ONE SHOTS. | SCALONETA.

By sexojf24

69.7K 2.6K 306

"Ganaba de wacho imagínate con la fama, me llevo a to'a la dama pa' mi cama." +18, Contenido explícito. La S... More

001 | LEANDRO PAREDES.
002 | ENZO FERNÁNDEZ.
004 | ENZO FERNÁNDEZ.
005 | ENZO FERNÁNDEZ.
006 | ENZO FERNÁNDEZ.
007 | ENZO FERNÁNDEZ.
008 | LISANDRO MARTINEZ.
009 | ENZO FERNÁNDEZ.
010. | LISANDRO MARTINEZ.

003 | LISANDRO MARTINEZ.

7.1K 240 19
By sexojf24

Modo atrevido, en la noche soy tu misionero
Y por la mañana un mañanero

a licha martinez shot !! ☆☆☆
























11 de Junio, 2023.
Ibiza.
04:32am.

–¡No! —Carcajeé entre los efectos del alcohol, viendo como las risas de Lisandro disimulaban el hecho de que hayamos roto un jarrón.

—Sh... —Siseó entre risas el entrerriano, acercándome por la cintura a su cuerpo mientras cerraba la puerta tras de él. —Vas a despertar a los vecinos, boludaza. —Burló, bajando su mirada al suelo.

Los restos de vasija se encontraban esparcidos por el suelo, haciéndome abrir exageradamente la boca al ver el desastre que habíamos hecho. Tan solo nos habíamos tropezado al entrar y el jarrón sobre la mesa, a un lado de la puerta, había terminado roto.

Un quilombo.

—No te vas a cortar. —Jaló de mi nuevamente hacia él al ver mis intenciones de intentar esquivar los pedazos rotos. Me levantó del suelo como una princesa, haciéndome reír torpemente. —Mucho vodka me parece. —Rió, viéndome asentir con esa sonrisa plasmada en mi cara.

No tardó mucho en dar una última mirada a la escena, para pasar por un costado y evadir la cerámica que yacía rota en el suelo, con total precaución ante nuestros estados de alcoholización. Pero no pareció querer bajarme y mucho menos cuando lo pedí, sino que se dirigió rápidamente hasta la gran cama tamaño king size en medio del departamento que veníamos alquilando, tirándome sobre esta sin pudor.

No se me olvida esa noche en Ibiza... —Canté risueña, viendo como el hombre de mi vida se deshacía de su camisa con una gran sonrisa en su cara. Esa que tanto me podía. —Fua, haceme tuya, carniceroo. —Piropeé de tan solo verlo en cuero, ganándome una risa algo tímida de su parte.

Como si él fuera tan tímido.

Se dirigió hasta mi y se detuvo, tomando uno de mis pies para deshacerse de uno de los tacos que llevaba puestos, imitando la misma acción con el contrario, antes de dejar un beso en mi pierna y acariciarla con sutileza.

—A dormir, Malena. —Me dió una última mirada, antes de girarse hacía la cocina.

Puchereé. No tenía sueño para nada.

Me di vuelta en la cama, escuchando ruidos en la cocina y posteriormente a un lado de la puerta. Probablemente se encontraba limpiando el desastre que accidentalmente había hecho. Suspiré al escucharlo en la cocina nuevamente y decidí buscar la mejor posición para intentar conciliar el sueño, sin siquiera importarme el outfit o el maquillaje que aún tenía encima.

—Amor... —Lo llamé entre balbuceos, suspirando al escuchar como me pedía que esperara. Elevé mi pierna derecha y abracé una almohada aún bocabajo. No fallaba nunca. —Dale, Li, que no duermo sin vos... —Me quejé una vez más, sintiendo aún su ausencia a mi lado.

Lo escuché pedirme un momento más, haciéndome quejar de nuevo en lo que cerraba mis ojos. Ya mañana arreglaría el desastre que sería mi rostro.

—Ah, bueno. —Un carraspeo me hizo sonreír, abriendo mis ojos al escucharlo llegar. —¿Pensás dormir así? —Preguntó, haciéndose el boludo mientras dejaba un vasito de agua en la mesita de luz.

Costumbre suya.

—Estoy muy cansada para cambiarme. —Murmuré, luchando por dejar mis ojos abiertos y mirarlo de reojo, aunque fuera imposible por lo mucho que se estaba moviendo por el lugar.

—¿Nisiquiera para sacarte la ropa? —Rió para él, sabiendo perfectamente que estaba en peores condiciones que él. Asentí, elevando mi cadera con la intención de mejorar la posición. —Te ayudo yo entonces. —Murmuró, acercándose en completo silencio.

Aún podía escucharse de fondo el ruido de la fiesta que habíamos dejado minutos atrás, la cual era organizada frente a nuestro edificio y en la playa.

Las manos de Licha se detuvieron en el nudo de la parte superior de mi bikini negro, deshaciéndolo ante la oportunidad y dirigiéndose sin mucho problema hasta la parte inferior, bajando con paciencia la micropollera de jean que llevaba puesta y dejando al aire mi culo con solo la parte inferior del bikini cubriéndome. Todo un espectáculo para él, que nisiquiera pudo resistirse. Su diestra paró sobre uno de mis cachetes y jugó con él como quiso, haciéndome reír ante su picardía.

—Dale, amor, vení. —Intenté girarme para buscar ver su cara, solo para ser detenida por él.

—Ya no tengo tanto sueño. —Musitó, acariciando el interior de mis piernas solo con la intención de hacerme suspirar. Y si que lo lograba.

No tuve ni que dar mi respuesta, el simple hecho de acercarme más a su toque fue suficiente para hacerle saber lo que quería y cómo lo quería.

Su mano se deslizó por mis muslos, subiendo y bajando por ellos y deteniéndose de a ratos sobre mis nalgas, jugando con ellas tanto como quería y podía. Mi piel erizada era más que otra señal para que siguiera avanzando con sus caricias, antes de detenerse en el principio del hilo de mi tanga, levantándolo lo suficiente como para deslizar su dedo por él y hacerme sentir incluso más vacío que antes. Dejó caer la tela contra mi intimidad e inconscientemente dejé escapar un jadeo, subiendo mis caderas como reacción.

—Li... —Murmuré en un puchero, sintiendo su mano nuevamente alejarse para seguir acariciando con toda la paciencia.

—Hasta que no te escuche pedirlo no hago nada. —Habló finalmente, haciéndome suspirar.

—Por fa, amor... —Meneé mis caderas en su dirección, tan solo ganándome una nalgada de su parte. Picaba, más sabía que no era ni un cuarto de su fuerza. —Haceme de todo, Lisandro. —Pedí, girando mi cabeza hacía él y haciéndole esa cara que sabía, no podía resistir.

—¿De todo? —Rió, bajando su mirada a mi cuerpo una vez más.

—Lo que vos quieras, pero cogeme. —Mordí mi labio inferior, conectando mi mirada con la suya en cuestión de segundos para hacer esa confirmación que él estaba esperando.

Su mirada analizó mi cuerpo, totalmente en silencio pero con esos ojos que sabían decirme más de mil palabras. Su izquierda volvió a mi tanga, esta vez queriendo bajarla con total cuidado y dejarla a un lado para volver a centrarse en mí. Me sentía enteramente expuesta a él, más aún cuando sentí su índice deslizarse por mis pliegues y haciéndome sentir lo mojada que estaba de tan solo ser acariciada por él unos minutos.

Subió y bajó su dedo con lentitud, jugando con mis flujos antes de alejar su mano y escupir en ella, volviendo a su trabajo con toda la paciencia del mundo. Tanteó mi entrada e introdujo uno de sus dedos, haciéndome perder el aliento ante lo inesperado que había sido al agregar otro casi al instante de darse cuenta lo preparada que estaba. Mis ojos se cerraron por completo, dejándome llevar por el sentimiento de sus dedos saliendo y entrando en mí, con total libertad y un solo objetivo.

Su pulgar se detuvo sobre mi clitoris, realizando suaves movimientos circulares sobre él y logrando mi inquietud en segundos. —Quieta. —Ordenó, logrando que me quejara en ese estado de ebriedad en el que parecía haber permanecido.

Retiró sus dígitos tan solo apenas dejé salir el primer gemido, haciéndome putear por lo bajo mientras dejaba caer mi cara contra la almohada. No pude pensar en cual sería su próximo movimiento, más el sonido de una prenda cayendo en el suelo me hizo darme cuenta con rapidez de lo que quería. Cerré mis ojos y suspiré, queriendo detener ese sentimiento de mareo para poder disfrutar mejor de ese momento. Maldito sea el minuto en que decidí pedir una botella de Vodka y comenzar a tomarlo sin algo con que acompañar.

Agradecía tener la almohada en mis brazos, ya que en cuestión de segundos fue la causante de que mi gemido fuera ahogado. Mi boca se abrió de tan solo sentir como ingresaba en mi sin previo aviso y la manera en la que se hacía paso en mi interior solo me hacía saber lo bien que la iba a pasar esa noche. Intenté girar mi rostro para mirarlo más un gemido profundo proveniente de su garganta me hizo detenerme. Lisandro me iba a matar.

Sus embestidas comenzaron a buscar un ritmo, deslizando su brazo por debajo de mi abdomen con la intención de mantenerme en el lugar justo y cómodo para ambos. No podía nisiquiera dejar salir sonidos debido al estado en el que me encontraba, todo se sentía en doble y podía estar segura de que era gracias a esa posición.

—Jamás me voy a cansar de cogerte. —Susurró en mi oído, siguiendo con ese vaivén lento y fluido de sus caderas. Se separó totalmente jadeante, sin querer detenerse por mucho tiempo. —Levanta, mi amor. —Pidió, haciéndome elevar mis caderas.

Pasó una almohada por debajo de ellas y dejó descansar mi cuerpo allí, volviendo a sus embestidas esta vez con total brusquedad. Estaba enfermo. Inmediatamente hundí mi rostro en la almohada, apretando esta con mis manos y dejando salir toda clase de sonido placentero que me ayudara a expresar lo bien que me estaba haciendo sentir.

—Licha, amor... —Balbuceé, sintiendo como jalaba mi pelo con la intención de hacerme elevar mi cara.

—¿Qué pasó, nena? —Rió entre jadeos, antes de dejar caer con fuerza su mano sobre mi nalga derecha. La puta madre.

Un gemido desesperado escapó de mi garganta, sintiendo como comenzaba a moverse con incluso más profundidad y sus ganas de hacerme sentir mejor aumentaban. Su diestra se detuvo sobre mi cuello y decidió utilizarlo como agarre, sosteniéndose de él para seguir con esas estocadas que tanto me hacían sentir.

Una. Dos. Tres. Cuatro. —¡Pará, pará! —Chillé, de tan solo sentir la quinta nalgada parar sobre mi piel. No podía más.

—Cerrá el orto. —Gruñó, haciendo hasta más presión en su agarre y obstruyendo totalmente mi manera de gemir.

Podía sentir mi piel arder, el como quemaba y mi deseo por más. Porque con él siempre quería más.

Salió de mi interior y no dudó ni un segundo en darme vuelta, dejándome finalmente ver la obra de arte que era esa expresión concentrada. Sus cejas fruncidas y el sudor desplegado por su frente, acompañado por sus labios unidos y esa cara de malo que tanto me prendía. Aprovechó mi distracción para volver a hundirse en mi interior, haciéndome suspirar con lo mucho que podía sentirlo hoy.

—Como apretás, dios mio. —Suspiró, escondiéndose en mi cuello mientras buscaba nuevamente su ritmo favorito.

El nudo comenzaba a formarse en mi abdomen bajo, obligándome a llevar mis manos hasta su pelvis queriendo frenarlo. No quería venirme aún. —Más lento, amor. —Pedí en un puchero, sabiendo que haría caso omiso.

Su mano se hizo paso entre nosotros y llegó hasta mi intimidad una vez más, haciéndome chillar de tan solo sentir como sumaba el dibujar círculos sobre mi clitoris a todo el placer que ya me abundaba de sobra. No tardé mucho para venirme, dejando salir mis fluidos inesperadamente entre nosotros y ensuciando totalmente las sábanas. Salió de mi e inmediatamente comenzó a masturbarse, dejando caer su líquido seminal sobre mi abdomen con absoluta intención de hacerme jadear ante el sentimiento.

Se acercó a mi y unió nuestros labios, sellando aquel íntimo momento con esa manera tan cariñosa y tan suya de hacerme sentir especial. De hacerme sentir la mujer más feliz del mundo.

—¿Ya se te bajó el pedo o un round más es mucho pedir? —Rió contra mis labios, muy probablemente tras probar el sabor a alcohol en ellos.

—Depende quien pregunte. —Burlé, pasando mis manos por su cuello. —Licha o el carnicero.

Lo escuché reír una vez más. —El amor de tu vida pregunta.

—Yo creo que podemos seguir intentando hasta que se me vaya igual.

Continue Reading

You'll Also Like

28.8K 822 44
𝐃𝐚𝐦𝐞 𝐥𝐚 𝐢𝐥𝐮𝐬𝐢𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐮𝐧𝐢𝐜𝐚
28.6K 1.3K 15
-Vos vas a terminar siendo mi novia, mientras yo levanto la copa del mundo. Prohibida su copia y duplicado. +18
5.9K 310 18
ENZO Y JULIETA. ¿funcionará?
52.3K 2.1K 25
Tiene que ser una joda... - Que suerte del culo tenés amiga. - Cállate Olivia.