Karen
No soy buena dando noticias malas siento que es horrible hacerlo y mas cuando un adolescente tiene que recibirlas, me doy la vuelta y observo al pequeño de los Laburdi quien me observa con atención.
— ¿Qué sucede, Karen? — pregunta con impaciencia.
¿Cómo le anuncio esta noticia?
— Cariño, es Nathaniel, él se sintió mal y se fue al hospital con tus hermanos mayores, Julen nos dará noticias de lo que sucede ahí. Me pidió que te quedes conmigo mientras tanto — explico con suavidad y suspira frustrado mientras agacha su cabeza.
— Quiero ir al hospital con ellos. A veces siento que ellos me dejan a un lado solo por ser el pequeño de la familia y no es así, se todo y entiendo todo lo que pasa y está pasando. Vi como Julen cargaba a Nathaniel inconsciente hacia el auto. Quiero ir al hospital para estar con mi hermano — gruñe enojado y con lagrimas en los ojos.
— Veré en qué hospital están ¿De acuerdo? Tus hermanos mayores solo te quieren proteger de las malas noticias. Mis hermanos también son así — explico con un tono suave mientras escribo un mensaje en mi celular diciéndole a Julen que nos iremos al hospital junto a ellos enseguida el me responde con un está bien y me envía la ubicación del hospital, miro a Othniel quien me observa con curiosidad.
— Vamos al hospital — es lo único que digo y salta del sofá.
— Entonces vámonos ya. Tenemos que ir. Podemos ir con uno de los autos de Julen — dice ansioso y asiento con la cabeza varias veces.
¿Uno de los autos? ¿Cuántos autos tiene?
El me hace una seña para que le siga y obedezco, pasamos por la cocina luego nos vamos hasta el garaje, abro mi boca asombrada por los autos que están aquí, chillo al ver el auto de mis sueños frente mío, me aproximo al auto como una niña curiosa.
— Karen no creo que a mi hermano le agrade la idea de que usemos ese auto — dice con dudas Othniel.
— Entonces ¿Cuál usaremos? — pregunto sin despejar mi vista del auto, aclara su garganta y hace una seña de cual auto usar, encojo los hombros.
— Está bien — accedo, el agarra la llave del auto y nos montamos en él, abre la puerta del garaje y arranco para ir a nuestro destino.
Minutos más tarde...
Estamos llegamos al hospital, estaciono el auto, nos bajamos y nos encaminamos hasta la entrada, llamo a Julen para avisarle que estamos aquí, el sale y nos mira a los dos.
— ¿Cómo vinieron tan rápido? — pregunta entrecerrando sus ojos y Othniel hace una mueca.
— Usamos unos de tus autos — confiesa con tranquilidad y mi novio nos mira a ambos con indignación también con desesperación.
— No tuvo ningún rasguño ¿Verdad? — habla, ruedo los ojos con irritación.
Esto es absurdo.
— No y creo que deberíamos entrar ya — contesto enojada por su pregunta.
¿En verdad cree que no manejo bien un auto? Es absurdo
Entro primera al hospital, ignoro el llamado de los dos Laburdi, me voy hacia la recepción.
— Buenos días ¿En que puedo ayudarla? — pregunta con un tono suave.
— Estoy buscando al paciente Nathaniel Laburdi — respondo.
— Piso 2 habitación 100 — contesta mientras se fija en la computadora y asiento con la cabeza.
— Gracias — agradezco y me dirijo hasta el ascensor, observo que los dos Laburdi quieren entrar, Othniel entra, pero detengo a Julen para que no entre con nosotros.
— Pero ¿Por qué? — se queja.
— Piensa en lo que dijiste luego hablamos — es lo único que digo y las puertas se cierran, Othniel empieza a reírse a carcajadas luego niega su cabeza varias veces.
— Le pusiste en su lugar. Me encanta. Eres la primera persona que lo hace — admite con una sonrisa en su rostro y me sonrojo completamente.
— Creo que me pasé ¿Verdad? — pregunto y niega con la cabeza.
— Claro que no. Vamos, tenemos que salir del ascensor — habla Othniel. Salimos los dos y nos encontramos con Silvian y Sergey, los dos están con la cabeza baja, frustrados.
— Silvian ¿Han dicho algo de Nathaniel? — pregunta el menor de los Laburdi y los dos levantan sus rostros asombrados por la aparición del menor.
— ¿Qué hacen aquí? — interrogan los dos al mismo tiempo.
— Estamos aquí por Nathaniel — contestamos los dos al mismo tiempo con tranquilidad.
— Dan miedo cuando hablan todos al mismo tiempo — dice alguien atrás mío y poniendo su mano en mi cintura, miro sobre mi hombro, sonrío al darme cuenta que Julen está atrás mío.
— ¿Han dicho algo de Nathaniel? — repito la pregunta que hizo Othniel hace un rato y niegan con la cabeza varias veces, hago una mueca.
— Espérenme aquí — es lo único que digo antes de alejarme de los hermanos Laburdi.
— ¿Qué harás? — pregunta entre dientes mi novio.
— Averiguar que sucede — contesto con tranquilidad y me voy hasta la recepción que está en este piso. La enfermera me observa de arriba abajo mientras masca su chicle.
— ¿Quiere algo? — cuestiona de mala manera.
— Estamos esperando noticias de un paciente que fue ingresado. Los señores llevan más de dos horas aquí. Necesito saber si hay alguna noticia — comento con una sonrisa falsa y ella empieza a teclear su computadora.
— ¿El nombre del paciente? — pregunta de mala manera.
— Nathaniel Laburdi — contesto con un tono brusco, ella observa la pantalla luego levanta la vista.
— El sigue siendo atendido por los médicos enseguida le darán noticias de su estado — explica.
— Gracias y la próxima que estes atendiendo a una persona que quiera saber del estado del paciente tienes que ser más amable como si fuera que estas comprendiendo el apoyo del familiar o sino terminarás en la calle pronto — declaro a la enfermera quien rueda los ojos irritada, solo me limito a irme de ahí para no reventarle la cara a la maleducada.
Llego hasta los Laburdi quienes me miran expectantes por lo que me dijo la mujer.
— ¿Y que te dijo? — pregunta Julen.
— Siendo atendido por los médicos enseguida le darán noticias de su estado — recito las palabras de ella y todos bufan.
— Ya nos dirán algo pronto. Tienen que estar tranquilos — hablo con calma y todos asienten con la cabeza.
Horas más tarde...
Seguimos esperando noticias de Nathaniel y no hay nada aún lo cual me empiezo a estresar. No tengo tanta paciencia como los Laburdi, me dirijo de nuevo hasta la enfermera de hace rato trato de hablar, pero alguien se adelanta a mí.
— ¿Familiares de Nathaniel Laburdi? — pregunta el doctor atrás mío y me doy la vuelta al instante.
— Yo — contesta Julen.
— Al paciente se le hizo un lavado de estómago. Ingirió un medicamento fuerte para su edad. El se quedará en observación por un día por cualquier inconveniente, pueden pasar a verlo. Con permiso — informa y se retira de ahí. Escucho que todos suspiran de alivio igual que yo.
— Pasa para verlo Silvian creo que me tendrá miedo a mi si entro — dice Julen mientras se rasca la nueva, Silvian asiente con la cabeza si decir ninguna palabra, suspiro frustrada y con la cabeza agachada porque esta situación siento que es un muy fuerte para mí.
Minutos más tarde...
Silvian sale de la pieza donde está Nathaniel, pero con una mueca en los labios.
— ¿Qué pasó? — pregunta Julen con un poco de desesperación, agarro su mano para que se tranquilice.
— El solamente quiere hablar con Karen — es lo único que dice y todas las miradas recaen sobre mí.
¿Qué hice ahora?