Si las miradas mataran, nadie querría estar en el lugar de Andrés Gómez. Endora no pudo ignorar la sonrisa en su rostro mientras decía lo que acababa de decirles a sus clientes y a Richard, pero también la forma en que se inclinó hacia ella y puso su brazo derecho alrededor de su hombro.
Este día estaba empeorando cada vez más. Y necesitaba tener una charla con Andrés urgentemente.
—¡Endora, oh Dios mío! —exclamó Maya, con una sonrisa de euforia en su rostro. —No me dijiste que estabas comprometida. ¡Felicidades!
—Sí, mira eso. —murmuró Daniel.
La expresión de su rostro fue difícil de descifrar para Endora, lo único de lo que estaba segura era que estaba enojado y confundido y que esta interacción no podía salir peor que esto.
—Soy Andrés. —le tendió la mano a Daniel y se presentó a la pareja.
—Soy Daniel. —respondió, todavía inseguro de cómo actuar a su alrededor. —Ésta es Maya. —señaló con la cabeza a la mujer que estaba a su lado.
—Es un placer conocerte. —Maya le sonrió.
—Endora, no puedo creer que te vayas a casar. —Richard interrumpió alegremente. —Y con el señor Gómez, no obstante. —susurró con una sonrisa. —Después de todas las bodas que hemos hecho juntos, finalmente haremos la tuya.
—Es emocionante. —dijo Andrés, todavía con esa sonrisa en su rostro que Endora quería borrar.
—Espera, tu cara me resulta muy familiar. —Maya pellizcó los ojos mientras intentaba ubicar de dónde conocía a Andrés hasta que una chispa de familiaridad cruzó por sus ojos. —Estás en esa película de Star Wars, ¿no?
—Sí. —él asintió. —¿Te gusta Star Wars?
—Oh, mi hermano es el mayor fan...
—¡Me encanta Star Wars! —interrumpió Daniel, un poco demasiado alto. Ahora toda la atención se centraba en él. —¿Dijiste que estabas aquí promocionando un show?
—Sí. Un show de Star Wars, precisamente.
—Eso es genial, amigo. —Daniel asintió y Endora no pudo evitar la sensación de que esto se estaba volviendo demasiado incómodo.
Además, ¿Daniel no le daba la sensación de ser fanático de Star Wars? ¿De verdad le gustaban esas películas? Necesitaba escapar de esta situación lo más rápido posible.
—Richard, creo que deberíamos continuar el recorrido. —después encaró a Andrés. —¿No tienes que volver a promocionar tu película?
—Sabes —Andrés la ignoró y ella quiso volver a matarlo. —Si te gustan las películas puedo llevarte al evento, está todo el elenco, incluso George. —le ofreció a Daniel y este solo pudo sonreír.
—Eso es muy generoso. ¿Eso está bien contigo? —le preguntó a Maya y la británica asintió.
—Sí, ve a conocer a tus héroes, Endora y yo haremos el recorrido y luego te cuento cómo nos fue.
Daniel asintió con la cabeza y Endora evitó el contacto visual con él. Ella pensó que esta interacción no podía empeorar, pero obviamente estaba equivocada porque el vínculo entre Daniel y Andrés y pasar tiempo juntos era incluso peor que cualquier otra cosa. Es decir, ¿de qué hablarían?
—Te veo luego. —le susurró Andrés en español y luego se fue con Daniel de regreso al viñedo.
Maya rápidamente llegó al lado de la rubia y envolvió su brazo contra el suyo, con cuidado de no arruinar el ramo de flores.
—Quiero escuchar cada detalle sobre Andrés. —murmuró emocionada en su oído mientras seguía a Richard por el resto del patio.
Mientras caminaba hacia el viñedo, Daniel no estaba seguro de cómo iniciar una conversación con Andrés. Pensó que era una buena idea en ese momento ir con él solo para molestar a Endora para que al menos lo mirara y lo enfrentará después de que el actor lanzara la bomba de compromiso, pero ahora que su idea tuvo éxito no tenía idea de cómo desarrollarla. Ni siquiera le gustaba Star Wars, no sabía nada de la franquicia.
—Entonces, ¿hace cuánto tiempo que conoces a Endora? —fue con una pregunta que parecía básica, pero también quería saber la respuesta.
—Oh, desde siempre. —respondió Andrés con un acento marcado. —Nos conocimos cuando éramos niños en Argentina. Sus abuelos vivían al lado mío y su primo es mi mejor amigo.
Daniel inclinó la barbilla hacia abajo en señal de entendimiento. Definitivamente tenían historia entonces, algo con lo que él no podía competir. Otra pregunta apareció en su mente pero no se atrevió a decirla, sintió un nudo en la garganta la primera vez que intentó preguntarla y se obligó a aclararse la garganta e intentarlo una segunda vez.
—¿Cuánto tiempo llevan comprometidos?
Antes de que el actor tuviera la oportunidad de responderle, fueron interrumpidos por un miembro del personal una vez que entraron a la sala donde se llevaba a cabo la promoción del programa.
—¡Andrés! Por fin has vuelto. —la mujer corrió hacia él. —Todavía tenemos que hacer algunas tomas contigo y Felicity. —dejó de hablar al reconocer la presencia del piloto. —¿Quién es él? —intentó susurrar pero Daniel aun así la escuchó.
—Este es Daniel, un amigo. —lo presentó. —No te importa si te dejo solo unos minutos, ¿verdad? Prometo que las fotos no tardarán mucho. —Daniel negó con la cabeza.
—Tomate tu tiempo.
Andrés lo dejó con la empleada quien luego lo llevó a un lugar donde podía sentarse y esperar al actor. El se tomó este tiempo para revisar su teléfono e investigar todo lo que necesitaba saber sobre el programa de Star Wars para poder tener al menos una idea de qué hablar con el actor cuando volviera.
Durante el recorrido, Christian y Diane Horner finalmente lograron unirse a su hija durante un pequeño refrigerio. El clima en Londres era definitivamente más cálido que antes y el sol brillaba perfectamente en lo alto del patio mientras Endora y Maya probaban uno de los vinos blancos especiales del viñedo.
—No sabrías la cantidad de viñedos que hay por aquí. —mencionó Diane Horner mientras bebía del vaso de Maya.
Richard continuó el recorrido después de unos minutos, ahora con la incorporación de Christian y Diane. La pareja parecía fascinada con la ubicación del lugar y todo lo que lo rodeaba, desde la delicadeza de las flores hasta los lujosos muebles. Maya también parecía bastante feliz, era imposible luchar contra la sonrisa en su rostro. El grupo llegó al final del recorrido al mismo tiempo que Daniel y Andrés salían del interior del viñedo, y el matrimonio Horner pareció sorprendido al ver a su futuro yerno al lado del actor de Star Wars.
—Daniel, que bueno verte. No sabía que estabas aquí. —Diane lo saludó con un beso en la mejilla.
—Hola, Diane. —él sonrió. —Hola, Christian.
—Daniel, que bueno verte. —el hombre lo abrazó. —Y, uhm... —Christian miró por encima del hombro al actor. Lo reconoció de inmediato porque había visto algunas de sus películas, pero estaba esperando una presentación formal.
—Este es Andrés. —dijo tocando ligeramente su brazo. —Amigo, ellos son Christian y Diane Horner. Son los padres de Maya.
—Un placer. —sonrió el argentino mientras les estrechaba la mano.
—He visto tus películas antes. Son muy buenas. —habló Christian luego de la presentación.
Todos terminaron organizándose en un círculo, obligando a Endora y Daniel a estar uno al lado del otro y aún así, ella no se atrevía a mirarlo a los ojos.
—Gracias, lo aprecio. —él respondió.
—No sabía que tú y Daniel eran amigos. —Mencionó Horner.
—Oh, nos conocimos hoy. —dijo Daniel. —Sí, él es eh, es el prometido de Endora.
La rubia sintió algo de amargura en las palabras del australiano, sin embargo, sonrió a Christian y Diane, sin querer explicarles el hecho de que no estaban realmente comprometidos.
—Oh, eso es genial. —exclamó Diane. —Sabes, estábamos planeando ir al club mañana. ¿Por qué no se unen a nosotros? —ofreció. Antes de que Endora tuviera la oportunidad de negarse, Andrés habló.
—Oh, eso es muy generoso, ¿no? —miró a la rubia a los ojos y ahora todos le estaban prestando atención, algo que ella no necesitaba en estos momentos.
—Uhm, sí señora Horner, eso es muy generoso. —estuvo de acuerdo. Miró a Maya en busca de ayuda, pero la chica parecía demasiado emocionada con la idea como para darse cuenta de que Endora en realidad no quería unirse a ellos.
—Oh, será muy divertido. —Maya se unió a la conversación.
—Sí. —dijo Daniel a su lado. —Muy divertido.
Él la miró pero ella todavía se negaba a mirarlo.
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El día no estaba yendo como esperaba. El sol calentaba demasiado, el vestido que llevaba no era lo suficientemente fresco y la presencia de Andrés parecía demasiado. Estaba siendo demasiado encantador, demasiado noble. Los Horner lo adoraban y Daniel lo miraba con dagas en los ojos mientras intentaba llamar la atención de Endora.
—¿Tienes calor? —le preguntó.
—Un poco.
—Toma mi gorra. —se quitó la gorra y se la puso. —Para que no te moleste el sol. ¿Quieres que te traiga agua?
—Estoy bien. —le respondió ella, acomodando mejor la gorra en su cabeza.
Daniel los vio desde el otro lado de la mesa campestre, donde todos estaban almorzando afuera. Ella notó sus grandes ojos marrones fijos en ella y se sintió demasiado abrumada.
—Voy a ir al baño. —le anunció a Maya, quien estaba sentada a su lado.
La chica no tuvo tiempo de responderle cuando ya se estaba levantando de la mesa y saliendo. Podía ser dramático, pero muchas cosas habían sucedido demasiado rápido en tan solo unos días y sentarse allí con Andrés a su lado y Daniel mirándola tan intensamente parecía demasiado difícil de manejar. Las consecuencias de sus decisiones estaban volviendo a ella y se daba cuenta de que todas habían sido equivocadas. No terminó por ir al baño, sino que se encontró deambulando por el club y explorando las instalaciones. Tenía todo lo que tendría un club de gente rica; caballos, piscina, sauna, campo de golf. Ella lo sabía porque creció yendo a "Los Olivos" con su papá, todavía iba a jugar Scrabble con él y sus amigos de vez en cuando.
—Estaba empezando a pensar que te habías perdido.
Endora se detuvo en seco ante el sonido de la voz de Daniel y se giró para finalmente mirarlo. Lo ha estado evitando durante demasiado tiempo.
—Lo hice. —respondió. —Nunca había estado aquí antes.
Estaban en medio de un jardín, rodeados de flores y mariposas, pero no podían quitarse los ojos de encima. Endora llevaba un vestido blanco de verano a principios de otoño que la hacía lucir demasiado hermosa y él no podía dejar de mirarla.
—Si quieres decir algo solo dilo.
Daniel suspiró y apartó los ojos. Endora era como el sol, pensó, demasiado brillante y hermosa, pero si la mirabas demasiado tiempo te quedarías ciego.
—Estás comprometida. —dijo simplemente. —Estás comprometida y tienes el descaro de enojarte y convertirme en un villano por haber sido infiel cuando tú hiciste lo mismo.
Si Endora estaba enojada antes, ahora estaba furiosa y ofendida por sus palabras. Aunque todo el asunto del compromiso era completamente falso y tenía que hablar con su padre y con Andrés al respecto, no iba a darle explicaciones a Daniel porque él simplemente no merecía una explicación. Al menos ella sabía que su compromiso era falso, el de él no.
—No necesito escuchar esto de ti. Ni siquiera quiero saber nada de ti. Pero si tienes tantas ganas de hablar de matrimonios, hablemos. —la rubia cambió de tema porque eso era lo único que se le ocurrío hacer. —¿Sabes el color que eligió Maya para sus damas de honor? ¿Sabes el tipo de comida que servirán? ¿Cuántas personas están invitadas? Es decir, ¿sabes siquiera la fecha? —preguntó. —Apuesto un millón de libras a que no sabes ni un solo detalle de tu futuro matrimonio porque, adivina, te da igual. ¿Sabes cuántos matrimonios triunfaron cuando al novio le importaba un carajo cualquier detalle? Cero. Sigues manipulándote para pensar que quieres esto, pero tus acciones dicen lo contrario.
—Está bien, mira. —interrumpió. —Te confesaré que me atraías. Cuando me rompiste la mano y me llevaste a urgencias, me gustaste. Cuando apareciste en mi casa sin avisar con el almuerzo y nos besamos, quise besarte. Tan simple como eso. Y cuando volví a tu casa ese mismo día, todavía quería besarte. Todo eso fue real. Pero ahora sé que todo eso pasó porque simplemente no te conocía. —dijo eso y Endora sintió como si le hubieran dado un puñetazo en el pecho. —Eras bonita y también eras diferente a Maya y no sabía cuándo te iba a volver a ver. Pero eso fue todo. Eso fue todo lo que fue. —suspiró y echó un vistazo a su mano derecha. Ahora estaba mucho mejor y los vendajes eran más ligeros que antes. —Tal vez antes estaba inseguro sobre todo el asunto del matrimonio, lo admito. Pero ahora estoy seguro y sé que Maya es la mujer para mí.
La rubia se quedó sin palabras. Sabía que nada de lo que él hubiera podido decir mejoraría las cosas entre ellos, pero no se dio cuenta de que cualquier cosa que él hubiera podido decir las empeoraría. Mirándolo ahora, definitivamente debería haberlo visto venir, pero ella solo quería creer que Daniel era diferente a cualquier otro chico con el que había estado. Pero no lo era. Simplemente no lo era.
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mayahorner country side 🐿
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f1.wags que lindos!! 💞
_lottieprepon amo esta pareja🫶🏽
mayaahornerrfans sooo beautiful
kellypiquet hermosa😍
danielricciardo ❤️
mango's note
si están enojadas conmigo por este capítulo las entiendo 😩 yo lo escribí y cada vez me daban más ganas de pegarle unos traques al danny