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Habían pasado dos horas desde que Cristian salió con Karen al hospital buscando ayuda para resolver aquel brote que le había provocado algún producto en su cara y labios, era imposible que fuera algúno de los que usaba para su skincare ya que todos eran de marca, por eso creían que era resultado de alguna comida.
Ríe a carcajadas cuando ve como su sobrino le celebra las canciones de Rodrigo que la rubia recitaba, después de que Cristian le dijera que dejara de cantarle Britney Spears y que empezara a inculcarle cultura, le parecio buena idea enseñarle cuarteto, y el menor no se negaba a ello ya que bailaba y aplaudía cada que ella le cantaba.
Sonríe cuando al tirarse al sillón, Valentino se acerca y tira de su brazo, él podía ser muy tranquilo con todos, pero en los momentos que pasaba con su tia solía tener mucha energía—Espera valen.. veni, toma jugo—el menor se acerca y en cuanto agarra el vaso la puerta se abre dejando ver a Cristian, Antonella levanta su cabeza y gira viendo como él camina hasta el living—¿Y Karen?
Acercandose al menor lo agarra con sus manos y mientras se tira a un lado de ella suspira—Fue donde tu vieja.. vengo a buscar al Valen y nos vamos, nos invito a cenar.
—Ah.. ¿Me cambio, o los invitó a ustedes tres nomas?
Él arquea sus labios—Supongo que a todos, igual ni vayas vos, re pesada.
Ella no sabia porque, Cristian tampoco, pero ese comentario le había molestado,Antonella simplemente murmura un —Oka—inclinándose hacia el cuerpo de Cristian,deja un beso en la mejilla de su sobrino y se pone de pies, Cristian la mira atentamente y arruga sus cejas.
—No te enojeee'..—tira su brazo pero no llega a tocarla y simplemente ríe.
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Claramente a Cristian no lo atacó solo su suegra al ver que aparecio solo con Valentino, sino también Karen, quien lleno de mensajes a Antonella, pero ella opto por acostarse en su cama y mirar películas.
Ya era tarde y aunque era una noche de sábado, no le interesaba hacer nada mas que estar en su cama, tenía en mente hablarle a Enzo pero las ideas que habian llegado quedo en la nada... Oh al menos antes de que él tomara la iniciativa respondiendo uno de sus estados.
Sonríe apagando el celular y juega con su pelo mientras presiona el botón del control buscando alguna película de drama adolescente, suspira cuando al encontrarla su dispositivo comienza a sonar avisando que Cristian desea hablar con ella. Claramente no iba a pausar gossip girls para contestarle por lo que deja que suene para después preguntarle que pasaba..
Pero el mensaje no llega, después de treinte minutos es Enzo quien llama y ella rodando los ojos contesta.
—¿Qué pasó?
—Hoola chiquita linda.. bien ¿y vos?
Ella arruga sus cejas—¿Qué es ese ruido?
—Baja tonta, dale que ta frio.
—¿Eh? estas loco.
—Dale tarada, si vi que el cuti está con su familia.. baja o subo y te arrastro de los pelos—ordena.
Antonella traga con dificultad y observa por el ventanal de su habitación el auto con el morocho dentro.
No la piensa tanto, poniéndose un jogging por encima del short,una campera y guardando algunas prendas, su bolso con cosméticos en su mochila, finalmente saliendo de su casa, cerrando con llaves y activando la alarma.
—Sos re caprichoso—ríe mordiendo su labio e inclinándose para dejar un pico en los labios de Enzo, no por voluntad propia, sino porque él corre su cara para que los labios ajenos caigan sobre los suyos—Deja de hacer eso—exclama pegandole en el pecho.
Él suelta un bufido arrancando el auto y mirando por el espejo retrovisor—Bue, ahora te haces la exquisita..¿Estabas sola?
—Con mi amante.
Enzo chista—Si el cuti andaba cenando con la jermu—Antonella lo mira mal, él sonríe apretando su muslo—mentira trola.
—¿Compraste helado?
—Un kilo para cada uno.
Una sonrisa se esparce por las comisuras de los labios de la rubia y dirige su mano al bolsillo de su jogging, sacando su celular que comienza a sonar mostrando en él una llamada de Cristian, llamada que atiende.
—¿Qué?
—¿Dónde estas?
—Queti.
Cristian suspira—Te vine a buscar y no estas Antonella, ¿Dónde mierda te metiste?
Enzo arruga sus cejas y formando montoncito murmura un "¿Quién es?" que ella ignora—Vine a una joda que me invito una chica del gym.
—Mas te vale que no me ande' mintiendo.. ya sabe' lo que te dije la otra vez.
Antonella rodea sus ojos, lo que le faltaba, serle fiel a alguien que estaba casado, peor aún, con su hermana.
Simplemente suelta un suspiro pesado—Si ya se Cristian... no estoy con nadie, no seas toxi.
—Mas te vale.
Es lo último que dice cortando la llamada, Enzo arquea una ceja y muerde su labio ojeando brevemente a la rubia—¿Toxi? vos estas mal eu—dice volviendo a mirar el camino.
—Yo le soy fiel a mi negrito.
Enzo arquea sus labios hacia abajo—¿Le sos fiel a tu amante?
Antonella asiente llevandole el apunte al morocho, en su cabeza de verdad iba solo a ver películas porque ella si le había agarrado un cariño especial a Enzo.. o algo parecido a eso, aquello que había pasado en su depto el día anterior había sido un simple desliz y aunque en su cabeza se le había cruzado entretenerse con el jugador del Chelsea por un tiempo, ni bien Cristian le volvió a dar cabida, esas ideas volaron de su cabeza.
El corodobes tantea sus dedos en el volante mientras mueve su labio mordiendo su mejilla interior, no le creía nada eso de que no estaba con nadie, es más, le llegaba a hervir la sangre de tan solo pensar que en estos momentos podría estar con algún hombre.
Pero finalmente arranca el auto y vuelve a la casa de su suegra, donde se encontraba aún la familia compartiendo tragos entre ellos.
Antonella se adentra al depto con el morocho detrás, el último con el pote de helado abierto, hundiendo la cuchara de plástico en el mientras tira las llaves a un lado, aunque para ella -y para todos- era algo difícil de creer, la rubia era la primera en pisar aquel edificio, el espacio que Enzo consideraba como "su telo", en realidad era algo que buscaba para compartir con aquella veterana que había conocido en uno de los países a los que había viajado, pero después del escándalo que Valentina le hizo en unos de los espacios públicos de Londres, no le quedo otra opción que cortarle menos diez y ¿Para que mentir? Antonella tenía todo lo que a el le gustaba por lo que básicamente
le cayo como anillo al dedo.
—Un olor a prostíbulo—esboza la rubia arrugando su nariz mientras observa el espacio.
—Y si si viniste ayer.
La cordobesa gira y estira su mano pegandole de lleno en el brazo al porteño que sonríe apliamente.
—Dios como amo esta alfombra—dice la menor sentandose sobre el rejunte de plumas, moviendo sus manos sobre ella.
Enzo se sienta al lado de ella—Si viste... como para hecharse un polvo.
—No podes tirar siempre esos comentarios de pajin—responde sentándose y pegando su mano al pecho ajeno, Enzo la detiene agarrando su muñeca.
—Dame un beso..—él se acerca y ella solo forma un pico con sus labios, pero no satisfecho, muerde el labio inferior de la rubia comenzando lo que él pide, deseo al que ella no se niega,su mano libre comienza a bajar a su cintura, jugando con el borde del jogging,Antonella interrumpe el acercamiento mordiendo el labio de Enzo y él sonríe bajando su otra mano al otro costado del cuerpo de la menor acercandola al suyo.
La rubia sube ambas palmas a los hombros del morocho, moviendolas hacia la nuca adversa, intensificando el beso que claramente estaba disfrutando.
El toqueteo de ambos los hace desear de llegar a algo mas, pero es el calor producido por el leño y por ese beso fogoso el que los lleva a despojarse de sus prendas provocando la unión de sus anatomias.
♡
Enzo arquea su ceja viendo como el celular vibra a un lado de la alfombra —¿Te está llamando otra vez?—Antonella lleva la cuchara con helado a su boca y asiente mirando su celular—¿Y por qué no le contestas?
—¿Querés que me vaya?—él niega y tira su cuerpo cayendo en las piernas extendidas de la rubia,ella se encoje de hombros—entonces déjalo que suene.
El teléfono vuelve a sonar y por decisión de Enzo que le manotea el celular respondiendo la llamada, se ve en la obligación de hablar.
Suelta una puteada por lo bajo para el centrocampista y lleva el dispositivo a su oreja—Buen..
—¿A qué hora pensas venir? son las cuatro ya Antonella.
—Me quedo donde mi amiga..
—Si dale.. la pija, pasame ubicación que te busco.
El ceño de la rubia se frunce—Bue cálmate, no sos mi papá eh.. Me quedo aca y a la tarde voy.
—¿Con quién estás?
—Con una amiga.
Cristian suspira pasando una mano por su nuca cuando se percata de su comportamiento, estaba afuera de su casa dispuesto a buscarla donde fuera, pero la foto de fondo de pantalla con Karen lo hace "recapacitar"—Bueno.. volve temprano igual, tu hermana está preocupada.
—¿Mi hermana o vos?—pregunta ella con una sonrisa juguetona.
—Tu hermana—dice tajante él y procede a cortar la llamada, dejando a la rubia colgada del otro lado.
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asies
denle amor pedazos d trolas porq me m4t0 y no va haber mas maraton!!!
besitos