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Por ifqlk13

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❛❛ you were my crown, now i'm in an exile seeing you out, I think i've seen this film before... MΓ‘s

π„π—πˆπ‹π„, π›πžπ₯π₯𝐚𝐦𝐲 𝐛π₯𝐚𝐀𝐞 Β³
act three
i. prologue
ii. eowyn
iii. commander of death
iv. commander of blood
v. no one fights for me
vi. i can't love you anymore
vii. blood must not have blood
viii. broken hearts club
ix. traitors in arkadia
x. blair's loyalty
xi. you're not skaikru
xii. sentenced to death
xiii. jusheda can't give up
ivx. may we meet again
xv. dear lexa
xvi. checkmate, thomas
xvii. i miss you, i'm sorry
xviii. loss and acceptance
xix. too late to apologize
xx. frustration
xxi. highway to hell
xxii. war of hearts
xxiii. till forever falls apart
xxiv. back to black
xxv. new allies
xxvii. embers of hope
xxviii. the final countdown
extra. late night talking
extra ii. let her go
i know places!!

xxvi. head over heels

578 54 35
Por ifqlk13

𝐇𝐄𝐀𝐃 𝐎𝐕𝐄𝐑 𝐇𝐄𝐄𝐋𝐒
season three, episode fifteen

❛❛Oh, you're wasting my time

You're just, just, just wasting time
Something happens and
I'm head over heels
I never find out until

I'm head over heels❜❜

—ANTES DE ENTRAR A POLIS, quiero pedirte algo— la voz de Roan se alzó entre el silencio que ahora invadía el ambiente entre él y la comandante de la sangre— Ni se te ocurra cagarla, y que no se te vaya la pinza ahí dentro. Eres muy impulsiva, y eso te puede llevar a la muerte.

—¿Crees que no lo sé?— murmuró Blair, rodando los ojos molesta. Tenía las manos atadas y una mordaza que aún no se había puesto— No es la primera vez que lidio con gente así.

Ambos se plantaron frente a las puertas de Polis, sorprendiéndose de que estuvieran abiertas. Roan suspiró y se dirigió a la arquera para colocar la mordaza en su boca. Blair estaba asustada, a decir verdad. No sabía muy bien a lo que se iba a enfrentar una vez llegaran ahí. Y, además, su tío Kane estaba en Polis, así que tampoco podía descartar la idea de que estuviera chipeado. El hecho de que sus amigos la cubrirán no lograba tranquilizarla del todo. Cada vez estaba menos segura de que el plan iba a funcionar.

Roan y ella ya habían comenzado a caminar por las calles de Polis, que le traían recuerdos a la castaña de cuando su hermana Lexa estaba viva. Polis antes la parecía una ciudad preciosa y con mucha vida, pero ahora que Alie había aparecido por allí había cambiado por completo. Las calles estaban vacías, y no había rastro de los puestos de comida. Ni de nada, en realidad.

—Cuando esto termine, Ontari sabrá que la ayudaste— la voz del rey de Azgeda la sacó de sus pensamientos. Blair le miró, alzando una ceja— Te doy mi palabra.

La arquera asintió, pues no era capaz de hablar debido a la mordaza retenida en su boca. Pasaron unos minutos más caminando, cuando por fin encontraron a personas. Habían supuesto que serían miles, pero sólo había unos cuantos en círculo, haciendo quién sabe qué. Según Blair, parecían estar rezando o algo así. Frunció el ceño y compartió una mirada burlona con Roan.

—¿No iba a haber miles?— pensó en voz alta su majestad, caminando lentamente hacia las personas de ahí.

Blair desvió su mirada hacia el túnel de Polis, viendo como una linterna parpadeaba una y otra vez. La arquera supo que era Bellamy haciéndoles la señal para dar a entender qué ya estaban ahí. Jusheda le dio un codazo como pudo a Roan, que entonces también vio la luz. La comandante de la sangre supo que era la hora y respiró profundamente.

Céntrate, Blair.

Vamos allá.— susurró el rey en el oído de la chica de forma muy discreta. La mencionada asintió levemente, sin dejar de mirar hacia donde se encontraban sus amigos. Desvió la vista de ahí para no levantar sospechas. Roan se acercó aún más a la gente y alzó la voz— Soy Roan, rey de Azgeda. Y tengo lo que busca la comandante.

Entre sus dedos, ahora alzados al aire, se encontraba nada más y nada menos que la Llama. Blair supo que eso cantaría la atención de todos los presentes. Todos los que estaban arrodillados abrieron los ojos, maravillando con la mirada el objeto que sostenía el rey de la nación del hielo. Se levantaron de inmediato y se formó un círculo alrededor de los dos, con todos los demás esperando a que Roan entregase la Llama.

—No me gusta esta bienvenida, prefiero que venga ella misma— se quejó, en relación a Ontari. La arquera abrió un poco más los ojos, sospechando que quizá Roan no debía haber dicho aquello.

Había una gran multitud de gente por todos lados que Blair no conocía, pero si fue capaz de distinguir un rostro entre los muchos otros. Thelonious Jaha. Cómo no. Por supuesto que él también iba a estar ahí. Jusheda entrecerró los ojos, sintiendo la sangre caliente correr por sus venas. Quería matarlos a todos, pero sabía que no estaban siendo ellos, sino que era Alie quien les controlaba. Más valía que todo aquello saliera bien si no querían que todo se saliese de madre.

—Hola, Blair.— saludó, con una voz más grave de lo habitual en él. La mencionada alzó la vista para fulminarle con ésta— Kane se alegrará mucho de verte.

Mierda.

Blair fue a lanzarse a él, para atacarlo, derribarlo o quizás matarlo. Quién sabe. Para su suerte, Roan la pudo frenar. Jaha tenía que agradecer lo que hizo el rey, porque si no él no hubiera acabado bien. Blair jugueteó con las cuerdas que envolvía sus manos, sabiendo que el agarre era flojo y podía liberarse cuando quisiera. Pero no lo hizo. Aún tenían que ver si el plan podía funcionar.

—¿Quién eres?— interrogó Roan, sin soltar la Llama de sus manos. Blair reprimió una sonrisa burlona bajo la mordaza— ¿Dónde está Ontari?

—No va a salir.— avisó Jaha, y Roan no pudo evitar compartir una mirada preocupada con Jusheda. Oh, no. Esto no estaba saliendo nada bien. Blair destensó aún más las cuerdas, preparándose para pelear por si era necesario— Pero puedes darme a mí la Llama. Me aseguraré de que Ontari la reciba.

El rey de Azgeda cerró el puño, ocultando en este la Llama. Lo cual daba a entender que no había trato. Blair supo enseguida lo que hacer. Buscó con la vista el túnel donde estaban sus amigos y les dedicó una mirada que les decía que algo iba mal. Seguro que la entenderían. De lo que la chica no se había dado cuenta, era de que Jaha había visto su movimiento leve.

—Vuestros amigos del túnel no podrán ayudaros— tras las palabras de Jaha, Blair abrió mucho los ojos. Apretó los puños, deseando internamente pegar una paliza de muerte al hombre. Es Alie, se recordó. Sintió como una gran opresión aparecía en su pecho y trató de mantener la calma.— Dame la Llama— repitió.

Blair sabía que era lo que debía hacer Roan, así que cuando el hombre sacó su cuchillo y lo posó en su cuello amenazando con cortarlo, no se quejó. Lo de ser actriz no era lo suyo, la verdad. Roan, con su brazo libre, tocó el costado de la chica, indicándola algo así como 'tranquila, no te haré nada' que la castaña captó de inmediato.

—Atrás.— ordenó el rey cuando la gente dio un paso hacia él con intención de atacar— Atrás o la mato.

No dejó de sostener el cuchillo en el cuello de Blair.

—Ahorraos el teatro.— sugirió el moreno, y entonces el pánico inundó por dentro a la comandante de la sangre. Lo saben— Sabemos que estáis juntos. Lo sabemos todo.

—Entonces sabrás que es la única que puede activar la Llama— vaciló Roan, apretando más el agarre contra el cuello de la joven. Blair intentó mantener la calma con todas sus fuerzas, pensando en lo fácil que sería matarlos a todos y ya.

—La queremos viva— murmuró el hombre, casi para sí mismo. Blair le dedicó la peor de las miradas.

—Corre.

Jusheda hizo caso a las palabras de Roan, que la dio un empujón para ayudarla a salir. Si él no salía de ahí, confiaba en que pudiera hacerlo la arquera. Mientras sus piernas se movían a una gran velocidad, Blair por fin se deshizo de la cuerda en sus muñecas y la lanzó al suelo, para posteriormente retirarse la mordaza de la boca.

Antes de que pudieran girar para seguir corriendo hacia las puertas de Polis, una figura masculina se plantó frente a ellos con un arma apuntando directamente a Roan. Cuando Blair le vio, una lágrima se escapó involuntariamente de su ojo. Era Kane. Su tío estaba chipeado. Uno de sus mayores miedos desde hace días se acababa de cumplir. Y éste mismo estaba apuntando con su arma al rey de Azgeda.

—Tú no nos haces falta vivo— comentó, antes de pulsar el gatillo sin inmutarse y disparar directamente a Roan en el torso. Blair tuvo que echarse hacia atrás, sin poder asimilar tanta información de golpe. Esperaba que el rey estuviera vivo.

Unos hombres se lanzaron encima de ella con intención de cogerla y llevarla hacia el centro de Polis, pero la arquera reaccionó y comenzó a pelear con ellos como pudo. A uno le clavó la pierna justo en su vientre, logrando derribarlo junto a otro hombre más. Otro afortunado se acercó a la chica, que rápidamente torció su brazo y lo rompió sin pensárselo dos veces. Uno de los atacantes logró cogerla del cuello, pero Jusheda le dio un codazo fuerte en las costillas que lo hizo retroceder. No quería matarlos.

Detrás de ella, unos guardias se la acercaron. Pero estos eran mucho más fornidos y grandes que ella, por lo tanto, cuando Blair fue a atacarlos, se vio detenida por todos ellos a la vez. La agarraron de los brazos con brusquedad y comenzaron a arrastrarla hacia el interior de Polis.

—¡Kane!— gritó con agresividad, quizás más de la que ella deseaba. El mencionado se giró a mirar como se la llevaban— ¡No dejéis que muera!— un guardia apretó más su agarre— ¡Suéltame! ¡Alie te voy a matar!

Pero de repente, los que se la estaban llevando frenaron su ritmo y Blair frunció el ceño, llena de rabia e ira en su interior. Buscó explicaciones con la mirada. Quizá sus amigos estaban ahí. Pero no recibió respuesta ninguna más que un puñetazo directamente en su rostro que la hizo perder la consciencia.

。・:*:・゚★,。・:*:・゚☆

Blair reconoció el lugar en el que estaba nada más abrir los ojos. Se encontraba en la sala del trono de Polis. Sala en donde la última vez que estuvo, la que se sentaba en aquel trono era nada más y nada menos que Lexa. Pero ya no. Todo había cambiado drásticamente las últimas semanas. La cara la dolía, probablemente por el impacto del puño de aquel hombre en su cara. Seguramente tendría en esos momentos el ojo morado. Su visión estaba borrosa nada más abrir sus párpados, pero rápidamente todo volvió a verse claramente.

Jusheda estaba de pie, con su espalda pegada a un palo y sus brazos estando hacia atrás y atados. En su cadera también había una cuerda. Y en sus pies. Estaba atada por tres partes del cuerpo distinta. Ya no tenía puesta la chaqueta de Bellamy, estaba en tirantes. Completamente expuesta a aquella gente. Por lo menos, no la habían chipeado. Alzó la cabeza, reconociendo en la sala a Jaha y Abby Griffin.

—Blair.— la saludó la doctora con una leve sonrisa y el puño apretado. La arquera llevó su mirada hacia la mano de la chica, viendo en ella un cuchillo bastante afilado escondido. Todo eso la recordó a cuando la iban a torturar en TonDC.— ¿Cuál es la contraseña?

—Vete a la mierda— contestó la comandante de la sangre con una sonrisa falsa. Abby agachó la cabeza, soltando un suspiro cansado.— No me sé la contraseña.

—No te esfuerces en mentir, Jusheda— aconsejó Jaha, dando unos pasos hasta quedar frente a ella. Justo igual que la madre de Clarke— Sabemos donde están tus amigos.

—Si tocas a mi familia olvídate de tu estúpida contraseña, Jaha— burló Blair, mirando a ambos con desprecio— Tienes suerte de que yo no hubiera estado en el campamento cuando empezaste a vender ese chip, porque sino hubieras acabado sin cabeza.

Antes de que pudiera continuar provocando al hombre, el cuchillo de Abby viajó hasta su pecho, y la mujer lo clavó. Un corte profundo, además. Blair gritó y se retorció en su sitio, sintiendo unas ganas inmensas de llorar. Lo único que había dentro de ella ahora mismo era rabia.

—Te lo voy a repetir otra vez, bonita— murmuró la doctora Griffin, posando el cuchillo en el abdomen de la chica— ¿Cuál es la contraseña?

—¿Quieres matarme? Hazlo— provocó de nuevo Jusheda, alternando su mirada entre Abby y su bota. Si se deshacía de las trea cuerdas, puede que pudiese conseguir el cuchillo escondido en su bota— No tienes ni idea de lo que pensará Clarke cuando te vea.

De nuevo, el cuchillo volvió a introducirse en el cuerpo de Blair. Haciendo esta vez un corte muchísimo más doloroso que el anterior. La comandante de la sangre chilló, y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas de puro dolor. El arma fue extraído de su cuerpo. La sangre proveniente de las dos heridas había convertido la camiseta de tirantes blanca en una roja.

—Ningún método de tortura podría hacerme decir la contraseña, Alie, solo por si quieres saberlo.

Tras las palabras entrecortadas de Blair, el arma que poseía la doctora viajó hasta la frente de la arquera. La madre de Clarke no dudó e hizo un corte en la frente. Esta vez Jusheda no gritó, solamente gruñó por lo bajo.

—Es fuerte. Los terrestres la han enseñado bien— comentó Jaha, disfrutando de ver a la castaña sangrando. Abby asintió— No dirá nada, pero quizás Clarke sí.

—Traed a mi hija aquí.— ordenó Abigail a unos de los guardias que estaban posicionados en la puerta. Estos asintieron enseguida y salieron de la sala dispuestos a ir por la hija de la doctora. El labio inferior de Blair tembló.

—Eh... eh— llamó la atención de los chipeados Blair, en un hilo de voz. Ya no sentía su cuerpo y todo su torso estaba bañado en sangre. Jaha y Abby se giraron hacia ella, esperando que les dijese la contraseña— Matadme... cortadme pe...pero no le hagáis nada a Clarke— rogó, escupiendo sangre por la boca de vez en cuando.

—No la haremos nada a ella, sino a ti— sonrió Jaha, haciendo que Jusheda pudiera respirar un poco más tranquila. No la importaba hacerse daño por salvar a Clarke.

—Prepárate, Blair.

。・:*:・゚★,。・:*:・゚☆

Blair notaba como poco a poco iba perdiendo la consciencia según pasaban los minutos. En realidad no había pasado mucho tiempo, pero todo la dolía y estaba poniendo sus máximas fuerzas para no ponerse a llorar. No tenia ni la más mínima idea de que era lo que pretendían hacer con ella para que Clarke les dijese cual era el código para acceder al chip, pero no iba a mostrarse con miedo.

Las puertas de la sala del trono se abrieron y los guardias entraron con Clarke. La rubia iba protestando, y forcejeando con ellos, pero cuando vio el estado de su amiga, se vio obligada a frenar y respirar profundamente. Y, es que en esos momentos, Blair estaba cabizbaja, luchando por no cerrar sus ojos, y su piel estaba pálida. La rubia bajó la vista hacia la camiseta bañada en sangre de Jusheda.

—¡Dejadla en paz!— vociferó una vez los guardias la acercaron a su madre. La rubia la abrazó, aún sabiendo que estaba chipeada.

—Cla... Clarke— murmuró la castaña, intentando alzar su cabeza y conectando miradas con la chica— Preocúpate por ti.

—Te echaba de menos.— confesó la madre de Griffin, aún en los brazos de su hija. Se separaron después de unos segundos.

—No tomaré el chip— Clarke fue directa al grano y miró muy segura de sí misma a su madre, que parecía totalmente indiferente.— Jamás.

—Ahora solo necesitamos tu ayuda con la Llama— la tranquilizó Abby, posando sus manos en los hombros de su hija y trazando suaves caricias sobre ellos.— ¿Cuál es la clave, Clarke?

—Cabezota como su madre— comentó de nuevo Jaha, dándole una orden con la mirada a sus hombres.

Los que cargaban con Clarke la llevaron hacia una plataforma similar a la de Blair, que estaba demasiado preocupada en que pudieran hacer daño a la rubia. Si tenía que sacrificarse y morir por ella, lo haría. Griffin era demasiado importante para skaikru, y para todos, en general. Era imprescindible. Blair no podía decir eso de ella misma. La ataron hasta que quedó igual que la arquera.

—No dejes que me hagan daño— rogó Clarke a su madre, la cual negó varias veces nerviosamente con la cabeza.

—No dejaría que te hicieran daño jamás— susurró, acercándose lentamente hasta quedar frente a su hija y posar las manos en sus mejillas. La rubia puso una mueca— Pero puedes estar tranquila, tú no eres la que saldrá herida.

—¿A qué te refie...?

Clarke no pudo ni terminar la frase, porque justo ahí fue cuando lo entendió todo. A ella no la iban a tocar, de momento, pero a Blair sí. La chica estaba muy débil pero aún así se mantenía sería y sin miedo. Clarke admiró el gesto de su amiga. Ojalá ella no ser tan vulnerable. Pero la realidad era que Parker estaba más asustada que nunca. Había perdido ya mucha sangre. Una gota de ésta cayó en su ojo izquierdo y tuvo que cerrarlo por el escozor.

Abby fue directa a una bolsa que había en una mesita, de donde antes había sacado el arma para herir a Blair. Metió su mano en ella y la removió un poco hasta sacar una espada afilada, cortada por la mitad. Ignoró las súplicas y los lloros de su hija, y se plantó frente a la comandante de la sangre.

—¡Mamá, por favor!— gritaba su hija, removiendose en su sitio con intenciones de escapar. Obviamente, sin éxito ninguno. La doctora Griffin ni se inmutó.

—Clarke, ¿cuál es la clave?— formuló de nuevo la pregunta la madre de la chica. Clarke conectó miradas con Blair, que la dedicó una mirada para tranquilizarla y luego otra que la indicaba que por favor, no dijese nada. La hija de Abby lo entendió, y asintió discretamente. Sabía que ellos eran capaces de matar a Blair, pero aún así se mantuvo en silencio— ¿No vas a decir nada? Bien.

Ontari se colocó al lado de Abby, y observó como esta agarraba la espada y hacia un corte horizontal largo de nuevo en el abdomen de Blair. La joven no pudo reprimirlo y soltó un grito desgarrador, retorciéndose de dolor. Esto iba a ser mucho más tortuoso que abres. Sus ojos se cristalizaron y comenzó a llorar, asustada. Odiaba verse así, pero necesitaba soltar todo lo que tenía dentro. Clarke también sollozaba, sin ser capaz de observar aquella escena.

—Clarke— canturreó Ontari, sacando un bolsillo de su traje de comandante. Griffin volvió a sollozar y entonces la actual comandante se paró frente a Blair para volverla a herir, esta vez clavando el arma en su pierna.

Eso no le hizo tanto daño como lo otro a la chica, que se limitó a quedarse callada y sollozando por lo bajito como un perrito callejero. Se sentía asquerosa, pero sobre todo cobarde. No podía hacer nada, y estaba dejando que la torturaran como si estuviera hecha de cristal.

—¿Cuál es la clave?— repitió cansada Abby, girando la cabeza para ver a su hija. Una sola lágrima resbaló por la mejilla de Clarke.

—No la hagáis más daño, mamá— suplicó al darse cuenta de que Abby volvía a posar la espada en la mejilla de Blair. No dudó y cortó la zona, la arquera sintiendo como la sangre volvía a brotar de forma exagerada en su cara.— No...

—¿Sa..bes a qué me recuerda esto?— musitó entre jadeos Blair, su voz perdiéndose en un susurro casi inaudible. Abby prestó atención— A Mount Weather. Sí... se supone que nosotros éramos los buenos, ¿n-no? Supongo que todo ha cambiado.

—Cállate.— espetó Ontari, atizando un puñetazo fuerte en el abdomen de la chica y haciendo a la fuerza que Blair obedeciese.

Pero lo que ellas no sabían, era que Jusheda, sabiendo que no la quedaba mucho para caer inconsciente o incluso morir, iba a hacer todo lo posible para salvar a Clarke. Tenía la esperanza de que alguien apareciese para salvar a la rubia e iba a mantener a los de Alie atentos en ella para no fijarse en Griffin. Y qué mejor que provocarlas con palabras, si eso era lo que más la gustaba. Ver rabiar a sus enemigos.

—¿Y tú?— cuestionó Blair, comenzando a reír de forma irónica y exagerada. Tuvo que escupir sangre antes de continuar— Qué pena me das, en serio.— volvió a reír— Jamás serás como Lexa... ni siquiera eres comandante.

—Cederán por sus amigos.— murmuró Abby, girándose hacia atrás donde no había nadie más que un puñado de guardias— Traedme a Bellamy Blake.

—¿Qué?— preguntó Blair lo más alto que pudo, comenzando a removerse ignorando su dolor en su sitio. Su pecho comenzó a subir y bajar con irregularidad y entonces más lágrimas brotaron de sus ojos. No. A él no— ¡Por favor! ¡Me podéis matar, torturar o lo que sea, pero... pero a él no le hagáis nada!

Todo lo que ocurrió a continuación pasó muy rápido. Pero a Blair se le hizo eterno, pues luchaba constantemente por mantenerse despierta. Abby colocó un cubo dado la vuelta en el suelo mientras Jaha hacía un nudo con una cuerda bastante gruesa. Tanto Wanheda como Jusheda sabían que era para ahorcar a alguien, pero no sabían específicamente para quién y eso las preocupaba.

—No es para vosotras— explicó Abby, pasando la mirada de la rubia a la arquera. Mantuvo su vista fija en Blair por unos segundos antes de continuar— De momento.

Ontari estaba arriba de la sala y ató la cuerda de Jaha a una barra de metal. La doctora Griffin caminó hacia él lugar, y entonces Clarke casi se vuelve loca. Comenzó a gritar para detenerla, forcejeando con las cuerdas que la acaban bruscamente. Blair supo que eso era lo que querían de ella, pero entendía lo que sentía la rubia. Si su madre hubiera estado ahí, habría perdido la cabeza.

—Deténte— la pidió la rubia en sus últimas fuerzas, alternando la mirada entre el ex canciller y su madre.— Por favor, para esto.

—Tú sabes como pararlo— contestó Abby, colocándose en la cuerda en el cuello y dispuesta realmente a colgarse ahí.

—Alie, espera.— dijo Clarke, mirando a su alrededor como si la IA la pudiese verme. Y, lo hacía— Si la matas, jamás sabrás la clave para acceder a la Llama.

—No me está matando Alie— respondió la mujer, haciendo que su hija sollozara fuertemente— sino tú.— ignoró las insistencias y lloros de su hija— ¿Cuál es la contraseña, Clarke?

—No puedo...— admitió entre sollozos, ganándose una mirada compasiva por parte de la comandante de la sangre. Clarke compartió una mirada rápida con Blair, pero la segunda no fue capaz de consolarla. ¿Qué le puedes decir a alguien que está a punto de ver a su madre morir por querer salvar a la humanidad?— No puedo...

Pero a Abby le dio igual y tiró con el pie el cubo sobre el que estaba apoyada. En un segundo, el oxígeno la comenzó a faltar. Blair cerró los ojos, sin querer presenciar esa escena. Era terrible. Notó como su cabeza comenzaba a palpitar cuando escuchó su nombre en la boca de Ontari.

—Soltad a Abby, orden de Alie— habló Ontari, viendo como enseguida sus hombres descolgaban a la madre de Clarke que caía en picado al suelo ya sin consciencia— Es turno de Jusheda.

—Alie no ha dicho nada de...— intentó decir Jaha, algo confuso pero no disgustado ante las palabras de la comandante.

—Voy a obtener venganza por mi pueblo— aseguró, ordenandoles a los guardias que desatasen a Blair para colgarla a ella también. Uno fue a desatarla y el otro recolocó el cubo en la posición anterior.

—No... no...— rogó Blair cuando notó que unos brazos la cogían por las caderas. Cayó al suelo débil en cuanto estuvo desatada. Y, aunque todo su ser la pedía por favor que luchase, su cuerpo no cedía ante el dolor que sentía— No quiero morir, yo...

—¡Por favor!— sollozó Clarke, entre lágrimas y jadeos. Había estado a punto de perder a su madre, pero no podía imaginarse tampoco una vida sin Blair. Además de que debía protegerla, porque no sabía que harían los terrestres, Bellamy u Octavia sin ella— ¡Qué la solteis! ¡Es una niña!

—Si no me equivoco...— comentó Jaha, ayudando a los guardias para colocar la cuerda en el cuello de Blair, que cada vez se derrumababa más. Que ridícula estaba siendo. O al menos eso era lo que pensaba— ya tienes dieciocho años, ¿no, Blair Parker?

Ésta no dijo nada, y cuando quiso reaccionar, notó que algo se movía bajó sus pies. Jaha acababa de mover el cubo y entonces Jusheda quedó colgando. Intentó forcejear, pero lo único que consiguió es quedarse aún sin más aire. Comenzó a gritar y jadear, cerrando los ojos sabiendo muy bien que aquellas personas eran capaces de matarla. Clarke gritaba y sollozaba. Lo último que pudo ver la comandante de la sangre fue como Jaha golpeaba la cabeza de Ontari con una barra, haciéndola sangrar. No entendió nada, pero tampoco es que esa fuera la mayor de sus preocupaciones. Sus pulmones comenzaban a colapsar, y su cara se estaba tiñiendo de un color rojo que jamás se habría imaginado. Tenía que aguantar todo lo posible. No iba a morir sin honor. Por mala suerte, a los quince segundos, Blair cerró los ojos casi rendida.

El sonido de las puertas abriéndose devolvió a todos a la realidad. Bellamy y John Murphy entraron por ellas, y el primero buscó con la mirada a su ex novia, encontrándosela casi inconsciente y sin oxígeno. Antes de hacer algo, disparó a Jaha en el brazo para después dejarlo inconsciente con un golpe en seco con el rifle.

Murphy no dudó en correr hacia Blair, soltándola de las cuerdas y haciéndola caer al suelo de golpe, pero los brazos de John la amortiguaron el golpe. Bellamy se dedicó a desatar también a Clarke, sin entender que acababa de pasar a la arquera. Su garganta se cerró al contemplar la idea de que estuviera chipeada, pero Griffin le dio una mirada tranquilizante.

—Eh, Blair.— murmuró Murphy, posando sus manos en las mejillas de la castaña al ver como esta luchaba por no cerrar los ojos— Estás bien, estás bien— el chico dirigió su vista hacia el abdomen de la chica, obligado a apartar la mirada al ver todos los cortes en él— Joder, Bellamy, ven.

—Murphy, ¿mi madre respira?— preguntó Clarke al ver que Blair seguía viva, pero su madre seguía tendida en el suelo. El mencionado se apartó de la arquera una vez Blake llegó con él y comprobó a Abby.

—Sí, respira.

Clarke soltó un suspiro de alivio. Bellamy se acercó a Blair hasta sentarse frente a ella. Posó la cabeza de la joven en sus muslos y esperó a que la hija de Abby pudiera curarla rápidamente, pero no ocurrió.

—Bellamy, no tenemos recursos suficientes aquí para ayudarla— avisó Clarke, mirándole con lamentación.

—Y una mierda, Clarke— espetó John, poniendo mala cara.— Tiene que haber algo, no podemos dejarla morir.

—¿Qué la puede pasar si no hacemos nada?— cuestionó el mayor de los Blake en dirección a Wanheda, ignorando a Murphy. Su voz derrochaba temor.

—Bueno, probablemente acabe desmayándose por la pérdida de sangre o...— hizo una pausa— puede que muera.

—No voy a dejarla morir— musitó Bellamy, conteniendo varias lágrimas en sus ojos. Acarició el rostro de Blair, aún tumbada sobre él. Jusheda tenía los ojos cerrados a propósito, y inhalaba y exhalaba con fuerza.— Quédate aquí, Air. Vas a estar bien.

—Bell, lo siento, pero no tenemos tiempo para esto— anunció la líder skaikru, ganándose la peor de las miradas de Murphy. Bellamy asintió, depositando un beso suave en la frente de Blair y le ordenó a John que estuviese pendiente de ella— Coge la Llama. Jaha la tiene. No podemos dejar que Ontari muera, hay que detener la hemorragia.

Murphy incorporó a Blair y la arrastró hacia una pared no muy lejana a ellos para que la chica pudiera apoyar su espalda. Cuando lo hizo, echó la cabeza hacia atrás y abrió los ojos, gimiendo de dolor. Se llevó la mano a sus heridas y retiró alguna de la sangre en ellas. Sollozó por lo bajo, estrujando el corazón de Murphy.

—Sigues vivo— comentó Blair en un hilo de voz, mirando con cierta sorpresa a Murphy, que negó varias veces con la cabeza divertido.

—¿Es lo único que vas a decir mientras estás desangrandote?

—¿Hay algo mejor que decir?— se encogió de hombros ella, soltando una risa que acabó con sangre saliendo por la boca de la arquera.— Ayúdame a levantarme.

—¿Qué?

—No me pienso quedar aquí sentada ni loca— dijo la comandante de la sangre, intentando levantarse por su cuenta pero sin poder del todo. Murphy la acabó ayudando.— Gracias.

—Eres una cabezota.

—Touché— respondió Blair, comenzando a caminar hacia Bellamy y Clarke. Los dos se giraron a ella con los ojos muy abiertos, y la chica se agachó junto a la rubia para ver en qué podía ayudar. El mayor de los Blake la fulminó con la mirada.

—¿Qué parte de "quédate ahí" no entiendes?— protestó y la arquera rodó los ojos— Blair, estás muy herida.

—Sí quiere ayudar, que ayude— se encogió de hombros la hija de Abby.

—Tengo la Llama.— informó Bellamy, volviendo de donde estaba Jaha para colocarse de cuclillas al lado de las dos comandantes

—Tiene el pulso muy débil.

—Al menos está viva— murmuró Bell, intentando aportar algo de positivismo a la situación. La rubia comenzó a rebuscar en una bolsa. Murphy frunció el ceño.

—¿Qué estás haciendo?

—Necesito una linterna— respondió agitada Griffin, bajo la perdida mirada de Jusheda, la cual tenía la mano posada en su propio vientre para que no saliese sangre de más.

—Primero le quitamos el chip— ordenó el pelinegro— Luego le quitamos la Llama.

Clarke agarró la linterna y examinó el rostro de Ontari con ellas. Después de un rato, su expresión concentrada pasó a ser una preocupada. Lo que despertó también cierta preocupación dentro de los otros tres.

—Sus pupilas no responden— dijo, alzando levemente la voz. Se echó hacia atrás y soltó un suspiro de derrota.

—¿Qué?

—Sufre de muerte cerebral— concluyó, y ese instante, Blair cerró los ojos con frustración. Clarke estaba a punto de llorar— No puede darnos el código. Se acabó.

—Y una mierda, Clarke— musitó entre jadeos la comandante de la sangre, negando varias veces con la cabeza. Al estar tanto tiempo de cuclillas, su cuerpo no pudo aguantar el peso y cayó en seco al suelo. Los brazos de Murphy amortiguaron su caída.— Tenemos que hacer algo. Hay que pensar en...

—Blair...— comenzó a susurrar Bellamy, sabiendo perfectamente como se sentía su ex novia. La arquera tensó la mandíbula, tratando de reprimir un jadeo de dolor.

Murphy miró a su alrededor, angustiado, antes de decir lo que todos pensaban en voz alta:

—Estamos atrapados.

Ya estamos de vueltaaaa!!!!

De nuevo, siento la inactividad pero tengo un buen motivo para explicarlo: ya he terminado de escribir exile y ya he comenzado con i know places (4 parte)💕

El final de exile es una bomba y no se si podré callarme mucho tiempo

Anyways, volviendo a lo importante. Que os pareció el cap?? Yo lo describiría como Blair sufriendo parte 2928282 JAJAJAJ

Que bien que Murphy volvió a aparecer y que Roan también, porque esos dos van a dar mucho jugo próximamente.

Tenéis alguna teoría para lo que puede pasar? Os leoo <33

Muchas gracias por leer,

nat 💗

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