Esta es la segunda parte de "Salvavidas" porque no tenía más idea para hacer otro one-shot de otra cosa y me lo pidieron, entonces traje esto (tal vez haga una tercera parte).
"¿Quieres venir a una fiesta en la piscina? Será a la noche en mi pequeña casa, ya sabes donde queda"
Le envío Tedros a Agatha mientras limpiaba su departamento compartido con su mejor amiga. Dejó la escoba en la mesa de la cocina y contestó:
"¿Habrá comida?"
"Sí"
En ese momento la puerta del baño se abrió y Sophie salió del baño, estaba envuelta en una toalla blanca y esponjosa y su cuerpo aún brillaba con el agua del baño. Tenía una pequeña sonrisa de satisfacción en su rostro mientras caminaba sobre el piso frío hacia Agatha. Tenía el cabello recogido en otra toalla donde se escapaban algunos mechones húmedos.
Ella vio a su mejor amiga con el celular escribiéndole a alguien. Primero pensó que estaba hablando con Kiko, ya que Agatha solamente habla a su madre, a ella o a su amiga de la escuela, Kiko.
—¿Con quién estás charlando?—preguntó. Se acercó por detrás a Agatha y se puso de puntillas para ver sobre su hombro el perfil de la persona que se llevaba la atención de su amiga.
—Es Tedros, me invitó a ir a su fiesta ¿Quieres ir?—se dio la vuelta y le mostró el chat.
—¿En serio? ¡Claro que quiero!—se lanzó a abrazar a su amiga mojando su ropa, pero no le tomó importancia—. ¿Por qué hablan tanto...?—fue interrumpida por Agatha que alejó el teléfono de su rostro.
Agatha no quería que Sophie se diera cuenta de que hablaba con alguien más y mucho más si se trataba del ex de su amiga, aunque la rubia parece que ya superó a Tedros en una semana desde que pasó el "incidente" del beso.
Siguió escribiendo al chico dándole la espalda a Sophie.
"¿Puede ir Sophie?"
"Hort me pidió que la invitara, y ya que me salvo de ella, acepté su propuesta. Puede ir tu amiga loca"
"Entonces nos verás ambas"
Dejó su celular sobre la mesa apagado y miró a Sophie.
—Buenas noticias, aceptó a que vayas y... estará Hort—le avisó.
—¿Qué? ¿Hort estará ahí?—preguntó Sophie dudando y hasta nerviosa.
—Sí ¿Pasa algo?
—Sabes... ya no quiero ir a la fiesta—hizo una sonrisa forzada mientras camina para atrás en dirección a su cuarto.
Agatha a veces no entiende a su mejor amiga. Nunca se sintió nerviosa de pasar tiempo o hablarle a la persona que tal vez beso como diez veces, pero si cuando se trata de un beso (que exactamente no fue uno como tal) con Hort. No tenía sentido y más si venía de Sophie quien tuvo como tres ex y no le da problema hablar con ellos o hasta tratar de volver como lo hizo hace una semana con Tedros.
Lo que le estuviera sucediendo a su amiga se encargará de ayudarle, además, no tenía a nadie con quien hablar en la fiesta, podría ir con Tedros, pero seguro estaría rodeado de Beatrix y sus amigas antes que a ella.
Se acercó a la cama individual de su Sophie donde ella se hizo una montaña de sábanas de diferentes tonos de color rosado para esconderse.
—Vamos Sophie ¿Por qué te da vergüenza ir a una fiesta solo porque estará Hort?—agarró una sábana que tenía flores rosas pasteles dibujadas y se la saco a Sophie. Se podía ver el rostro de ella sonrojada y con el ceño fruncido— Es solo un chico más.
—Tienes razón—dijo Sophie con firmeza—. Es solo otro chico más, uno tierno y que sus labios son dulces y sabrosos...—murmuró sonrojada hasta que notó la mirada de Agatha y sonrió tontamente.
—¿Vamos a prepararnos o quieres ir en ese estado?—se levantó de la cama hacia el armario que compartían— Te dejaré que me ayudes a vestirme.
—Eres la mejor—Sophie hizo lo mismo con Agatha.
Ella tenía razón, no era la primera vez que besaba a algún chico, era algo normal en ella. Aunque aún no podía quitarse ese hormigueo que sentía en su espalda.
Parecía que Tedros no sabía diferenciar entre una casa pequeña y una mansión gigante, pero bueno, siempre tuvo algo de torpeza.
Agatha y Sophie ya estaban vestidas con la mejor ropa, hermosas y listas para entrar. La primera llevaba unos pantalones abiertos de color azul marino con elegantes bordes dorados que tenían formas de hojas, usa un par de ojotas blancas y lleva una camisa; y la segunda venía con un vestido corto rojo suelto sin tirantes que apretaba su figura reloj de arena y se movía suavemente contra sus muslos, con una sandalia rojiza.
Ambas debajo de la ropa tenían sus respectivas mallas para meterse después a la piscina. Aunque Agatha decía que no se metería porque no le gusta estar apretada contra gente desconocida (la mayoría que iban eran compañeros de su escuela).
—La próxima vez que vaya algún evento dejaré que vos me prepares—dijo Agatha feliz por su vestimenta. Siempre salía con ropa que muchos consideran para "vagabundo" un día la confundieron con uno.
—Como debe ser, querida—sonrió orgullosa Sophie. Se acercó a la puerta de la lujosa mansión donde se escuchaba música de Pop y risas.
Estuvieron unos minutos afuera hasta que la puerta se abrió dejando ver a Chaddick, el mejor amigo de Tedros, en malla con sus rizos húmedos, había agua goteando su tonificado cuerpo oscuro. Se notaba que recién salía del agua. Miró a ambas chicas para dejarle un espacio para qué pasarán.
—Bienvenidas, Tedros está ocupado y por eso me envió a mí.
—Pero qué caballeroso—dijo sarcásticamente y enfada Agatha cruzando los brazos.
Sophie caminaba tranquila por los pasillos de la mansión de Tedros hasta el patio donde estaba la fiesta. Cuando llegaron Chaddick se alejó de ella para ponerse hablar con otros chicos en el agua. Agatha directamente se sentó en una reposera mirando el cielo tranquilo, aunque a veces miraba al otro lado de la piscina donde está Tedros con otra chica entre esas Beatrix.
Sophie no quería sentarse y observar, quería divertirse.
Se empezó a quitar la ropa dejando solo su bikini rosado. Se acercó a Agatha y se la tiro a ella sin pedirle permiso, la otra solo soltó un gruñido pero lo ignoró.
Empezó a caminar por la pileta que en verdad son tres, pero que están unidas. Una es más pequeña y relajada a la derecha, la del medio que es la más grande y circular donde la mayoría está y la última que está en la izquierda con forma de triángulo.
Vio a Hort en medio de las personas con mallas en la piscina circular en un flotador de rana, él estaba sentado arriba acostado mientras flotaba. Su maya es verde petróleo y tenía una antiparas del mismo color. Le parecía tierno verlo de esa manera tan relajada pero a la vez divertida.
Empezó a caminar viendo a Hort. Quería conversar con él y tal vez invitarlo a salir.
Él la vio y levantó la mano como saludo, Sophie sonrió y trató de levantar su brazo para hacer la misma acción, pero en vez de eso, caminó hacia Agatha.
Hort la vio raro y bajo la mano viendo la figura de ella alejándose de él para volver con Agatha, eso lo puso algo mal, volvió a acostarse en su flotador de rana dolido.
¿Por qué había hecho eso? Ni siquiera Sophie sabía. No quería dejarlo ahí como un tonto saludando, ella quería hacer lo mismo, meterse al agua y subir en su flotador infantil para charla un rato, conocerse mejor y agradecerle por "salvarla" aunque fuera todo planeado. Pero su cuerpo no le hacía caso a su deseo.
—¿Pasó algo?—preguntó Agatha sentando en su reposera.
—Aggie, necesito ayuda!—le pidió. Agarró los hombros de su amiga y empezó a moverla cerrando los ojos—. No sé que me pasa, ¡Esto nunca me paso con otro chico!—grito alterada y su rostro se ponía rojo
Agatha agarró las muñecas de su amiga y la alejó.
—Primero, relájate—soltó sus muñecas. Sophie obedeció tomó unos minutos y su cuerpo se sentía más libre, su sonrojó ya se había ido, ahora parecía una chica insegura de sus propios sentimientos mirando hacia abajo—¿Qué pasó?
—No lo sé... Vi a Hort en la piscina y quería acercarme a estar junto a él, pero mi cuerpo me atrajo hacia acá otra vez—miró disimuladamente a la comadreja que aún seguía flotando sobre la pileta sin mirar hacia su lugar—. Creo que lastimé sus sentimientos.
—¿Y esto nunca te pasó con otro chico?
Sophie asintió con la cabeza mirándola.
—Bueno, Sophie esto significa que no es solo un chico más—le explicó Agatha sonriéndole.
Tal vez, su mejor amiga tenía razón, por fin había encontrado un hombre que sí la quiera completamente hasta con sus defectos. Y solamente se dio cuenta cuando él la besó para ayudarla. Muchas veces él estuvo como un apoyó aunque lo trataba mal y lo rechazara varias veces en la escuela. Ahora abrió ella los ojos.
Sophie abrazó a Agatha, siempre la tenía para ayudarla con sus problemas. Miró a Hort que está saliendo de la piscina, aprovechó ella para acercarse esta vez sin dudar. Sentía cosquillas en su cuello y hombros por cada paso que daba hasta que llegó al frente de él.
—Hort—lo llamó tocando su espalda para llamar su atención.
Miró hacia atrás el chico y cuando vio a Sophie sonrió nervioso.
—Hola, Sophie ¿Te enojaste conmigo por haberte "salvado"?—preguntó nervioso desviando la mirada—. Aunque se notaba que fingías ahogarte—murmuró lo último Hort rascándose incómodo su nuca mojada, no porque estuviera delante de ella (lo hacía sentir emocionado), si no por lo que ella pensaba de él.
Sabía que a Sophie no siempre le gusta su presencia, ni podía ser más que su mascota por no cumplir con sus estándares de pareja. Sin embargo, sabía que siempre estaría ahí para ayudarla, incluso si ella no lo reconocía. A pesar de su rechazo, él seguiría a su lado, esperando que algún día ella lo viera como algo más que un simple sirviente.
Tenía miedo de que ahora estuviera enojada, después de todo había arruinado su oportunidad de besar a Tedros, pero al mismo tiempo, estaba feliz de hacerlo. Miro sus ojos verdes y no hay enojo o molestia en su mirada, en verdad, tenían suavidad que él no había visto antes hacia su persona, e hizo que su corazón diera un vuelco.
—No, la verdad... Fue más agradable que me salvaras antes que Tedros—admitió sonriéndole con dulzura por primera vez.
—¿E-En serio?—abrió sus ojos sorprendidos. Ella asintió con la cabeza—. Que bueno... La verdad pensé que estabas enojada.
—¿Por?
—No me respondiste el saludo y arruiné tu plan de volver con Tedros—respondió con un poco de celos por lo último.
—Oh... No es por eso que te ignore, no era mi intención en realidad—dio un paso más cerca de Hort y pasó—. Y aunque es cierto que arruinaste mi plan... Al final fue mucho mejor el resultado—le guiño.
Sus mejillas se pusieron rojas hasta sus orejas. No pensó que en la fiesta de su compañero de trabajo (que al principio no quiso ir) al final resultará lo mejor que le estaba pasando en mucho tiempo.
—También quería agradecerte por las veces que me has ayudado en la escuela siendo compañeros, si quieres podés ir a comer algún lugar como agradecimiento—dijo Sophie con una sonrisa.
La inesperada invitación de Sophie había tomado por sorpresa a Hort, haciendo que sus ojos se abrieran con una mezcla de emoción y shock. Su mirada se fijó en ella, las cejas arqueadas con leve sorpresa mientras contemplaba la posibilidad. Era una ocasión poco común para ella invitarlo a salir, y él no pudo ocultar la esperanza que floreció dentro de él ante esta inesperada oportunidad de pasar más tiempo con ella, su corazón latía con anticipación.
Cuando la sorpresa se le pasó respondió con firmeza:
—Me gustaría mucho.
Antes de que alguno pudiera decir algo más apareció Agatha detrás de Sophie provocando un susto a la última nombrada. Tenía la ropa de Sophie en sus manos y sus ojos mostraban enojó.
—¿Podemos irnos Sophie?—preguntó Agatha con una sonrisa forzada queriendo ocultar su enfado (y muy mal lo hacía).
Ella no quería irse aún para seguir estando con Hort, pero tampoco iba a dejar a su amiga en ese estado, además ella quería saber el por qué está enojada. Por el lado de Hort entendía si Sophie prefería irse con Agatha, son mejores amigas al final del día, pero hubiera preferido que no apareciera.
—Está bien—respondió Sophie agarrando su ropa de los brazos de Agatha. Miró a Hort—. ¿Hablamos por celular después para organizar?
—Por supuesto—sonrió Hort.
—¿Se puede saber por qué estás enojada?—preguntó Sophie mientras subía al auto negro de Agatha ya con su ropa puesta.
—No—respondió ella con una mirada seria.
Sophie nunca la vio así a su amiga y es raro porque ella es quien provoca la mayoría de molestia o enfado de Agatha, pero no al punto de cómo está ahora. No iba a obligarla a que le diga. Bajo el vidrio el auto para que entrara el aire.
Agatha soltó un suspiro y colocó las llaves del auto, las luces de adelante se encendieron.
—¡Agatha!—gritó Tedros desde la puerta de la mansión tomando aire.
—Tedros te está llaman- —pero el auto ya había arrancado a andar sin darle tiempo a Tedros a llegar al auto.
Desde lejos el chico miraba como se hacía más pequeño el vehículo, pateó una roca por el enojó, volvió dentro de su mansión maldiciendo.
El camino hacia su departamento fue un silencio absoluto hasta que estacionaron. Ahí Agatha apoyo su cabeza en el manubrio con tristeza.
—Aggie ¿Pasó algo con Tedros?
—Tenías razón en los defectos que tiene ese tipo—soltó aún sin mirarla, para salir del auto más calmada.
Sophie se quedó callada, bajo del auto y se puso a lado de Agatha abrazándola como forma de apoyo emocional, ayudando a su amiga.
—Apenas podés abrazarme—se burló Agatha viendo lo pequeña que es de altura.
—Encima que te ayudo, me criticas el abrazo—respondió ofendida Sophie sin soltarla.