Dos mundos, un universo.

By LunaDeMiel12

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Hasta ahora, los terríbolas vivían tranquilamente su vida cotidiana y los Countryballs se ocupaban de sus asu... More

Dos mundos, un universo.
Countryballs
Astrobola
"Eres tóxico"
Estudiando planetas.
Segunda misión
Un día para ayudar.
Conflictos.
Venus.
El Salvador (1/2)
El Salvador (2/2)
Bitácora de Astrobola.
China y Taiwán.
Marte.
Rusia y Ucrania.
SAR (1/2)
SAR (2/2)
¡Dinámica! (no es cap)
Preguntas/Respuestas
Reunión.

"Son reales"

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By LunaDeMiel12

Astrobola estaba muy pendiente del reloj, no solo porque quería ser puntual en la hora acordada para hablar con su familia si no también porque quería saber en qué momento las pastillas le harían efecto. Ya tenía rato que las alucinaciones no lo molestaban, no había visto ni escuchado a ningún planeta así que era lógico concluir que la medicina funcionó, su mente por fin estaba en paz y ya nada lo distraería de su misión. Astrobola dio un suspiro de alivio, era bueno saber que ya no sería molestado pero al mismo tiempo extrañaría esas interacciones; era un asunto muy interesante ver a los planetas hablar y relacionarse entre si, algo digno de ser estudiado, pero como no era real entonces de nada servía prestar atención y hacer anotaciones de sus comportamientos. Si, lo mejor era olvidarse que alguna vez…

—¡Hola pequeñito!

—No puede ser…

¿Cómo era esto posible? Si la medicina no hizo su trabajo entonces, ¿Qué lo haría? Realmente no sabía qué hacer, no debería estar viendo a la Luna saludarlo pero así era, podía seguir tomándose las dosis pero se sentía seguro de que no cambiaría nada. No se le ocurría qué más hacer para curar su mente así que no tenía más opción que aceptar su destino como un astronauta esquizofrénico. Era algo frustrante, pero cuando tienes un enorme cuerpo celeste frente a tu nave que te mira fijamente no es algo que puedas ignorar, así que no había más opción, como no podía curarse tenía que seguir la corriente.

La Luna por otra parte había aprovechado que la Tierra estaba ocupado jugando con unos asteroides, ahora que estaba distraído podía hablar con Astrobola sin que nadie lo reprendiera. La ocasión anterior había sido un poco vergonzoso y aún seguía molesto con la Tierra, a veces no entendía cuál era su problema.

—Oye, ¿Vienes de la Tierra, cierto?

—Ay, Dios, ok, contrólate —Astro siempre se ponía nervioso al hablar con ellos, así que para calmarse comenzó a hacer ejercicios de respiración—. Eeeh, si, soy de la Tierra.

—Genial, yo también, aunque algunas veces me hace sentir como si no le importara —Luna no pudo evitar mirar hacia donde estaba la Tierra con un poco de decepción, a veces sentía que él se olvidaba de su existencia.

—Bueno, tal-talvez no sabe lo importante que e-eres.

—¿Sabes qué? Tienes razón, debería orbitar otro planeta para enseñarle una lección. Muchas gracias Astrobola —a Luna le pareció una gran idea, si su planeta no iba a valorarlo entonces buscaría a otro que sí lo hiciera—. ¿Escuchaste Tierra? ¡Me largo de aquí! —y como era de esperarse, él no escuchó, nunca lo hacía. Pero ya no importaba, se iría con Marte ya que él siempre había sido alguien amable y estaba seguro de que lo recibiría.

—¿Acabo de destruir el mundo? —Astro se quedó de piedra viendo cómo la Luna se iba lejos de la Tierra, esto traería serias consecuencias al clima y la estabilidad de su planeta—. No, esto no puede afectar a la Tierra si no es real. La Luna realmente no se ha ido, debe de seguir ahí en su sitio… ¿Verdad?

Si, eso debía ser, todo estaba en su imaginación. Estando convencido de esto fue que llamó a Houston para reportarse y posteriormente llamar a su familia. Quizá todo esto le ocurría por la soledad del espacio, todo era un instrumento de su mente para mantenerlo distraído y entretenido y así no caer en la locura. Ser el único ser vivo en el vacío del espacio no era fácil, pero una llamada con su gente y su familia talvez podrían arreglar el problema.

—Hola, Houston, ¿Me escuchan?

—Fuerte y claro —respondió su jefe—. ¿Reporte de misión?

—El AVT llegó sin complicaciones y se enlazó correctamente. He recibido todos los insumos e instrumentos que me enviaron.

—¡Excelente! ¿Y como sigue el problema planetario?

—Eh, si, eso… —Astro se puso un poco incómodo, no quería que pensaran mal de él por ese problema imprevisto pero tampoco podía mentir—. Voy a ser sincero, todavía los escucho hablarme y no creo que eso vaya a cambiar aún con la medicina.

—Bueno… esto si que es extraño —habló está vez NASA—. Tu padecimiento me tiene intrigado, te hicimos muchas pruebas y nunca presentaste ningún síntoma de alguna enfermedad pero apenas saliste de la tierra tienes estas alucinaciones —él estaba muy confundido pero también decidido a encontrar la verdad—. No te preocupes, investigaré esto a fondo hasta encontrar una solución. Mientras tanto tendrás que aprender a lidiar con ello hasta que sepamos cómo curarte.

—Oh, está bien, muchas gracias. Eso me tranquiliza mucho —Astro se sentía tan aliviado que fue como quitarse un peso de encima. Ya no le importaba hablar con lunas y planetas si tenía la esperanza de una solución.

—Ok, habiendo aclarado eso, creo que hay alguien con quién te gustaría hablar.

Entonces, el jefe de Astrobola conectó la llamada con la esposa de este para que tuvieran su charla familiar. Y aunque es cierto que les daban un poco de privacidad, por supuesto todo estaba siendo grabado por ellos.

—¡Cariño! No sabes cuánto esperé esta llamada, ¡Déjame oír tu voz! —lo saludó alegremente Deborah.

—¡Cariño! Quien está más feliz por esta llamada soy yo, amo oír tu voz —Astro también saludó con dulzura y estuvieron un rato siendo melosos el uno con el otro.

—¿Qué tal el espacio? ¿Es como lo imaginabas?

—Bueno… es más que eso —Astrobola no sabía si decirle la verdad a su esposa, no quería que se preocupara demás, ella tenía suficiente con que su amado estuviera a cientos de kilómetros fuera del planeta—. Sin duda me ha sorprendido de maneras que jamás imaginé.

—¡Me alegra que lo estés disfrutando! ¿Ya tuviste alguna aventura interesante que contar?

—En unas horas tendré mi primera misión, será algo sencillo, solo recoger muestras de asteroides.

—Aún así, ten cuidado —Deborah intentaba ocultar cuan preocupada estaba realmente, pero había una misión en especial que le daba miedo que llegara—. Y… ¿Cuándo irás a Marte?

—¡Oh, Marte! —Astro sintió sus ánimos renovarse. Más allá de estar confundido por escuchar al planeta hablar, en realidad estaba emocionado por ser el protagonista de ese nuevo hito histórico de la humanidad—. Aún es muy pronto, tengo que realizar otras misiones antes de que me asignen esa. Espero que no tarden demasiado, no veo la hora de vivir en Marte y explorar sus tierras.

—¿No estarás ahí mucho tiempo, verdad? Digo, Marte no es como la Tierra, en realidad uno no se puede quedar a vivir por siempre.

—No, claro que no —Astro sabía que en realidad a su esposa le preocupaba que las condiciones del planeta fueran demasiado duras para él y temía que le pasara algo malo—. Si bien Marte tiene un ambiente inhóspito para nosotros, es lo suficientemente suave para que podamos construir un refugio en su superficie y vivir un par de semanas ahí. Además, son estudios importantes, cabe la posibilidad de que podamos terraformar Marte algún día.

—En serio que como terríbolas no podemos quedarnos quietos. No nos basta con un planeta, tenemos que tener dos.

—Jajaja, tampoco es que vayamos a terraformar Marte para mañana, quizá en un futuro lejano y eso si realmente podemos lograrlo.

—Es igual, parece que siempre deseamos más y más —Deborah no le hallaba el sentido a buscar otro planeta como segundo hogar cuando estaban muy cómodos en la tierra, pero no quería que su esposo pensara que estaba menospreciando su trabajo de alguna manera así que cambió de conversación—. Y antes de que se acabe nuestro tiempo de llamada tienes que saludar a tu hijo, di ‘hola’ pequeño Jericó.

—Hola.

—Hola amor, ¿Cómo estás? Me alegra oírte.

—Estoy bien. Intenté buscarte con el telescopio en mi cuarto pero no te encontré, solo vi a la Luna y unas estrellas.

—¡Oh, cariño! —Astro se sentía feliz de que su niño quisiera verlo pero también triste porque lo extrañaba—. Me temo que tu telescopio no tiene el alcance suficiente para que puedas distinguir mi nave, el único objeto que podrás encontrar será la Luna. Pero no te preocupes, si quieres verme puedes pedirle a mamá que te lleve a las instalaciones de NASA, ellos monitorean muchas cosas en nuestra galaxia incluyendo mi nave.

—Esta bien. De todos modos me gusta ver la Luna, la volveré a ver esta noche.

—Ah, si, esta noche —Astro vio con preocupación el lugar vacío donde se supone que la Luna debería estar, ¿Y qué pasaba si era real? ¿Si la Luna realmente se había ido? —. Escucha cariño, si no ves a nuestro satélite hoy no debes preocuparte. Es que la Luna a veces se pelea con la Tierra y se va, pero luego se reconcilian y todo vuelve a la normalidad.

—¿Pelea? —Jericó estaba confundido, él tenía conocimientos básicos sobre el espacio y por eso no entendía lo que su padre estaba diciendo—. ¿La Tierra se ha peleado con la Luna?

—Algo así, es que la Tierra a veces puede ser un poquito despistado y no se da cuenta de que sus acciones hacen enojar a los demás. Pero no te preocupes, la Luna es nuestro compañero fiel y volverá para estar a nuestro lado —Astro ni sabía por qué estaba explicando esto, solo corría el riesgo de quedar como un loco frente a su familia.

—Bueno, si tú lo dices entonces no me preocuparé si no veo a la Luna esta noche —su padre era un astronauta en el espacio, si él lo decía entonces Jericó confiaría en su palabra.

—Así es, yo te lo aseguro —dijo sin estar realmente convencido de ello.

Después de otro intercambio de palabras Astrobola finalmente se despidió de su familia, se sentía muy feliz por saber de ellos y ahora le tocaría esperar hasta la próxima llamada. Mientras tanto podía entretenerse realizando su primera misión, pero antes tenía una pregunta que hacerle a su jefe y a NASA.

—Escuchen, se que esto sonará fuera de lugar pero… podrían asegurarse y decirme si la Luna sigue en órbita —a Astro le dio mucha pena pedir eso, pero necesitaba sacarse esa duda de encima.

—¿Ver si la Luna sigue en órbita? Tienes razón, eso suena fuera de lugar —contrario a lo que Astrobola se esperaba, su jefe le respondió con humor—. De acuerdo, veamos si la Luna no nos ha abandonado. ¡Oh! No puede ser ¡Perdimos a la Luna!

—Esta bien señor, no tiene que ser tan sarcástico.

—Jajaja, no estoy siendo sarcástico.

—¿Cómo dice? —Astro quedó perplejo con ese comentario ¿Significaba lo que él creía que significaba?—. Perdón señor, ¿Podría explicarse?

—Por favor, estás en el espacio, tienes asiento en primera fila para ver tu mismo que la Luna no está en su lugar. No necesitas que nosotros te lo comprobemos.

—Pero no te asustes, este fenómeno dura muy poco tiempo, la Luna siempre vuelve —siguió explicando NASA—. No es algo muy conocido porque pasa muy pocas veces y casi nadie se da cuenta, tampoco es que lo andemos divulgando porque no queremos causar pánico en las personas, pero a veces la Luna se sale de órbita y luego regresa.

Por un momento Astrobola se quedó en silencio procesando la información. Primeramente quiso entrar en pánico por la revelación que esto significaba pero hizo un ejercicio de respiración y logró tranquilizarse lo suficiente para seguir conversando, aunque podía sentir como se le bajaba la presión.

—Yo creí… yo creí que me lo había imaginado. Pero entonces, si la Luna no está, eso solo significa que no estoy alucinando. ¡Los planetas si hablan! ¡Y las lunas también!

—Jajaja, tranquilo, no hay que sacar conclusiones locas —le dijo su jefe.

—¿De qué habla?

—La Luna no se alejó de la Tierra porque se hubieran peleado, se alejó por algún fenómeno que todavía no alcanzamos a entender pero que tú vas a investigar en su debido momento —le explicó. Todo en el universo tenía su explicación lógica y el comportamiento de la Luna también podía esclarecerse, solo que aún no habían hecho los estudios correspondientes y no tenían una respuesta para esto.

—Ok, voy a fingir que usted no estuvo espiando mi conversación con mi hijo —comentó Astro al notar que su jefe hizo una mención sobre la pelea de la Luna y la Tierra—. Pero yo mismo escuché a la Luna decir que se iría a orbitar otro planeta ¡Y eso pasó! La Luna se fue.

—Por favor Astrobola, ni por cerca eres el primer astronauta en el espacio y hasta ahora nadie ha dicho algo sobre planetas parlantes ¿Cómo explicas eso?

—No lo se, no sé porque soy el único que puede oírlos. Pero dígame usted ¿Cómo explica lo de la Luna?

—Yo que voy a saber, tú eres el explorador que se supone nos dará las respuestas, mi querido esquizofrénico amigo.

—Vale, vale ¿Qué les parece si nos calmamos? —intervino NASA antes de que su jefe y su astronauta empezaran a pelear—. Astrobola, te dije que iba a investigar porque tienes esas alucinaciones y eso haré, pero hasta que encuentre las respuestas tú tienes que concentrarte en tus misiones. Ya será el tiempo de investigar a la Luna pero ahora debes recoger muestras de asteroides ¿Crees que puedes hacerlo?

—De acuerdo… pero ya no creo que se traten de alucinaciones —dijo mientras miraba con cierto alivio a la Luna volver.

Su jefe y NASA murmuraron algo sobre, “cientos de candidatos y venimos a escoger precisamente a un esquizofrénico”, y “Buena suerte con la misión” respectivamente antes de despedirse y cortar la llamada. Por otro lado la Luna se le acercó para hablarle, esta vez Astrobola estando consciente de que era real.

—Hola de nuevo. No pude quedarme con Marte, sus lunas son unas raritas —Pero antes de que Astro pudiera responder algo, a lo lejos se escuchó a la Tierra gritarle a la Luna.

—¡Luna! ¿dónde te habías metido? Puedo sentir como me estoy saliendo de mi eje y mis mareas están mal. Regresa y ponte en órbita.

—Jajaja, talvez al final si aprendió la lección ¿No crees?

La Luna estaba feliz porque la Tierra por primera vez había notado su ausencia, mientras que Astrobola recordaba por qué es tan importante que los cuerpos celestes no se salgan de sus órbitas, solo esperaba que su planeta no hubiera sufrido muchos daños.

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(un pequeño paréntesis para aclararles que China comunista es la China que conocemos, y China nacionalista es Taiwán)

Septiembre de 1945. Berlín, Alemania.

Debería haber un ambiente festivo en el aire ¡La segunda Guerra Mundial había terminado! Ciertamente muchos países estaban celebrando pero ese no era el caso de Alemania, él había perdido la guerra (otra vez) y estaba destruido, así que no tenía mucho que festejar. Los ciudadanos alemanes estaban intentando soportar el entorno lúgubre que los rodeaba sabiendo que les esperaba un futuro aún más oscuro. Por otro lado los países aliados estaban más que felices, a ellos los dominaba un espíritu tan positivo que no les importaba hacer una fiesta de victoria en el castillo de Bellevue en medio de las ruinas de Berlín.

Estados Unidos estaba en buenos términos con la Unión Soviética, al menos por ahora. Francia y Reino Unido estaban felices de volver a estar juntos después de no verse en mucho tiempo, esto gracias a que Francia fue capturada por NAZI al comienzo de la guerra. Polonia, Corea y Filipinas disfrutaban de su libertad y que ya no tenían a unos odiosos nazis y japoneses molestándolos. India y Canadá celebraban formar parte de la victoria. Y luego estaban las dos Chinas, que si bien estaban felices por derrotar a Japón era obvio que entre ellos había una tensión muy grande que ninguna celebración podía disipar.

El caso de las dos Chinas era algo único en el mundo hasta ese momento. Eran dos Countryballs que reclamaban la hegemonía de un mismo país, ambos reclamando ser el verdadero y acusando al otro de ser un traidor de la patria. Estaban sumergidos en una guerra civil donde el ganador se quedaría con el nombre, el gobierno y el país, y el perdedor sería sometido a la voluntad del ganador.

China comunista y China nacionalista habían hecho una tregua de emergencia cuando Japón los atacó, si bien es cierto que los dos se odiaban no había nada como un enemigo en común para unir a dos bandos opuestos. Y realmente habían trabajado en equipo durante ocho largos y problemáticos años, pero ahora que las cosas volvían a la normalidad, nuevamente estaban saliendo a relucir esas diferencias que los llevaron a una guerra civil en primer lugar. Los dos eran tan diferentes que no podían convivir en el mismo país pero ninguno daba su brazo a torcer.

—Muy bien pequeño impostor ¿Estás listo para volver a casa y someterte a mi? —dijo China comunista, aprovechando de burlarse porque su homónimo siempre fue más chiquito.

—Primero muerto antes que rendirme ante un perro comunista.

—Cuidado con desear la muerte, cerdo nacionalista.

—Míranos, apenas acabamos de salir de una terrible guerra cuando ya vamos a entrar en otra —China nacionalista no quería comenzar a pelear, pero su rival lo provocaba de un modo que estaba listo para saltarle a la yugular.

—No tenemos por qué continuar con nuestra guerra civil, podemos llegar a un acuerdo. Seremos una sola China, conmigo gobernando por supuesto. Prometo que te trataré muy bien.

—Me impresiona que sigas creyendo que puedes derrotarme. Nuestro país no es lo suficientemente grande para tenernos a los dos, cuando yo gane tú serás expulsado.

—No, cuando yo gane tú serás mi esclavo.

Las dos Chinas estaban listas para comenzar una nueva batalla ahí mismo en la fiesta que celebraba el fin de una guerra, afortunadamente dos países ajenos a ellos se percataron de la situación y decidieron separarlos para evitar un escándalo innecesario.

—Ok, entiendo lo difícil que puede ser el clima político para un país dividido —intervino Rusia—. Yo mismo he tenido varias guerras civiles así que comprendo cómo se sienten pero este no es ni el momento ni el lugar para que discutan sus problemas internos.

—Si, mejor aprendan a disfrutar de las victorias. Ya habrá tiempo para seguir peleando después —dijo de buen humor Estados Unidos, con una copa en la mano—. ¿Y si me acompañas a traer otro trago, China? — los dos Countryballs se sintieron aludidos y no sabían a quien le hablaba, así que lo tuvo que aclarar—. Cierto… China nacionalista, ven conmigo.

Y así los dos se separaron siendo conscientes de que solo estaban retrasando una pelea inevitable. China comunista se quedó con su ya conocido aliado y amigo Rusia, viendo con cierta desconfianza como su otro yo se iba con ese engreído. El nacionalista por otra parte tenía mucho interés en conocer mejor a América.

—Perdona si estamos molestando, es que realmente no nos llevamos bien —el pequeño se disculpó sintiéndose un poco avergonzado por su comportamiento, no debió dejar que su rival le amargara la fiesta.

—Nah, tranquilo, se perfectamente lo que es tener una alianza incómoda con alguien a quien consideras enemigo —contestó USA señalando a URSS—. Pero a veces es necesario.

—Oh, claro —China se sintió más cómodo sabiendo que él lo entendía—. La diferencia es que tú y Rusia pueden separarse sin problemas mientras que yo tengo que volver con mi perro comunista y pelear para ver si puedo adiestrarlo un poco.

—Jajaja, veo que no te gustan los comunistas. Que casualidad, a mi tampoco —USA se sintió gratamente sorprendido de tener eso en común con el país asiático—. Deberíamos conocernos más, talvez podamos llegar a ser amigos.

—¿De verdad? Eso me gustaría —China pensaba que acercarse a América le tomaría más tiempo pero él estaba siendo bastante amigable, eso era genial, las cosas parecían ir por buen puerto—. Siempre es bueno tener amigos fuertes y tú eres el país más impetuoso y valiente que he visto.

—Oh, basta, harás que me sonroje.

—En serio, sin ti las cosas habrían sido muy distintas en esta guerra. Tú fuiste el factor decisivo que nos llevó a la victoria. Eres un héroe.

—Con que sigas así te estarás ganando un aliado —el comentario de América los hizo reír a los dos. En realidad se estaban llevando muy bien, habían hecho ‘clip’ rápidamente—. Si el otro China te molesta de nuevo puedes pedirme ayuda.

—Entonces… ¿Eso nos convierte en amigos?

—Si, ¿Por qué no? Seamos amigos.

Entonces ambos se dieron la mano confirmando así el inicio de sus relaciones bilaterales, de ahora en adelante China nacionalista sería considerado amigo de Estados Unidos.

Mientras tanto a lo lejos, a China comunista le hervía la sangre de ver a esos dos estrecharse la mano, tenía el presentimiento de que eso le generaría problemas más adelante. Pero no importaba, el comunismo iba ganando cada vez más fuerza en Europa y con la ayuda de la Unión Soviética iba a ganarle a su rival nacionalista, ya sea con diplomacia o por guerra civil, ambos se unirían y serían una sola China.

—Eso va a ser un problema —comentó Rusia leyendo los pensamientos de su amigo.

—Talvez… pero no demasiado. No importa el tiempo que me tarde al final yo seré el vencedor y él será mi esclavo —le respondió bastante confiado.

—No subestimes la ayuda de Estados Unidos. Él nos ayudó a ganar está guerra y puede ayudar al nacionalista también —URSS no estaba dispuesto a bajar la guardia, lo había hecho con Alemania y eso le costó caro.

—Y tú no me subestimes a mi. No estoy dispuesto a perder bajo ninguna circunstancia, aún no sabes lo obstinado e intenso que puedo llegar a ser. Además, con tu ayuda nada podrá detenerme, tú eres mucho mejor que el tonto capitalista.

—Si, es verdad —ahora Rusia estaba más animado—. América lo único que hará será darle una falsa sensación de protección al nacionalista, pero yo te llevaré a la victoria ¡Larga vida a la Unión Soviética!

—Exacto, juntos somos imparables, ¡China nacionalista no tiene ninguna oportunidad! —entonces China comunista miró a su homónimo y un deseo se materializó en su corazón—. Será mío a toda costa.

Desde entonces y en adelante China comunista no aceptaría otra cosa que no sea la rendición de su otro yo, no importa el tiempo que pase ni como cambien las cosas, él solo tenía un deseo y nada lo detendría de cumplirlo.

China nacionalista jamás escaparía de él.

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Nuestra Madre Naturaleza 😍

Aquí tienen su nuevo capítulo, no olviden dejarme sus comentarios. Si tienen alguna pregunta o sugerencia pueden hacerla.

Nos leemos el próximo miércoles 👋

Palabras:

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