7 noches con el mafioso

By LunaSerena85

217K 7.9K 270

Andrea, una bella y virginal joven se ve obligada a hacer un trato con Dante Santoro, un mafioso, para salvar... More

1.- Secuestrada
2.- Cuando el mafioso la conoció
3.- Haciendo un trato
4.-Trato sellado con los labios
5.- En la recámara del mafioso
6.- La primera noche
7.- Rota
8.- Lágrimas inútiles
9.- En la ducha
10.- Al despertar
11.- Cuarta noche
12.- Quinta noche
13.- En el coche
14.- Sexta noche
16.- ¿Libre?
17.- Volver a empezar
18.- La noche que le debía
19.- Terrible noticia
20.- ¡Embarazada!
21.- Escape
22.- Nuevo trato
23.- Firma
24.- Madre de alquiler
25.- En el vestidor de damas
26.- El bebé se mueve
27.- Deseo al anochecer
28.- De viaje
29.- Sexo en el avión
30.- En los Emiratos Árabes
31.- El "padrino" del mafioso
32.- En el yate
33.- Pasión en la isla
34.- Advertencia
35.- Desilusión
36.- El cumpleaños del mafioso
37.- Confesión
38.- ¿Qué sientes por mí?
39.- Reencuentro apasionado
40.- El día de la boda
41.- Parto sangriento
42.- Peligro
43.- Disparo
44.- Después de la tormenta...
45.- Para siempre

15.- La última noche

5.1K 181 1
By LunaSerena85

La mañana del séptimo día, Dante tuvo sexo con Andrea desde muy temprano.

La rubia tuvo un orgasmo tras otro, ahogándose en el éxtasis y el placer. No podía creer que fuera posible sentirse así con él... El pináculo más alto del placer.

La chica sentía que su vagina estaba inflamada de tanto ser usada mientras que el pene del hombre lucía mas imponente cada vez.

Pero la semana estaba llegando a su fin... ¡Pronto Andrea estaría libre! Solo había que resistir un poco más y después tendrá que olvidarse del tentador hombre de ojos negros.

Esta sería la última noche y Dante le ordenó a la ojiazul ponerse un negligé blanco translúcido con delicadas bragas de encaje y entrar en su despacho.

Le dijo que le esperara allí al caer la noche.

Andrea obedeció y el mafioso entró en el despacho hacia la medianoche.

Formidable. Vicioso. Demasiado seductor...

Dio un portazo, se bajó inmediatamente los pantalones y se deshizo con la misma rapidez de la camisa.

Un enorme órgano viril gordo salió de su escondite, balanceándose de forma intimidatoria.

Los ojos negros del millonario brillaban con un destello peligroso y venenoso.

Dante fijó su mirada sedienta de sangre en la rubia, y entonces ella supo que esta noche no iba a ser como las demás.

¿Por qué?

¿Por qué parecía innecesariamente severo y tenso?

Algo debía haberle sucedido, pensó Andrea. ¿Tal vez tenga algo que ver con ese tiroteo? ¿O problemas en las grandes empresas?

Dando unos pasos, el hombre la tomó de los brazos y la llevó hasta el escritorio situado al final de la sala, junto a la ventana.

La llevó igual que a una pelusa, soplando aire por sus fosas nasales violentamente.

Mientras el hombre la sujetaba contra su duro pecho, Andrea podía oír el frenético latido de su endiablado corazón.

Con un hábil movimiento de su mano, el mafioso barrió todo lo que había sobre la escritorio.

Empujó a la rubia sobre el escritorio contra su estómago, subiendo el delgado camisón casi transparente que él mismo le regaló y que le ordenó llevar puesto esta noche.

De un tirón, le bajó la pequeña tanga de encaje.

Andrea contuvo la respiración, en tanto que Dante baja con fuerza las dos palmas de las manos sobre el culo de la chica y lo aprieta con avidez, estrujando ambas mitades.

Ella dejó escapar un gemido bajo y ahogado, empujando involuntariamente su culo más alto sobre su legítimo dueño.

Entonces, ella sintió la exuberante cabeza de la verga del mafioso, mojada de líquido preseminal, deslizándose por la separación entre sus nalgas, jugando viciosamente.

La respiración de Andrea es agitada.

El pene del millonario se detiene precisamente junto al anillo anal, presionando con confianza contra él.

Con un gruñido ronco y agitado, el hombre afirma: Tú y yo vamos a tener sexo anal esta noche.

Antes de que Andrea pueda superar ese pensamiento chocante, puede sentir los dedos gruesos del varón en su culo, dando vueltas alrededor de su anillo anal, preparándola para su primer sexo.

Aprietan el apretado agujero, penetrando lentamente en su interior, y la chica empieza a respirar más fuerte y profundamente con la boca entreabierta mientras siente que poderosos remolinos de escalofríos atraviesan su cuerpo.

¡No puede creerlo! la forma en que su ano está siendo tocado tan insistente y hambrientamente por los dedos de un hombre al conoció hace siete días.

Andrea se asusta pues ese es un agujero destinado a algo totalmente distinto.

¡Tocarlo, jugar con él es terriblemente indecente!

Andrea dice con esfuerzos: no, por favor eso no... ahí no...

Dante ignora a la chica y le dice al oído: Está apretado, está caliente...

El millonario comienza a girar su dedo más rápido, hundiéndose en su culo. Se detiene sólo para humedecer ese punto prohibido.

Dante: Devóralo, devora mi dedo que después tendrás dentro algo más grueso.

Dante presiona otro de sus dedos contra los labios de la rubia, apretándolo.

Ella toma ansiosamente el dedo del hombre dentro de su boca y comienza a chuparlo rítmicamente.

La verga que está anidada tan despreocupadamente entre las piernas de la joven, acurrucada contra su muslo, se pone aún más dura. ¡Asfixiante y simplemente gigantesco!

Dante: Mierda... ¡eres demasiado deliciosa! Es imposible contenerse contigo. ¡Me he excitado en un segundo, Andrea! Estoy a punto de correrme sólo con verte chupar mi dedo.

La chica gimió suavemente en respuesta, sintiendo que su bajo vientre se apretaba de forma insoportablemente dulce, exigiendo ser descargado.

Dante: Es suficiente. Me muero de ganas de entrar hasta los huevos y convertirme en el legítimo dueño de tu culo.

Él saca el dedo de su boca.

El culo de Andrea siente algo húmedo, un poco frío, que la hace estremecer.

Dante susurra: Relájate.

El varón desliza su mano bajo el vientre de la ojiazul encontrando pliegues obscenamente húmedos.

Mientras le frota la vagina, el mafioso empieza a hundir lentamente su verga en el culo de Andrea.

La rubia gime con sensaciones
asombrosas, tomando ese gigante caliente dentro de su agujero trasero con placer, lentamente pero con seguridad, sin un poco de miedo.

El anillo del culo de la chica se expande, rodeando fuertemente la hombría del mafioso, y
entonces Dante comienza a moverse cada vez más rápido, hundiéndose más y más en ella.

Dante gruñe con intenso placer: ¡Maldita sea! Este era el último rincón Virgen de tu ser y ahora también me pertenece... yo te quité la virginidad de todos tus agujeros...

Victorioso, el hombre dio un fuerte empujón y entra hasta la mitad.

Andrea gime con fuerza sintiendo el desgarro, la fuerza con que su ano era atravesado, palmo a palmo, cada vez más y más, por esa gruesa verga, cada vez más y más, metiéndose con furiosos empujones, haciéndola sentir cómo toda esa furiosa verga se iba colando, palpitante y muy caliente, cada vez más adentro suyo.

Con una de sus manos, Dante jugueteaba con los labios vaginales de la joven y, especialmente, estimulaba con energía el clítoris de la rubia, provocándole sensaciones que recorrían su cuerpo, superando incluso el dolor de su trasero.

Con la otra mano, Dante se dedicaba a darle fuertes nalgadas en el trasero que iba alternando con intensos apretones de sus nalgas entre sus dedos de acero.

Un sonido como de succión pareció señalar el momento exacto en que toda esa embrutecida barra de carne hinchada se lograba meter por completo dentro del recinto anal de la ojiazul, que sintió cómo su culo era partido por la mitad por la presencia de esa palpitante lanza de hinchadísima virilidad.

A la par, la mano del hombre no se detuvo acariciar el coño de Andrea, a la que estimulaba continuamente, sin darle un respiro, de forma que se alternasen dolor y placer en una mezcla brutal dentro del cerebro sobrecargado de la chica.

Ya con todo ese grueso miembro dentro del culo de la joven, el mafioso comenzó a bombear, al principio lentamente, haciendo entrar y salir su durísima verga del recinto anal hasta dejar sólo la punta en su interior, evitando que pudiera intentar cerrarse a la siguiente embestida, perforándola como una antigua máquina de tren a vapor, ganando velocidad poco a poco, permitiendo que su estrechísimo y virginal culo se fuera adaptando al embrutecido y palpitante invasor.

Con una mano marcando el ritmo con sus azotes en el trasero de la ojiazul y la otra tocándola cada vez más intensamente su clítoris, las entradas y salidas de la verga se iban haciendo más y más rápidas, más y más duras, más y más profundas, empujando sin piedad, con golpes secos, hasta meter su durísima hombría hasta el fondo, hasta hacer que sus colgantes huevos chocasen contra el exterior del abusado trasero de la chica.

La mano de Dante que jugaba con su clítoris, estimulándolo sin gran problema, agitándolo y estirándolo, masajeándolo y, también, pellizcándolo sin excesiva brusquedad... dejándolo apenas descansar a ese magreo cuando se ponía a toquetear el resto de su vulva por fuera, removiendo sus pliegues y estirando sus labios vaginales para, recogiendo parte de la humedad que mostraban, meter uno o dos dedos profundamente dentro de la inexplicablemente dilatada vagina de la joven.

Andrea se sentía reventada con esa monstruosa erección que la partía en dos con cada empujón que perforaba más y más su culo, empujando más y más adentro, llenándola con una locura bestial, sintiendo toda la fuerza de esa masculinidad cada vez que usaba su cuerpo para empalarla, como si ella no sirviera para nada más que eso, que el ser usada y reventada una y otra vez por ese hombre.

Cuando parecía del todo imposible, algo estalló en el interior de Andrea, pero de otra forma.

Una tremenda oleada de calor la inundó, una sensación que la sacudió de arriba abajo, como una tremenda descarga eléctrica, a la vez que su volcán interior estallaba y, sin que nada ni nadie pudiera evitarlo, un chillido escapó de su garganta a la vez que un nuevo orgasmo la hacía derrumbarse por dentro y, al mismo tiempo que su humedad interna se extendía por todas partes, inundándolo todo también con ese olor tan peculiar, tan suyo propio.

Aguantando las ganas de gemir, se derrumbó hasta quedar con el rostro contra el el escritorio cubierto con sus lágrimas.

Sonriendo victorioso, el mafioso extrajo los dedos que habían provocado el orgasmo a Andrea y, esta vez, apoyó ambas manos en las caderas de la rubia, comenzando un nuevo ritmo de bombeo.

Agarrado como un poseso a la joven, la penetración se hizo más dura, más rápida, más intensa, hasta el fondo, estrujando sus caderas como si quisiera ordeñarla, haciendo impactar más y más rápido sus huevos contra el exterior del destrozado y marcado culo.

El hombre apretó, apretó más y más, hasta el fondo, hasta que, comenzó a correrse... al poco de tener su orgasmo la joven, él mismo comenzó a soltar chorro tras chorro de su esperma dentro de la ampolla rectal de la rubia, inundándole el culo con su semilla cálida y espesa, sin parar de apretar, más y más fuerte, hasta que no dejó ni una gota y sus propios huevos parecieron encogerse, vacíos por un rato.

Dante: Ufffff... joder... qué bueno... ufffff... qué dulce culito...

El mafioso comentó entre medias, sin sacar su embrutecido rabo del interior del estrecho culo de la joven, vertiendo hasta la última gota de su lefa.

Después de vaciar hasta el último mililitro de su semen dentro Andrea, antes de sacar su engrosada virilidad, que salió con un sonido como de "chof" al final, abandonando el forzado recinto anal.

Resoplando por la furiosa corrida, Dante expresó: ya te ha quitado todo lo que tenías para darle al imbécil de Fernando... no te queda nada para ofrecerle, ni a él ni a ningún otro hombre...

Dante se alejó de la rubia, volviendo a su estado de ánimo anterior: se volvió frío, reservado y distante. Como si nunca hubiera pasado nada entre ellos.
Como si fueran extraños el uno para el otro.

De alguna manera obligó a la chica a alejarse del escritorio.

Ella se acomoda el vestido en su sitio, buscando con la mirada a Dante.

Ahora él está de espaldas a la chica, junto a la ventana abierta de par en par, completamente desnudo, fumando un cigarrillo. Tan majestuoso y perfecto, como un verdadero amo del mundo, mirando hacia abajo en su imponente dominio.

De pronto los labios del hombre se abren para decirle a la rubia: se terminaron las siete noches, la deuda de Fernando ya está pagada... ¡ERES LIBRE, ANDREA!

Continuará...

Continue Reading

You'll Also Like

34.1M 2.6M 91
Alexandra Carlin, es una chica recién graduada de la universidad, sin éxito en el campo laboral, es contratada por fin como secretaria del presidente...
13.6K 548 14
Bumblebee un Autobot al cual se le arrancó su módulo de voz apresar de eso sigue adelante después de todo junto a sus compañeros Autobots y un gran e...
107K 14.1K 173
Entra para obtener más información de la historia 💗
512K 18.1K 47
Un secuestro. Un mundo de mafia. «Dos personalidades demasiado distintas.» «Él tiene planes muy diferentes para ella..» ¿Amor o obsesión? . ERES MÍ...