vez tomaré la iniciativa"

Y como perdió la apuesta consigo mismo aquí estaba él, desnudo delante suyo, mostrandole también como le hacía sentir.

Vio el rostro de Feng Xin colorearse con motas color durazno y rosadas en las mejillas, los ojos bien abiertos mirándolo y con los labios separados en incredulidad. Mu Qing se puso de rodillas junto a él y lo miró de cerca

—Esto no es real, es un sueño, ¡ah! — El dialogo de fantasía de Feng Xin se vio interrumpido por un pellizco en su hombro

—Ahora sabes que es real... — la voz de Mu Qing era tan seductora y a la vez dominante, su cuerpo, su cara... todo en él. Le está dando permiso a Feng Xin para todo y él mismo siente que no puede contenerse.

Pero el gatito ha deseado tanto tener placer... De repente esta haciendo cualquier cosa y tiene un vivido recuerdo de aquellos revolcones con Feng Xin.

Hace unas semanas fue a un bar a tomar una copa y hombres y mujeres querían llevarlo a la cama de una vez... pero Mu Qing se sintió disgustado.

Quiere a alguien que le haga sentir algo más profundo, tal vez no amor... algo como lo que sentía con Feng Xin.

Y ahora que sabe que Feng Xin también quiere y no tiene ningún compromiso con nadie más, esta dispuesto a hacerlo.

Se preocupa demasiado y es joven... tiene que divertirse y hacer a un lado sus sentimientos y su cariño... Al menos por ahora.
Después llegará alguien que sí lo ame.

Así que sin darle más vueltas al asunto esta vez es él quien sostiene el mentón del arquero y lo acerca a sus labios para devorarlo como tanto ha querido.

Hoy nada ni nadie los va a detener. Es de noche, todos duermen, ellos están solos en esta cabaña en la montaña, neva fuera, nadie se atreveria...

Y es así como sin pensarlo más entra a la bañera así, aún sosteniendo el beso con Feng Xin sentándose sobre sus muslos de frente a él con sus miembros rozándose uno con otro.

Nan Feng poco a poco se vuelve un adicto, no puede negar el gran deseo que siente. Las lenguas de ambos se enrredan y los labios se succionan con mucha desesperación y pasión.

Feng Xin toca todo aquello que quiso tocar: toca el trasero que se imaginaba todas las noches cuando solo su mano adormecida despues de varias rondas le ayudaba a mitigar ese placer. Nunca era suficiente.

Las piernas, los hombros, la cintura. Siente que le faltan manos para poder tocar todo lo que quiere y se abraza al cuerpo fino de su pareja. Sigue besándolo en un gesto interminable, mordiendo, lamiendo, succionado. Toca el cuello de Mu Qing con sus yemas y su cara pequeña. Se separa un momento y mira sus ojos ebrios llenos de luz, su mirada implacable, orgullosa y esos labios rojos e hinchados de tan solo un beso. Feng Xin siente que Mu Qing se le escapa, que en cualquier momento cambiará de opinión, que al igual que un gato se frota a su pierna en busca de afecto con un encanto sin igual, pero que en cuanto Feng Xin acerque la mano para tocarlo Xuan Zhen lo sorprenderá con un zarpazo y sus colmillos en un gesto de odio y repulsión.

Se aventura a decir con miedo a ser mordido...

—Quiero penetrarte ya — demanda ese perro con el glande hinchado, húmedo, urgente.

Mu Qing se siente mareado de placer, quiere comportarse condescendiente y dócil, decir que si a todo pero no, ya no es una presa... ahora tiene el control de su sexualidad

—No, hasta que yo diga — Mu Qing contesta con firmeza a la par que el rostro de Feng Xin se muestra consternado.

Sin hablar usa un movimiento infalible: se pesca entonces uno de los pezones de Mu Qing que ahora se encuentra tan pálido y comienza a succionar, sabe que a Mu Qing le encanta que le hagan eso y después de un par de lamidas siempre termina accediendo a todo.

Las veces que lo hizo en el pasado el simplemente tuvo los orgasmos más largos y los gemidos más agudos que nunca antes haya escuchado.

Y tal cual lo recuerda, solo con pasar la punta de la lengua un par de veces por ese pequeño botón colorado el gatito comenzó a jadear y sonrojarse, pero no pidió detenerse

—Si quieres que me detenga, solo dilo — expuso Feng Xin, muy decidido con un tono de voz tan candente que sólo alguien que no tenga líbido rechazaría. Lo hizo aún sujetando a Mu Qing y torturando los puntos de placer de su pecho

—N-no te det-tengas — el consentimiento vino de una voz rota, agitada... igualmente deseosa y es todo lo que Feng Xin necesitaba para perder el último gramo de cordura que le quedaba.

¿Y de donde sacó fuerzas? No lo sabe, pero se puso de pie junto con Mu Qing y salieron entonces de la bañera con agua.

Había una enorme tapete mullido en el baño, así que sin pensarlo volcó al gatito sobre él con cuidado.

Antes de que Xuan Zhen se preguntara qué pasaba, sus labios fueron capturados de nuevo, los labios de Feng Xin le besaron la comisura de la boca, la barbilla, el cuello, las orejas y Mu Qing simplemente se sentía torturado al máximo. Sentía como se mojaba de repente y se sentía tan avergonzado de sí mismo.

—Ya no lo soporto, vamos a hacerlo — Mu Qing perdió todo el sentido común, toda la vergüenza y se colgó al cuello del moreno demandante de placer y Feng Xin estaba complacido con sus palabras

—No, todavía no — el arquero descaradamente pasó el pulgar por la cabeza húmeda de su compañero que en cuanto sintió el tacto gimió ligeramente

—¡He dicho que si! — y con sus piernas y brazos lo hizo girar para que ambos cambiasen de posición. Ahora era Feng Xin quien daba la espalda al tapete y Mu Qing quién lideraba

—Va a dolerte

—¿Y que? Eso jamás te importó

—Pero ahora si — la mirada de Feng Xin era embriagante y con un poco de vergüenza soltó su brillante idea — ¿Que te parece si lamo un poco tu entrada? — la mirada del arquero parecía la de un desquiciado, tanto que a Mu Qing le asustó

—¡No, eso es sucio!

—Para nada, tú estas limpio

—¡No! — Mu Qing rechazo la idea completamente con el rostro rojo brillante y en una fraccion de segundo tomó una decisión — Mejor esto... — y con valor sostuvo la enorme bestia hinchada y adolorida que Feng Xin llamaba pene dando algunos movimientos ascendentes y descendentes con sus manos tersas.

En cuanto Feng Xin sintió el tacto la mente se le puso en blanco y empezó a gemir de igual manera.

Mu Qing que a lo largo de todos los encuentros apenas había escuchado unas expiraciones nasales se sintió tan excitado de escucharlo. Tan emocionado.

Las manos de Mu Qing se veian tan pequeñas en comparación de la colosal bestia que sostenía. Ahora entendía por qué en el pasado le había dolido tanto y sintió una contracción en su parte baja, como si su propio cuerpo se negará a aceptar algo tan monstruoso invadiendo su cuerpo.

El arquero ahora parecía tan relajado con los ojos cerrados, no se atreveria a mirar. Si veía a su amante entre sus piernas con sus manos inexpertas acariciándole entonces si iba a penetrarlo sin pensárselo mas. Mu Qing nunca se había animado a hacer algo así con sus manos.

Y antes de pensar en los suaves, calidas y diestras que eran las manos del gatito sintió una humedad implacable cubriendo toda su masculinidad.

Un lenguetazo que vino desde los testículos hasta en glande. Una lengua blanda, húmeda y con una textura que le provocaba escalofríos.

—Mu Qing, Mu Qing. ¡Detente! ¡Ya no! ¡No quiero venirme en tu cara! — Feng Xin suplicaba con la mandibula tensa como nunca en su vida, mirando de reojo hacia abajo observando esa preciosa cara de hada con los cabellos húmedos pegados a su rostro haciendolo parecer tan etéreo — ¡Mierda no! — apretó los ojos de nuevo mientras Mu Qing lamia irregularmente por todos lados.

—Dije que hoy vamos a hacerlo como yo diga, ¿entendido?

—Mmn — Feng Xin solo asintió con un tono sumiso y dejo caer su cabeza, ya no podía observar a esa belleza más sino... lleva al menos 3 días sin autocomplacerse, sus testiculos son una bomba de tiempo. Trata de relajarse pero no puede pensar más que en ese placer sin límites — Mu Qing... — su voz se suaviza, el minino siente mariposas en el estómago, jamás creyó tener al arquero así, casi llorando de placer diciendo su nombre con un tono suave.

Y de inmediato la fuerza de voluntad de Feng Xin vuelve, tira del cabello de esa belleza y lo obliga a estar abajo como debe ser.

Al principio la mirada de Xuan Zhen es de sorpresa, pero después se sustituye por una cargada de pasión, extrañamente se siente sensual... nunca se ha sentido así.

Aunque aparenta ser siempre el más orgulloso y serio de una u otra forma por sus orígenes humildes siempre se ha sentido inferior a los demás y lucha día con día para borrar ese estigma de su persona.

Pero hoy bajo la mirada de Feng Xin siente que tiene algo de control sobre el arquero, aunque sea un simple arranque pasional, un capricho por revolcarse.

Nan Yang lo mira ahí tumbado en el mullido tapete, con las piernas cruzadas y la mirada hipnotizada. Toca una de sus rodillas y cada centímetro de su piel se siente como una invitación a algo más perverso.

Toma la rodilla y desciende hasta el muslo y luego a una de sus nalgas redondeadas

—Te dije que tu trasero está más grande — acaricio sin clemencia los montículos redondeados del cuerpo del gatito, éxcitado al máximo sin saber cómo apenas una de sus manos podía abarcar una sola mitad. Subía la mano hacia su cadera y las curvas se iban definiendo en una cintura estrecha. En su falta de juicio y el extásis provocado por la pasión solo suspiró — Eres la persona más hermosa que he visto — Feng Xin acaricio cada parte, subiendo y bajando, frotando, acariciando con calma y con ello extendiendo al máximo su placer.

Y Mu Qing solo se quedó ahí perplejo... nunca hubiera imaginado ni en un trillón de años que Feng Xin le diría algo así y menos durante el sexo. Lo miró con ojos bien abiertos cuando de la nada Feng Xin sostuvo uno de sus tobillo en sus propios hombros. Lo besó un poco y Mu Qing volvió a suspirar por las cosquillas que le provocaba, pero antes de estar completamente relajado sintió una invasión en la parte posterior de su trasero y comenzó a deslizarse poco a poco dentro

El gatito recordó el dolor de antaño frunciendo el ceño mientras era sostenido de las nalgas para evitar que se moviese

—¡Lento! Hazlo lento, duele... — Mu Qing lloró, Feng Xin le regalo otro beso profundo con un enrredo de lenguas entre los dos y con una de sus manos se dedicó a masturbar ligeramente al gatito — ¡Ngh! — eso liberó la tensión y el rechazo de su cuerpo y a través de las paredes apretadas Feng Xin logró abrirse pasó poco a poco. Cuando estuvo completamente dentro tardó unos minutos en moverse

—Es tan jodidamente caliente y apretado. Tal parece que fuiste hecho para esto — la mueca de satisfacción en el rostro del moreno era insuperable. Tan solo estando dentro unos minutos ya era increíble, no sabía como seria si empezará a moverse

Y en Mu Qing habia un deje de placer, se sentía incómodo aunque no lo suficiente para detenerse. Sabe que así es al principio y después el placer le recompensa.

Así comenzó Feng Xin poco a poco a empujar la cadera lentamente, dentro y fuera lentamente.

Mu Qing se sujetó a sus hombros y conforme subía la velocidad gradualmente sus uñas se iban aferrando a la piel de bronce del otro que era una delicia.

Feng Xin dejó caer su pecho sobre el de su pareja y esta vez Mu Qing tuvo acceso al cuello de arquero, sin dudarlo aproximó sus labios y comenzó a besar, luego a la lamer y al final terminó succionado y mordiendo.

—A-Qing...¡N-no! — y entonces el piadoso Feng Xin que iba muy lento decidió dejar de ser tan considerado y esta vez su cadera se empujó vigorosamente. Esos besos hacían que sintiera que tenía el corazón en la entrepierna porque su miembro palpitaba tan salvajemente que creía que tendría un paro cardíaco.

No sabe que tiene Mu Qing pero no se puede contener. Nunca se pudo contener con él. 

Todas esas veces en el pasado no tenía un control, lo veía y de inmediato quería desvestirlo y tenerlo así.

Sino fuera por Xie Lian, hace muchos años atrás lo hubiese tenido así: como cuando iban al bachillerato y tenía todavía esa mueca infantil, o como la primera vez que se mudaron juntos, o esa vez de la feria cuando conocieron al despreciable de Hua Cheng... imagina todos los escenarios donde pudo haber pasado esto...

Ahora está seguro que podría pasar una semana entera con él así, desnudos por ahí y encerrados. Sabe que siempre le hará sentirse excitado sin importar nada. Y ahora que ha descubierto esas emociones a su lado, quiere cumplir todos esos viejos anhelos del pasado.

—¡Ngh! ¡F-Feng Xin! ¡Ah, ah! — Mu Qing gimotea con los ojos cerrados, unas motas rosadas en las esquinas de sus ojos y su nariz. Sus uñas se clavan más profundamente

—¿Te duele? — el arquero baja la velocidad un poco pero el felino le da tres golpes repetidos en el hombro

—¡N-NO TE DETENGAS! — lo mira fijamente y Feng Xin lo besa mientras regresa a la velocidad que le gustaba

—Wow Qing-er, estás todo suave adentro, todo húmedo

—¡Cállate! ¡N-no lo digas así! — Mu Qing gira el rostro en vergüenza aunque aún sigue disfrutando al máximo, cada segundo más que el anterior

Todo ese ritual salvaje sigue por varios minutos, prolongándose, cambiando de posición y los sonidos siguen fluyendo de los labios de ambos.

—Ahh ahhh, ¡espera es demasiado! — de la nada Mu Qing siente que el moreno se ha recargado en una parte muy sensible dentro de él — ¿que es eso? Pregunta para sus adentros pero no le da tiempo para razonar cuando siente que se inhunda por dentro — ¡Agh, ngh...! — se muerde los labios y el placer fluye desde ese punto interno por todo su cuerpo.

Por otro lado Feng Xin observa la cara de placer que pone el minino y simplemente siente que está en su límite. Sabe que Mu Qing ha tenido un orgasmo prolongado y eso aumenta la temperatura lo que tienta a su miembro y comienza a palpitar como un loco.

Entonces se ayuda de sus fuertes piernas y comienza a empujar su cadera más primitivamente generando más gritos en su pareja

—Así Qing-er, lo estás haciendo tan bien. Mira como me tienes, tan dolorido de placer. Pronto estarás cubierto con mi orgasmo...

—C-CÁLLAT-TE BAST-TARDO! — Mu Qing maldice mientras siente escalofríos en todo su cuerpo, apenas y puede articular.

Feng Xin ama ese rostro de disgusto, le encanta tanto que esa cara esté en ese cuerpo y que esa alma quiera estar esta noche con él. Un sentimiento desconocido se instala en su vientre que fácilmente confunde con placer.

—Ya no puedo contenerlo más Qing-er... — su aliento hirviente golpea el lóbulo sensible de Mu Qing. Todo eso hace que finalmente se libere tras aquella pasión prolongada. Se sujeta de la pequeña cintura de Mu Qing y se empuja más profundamente mientras gimotea y el líquido caliente se dispara y se vierte en todo el interior de la belleza fría.

Y toda esa humedad y movimiento hace que el felino también comience a vertir su placer por el frente tan caliente y pegajoso.

—¡AAAHHH, AAAH! — Mu Qing no puede quedarse callado, no ha tenido un orgasmo tan intenso como este. Está tumbado en el suelo con las piernas abiertas mientras esté hombre tan sensual que le gusta lo está complaciendo y se complace a sí mismo.

Los sonidos los inhundan a ambos, sienten que han sido llevados juntos al paraíso, que por un momento fueron dioses y que pueden observar la tierra desde arriba.

Agitados y sudorosos siguen jadeando por aire como peces fuera del agua uno a lado del otro viendo al techo que simula ser el cielo nocturno. A través de una pequeña ventana alta se puede ver que la nieve comienza a caer pero el ambiente y sus cuerpo hierven como si fuese verano.

Mu Qing comienza a sentirse completamente pegajoso. Esta lleno del placer de Feng Xin y cubierto del suyo mismo. Siente como poco a poco fluye hacia afuera y estira su mano para tomar una toalla

—¿A d-donde vas? — cuestiona el arquero aún tratando de normalizar su respiración

—Sal de aquí — menciona Mu Qing con el habitual tono frio

—¿Qué? — Feng Xin se gira a ver su perfil mientras Mu Qing cubre su precioso cuerpo y le da la espalda

—Ya acabó esto, quiero bañarme. Vete — comenta el felino y el arquero lo mira con incomprensión

—Oye eres... ay — Feng Xin se pellizca el puente de la nariz en un gesto de estrés — Mira, yo también quiero bañarme

—Bueno, entonces hazlo rápido. Esperaré afuera — y mientras el minino se intenta poner de pie, Feng Xin lo sujeta de la muñeca

—No te vayas, tenemos que hablar — Feng Xin lo sostiene firmemente

—¿Sobre qué? — el tono de Mu Qing cada vez es más indiferente y frío, por eso mismo uno pensaría lo peor pero la realidad es que está muy muy nervioso para siquiera darle la cara al que acaba de hacerle el amor. En el pasado, Feng Xin siempre era el primero en levantarse, entonces el felino se evitaba toda esa etapa de vulnerabilidad.

Pero Feng Xin estaba malpensando las cosas...

—Mu Qing... — su garganta comenzaba a secarse, no quería preguntar pero tenía que hacerlo, aunque temiera mucho la respuesta — ¿Hiciste esto solo por el alcohol? Prefiero que me lo digas ant....

—¡No! ¡No fue por eso! ¡Vete! — Mu Qing seguía envuelto en pánico, no sabía como lidiar con esto y sólo se aferraba a la toalla contra su cuerpo.

Por otro lado el arquero respiró de alivio. Se puso de pie y aún desnudo le ofreció una mano a Mu Qing. En su orgullo el gatito giró el rostro en rechazo, pero el arquero fue más hábil y lo tomó aún sin que el quisiera.

Con su entrenamiento y la fuerza rápidamente lo orilló a ponerse de pie y lo enrrolló en su abrazo. Mu Qing estaba terriblemente sonrojado e impactado, temblando ligeramente en su abrazo con las piernas débiles.

Una pequeña risa vibró en el pecho de Feng Xin

—Si hubieras dicho que lo hiciste solo por el alcohol te hubiera dejado ir, pero entonces tenemos mucho de que hablar... — y así Nan Yang estiró la mano y lleno de nuevo la bañera con agua caliente mientras se dirigía a la regadera.

Ambos seguían abrazados y Feng Xin comenzó a lavar el cuerpo de Mu Qing. Todo ese tiempo Xuan Zhen estuvo con la cabeza gacha y completamente silencioso, muerto de vergüenza

—Estás todo sonrosado, ¿estás bien? — cuestionó el moreno a lo que Mu Qing solo asintió.

Una vez enjuagados Feng Xin lo tomó de la mano y volvieron ya limpios a la bañera

—Entremos — invitó el arquero

—¿Estás loco? ¡No vamos a caber! — y de un tirón lo hizo entrar y obligó a Mu Qing a sentarse sobre si mismo , recargando la espalda del gatito blanco sobre el pecho de bronce.

Mu Qing estaba a punto de tener un paro cardíaco, no sabía que demonios quería decirle Feng Xin... si le dice que no significan nada, él simplemente va a mentir

"Solo te utilice por placer, yo soy quien te engaño"

Lo diria solo para no perder cara, aunque en su corazón sepa que es mentira...

—¿Qué es lo que sientes sobre esto? — soltó de la nada el moreno, relajado — Sobre qué estemos los dos juntos, ¿qué es lo que quieres? — reveló directamente. Mu Qing hubiera querido responder la verdad, pero antes de hacerlo preguntó de vuelta

—Eso debería preguntartelo a ti, esta vez tú fuiste quien lo ocasionó, ¿que es lo que tú sientes?  — Mu Qing rogaba porque no preguntara más y dijera la verdad. Su corazón latía en incertidumbre, ahora se siente un poco culpable... no quiere volver a pasar por el dolor del rechazo y la humillación

—Yo... no estoy seguro que es lo que siento — reveló el arquero acompañado de un suspiro pesado y a su vez el cuerpo entero de Mu Qing se puso rígido. Su corazón se sentía como una bola de nieve que se estrellaba contra el asfalto y se desmoronado en pequeños fragmentos. Agachó la cabeza, se sintió más imbecil que nunca y antes de que las lagrimas fluyeran Feng Xin continuó — De lo único que estoy seguro es que me gustas en serio, me gustas mucho — y las manos del moreno se deslizaron por detrás y abrazaron a Mu Qing por el abdomen. El gatito no creía lo que escuchaba, no supo que decir y antes de ser consciente de ello Nan Yang continuó — Si es posible quisiera salir contigo, ir a citas, ir a comer, estar en casa, ir al cine, al zoológico, a entrenar, aquí a la montaña... pero... — su voz que sonaba emocionada se apagó con esa ultima palabra — No sé si quieras lo mismo, o siquiera si te gusto también... — guardó silencio esperando la respuesta de Mu Qing pero esa respuesta jamás llegó, guardó silencio como una tumba y el corazón del moreno se apretó en desilusión — Mu Qing, si yo no te gusto esta bien, solo dilo no me enoj...

—¡También me gustas! Si me gustas, no digas estupideces... ¿por qué otra cosa hubiera dejado que me hicieras lo que me hiciste hace rato? Tú... ¡tonto! — su corazón comenzaba a tomar forma golpeando repetidamente su pecho y su pulso en la garganta.

Así, Feng Xin se abrazo con más fuerza a Mu Qing. Poco después, el arquero dijo

—Entonces... ¿solo te gusto por el momento? Tú... ¿sientes algo más que eso? — interrogó Nan Yang. Por otro lado, Mu Qing sentía que quería decir que infortunadamente sentía otras cosas, pero también creyó que no era momento de decirlo

—Mmm, no... — mintió

—Ya veo, tampoco estás seguro de algo más... — y aunque Mu Qing se moría por revelar lo que de verdad sentía, se limitó a guardarlo para si... no quería sonar demasiado intenso. Así, el arquero continuó — Entonces no hay que hacerlo oficial aún. ¿Te parece si salimos por un mes entero? Podemos empezar a conocernos de otra forma y si las cosas van bien hacerlo oficial... si esto es únicamente algo pasajero entonces terminar sin rencores. ¿Qué dices? ¿Estás de acuerdo? — Feng Xin está vez lo decía con toda la buena intención, no quería forzarse a sí mismo a decir algo que no estaba seguro, pero tampoco sentía la fuerza de voluntad para alejarse de Mu Qing...

Por otro lado el minino se lo pensó... no sonaba a que fuera una mala idea. Tal vez en un mes tenga el valor para decirle a Feng Xin que él si siente algo más... así que sin más, contestó

—Estoy de acuerdo, en un mes a partir de hoy lo volvemos a hablar y determinamos que suced... — el aliento de su última vocal fue robado por un beso inesperado que continuó dentro de la bañera y pronto Mu Qing volvió a sentir otra vez ese bulto enorme contra su trasero

—Mu Qing....

—¡No! Hoy ya no. Es tarde, tengo sueño

—Qing-er...

—¡No! ¡Me duele la cadera! ¡Eres un salvaje

—Solo manos y boca

—¡Arg! ¡No! ¡Qué desvergonzado! — y antes de poder rechazar Feng Xin descubrió algo

—Jajajaja, resulta que tú también sigues teniendo deseos. Que menti...— y antes de poder terminar el felino lo besó de vuelta para callarlo

Así la noche se volvió un desvelo completo y una nueva historia comenzaba a escribirse entre ambos enemigos...

🐶🐱🐶🐱🐶🐱🐶🐱🐶🐱🐶🐱🐶🐱

Bueno, la verdad siento que me faltó mas 🔥 sin embargo también quisiera guardar un poco de mi ingenio para futuros encuentros FengQing 👀

Hay algunas cosas que aclarar que han estado preguntando por DM/Social media

1. ¿Por qué Mu Qing no siguió aceptando salir con Pei Ming?

R= Después de encontrarse con BWX/JW y que Pei Ming se sincerara sobre "aquel viejo amor" (Yushi Huang) las cosas comenzaron a volverse tensas. Pei Ming siente que se sobreexpuso ante Mu Qing y se ha relajado sobre "insistirle" en salir.

Otra cosa es que Pei Ming a pesar de expresar abiertamente que Mu Qing le atrae, no es un hombre monógamo, lo que dificulta ya que si  Mu Qing no está "enamorado", al menos busca exclusividad.

2. ¿Mei NiangQing y Jun Wu tuvieron historia en este AU moderno?

R= Si, si que la tuvieron... aunque eso se revelará hasta el final del fic

3. ¿A partir de ahora Mu Qing y Feng Xin serán felices?

R= Ño, les falta un sufrimiento muy grande. Ya lo he empezado a escribir, va a haber un gran malentendido que los va a llevar por un camino sinuoso. Pero después de ese gran y largo sufrimiento quizá puedan ser felices. 😊

🐈🐕🐈🐕🐈🐕🐈🐕

Eso es todo por hoy, espero actualizar muy pronto. Los próximos dos capítulos van a ser muy tiernos... después se decide la suerte del FengQing 😄

Muchas gracias por leer, si gustan pueden leer mis otros fics mientras hacemos la siguiente actu 😉

¡Cuídense! 😄

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