It's an Arrangement

Por NocturnaIV

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«Helluva Boss» [Stolitz] [Divergencia de Canon/Matrimonio por Conveniencia] Blitzo tenía todo para traer a su... Más

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21

Capítulo 18

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Por NocturnaIV

―¿Por qué tú estás viniendo? ―Stella preguntó por lo que sería la quinta vez ese día―. ¿Y para qué tenemos niñeras y sirvientas si no la sueltas?

Octavia se removió entre sus brazos al oír la dureza en la voz de Stella. Era una reacción que molestaba a su esposa, así que él fingió acomodar a Octavia mejor contra su pecho. La diminuta mano de la bebé se aferró a una de las plumas en su pecho, y Stella hizo un sonido de exasperación.

―Por eso luces pegajoso.

Por supuesto, Octavia era una bebé y estaba en la etapa en donde todo quería meterse al pico, así que babeaba fácilmente. Era lo que los bebés hacían. A Stolas no le importaba tener que limpiarse constantemente con tal de tener a Octavia con él.

―Debiste dejarla. La corte de Paimon va a verte actuar como un...

―¿Padre? ―Stolas bromeó, el filo de sarcasmo apenas oculto cuando miró a su esposa.

Pero Stella lo notó y lo fulminó con la mirada antes de observar por la ventana hacia los carros que escoltaban el suyo. La seguridad se había incrementado desde el nacimiento de Octavia. Su pequeña bebé había nacido en un mundo que la había escogido para ser una de las preciadas herederas del poderoso Paimon. Así que debía ser protegida a toda costa. Era de las pocas cosas que Stolas agradecía, aunque desde ese día ya no iban a tener nada de eso.

Ni su padre ni Stella sabían que esa reunión en realidad la había orquestado él. Ese era el día que presentaría el divorcio y la demanda por la custodia completa de Octavia.

Stolas miró la carita adormilada de su hija presionarse más contra su pecho.

En unas horas serían libres.

Y él siempre protegería a su amada hija.

La puerta del auto se abrió, y Stolas fue sacado de sus recuerdos al ver a uno de los guardaespaldas enviados por Vox ofrecerle la mano para salir. El demonio era un can infernal mayor; su pelaje negro tenía ciertas canas, ¿cómo solían llamar a esa apariencia? Sal y pimienta, ¿no? Lucía bien en él. Sus ojos eran rojos, divertidos y sabios se suavizaron al ver a Octavia y luego a él. Stolas sintió sus mejillas sonrojarse cuando su mano se apoyó sobre la del hombre, y este casi lo elevó fuera del auto al ayudarlo a salir. La risa del can infernal fue ronca y sincera mientras lo estabilizaba. Stolas se percató de que el demonio lucía alto, colosal debido a sus músculos, pero en realidad él le pasaba con una cabeza.

Octavia, aún en sus brazos, rio junto al guardaespaldas, y los ojos del demonio se iluminaron otra vez.

―Ella debe ser la hermana de Loona, ―el can infernal lo miró, sonriendo―. Mi nombre es Orión, estaré a cargo de su seguridad durante su visita a «Vox Docere»

―Oh... ―Stolas se aclaró la garganta y ladeó su cabeza―. ¿Conoce a Loona?

―¡Lu! ―Octavia miró a su alrededor, esperando que su hermana apareciera mágicamente fuera de la escuela y frente a ellos, pero frunció el ceño al no verla por ninguna parte.

Orión rio entretenido y arrugó su nariz ligeramente, haciendo una mueca que hizo a Octavia explotar en burbujeante risa.

―Todo can infernal conoce a la primera cachorra adoptada, bajo la protección de Vox e hija de Stolas, del Ars Goetia. ―Orión explicó ligeramente culpable―. Pero la conozco porque estoy a cargo de... ayudarla a regular sus emociones cuando algo la pone en... alerta.

Esa era una forma muy amable de decir que Orión debía intervenir antes de que Loona le sacara la cabeza a alguien.

―Eso es muy amable de tu parte. ―Stolas movió a Octavia de un brazo a otro―. Muchas gracias por ello.

―Mi hijo Vortex es unos años mayor a ella. Él también tuvo su época en que mordía a todos. ―Orión explicó y miró a Octavia―. ¿Necesita ayuda cargando a la pequeña princesa?

―No. ―Stolas la abrazó con más fuerza contra su cuerpo y sonrió culpable ante su involuntaria reacción―. Me siento más... tranquilo cuando estoy con ella. ―

Excepto cuando Octavia estaba con Blitzø. La conexión había sido inmediata entre ellos y era, bueno... se trataba de Blitzø. Con respuestas, acciones, iniciativa y carisma. Pero por, sobre todo, desde el inicio había sido bueno y amoroso con Octavia, cuidándola en todo momento.

―Eso es entendible. Mi esposa y yo éramos igual cuando Vortex cuando él era un pequeño cachorro. ―Orión respondió―. Pero debe ser cansado cargarla en brazos todo el tiempo.

Sí, y Octavia podía caminar, pero estaban en Orgullo, en el territorio de Vox, donde podría ser atacado y sí, la escuela tenía protecciones tecnológicas y mágicas, pero...

Orión pareció notar su conflicto mental y lo guio dentro del edificio. Bueno, no era exactamente un edificio. Pero definitivamente no lucía como una escuela regular. Era como un museo moderno, una serie de elementos geométricos interpuestos entre ellos de forma estética, formado de metal y cristal. El lugar ocupaba toda la cuadra, expandiéndose en más formas, casi como un laberinto. Ellos tuvieron que pasar cuatro sellos mágicos diferentes que electrificaron sus plumas y otras series de paradas de seguridad antes de detenerse en una recepción donde un imp estaba hablando por teléfono mientras atendía a diferentes pantallas en su computador. Orión se acercó al imp y habló con ella en susurros; ella giró los ojos, pero tomó del respaldo de su asiento un chal de lana y dijo algo sobre devolvérselo lavado. Orión prestó atención parcialmente antes de acercarse a Stolas y mostrarle la prenda.

―Mire nada más, hasta combina con lo que lleva puesto.

Stolas dejó caer su cabeza hacia un lado, confundido. El chal era blanco y en verdad iba bien con su ropa. Él no había querido hacer caso a Vox, pero nadie había halagado su cuerpo antes. Excepto Blitzø, cuando tuvieron sexo, pero eso bien pudo ser por el calor del momento. Así que había escogido un traje rojo con un chaleco hasta su cintura y una blusa blanca que permitía que las plumas de su pecho pudieran lucirse. Octavia llevaba un vestido blanco con una camiseta roja de manga larga por debajo.

Sus dudas de para qué necesitaba el chal fueron inmediatamente respondidas. Stolas movió a Octavia entre sus brazos mientras Orión le explicaba que sería mucho más cómodo cargar a Octavia si la sentaba en su espalda baja, justo sobre las plumas de su cola, y usaba el chal para asegurarla contra su cuerpo. Orión explicó animadamente cómo eso aprovechaba la fuerza de todo el cuerpo para sostener a los niños, y los brazos quedaban libres. Era algo que algunos pecadores y canes infernales llevaban haciendo por generaciones y era increíblemente cómodo tanto para el niño como para el adulto. Stolas escuchó fascinado porque en teoría, el demonio tenía razón. Él se quedó quieto mientras Orión lo ayudaba con el chal, y Octavia se abrazaba a su espalda entre risas. Cuando todo estuvo asegurado y Stolas dio un par de pasos, su hija rio y saltó sobre su cola.

―¡Caballito!

Stolas rio. En verdad era más cómodo. Sus brazos y espalda por fin tenían un descanso. No es que Octavia pesara mucho, pero era cansado tenerla así todo el tiempo. Orión le sonrió como padre orgulloso y solo entonces anunció su presencia con la recepcionista, quien miró a Stolas sonriéndole con resignación. Al parecer, era común que Orión hiciera lo que quisiera ahí.

―El Overlord Vox lo está esperando. ―Anunció la imp.

Stolas asintió y caminó hacia la siguiente puerta que se abrió automáticamente para él, dejándolo pasar hacia un largo corredor con posters gigantes de actores, cantantes, celebridades y otros artistas. Stolas se detuvo abruptamente al reconocer a Verosika posando coquetamente en el suyo, guiñando un ojo a su devota audiencia y con un micrófono entre sus dedos. Ella lucía increíble con su vestido blanco y negro. Además, el fondo solo la hacía resaltar sobrehumanamente. En la parte de abajo del poster decía «Canta tu inspiración»

―¡Orión! ¿En serio?

Stolas se tambaleó ligeramente ante la nueva voz, pero el can infernal rio atrás de él y se excusó ligeramente sin sentirse culpable. Pero Stolas reparó en el Overlord al otro lado del pasillo. Vox tenía esa sonrisa de tiburón que le había hecho crear constantes monopolios de poder, sin ningún tipo de competencia. Él pudo sentir como Octavia se inclinaba a un lado para espiar y balbucear algo que él pudo entender. Stolas respiró hondo y avanzó con decisión. Solo necesitaba leer los documentos, firmarlos e irse de ahí. Tal vez ver a Loona, si es que eso no interrumpía sus clases.

―¿No pudiste estilizar esa cosa antes de ponérsela? Hay cámaras en todas partes. ―Vox preguntó frustrado y se acercó a Stolas, tomando el chal que rodeaba sus caderas, estirando la prenda para que abrazara más sus caderas―. Parece que le amarraste un trapo a una costosa escultura... ―El Overlord apoyó con más firmeza las manos en las caderas de Stolas y las deslizó sobre el chal para estirarlo más abajo hasta que la tela lo envolvió sobre sus muslos, cubriendo apenas entre sus muslos―. Ahí... parece una falda corta y ese pantalón ajustado parece unas medias sexys.

―¿Podría quitar sus manos? ―Stolas preguntó con su corazón latiendo con fuerza―. ¿O así saluda a los padres de sus estudiantes?

―Solo con los más atractivos. ―Vox respondió casi automáticamente, levantando su cabeza en forma de pantalla y proyectando una mirada que decía que hablaba en serio―. También si es que Orión hace un desastre visual de algo perfecto. Por suerte las faldas te quedan bien, pajarito.

Por fin lo soltó, y Stolas pudo respirar. No es que se hubiese sentido mal con las manos de Vox o estas lo hubiesen tocado de alguna manera inapropiada. Pero no confiaba en él. No confiaba en la manera en que lo miraba como si fuese... sexy. No le agradaba que después de tanto tiempo, posiblemente Vox fuese el segundo hombre que le prestara algo de atención. Por Lucifer, Stolas se sentía patético. Vox sonrió de lado y espió atrás de él. Stolas notó cómo por un segundo la pantalla del Overlord le enseñó a Octavia uno de sus programas favoritos y ella inmediatamente estiró sus brazos hacia Vox con intención de seguir a la televisión, pero el Overlord solo mostró su rostro, le guiñó a la niña y luego se encogió de hombros cuando notó que Stolas no había dejado de mirarlo.

―Soy encantador, cariño.

―Sí, claro.

―Oh, me lastima tu desconfianza. ―Vox respondió entretenido y amistoso mientras comenzaba su pequeño tour por la escuela―. En verdad soy encantador.

―Supongo... ―Stolas se cruzó de brazos.

En realidad, por mucho tiempo él había sentido fascinación por Vox. Después de todo, era el creador de la mayoría de sus telenovelas favoritas. Stolas solía emocionarse cuando veía que el guion había sido escrito por Vox porque la historia tendría cientos de giros inesperados y al terminar la telenovela él podría reverla y descubrir los pequeños secretos a simple vista que no se había percatado al inicio. Vox era un genio a la hora de desarrollar tramas y crear personajes realistas y apasionados.

Pero algo que Stolas rápidamente se había percatado era que Vox era como tantos en la realeza. Astuto y manipulador, con sus propios planes. Pero él tenía experiencia en ese tipo de cosas. Así que Stolas mantuvo sus opiniones guardadas y agradeció que Orión estuviese a unos pasos atrás. Como el can infernal había dicho, Octavia se durmió relativamente fácil contra su cuerpo, sus manos aferradas a su chaleco y abrazada a su cintura.

Vox moduló su voz para no despertarla mientras le enseñaba que la escuela tenía todo lo necesario para grabar un álbum, publicar un cómic, poner una obra, grabar una película o crear una serie animada. Los profesores eran celebridades retiradas de sus campos junto a profesionales con experiencia trabajando en zonas peligrosas.

―Un joven delincuente y una niña diva no tienen tanta diferencia. ―Vox explicó cuando Stolas lo miró confundido.

En la mañana asistían los niños y adolescentes, y en el turno de la tarde llegaban los adultos, pecadores y demonios nacidos, que próximamente serían la siguiente sensación.

―Debo admitir que me sorprendió cuando Blitzø apareció aquí con esa pequeña imp. Más aún cuando me enteré de lo que había ocurrido. ―Vox comentó en voz alta―. ¿Debo poner seguridad alrededor de Loona?

Stolas levantó sus cejas. La pregunta había sido dicha sorpresivamente en serio ¿Cuánto estaba invirtiendo Vox en Loona como para necesitar protegerla?

―Estamos encargándonos de eso. ―Él respondió en su lugar.

―¿Y es bueno encargarse de eso dejando que la asesina profesional viva con ustedes? ―Vox enmarcó una ceja.

La misma duda que Blitzø había tenido.

Era una duda justa.

―Se podría decir que Blitzø también es un asesino profesional ¿no?

―Lo fue. ―Vox admitió con una sonrisa ladeada―. Excepcional guardaespaldas, aunque no pudo mantenerlo en sus pantalones el tiempo necesario.

―Suena como al show que estrenaste hace un año.

Stolas recordó lo romántico que había sido todo, mezclado perfectamente con alta acción y un romance tan caótico y peligroso que nunca sabía si amaba u odiaba a los protagonistas.

―Eso es porque está inspirado en Blitzø y Verosika. ―Vox confesó con un guiño en el ojo―. Claro, ellos no lo saben. Además, se canceló después de una temporada. Los personajes eran demasiado tóxicos para tener un final feliz orgánico y cuando intenté agregar otros intereses románticos la audiencia hizo un berrinche que duró meses en redes sociales.

Él solo asintió, mirando a cualquier lugar menos al Overlord. La vida de otras personas siempre podían ser producto de entretenimiento ¿no? Por lo menos la historia que había creado Vox había sido lo suficientemente diferente para no ser una copia invasiva de la vida de Blitzø y Verosika.

―Solo digo, no quisiera inspirar una historia de misterio y horror inspirada en hechos reales. ―Vox levantó sus cejas de forma desafiante―. Aunque sería un buen reto reescribir a esa imp si es que ella resulta asesinándolos.

Que mórbida advertencia.

―¿Podemos continuar con el tour y terminar con esto? ―Él solicitó.

―Lo que sea para animarte, dulzura.

Stolas tuvo que admitir que todo lucía bien y por la reacción de algunos estudiantes, Vox visitaba el lugar con regularidad y ellos lo adoraban. Si él hubiese asistido ahí siendo un niño, Stolas hubiese adorado a Vox por el tipo de interés que mostraba en los avances de cada estudiante. Seguramente él hubiese crecido capaz de hacer lo que fuese por el Overlord por haberle dado un lugar donde sentirse especial e importante.

―¿Fabricas celebridades? ―Stolas no pudo evitar preguntar.

Vox fingió tropezarse ante tal pregunta y se encogió de hombros, retomando su guía.

―Yo diría que pulo talentos. No puedo tomar una pera y volverla un diamante. Pero tengo un ojo para diamantes, aún si el resto cree haber visto en ellos una pera ¿sabes? ―Vox se detuvo, su pantalla momentáneamente mostrando un largo listado, como un horario, pero desapareció rápidamente―. Ven, tenemos tiempo.

Y repentinamente ellos salieron del edificio, cruzaron una zona de juegos y llegaron a un gimnasio techado. Vox lo guio por un costado y le hizo una señal para que no hiciera ruido. Stolas frunció el ceño, pero lo siguió por escaleras hasta llegar a una cabina de locución. Orión se quedó afuera, haciendo guardia y Vox cerró la puerta.

Al otro lado del cristal había una cancha de vóley, la red había sido bajada para que niños jugasen. Stolas sonrió. Ahí estaba Loona. Ella estaba jugando en uno de los equipos, siguiendo a una niña, súcubo al juzgar por sus pequeñas alas, que obviamente era la capitana. Stolas dio un paso y luego otro, hasta apoyar sus manos en el cristal.

Loona estaba riendo.

Ella tenía amigos.

―Aunque me lastimas de muerte al no confiar en mí, quiero que veas lo que yo veo y por qué hago lo que hago: Déjame introducirte a la futura estrella del Infierno. ―Vox anunció, apoyándose junto a él―. Loona va a hacer historia.

―¿Cómo lo sabes...? ―Stolas frunció el ceño.

―¿No la crees capaz?

Obviamente que sí.

Pero Stolas sabía eso porque Loona era su...

Porque él conocía a Loona.

―No dije eso. ―Él respondió en su lugar―. Pregunté ¿cómo sabes eso?

Vox se giró y miró hacia el juego. No era nada impresionante, solo niños ejercitándose y pasando un buen rato. Era adorable. Pero Vox estaba mirando a Loona de forma crítica.

―Porque le quitaron su infancia y la forzaron a madurar. Tanto daño crea resentimiento y crueldad. Pero Loona está escogiendo ser una niña otra vez. Ahora es una hermana y una hija. Ella es una sobreviviente. ―Vox hizo un gesto despectivo al resto de niños―. Ellos van a tardar años en saber que el mundo es una Bestia que te devora hasta dejarte en los huesos. Ellos van a amar la atención de la audiencia y van a descubrir lo cruel que ese amor puede ser. Ellos van a sangrar hasta que no quede nada cuando se percaten que habrá gente que encuentre entretenido odiarlos y arruinarlos. Pero Loona ya sabe eso. Ya sabe del desprecio, del odio injustificado, de la crueldad y la violencia. La atención de una audiencia no va a engañarla. Ella estará lista para cuando algo pase y lo recibiría con garras y dientes.

¿Y no era eso un diamante? ¿Algo hermoso creado bajo presión?

―Yo creo la nueva realeza. La reina del pop, el rey de la acción y tantas cosas más. ―Vox rio entretenido y miró a Octavia―. Loona no va a tener nada que envidiarle a su hermana.

Stolas frunció el ceño. La vida de la realeza siempre estaba llena de peligros, de manipulaciones y críticas ¿Era eso lo que le deparaba a Loona y a Octavia? Su corazón se apretó. Él solo quería tomar a su familia y protegerla, pero ya no era el príncipe Stolas, ya no era protector de las estrellas y sus profecías...

―¿Ya puedo ver los documentos que no firmé?

Vox lo miró sorprendido por un segundo, pero rápidamente sonrió como el presentador que era. El Overlord sacó de su chaleco un sobre y lo puso en la mesa junto a la consola de locución. Stolas tomó los papeles y en lugar de sentarse, comenzó a caminar de un lado a otro para no despertar a Octavia. Él pudo sentir la mirada de Vox sobre su cuerpo y cuando le lanzó una mirada notó que el Overlord parecía tener su atención fija en sus piernas. El pantalón de su traje era bastante ajustado, hasta sus rodillas y Stolas casi podía sentir dónde iban los ojos de Vox, recorriendo sus muslos, siguiendo la manera en que sus músculos se flexionaban. Su corazón se aceleró. ¿Era eso lo que sentía Angel Dust cuando sus admiradores bebían cada uno de sus movimientos? ¿Blitzø...? ¿Blitzø también era afectado de esa forma? Angel y él tenían una vida sexual amistosa e intensa. Stolas se preguntó si Blitzø lo miraría de esa forma...

Stolas aclaró su garganta ¿qué tipo de ideas estaban distrayéndolo? Él siguió leyendo, casi todo el documento era similar a otros que había leído de las escuelas donde habían inscrito a Loona. El lenguaje era más bombástico y teatral, pero partía de lo mismo.

―¿Temes que haya puesto algo como poseer el alma de Loona? ―Vox preguntó divertido. Stolas se giró para mirarlo y se estremeció cuando los ojos de Vox tardaron en subir hasta mirarlo a los ojos.

Tan descarado.

―No puedes hacer eso, pero puedes implicar obtener todas sus ganancias después de su graduación.

―Una duda justa. ―Vox se apoyó contra la pared―. Anda, sigue leyendo, pajarito.

Stolas le dio la espalda y lo oyó reír con deleite ante su reacción. Sus ojos volvieron al documento buscando algo sospechoso. No hablaba nada de trabajos ni ganancias. Cualquier cosa que Loona hiciera tendría que ser con el permiso de sus guardianes. Ambos. Si ellos se negaban, eso no afectaría a su educación. También era una beca, Stolas notó. Vox garantizaba cubrir todo lo que Loona necesitara y curiosamente esa sección era tan ambigua que fácilmente podía incluir cosas fuera del área académica. Esa era una gran inversión. Lo único que obtenía el Overlord era ganancias cuando se realizaba publicidad de la escuela y de sus estudiantes. Había un documento adjunto en donde se permitía el uso de la imagen de Loona de forma limitada y respetuosa dentro de ese tipo de publicidad. Todos los tutores tenían que firmar documentos así. No había magia en el documento. Era algo normal y corriente, atado por la ley y nada más. Stolas miró a Vox y este le guiñó un ojo.

―Si hubiese sabido que ibas a leer parado, hubiese traído el manual de comportamiento o alguna estupidez como esa para que leas. ―El pecador confesó derrotado―. Pero aprendí mi lección.

Y Stolas rio.

Maldita sea.

―¡Sabía que podía hacerte reír! ―Vox se separó de la pared, pero no se acercó―. Había apostado que tu risa era musical.

―¿Apostado...?

―Conmigo mismo. ―Vox se encogió de hombros―. ¿Todo en orden, papá?

―No soy―

―Lo eres. ―Vox cortó con una sonrisa confidencial― ¿Vas a firmar?

Stolas volvió a leer, pero esta vez se quedó parado, apoyado contra la mesa y oyó las quejas de Vox de fondo. Octavia se movió suavemente contra su cuerpo, suspirando a gusto. Ella nunca se había dormido tan profundamente al ser cargada. Él debería agradecerle a Orión por enseñarle esa técnica. Pero después de dos revisiones más, solo distraído por los gritos de los niños y la risa de Loona, él decidió firmar.

―Nadie había tardado tanto en leer un documento para matricular a su hijo. ―Vox comentó entretenido―. Debe ser difícil hacer negocios contigo, bonito.

―Me gusta leer. ―Stolas se cruzó de brazos.

―Ya sé qué regalarte.

―Hay algo que llevo pensando desde hace tiempo... ―Él continuó sin darle el gusto de seguir con sus juegos.

―Oh... ―Vox se enderezó y dio un paso en su dirección, su sonrisa abriéndose más―. Tienes mi absoluta atención.

―¿Tú fuiste quien hizo que Verosika volviera? ―Stolas preguntó e inmediatamente tuvo que apartar la mirada cuando la pantalla de Vox se encendió hasta casi dejarlo ciego―. Tomaré eso como un sí.

El Overlord rio entre dientes, sin una pizca de vergüenza.

―Debí suponer que tú te darías cuenta. No solo eres hermoso, sino inteligente. ―Vox ajustó el brillo de su pantalla y levantó su cabeza con aprobación en su mirada―. No me dejes con la intriga ¿cómo te diste cuenta?

―Fuiste muy insistente con el día en que querías que fuéramos, todos, a Lu Lu World y al día siguiente apareció Verosika. ―Stolas se cruzó de brazos―. Y poco después hubo fotos comparando lo que nosotros hicimos en Lu Lu World y lo que Blitzø y Loona hicieron con Verosika. En tus periódicos.

―Todos los noticieros, periódicos y plataformas de noticias son míos. ―Vox le recordó―. Yo controlo la información, bebé.

―Mi teoría es que el Overlord del Entretenimiento planeó el primer día de clases de su futura estrella con bombos y platillos haciéndola reconocible inmediatamente. Tú enviaste le enviaste a Verosika las fotos de nosotros en el parque de diversiones para despertar sus inseguridades porque sabes que ella abandonaría todo por Blitzø.

Porque realmente lo amaba. Stolas lo había notado en segundos. La forma en que ella miraba a Blitzø decía un mar de dolor y desesperación.

―Bien dicho, botaría todo, pero no haría todo por él. ―Vox aceptó.

Aunque su corazón quería ver a Verosika como una rival, la verdad era que no podía evitar empatizar con ella porque tal vez él hubiese caído en una trampa similar.

―Jugaste con sus emociones. ―Stolas insistió.

―Culpable... ―Vox se encogió de hombros y se acercó del todo a él, su sonrisa abriéndose peligrosamente―. Tengo grandes planes.

―Loona...

―Ella estará bien. ―Vox agitó su mano en el aire―. No voy a permitir que Verosika la opaque. Además, su imagen no es útil si se vuelve mamá. Tú, en cambio... ―El Overlord rio con júbilo―. ¿El demonio Ars Goetia que abandonó todo por sus hijas? Un miembro de la realeza adoptando una can infernal es perfecto. eres perfecto.

―No somos personajes. ―Stolas frunció el ceño y dio un paso hacia el frente, pero Vox no se movió―. No puedes dictar lo que haremos.

―Llevo años en el negocio, entiendo la mente de los consumidores mejor que nadie. Se qué va a pasar y saco provecho. ―El Overlord se encogió de hombros―. Ustedes escogen cómo actuar cuando yo les doy las opciones... No es mi culpa que sean fáciles de predecir. Bueno... casi todos. A ti debo volver a conocerte. Ya no eres el príncipe Stolas que se refugiaba en mis historias románticas para huir de la soledad ¿verdad?

Stolas no quiso retroceder, no quería darle esa satisfacción. Pero tampoco le agradaba que Octavia estuviese tan cerca del Overlord. No creía que Vox fuese hacerle daño, después de todo la necesitaba para su narrativa, pero el instinto le ordenaba alejarse de Vox.

Maldita sea.

Malditos Overlords. Todo con ellos era un contrato, una atadura y un beneficio para ellos.

¿Todo lo había planeado Vox?

¿Absolutamente todo?

―Millie. ―Stolas abrió los ojos con victoria―. Tú no estás atrás de todo lo ocurrido con Millie.

―¿Cómo sabes que no es así? ―Vox enmarcó una ceja―. Puede ser mi espía. ―

―Porque fue un error que ella fuese a nuestra casa. En realidad... ―Stolas abrió sus ojos y sonrió con victoria―. Tú planeaste que Verosika y Blitzø fueran a ese club de BDSM, querías complicar las cosas, que ellos tuvieran algo y enviarla de regreso a su tour... De esa forma dejarías a Verosika como potencial rival para cuando necesitaras crear conflicto en tu pequeña trama. Pero no pudiste... ―Él juntó sus manos contra su pecho―. Pero en MoonGold, Millie llamó la atención de Blitzø y arruinó tu plan. Por eso no te agrada ella. ―La realización lo golpeó con fuerza―. Además... No hubieses enviado un asesino a la casa donde esta Loona, aún si hubieses creído que podríamos manejar el ataque. Has planeado décadas de narrativa con ella al centro como para arriesgarla. Así que tú no estás atrás del intento de asesinato. Además, no tiene tu... estilo.

Vox aplaudió silenciosamente, aun teniendo la consideración de no despertar a Octavia. Porque a diferencia de los personajes en una telenovela, Vox era complejo. No era exactamente el villano de su historia. Pero tampoco su aliado...

―Veo que eres un fan de mi trabajo. ―El Overlord lo miró largamente―. Y aun así estás a la defensiva conmigo. Me lastimas, pero debo admitir que me parece muy atractivo todo eso.

Stolas tragó en seco.

―Blitzø y tú no son nada y aquí no hay cámaras―

Stolas giró los ojos y esta vez dio un paso hacia atrás. ¿Vox en serio estaba intentando seducirlo después de decirle que lo veía como una pieza en el tablero? Ahora entendía por qué el Overlord tenía tantas amistades con la realeza; era idéntico a ellos.

―Millie se queda, ―Stolas decidió.

La pantalla de Vox parpadeó una sola vez antes de que este se encogiera de hombros, como si no le importara. Pero lo hacía. Porque Millie no era una variable que él controlaba. No era un número que podía calcular. Millie era impulsiva como para intentar matar a un Ars Goetia y caótica como para ofrecerse a dar su dinero para protegerlo. Millie no tenía conexiones con nadie que Vox pudiese controlar.

―Bien, hazlo, ―Vox respondió planamente―. No creo que a Blitzø le agrade la idea.

―...ya veremos, ―Stolas levantó su mentón―. Si eso es todo, esperaré a que Loona termine sus clases y...

―Puedes llevártela. Solo falta una hora y le hará feliz verte aquí. Verlos a ambos, ―Vox se relajó mirando a Octavia.

―Solo quieres fotos mías recogiendo a Loona de aquí, ―Stolas giró los ojos.

―Sí y aun así aceptarás porque eres un padre preocupado que quiere a sus hijas con él ahora, ―Vox se rio al ver la expresión en su rostro―. Predecibles, dulzura. Eres perfecto para esta historia.

Stolas contuvo las palabras que quisieron salir de su boca y eso animó más a Vox.

―Esperaré por Loona en la recepción, ―él anunció y se giró, saliendo de la cabina de locución solo para encontrarse con Orión esperando al otro lado.

―Esa expresión es rara de ver, muchacho, ―el can infernal felicitó―. La gente suele caer fácilmente con Vox.

―Él es... ―Stolas se controló para no dar una patada al suelo y despertar a Octavia―. Él es... insufrible.

―El truco es tomar ventaja de sus pequeños planes, ―Orión aconsejó divertido―. Y adelántate a sus finales malos.

―...lo odio.

―Lo admiras también. Y si sirve de consuelo... ―El hombre se encogió de hombros, escoltándolo todo el camino de regreso―. En verdad adora a Loona. Se ve reflejado en ella. Todas las cosas que adora, su mascota y sus plantas, tienen dientes, son peligrosos y ridículamente leales. Así que Vox adora a Loona.

Obviamente.

Solo un estúpido no adoraría a Loona.

Cada parte de ella, desde sus pequeñas manos hasta su brillante imaginación eran tan adorable y fuerte. Cualquiera debería adorarla.

Pero en verdad necesitaba verla. Su corazón no estaba tranquilo después de su pequeña charla con Vox.

―La quiere usar, ―Stolas corrigió, abrazándose a sí mismo.

―Hay cosas que pueden ser buenas y malas al mismo tiempo, ―Orión aconsejó.

Y cuando ellos llegaron a la recepción, Loona ya estaba ahí, impaciente y discutiendo con la recepcionista. Cuando lo vio, su cola se agitó atrás de ella a pesar de que Loona tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.

―Tardaste, ―Loona gruñó y olisqueó el aire―. ¿Dónde...? ―Ella rodeó a Stolas y bajó su voz―. Via...

―Se durmió, pero creo que deberíamos despertarla o no va a dormir en la noche, ―Stolas susurró con el mismo secretismo que la niña―. Y perdóname por tardar. Este lugar es enorme.

Vox...

Él sabía que él querría ver a Loona, el Overlord había anticipado todo. Stolas odiaba como Vox no temía mostrar el nivel de su genialidad porque sabía que iba a ganar.

―No la despiertes. Via se pone gruñona si la despiertan de una siesta, ―Loona frunció el ceño―. Déjala dormir.

―Bueno... sí... ―Stolas miró a la recepcionista―. Pero debo entregarle de regreso su chal.

―No hay problema, cuando lleguen a casa pueden entregármelo, ―Orión intervino―. Debo lavarlo, así que no hay apuro.

―¿Vienes con nosotros? ―Loona preguntó abriendo sus ojos―. Vas a saber dónde vivo.

―Así sabré dónde llevar a Vortex para que juegue contigo, ―Orión sonrió y luego vio a Stolas―. Sí eso no es un problema.

―Oh, no... Si Loona quiere―

―Si, ―la niña gritó en un susurro―. El viejo dice que su hijo es genial y quiero demostrarle que no es verdad.

Gracias a Satán, Orión solo se rio y Stolas no tuvo que disculparse. Pero en serio, debía hablar con Loona sobre no decir todo lo que pensaba.

―¿Qué habrá de cenar?

―¿Qué quieres comer?

―A los tuyos. ―Loona respondió con sonrisa mordaz.

―...¿eso significa que quieres Nuggets o algo con huevos?

―Nuggets. ―Loona sonrió victoriosa.

Por Lucifer, esta niña...

―¿Vamos a casa? ―Ella insistió.

Stolas la miró, su mano cerrándose en la parte del chal que colgaba a su costado. Como si quisiera tomar su mano, pero aún no estuviese lista para hacerlo y su corazón se encogió.

―Vamos a casa, mi luna.

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