Llegamos al vecindario, y en cuanto llegue a casa, estacioné el auto de una forma muy ruda, Elmer y Jone estaban afuera de mi casa, así que por ende nos miraron con sorpresa.
Elmer: ¿Todo bien Zulema?
Arabella: Todo perfecto, ¿Pero crees que pueda hablar con Jone?
Me dio una mirada profunda y algo preocupada, así que tome su mano por un momento y le hablé:
Arabella: Todo perfecto, ¿Confías en mi?
Elmer: Bueno, bueno, los dejaré solos.
Tome de la mano a Jone y lo jale hasta el auto, mientras Elmer entraba a casa.
Jone: ¿Todo bien, Bella?
Miré con preocupación hacia las chicas, ellas solo asintieron y volví a mirar a Jone.
Lo tomé de la mano con ambas manos, y comencé a hablar:
Arabella: Mira Jone, eres nuevo aquí y hay cosas que debes saber, pero si te las cuento, solamente tienes dos opciones. O no sé lo cuentas a nadie por tan sorprendente que sea y nos ayudas, o lo cuentas y jamás te volveremos a ver.
Jone, con un aspecto sumamente serio, me miro y titubeo.
Jone: D...De...¿De qué hablas?
Arabella: ¿Cuál eliges?
Jone me apretó la mano, y con la otra me tomó de la mejilla.
Jone: Lo que esté en mis manos para poder ayudarte, lo haré, implique lo que sea.
Fue entonces cuando nuestras miradas se cruzaron y sentí una conexión tan fuerte, como si de alguna forma ya lo conociera como la palma de mi mano, y sé con exactitud que él también la sintió. Al final me dio una pequeña sonrisa, la cual yo devolví.
Arabella: ¿Así implique luchar con monstruos salidos de un libro de ficción?
Jone: ¿Qué cosa?
Lo tome de la muñeca y abrí la puerta del copiloto, indicándole a Fany que pasara para la parte de atrás.
Arabella: Lo mejor será que vengas con nosotras.
Jone subió al auto, y con la misma rudeza que aplique al llegar, salí del vecindario, pero al asomarme por el retrovisor, me percaté de un carro algo oculto color vino, unas casas atrás de nosotros y quien fuera el piloto, sabía que me miraba fijamente.
Max: ¿Y quién es él, Bella?
Arabella: Un amigo nuevo, Jone, ellas son Max, Once y Fany, la última es mi hermana.
Jone las miro a todas y con una sonrisa las saludo, pero Max no hizo lo mismo.
Max: Pensé que iríamos en busca de Steve o de alguien más, ¿Crees que sea buena idea contarle toda la verdad?
Arabella: Tiene derecho a saberla, además, sé que él podrá ayudarnos.
Seguido de esta corta conversación, llegamos a uno de nuestros restaurantes preferidos, en el cual asignamos mesa y ordenamos lo que queríamos para así poder comenzar a contarle a Jone, toda la verdad.
Arabella: Jone, hay algo que nos atormenta a todos y muy pronto, a ti también.
Jone tomó una papita frita y comenzó a comerla con tranquilidad, mientras me ponía suma atención. Y después de darle un larguísimo contexto, entre todas, Jone nos miraba con terror y algo de asombro.
Arabella: ¿Y bueno?
Todas lo mirábamos con esperanzas de que dijera algo, tan si quiera que una estupidez saliera de su boca, pero que dijera algo.
Jone: Uuuhmm...
Max rodó los ojos y se levantó frustrada de la mesa.
Max: ¿Ves? ¿Todas lo ven? Les dije que era mejor buscar a Steve, o ni siquiera eso, ir a casa a descansar, ya nos dimos cuenta de que Billy no es el monstruo, pero si lo que querías era ligar con un completo desconocido, tan solo lo hubieras dicho, Bella.
Estefanía: Demonios, Max, ¿Por qué no dejas tu maldita impaciencia tan solo un segundo? Esto no acaba aquí, todas aquí tenemos nuestras dudas menos tú y no se si es porque hablamos de tu hermano y en tus adentros sientes miedo de que si sea el desollado o simplemente porque sientes que mi hermana esta coqueteando con alguien más.
Arabella: ¡Chicas, chicas! ¿Acaso se les olvida por qué estamos aquí? Les pido que se relajen y vuelvan a sus asientos, denle una oportunidad.
Dije, mientras miraba a Jone, seguido de eso, las chicas algo agitadas volvieron a sus lugares, fue entonces cuando Jone habló.
Jone: Me parece... Una historia fascinante, realmente si no fueras tú la que me la cuenta, podría incluso haberme burlado un poco.
Max: ¿Y ya? ¿Esa es tu gran aportación?
Jone miró a Max y con la mano, le indico que esperara.
Jone: Aún no termino, señorita. Jone me miró fijamente y con cuidado tomó mi mano.
Jone: Pero con mucho gusto, las ayudaré en todo lo que pueda.
Fue entonces cuando todas sonreímos, menos Max claro y le agradecimos.
Después de una cálida conversación, Jone se ofreció a pagar la cuenta y después me acompaño a dejar a Once y a Max, en casa de los Hargrove.
Cuando Once bajó del auto, con un beso y un dulce abrazo se despidió de mi, a través de la ventana del coche y cuando llegó el turno de Max, solo bajó, me dedico una mirada fría y sin decir una palabra, cerró la puerta del auto para seguir a Once.
Mire a Jone rápidamente y me disculpe, después baje del coche y seguí a Max.
Arabella: ¡Max!, ¡Max, espera!
Logre que se detuviera, pero no de buena gana.
Max: ¿Qué es lo que pasa? Tan solo déjame ir.
Arabella: ¿Qué es lo que te pasa?
Max se rió algo hipócrita, se dio la media vuelta y volvió a mirarme.
Max: ¿De verdad lo preguntas? Después de ver como mirabas a ese tal "Jone", como reías con él, como si te gustará, ¿Y Billy dónde queda? ¿Tan rápido fue olvidarlo?
Le dediqué una media sonrisa, porque no sabía como tomaría lo que estaba a punto de decirle.
Arabella: Max, hay algo que tienes que saber, pero a pesar de todo, debes prometerme guardar el secreto y no hacer nada al respecto.
Max, con una preocupación en su cara, solamente asintió.
Arabella: Billy intentó engañarme dos veces, una en su trabajo y otra en la noche, con Nora, la hermana de mi amigo Jacob, cuando chocó, estaba apunto de llegar a un hotel para meterse con ella.
Max, sin más que decir, solamente me abrazó y comenzó a sollozar.
Max: Bella yo... Lo siento tanto, ese maldito patán haciendo de las suyas una vez más.
Arabella: No tienes que disculparte, tú no le pediste que lo hiciera, solamente quería contarte para que estuvieras enterada.
La tomé de las mejillas y le di un gran beso en la frente, hablamos solo un poco, nos despedimos como era debido y yo regrese al auto con Jone y Fany, me quede mirando hacía al frente un par de minutos, cuando los recuerdos me llegaron y me fue inevitable no comenzar a llorar.
Jone, que estaba más cerca de mi, me tomó entre sus brazos y comenzó a calmarme, Fany solo veía con algo de tristeza.
Jone: Todo lo malo que te esta ocurriendo, pasará Bella, tenlo por seguro, de mientras, me tendrás aquí para lo que sea.
Con lágrimas en los ojos, lo miré por unos segundos.
Arabella: No sabes lo mucho que me gustaría estar soñando.
Jone: Fany, ¿me harías un favor? Sostenla, bajaré del auto y la pasaré al copiloto para conducir yo.
Fany hizo lo que Jone le pidió y después de eso, yo solamente me hice bolita en el asiento del copiloto, mientras lloraba con todo lo que tenía, hasta que de un momento a otro, la tristeza se convirtió en cansancio y sin pensarlo, logré quedarme dormida.
Al llegar a mi casa, Fany le abrió la puerta a Jone y esté, estaba intentando cargarme para llevarme adentro, pero comencé a despertar poco a poco.
Arabella: ¿Qué haces?
Jone: Tranquila, solo te llevaré adentro, donde puedas estar a salvo.
Yo, algo adormilada, me reí un poco de su caballerosidad.
Arabella: Que tipo tan agradable eres, Jone.
Y le toqué con cuidado la punta de la nariz, pero cuando me tuvo en sus brazos, Fany ayudo a cerrar el auto y la puerta de casa, detrás de nosotros.
Arabella: ¿Me llevaras hasta mi habitación?
Jone: Es lo mínimo que puedo hacer por Arabella Hollyen.
Al escuchar el apellido de mi madre, le puse el dedo en la boca indicando silencio y me subió a mi habitación como si nada, con Fany detrás, la cual abrió la puerta de la habitación.
Jone: Listo.
Dijo Jone, dejándome en mi cama.
Jone: ¿Crees poder traer un poco de agua o algo parecido, Fany?
Estefanía: ¡Claro!, ya vengo.
Arabella: ¿Plan con maña?
Jone rió un poco, pero sin disimulo se hincó ante mi.
Jone: Algo por el estilo.
Me paso el cabello por detrás de la oreja y me depositó un beso en la mejilla, el cual casualmente calló muy cerca de la comisura de mis labios.
Yo no dije nada, pero al Jone separarse de mi rostro, dejo ver una linda sonrisa, la cual devolví y en ese preciso momento, Fany entró con el vaso de agua que Jone le había pedido. Jone se aclaró la garganta y se levantó con cautela.
Jone: Procura dormir y descansar, te hará bien y si necesitas un doctor, enfermero, amigo o algo parecido, mi casa está justo enfrente de la tuya.
Se despidió de Fany y salió de la habitación sin más, así que cuando escuchamos que la puerta principal abrió y volvió a cerrar, yo reí un poco y Fany me miraba traviesa.
Arabella: Ni siquiera comiences, Fany, nada pasa y nada pasará.
Fany se abalanzó hacía mi y comenzó a jugar conmigo haciéndome reír, logrando olvidar un poco lo mal que la estaba pasando últimamente.
Al poco rato, nos quedamos dormidas en mi cama, pero muy temprano en la mañana, el sonido del teléfono de mi habitación nos despertó a la dos.