Eisherz

By leisydiaz14

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«Él está encerrado en mi sótano y yo estoy condenada a enamorarme de él.» Desde el día en que Madison descubr... More

ADVERTENCIA
PREFACIO
Capítulo 1: Malakai
Capítulo 2: Despertar
Capítulo 3: Extraño
Capítulo 4: Sonrisa
Capítulo 5: Hambre
Capítulo 6: Genio
Capítulo 7: Volar
Capítulo 8: Secuestradora
Capítulo 9: Cavernícola
Capítulo 10: Temperatura
Personajes
Capítulo 11: Aren
Capítulo 12: Reloj
Capítulo 13: Importante
Capítulo 14: Corazón
Capítulo 15: Beso
Capítulo 16: ¿Sorpresa?
Capítulo 17: Hermano
Capítulo 18: Proteger
Capítulo 20: Dibujo
Capítulo 21: Betsy
Capítulo 22: Límites
Capítulo 23: Almas
Capítulo 24: Pensamientos
Capítulo 25: Traición
Capítulo 26: Órganos

Capítulo 19: Cita

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By leisydiaz14

—Madison... —masculló Logan, diciendo mi nombre completo después de mucho tiempo sin haberlo escuchado de sus labios— ¿Qué está... pasando?

Dejé escapar un gran suspiro. Era increíble la tensión con la que vivía día a día, no dudaba que tuviera la presión por los cielos.

—Aren. —inquirí lo más serena que podía— Entra a casa, vuelve a ser una persona normal, ponte ropa y regresa al salón. En menos de un minuto te quiero en el salón.

Mr. Hugs, a pesar de ser un perezoso, corrió bastante rápido hasta colarse por la ventana rota y desaparecer de mi vista.

—Eisherz. —observé a mi chico quién seguía comiendo el queso como si nada— Vas a dejar de levitar ahora mismo y sentarte en el sofá del salón. Cuando entre, no quiere ver un maldito rastro de queso. ¿Entendido?

El chico de hielo asintió y, mientras se marchaba, observé cómo se comía de un tirón el gran trozo de queso que le quedaba.

—L. —me giré hacia mi amigo— No entres en pánico. Tú y y vamos a entrar ahora mismo y te voy a explicar todo.

—No esperaba menos. —masculló medio que haciendo una broma, pero noté que no estaba del todo tranquilo.

Cuando entramos a la casa, reparé una vez más en todo el desastre que me rodeaba. Las paredes estaban cubiertas de Nutella, había cuadros hecho pedazos, huevos rotos sobre el suelo, harina esparcida por todos lados.

—Eisherz. Aren. —los mencionados, quiénes estaban sentados en el sofá, giraron su cabeza hacia mí— Arreglen todo esto. Y, por favor, hagan algo con esta ventana. —señalé hacia mi lado.

—Lo haremos. —exclamó el chico de hielo buscando la aprobación en mí. Pero yo tenía cosas más importantes sobre las que pensar en ese momento.

Guie a Logan hacia mi habitación, alejándonos del desastre que había abajo.

—Lo que acabas de ver y todo lo que te voy a contar en este momento, te va a convertir en cómplice de algo más grande. —inquirí— No puedes contarle nada sobre esto a nadie, o ambos estaremos muertos.

—Madison. Me estás asustando.

—Por eso te voy a dar la opción de olvidar lo que acabas de ver hoy y volver a tu casa como si nada hubiera...

—Quiero que me cuentes lo que sea que está pasando. La curiosidad me está matando. —me interrumpió— No diré nada. Lo prometo.

Me llevé la mano a la frente, negando con la cabeza. Así era Logan, le gustaba mucho el chisme y odiaba que lo dejaran a medias.

Sin embargo, ese no era el problema. El problema venía en forma de una pregunta que no dejaba de rondar por mi cabeza en ese momento: ¿Podía confiar en él? La respuesta era simple: No podía confiar en nadie. Pero conocía a Logan desde hacía años y nunca había hecho nada que me hiciera desconfiar de él. Al contrario, por más que había intentado alejarlo de mí, siempre regresaba como si nada hubiera pasado.

En ese momento me sentía tan sola, que quería, por primera vez, darle un voto de confianza. Quería tener a alguien con quien pudiera hablar de las cosas anormales que sucedían en mi vida.

Probablemente me estaba equivocando, pero quería ser egoísta.

—Está bien. —me senté a su lado en mi cama, decidida a convertirlo en mi cómplice— Todo comenzó cuando tenía 10 años.

Le conté sobre Eisherz estando encerrado en mi sótano, sobre mí yendo a verlo cada noche cuando mis padres dormían, sobre cuando asesinaron a mis padres y las últimas palabras de mi padre antes de morir en mis brazos. Le confesé que esa había sido la razón por la que había estudiado para ser Gerontóloga Biomédica y había trabajado en Alcor. Le hablé sobre todo lo destacable que había pasado desde que volví a Malakai: despertar a Eisherz, Aren apareciendo en mi vida como un perezoso, ellos siendo de otro mundo...

—¿Cómo que de otro mundo? —preguntó, completamente inmerso en la historia— ¿Un mundo paralelo a este o de otro mundo de la galaxia?

—De otro mundo, L. Yo que sé.

—Bueno, tú eres la que está viviendo con dos seres que no son humanos. Deberías saberlo.

Pensándolo bien en ese momento, Aren nunca hubo especificado ese detalle. De hecho, yo tampoco le había preguntado.

Negué con la cabeza, no era momento para pensar en eso. Tenía que terminarle la historia a Logan.

—El caso es que...

Esta vez le hablé de la posibilidad de que Eisherz fuera mi hermano, sobre todo lo que había encontrado en casa de mi vecina y lo poco que confiaba en ella en ese momento. Y, por supuesto, también le conté sobre su beso con Aren mientras se hacía pasar por Eisherz. Eso le pareció igual de raro que a mí.

—No me parece raro que lo haya besado. Esiharz está bastante comible y hasta yo, un hombre cien por ciento hetero, lo veo.

—Eisherz. —le rectifiqué, ignorando lo demás.

—Eso mismo. —le restó importancia al hecho de no haber dicho el nombre bien— Lo que veo raro es que, a pesar de saber que era tu "novio", porque tengo entendido que ella creía eso, ¿no?

—Ujumm.

—Pues entonces que, siendo él tu novio, ella queriendo ser tu amiga, lo hubiera besado en TU casa, a expensas de que tú pudieras llegar en cualquier momento.

—L, o eres demasiado imbécil o no vez la maldad de la gente. —mascullé— A lo mejor esa fue su intención desde el principio, acercarse a mí con la excusa de ser mi amiga, para ¡Zass! quitarme a mi chico.

—Estás paranoica.

—¿No te parece más raro, en cambio, que haya llorado?

Logan se llevó la mano a la barbilla.

—Lo admito, eso es lo más raro. —inquirió, luego centró su mirada en mí— Aunque, no tanto como tú viviendo con gente de otro mundo. M, estás viviendo la fantasía de cualquier fanático de lo sobrenatural.

—Sí, bueno.

—Y no olvidemos que hay una gran posibilidad de que uno de ellos sea tu hermano. Lo que, por consecuencia, abre la posibilidad de que tú también tengas algo que ver con el misterioso "otro mundo".

—No me lo recuerdes. —solté un gran suspiro.

—¿Por qué? Yo estaría emocionado por algo así.

Logan, ¿no entiendes que Madison ve a Eisherz como un pedazo de carne muy apetecible y no como alguien de su propia sangre?

Mi conciencia no paraba de recordarme, cada día, mis horribles sentimientos. Me hacía sentir culpable.

—Es que yo...

En ese momento, mi teléfono comenzó a sonar dentro del bolso. Era como si el universo me estuviera deteniendo de contarle mi preocupación a Logan, así que lo tomé como una señal.

—Es Landon. —exclamé al ver su nombre en la pantalla.

—Ufff qué pereza. —Logan se levantó de la cama— Voy a ayudar a los seres sobrenaturales con el desastre que hay en tu casa. Avísame cuando termines de hablar.

Y así como así, se marchó.

—Hey, extraña. —masculló Landon al otro lado del teléfono.

—Hey, extraño.

—¿Te llamo en un mal momento?

—Nah. No te preocupes. —dejé caer mi espalda en la cama— ¿Querías algo?

—No... bueno, sí. O eso creo.

—¿Eh? —fruncí el ceño.

—Verás, estuve buscando la forma más discreta de decírtelo, pero me di cuenta que estaba divagando por las ramas. —comenzó a decir— Así que, solo te lo preguntaré y ya está. ¿Quieres ir al cine conmigo?

Ostia...

—¿Al cine? —repetí como una retrasada— En plan...

—En plan cita.

Ostia x2... ¿Desde cuándo Landon era tan lanzado?

No lo sé. Dímelo tú.

Deberías rechazarlo.

¿Estás segura?

Por supuesto. ¿Qué pensaría nuestro chico de hielo cuando se entere?

Eisherz... cierto.

Eso es, piensa en el amor de tu...

—Está bien. Acepto.

¡¿Pero qué haces?!

Intentar sacarme a Eisherz de la cabeza.

—Sé que tienes novio y que probablemente me rechaces, pero...—la voz de Landon se escuchaba incrédula— Espera, ¿qué? ¿En serio?

—Ujumm.

—Perfecto entonces. —juraría que estaba sonriendo. Lo conocía. Se escuchaba emocionado— Mañana a las 7:00 pm, pasaré por ti.

—Está bien.

—Hasta mañana, extraña.

—Hasta mañana, extraño. —y colgué.

(...)

Esta había sido la sexta vez que me había mirado al espejo luego de haberme preparado. Hacía tiempo que no ponía tanto empeño en cómo me veía. Sentía que me veía ridícula. Pero esa no era la razón por la que no podía salir de mi habitación. La razón principal tenía un nombre.

—Déjate de estupideces, Madison. —me dije a mí misma a través del espejo— Todo va a salir bien.

Cogí mi cartera y me encaminé hacia las escaleras con el corazón latiéndome a mil por segundo.

Primer escalón. Segundo escalón. Tercer escalón. Cuarto escalón. Quinto escalón.

Desde donde estaba, podía observar a Eisherz de espaldas a mí, sentado en el sofá viendo una serie en la tele. No veía a Aren por ningún lado y tampoco me preocupaba mucho. Estaría haciendo de las suyas por ahí.

—Eisherz. —llamé su atención cuando ya había pasado el último escalón.

El chico giró la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja, la cual se fue desvaneciendo en el momento en que me vio. Sus ojos recorrieron cada centímetro de mi cuerpo. Aquel vestido blanco con estampado de flores, me hacía sentir como un payaso en un circo. Como tenía complejo con mis tobillos de pollo, nunca me ponía vestidos, y siempre andaba con pantalones. En casa sí que andaba con shorts, pero siempre estaba desarreglada, no cómo ahora.

Por eso, en ese preciso instante, la mirada de Eisherz me ponía muy incómoda. Y algo había cambiado, porque ya no me sentía como un payaso, ahora me sentía desnuda.

—Voy a salir. —tragué en seco. Su mirada volvió a mis ojos— No me esperes despierto.

No me detuve para escuchar una respuesta suya y me encaminé hacia la salida. Escuchaba el sonido de mis pasos por sobre las voces que salían de la tele.

—Te esperaré. —exclamó en cuanto puse mi mano sobre el pomo de la puerta.

Du-gum. Du-gum. Du-gum. ¿Escuchas eso? Es el sonido de tu corazón.

Alejé esos pensamientos de mi cabeza y atravesé el umbral de mi casa sin mirar hacia atrás. Inspiré una gran bocanada del aire fresco nocturno mientras me apoyaba sobre puerta de madera.

—¡Madison! —la voz de Landon me llevó a abrir los ojos. Estaba de pie junto a su bicicleta arrimado a la acera.

—¡Hey! —exclamé, lo más animada que pude.

—Estás guapísima.

—Tú también lo estás.

Mentira no era. Landon y su hermano habían sido dotados con unos ojos de color menta. Era fácil hacerlos resaltar, y más si te ponías una camisa de color turquesa. Eso era jugar sucio. Su perfume se coló por mis fosas nasales.

Mierda. Olvidé echarme perfume.

Dudo que le importe.

—Perdón por tener que llevarte en bicicleta. —inquirió— No es lo más romántico.

—Landon, vivimos en Malakai. Puedo contar con una mano las personas que tiene auto en este pueblo. Así que no te preocupes por eso.

—Tienes razón. —sonrió— ¿Nos vamos, entonces?

—Sip.

La película que íbamos a ver era una comedia romántica. En la antesala del cine, podías ver a parejas tomadas de la mano y dándose muestras de cariño en público. Sentía un hueco en el pecho. Landon compró un tarro grande de palomitas de mantequilla con dos vasos de refresco.

Las luces se apagaron cuando ya estábamos en nuestros asientos. La película comenzó a reproducirse y no hubo ningún contratiempo. Fue entonces cuando llegó el típico momento del beso de los protagonistas. Desde nuestra posición podíamos vislumbrar como algunas parejas se besaban, y yo solo podía mantener las manos sobre mi regazo y no quitar la vista de la pantalla. No quería mirar a Landon. No quería que pensara que... había una... oportunidad.

Porque nunca la hubo.

Esa era la verdad. No veía a Landon como más que un amigo. Y lo había estado usando. Me sentí como una mierda. Sabía lo que hacía cuando acepté esa cita, pero en ese momento solo pensé en mí y en la posibilidad, aunque fuera mínima, de sacarme lo que sentía por Eisherz del pecho.

—¿Salimos? —me preguntó Landon, sacándome de mis pensamientos.

Cuando observé la pantalla, me di cuenta que ya se estaban reproduciendo los créditos. Ni siquiera había visto el final de la película.

Asentí y nos dispusimos a seguir a la multitud hacia afuera del cine.

—Bueno... —comenzó a decir, rascándose la parte trasera de la cabeza— ¿Quieres que vayamos a comer algo? Tenemos el centro comercial aquí cerca.

—La verdad, solo quiero volver a casa. No me siento muy bien. —mentí, descaradamente.

—Está bien. —se le veía decepcionado. Me sabía mal por él.

Al aparcar frente a mi casa, llegaba la parte tediosa de la despedida. Estábamos ambos sin decir ni una palabra. Decidí ser yo la que rompía el silencio.

—Pues, yo creo que debería...

Pero entonces Landon hizo lo impensable. Me sostuvo de las mejillas y me besó.

A pesar de que me había tomado por sorpresa, no dejé que el beso se profundizara. Mi instinto defensivo lo que hizo fue empujarlo y darle una cachetada.

Auch. Eso tuvo que haber dolido.

—Lo siento por haberte golpeado. —exclamé con el ceño fruncido— Pero no creo haberte dado señales de que podías besarme.

—Pues explícame tú qué tipo de señales son las que me estás dando. —Landon tragó en seco con su mejilla enrojecida— Porque aceptaste tener una cita conmigo a pesar de que tenías novio. Porque aún lo tienes, ¿no?

—No... Es decir. Creo que sí.

—¿Cómo que crees? Uno no "cree" que tenga novio, Madison. O lo tienes o no lo tienes.

—Es complicado.

—¿Complicado? —bufó— Entonces explícame por qué acaba de salir de tu casa.

Me di la vuelta al instante. Eisherz se encontraba con los brazos cruzados de pie en el descansillo, con la puerta abierta a sus espaldas. Su mirada era inexpresiva, pero enseguida provocó que mi pecho se hinchara.

Esto era lo que se suponía que debía de sentir con Landon. Pero no había sido así y ahora, había echado por tierra nuestra amistad.

—Landon. —me giré de nuevo hacia él— Tú y yo nos conocemos desde hace años y no quiero mentirte, así que te seré sincera. Lo eché todo a perder.

Sentía como mis ojos comenzaban a empañarse. Siempre estoy alejando a las personas que me quieren con mis actitudes.

—Pensé que podría llegar a sentir por ti lo que tú sientes por mí. Parecerá cliché, pero nunca he dejado de verte como un amigo. —el nudo en mi garganta se intensificó— Te quiero. Te quiero mucho. Pero tener esta cita contigo, me sirvió para entender que yo al que amo es...

—Lo entiendo, Madison. —me interrumpió. Las lágrimas comenzaron a desbordarse por sus ojos.

—No llores, joder. —me acerqué a él y comencé a limpiarle las lágrimas con mis dedos— Soy una persona horrible y no merezco ni una de tus lágrimas. Lo siento. Lo siento mucho. Nunca quise que esto terminara así.

—Está bien. —alejó mis manos de él y se pasó las manos por la cara, eliminando cualquier rastro de lágrimas que había sobre él— No te preocupes.

—Landon...

—Gracias por haber tenido esta cita conmigo. Nos vemos mañana.

—Landon... —repetí su nombre, pero fue en vano. Se montó en su bicicleta y, sin mirar atrás, se marchó.

Me quedé en el lugar, con un hueco en el pecho, viendo la carretera vacía. El frío de la noche apenas llegaba a importarme, me había acostumbrado a soportar temperaturas más bajas en casa. No podía dejar de pensar en el daño que le había hecho a una persona increíble. Por cosas como estas, me daba cuenta que merecía todo lo malo que había pasado en mi vida. Era un asco de persona y, lo mejor, era estar sola. Así no podría herir a nadie.

Lo único que quería en ese momento era esconderme debajo de mi edredón. Me di la vuelta para entrar en casa, y me di cuenta de que Eisherz seguía en el mismo lugar que antes.

—Entremos. —mascullé, pasándole por al lado.

Dejé el bolso en la encimera de la cocina y abrí el refri para tomar un poco de agua. Escuché cómo la puerta principal se cerraba. Dejé el vaso vacío en el fregadero y me encaminé hacia las escaleras.

—No me gustó que te hubiera besado. —murmuró el chico de hielo. Me detuve en el lugar, cerré los ojos y dejé escapar un gran suspiro. Me giré hacia él y le mostré una leve sonrisa.

—A mí tampoco. —me encogí de hombros.

—Entonces ¿por qué saliste con él?

—Porque quería olvidarme de ti. —solté en un suspiro.

—¿Por qué querrías eso?

—Porque no está bien que yo te ame de la forma en que lo hago. Está mal.

—¿Y quién dice eso? —Eisherz se acercó a mí y me tomó de las manos— Cuando tú y yo estamos juntos, no se siente mal. Cuando te beso... siento que es el único momento que quisiera que se repitiera en bucle por el resto de mi vida y eso... eso no puede estar mal.

—Pero... ¿y si eres mi hermano? —mascullé— No puedo... con mi hermano.

—A mí no me importa y puedo entender que esto sea demasiado para ti, pero quiero que sepas que el amor que siento por ti no ha cambiado. —expresó y sentí como el agujero en mi pecho se intensificaba— Mis sentimientos crecieron antes de que existiera esa posibilidad, y no puedo simplemente apagarlos porque puede que compartamos lazos de sangre.

En ese momento sentí una mezcla de emociones abrumadoras.

—No podemos controlar nuestras circunstancias de nacimiento, pero sí podemos elegir cómo afrontarlas. —continuó con sinceridad— Y yo decido no renunciar a ti sin haberlo intentado con todo mi ser.

Después de haber escuchado atentamente las palabras de Eisherz y de haber pasado por una montaña rusa de emociones, finalmente encontré la claridad dentro de mi corazón.

El amor no es solo un resultado de la genética, sino una conexión emocional y una elección consciente. Siempre he sentido una atracción y una conexión especial hacia Eisherz, y eso no ha cambiado.

❄️❄️❄️❄️❄️❄️

Buenoooo, qué final de capitulo. Yo ando in love con estos dos individuos🛐🥹

Opiniones del capítulo por aquí:

Madison contándole todo a Logan ¿Confían ustedes en él?🥱

La cita con Landon y el beso😬

La confesión de Eisherz 💞🛐🥰

Nos vemos el próximo martes con una nueva actualización. Hoy inauguramos los #MartesDeEisherz❄️

XOXO La Congelada Mayor

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