Sistema de Redención del Vill...

By KumikoKazami19

105K 13.3K 3.6K

Shen Jiu sabe que la ha cagado desde el momento en que terminó en la prisión de agua, sometido a diversos cas... More

Datos
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
Extra 1
Extra 2
Extra 3
Extra 4
Extra 5
Extra 6
Extra 7
Extra 9
Extra 10
Extra 11
Extra 12
Extra 13
Extra 14
Extra 15
Extra 16
Extra 17
Especial San Valentín I
Especial San Valentín II
Especial San Valentín III
Especial San Valentín IV
Especial San Valentín V
Especial San Valentín VI
Especial San Valentín VII
Especial San Valentín VIII
Especial San Valentín IX
Especial San Valentín X
Especial San Valentín XI
Especial San Valentín XII

Extra 8

936 91 9
By KumikoKazami19

Extra 8

El transmigrador y el rey de hielo I

Shang Qinghua nunca tuvo suerte. Muriendo tras intentar salvar su pobre computador de manera patética, luego de vivir una vida poco agraciada, con una familia poco amorosa, no podía esperar que su transmigración fuera mejor.

Aunque hubiera preferido transmigrar como su protagonista semental y no como carne de cañón, Shang Qinghua no tuvo más opción que conformarse y seguir adelante. En especial porque había terminado en el pequeño Shang Qinghua que recién había sido abandonado y dejado a su suerte. Volver a vivir la experiencia de crecer era extraño y le hizo ser consciente de lo mucho que pasó en su cuerpo durante ese tiempo sin que él se diera cuenta.

No fue agradable.

Si no fuera por el sistema que le brindaba sus misiones, Shang Qinghua nunca hubiera elegido el pico AnDing. Sabía lo que su personaje había pasado ahí, sabía las cosas que hizo para llegar a donde se suponía que debía hacerlo. No era una buena vida, era una mierda. Muy parecida a su vida en su mundo original, pero al menos ahí no era esclavizado por toda una secta para encargarse de tantas cosas que apenas entrarían en la cabeza de uno.

La suerte nunca estaba de su lado.

Y aunque conocer a su Rey hubiera significado conocer a lo que él consideraba el hombre ideal, eso no quería decir que las cosas hubieran mejorado. Mobei-jun había sido creado para ser un hombre frío, despiadado, alguien que no dudaría en matarte si tuviera la oportunidad. Todo lo contrario a lo que Shang Qinghua era. Tal vez por eso lo había creado de esa manera. Incluso su físico era lo que Shang Qinghua tanto había esperado ser alguna vez. Pero como su suerte no era buena, nunca obtuvo ni una ni la otra. Ni siquiera al transmigrar. El cuerpo que había tomado prestado era el de un hombre bajo con apariencia de pobre ratón asustado, incapaz de hablar firme sin temblar después de hacerlo.

Lo peor era que ahora no solo era el esclavo de CangQiong, sino también el de Mobei-jun. El demonio de hielo lo usaba para espiar la secta, en especial luego de que se volviera el señor de AnDing. Seguro para él era divertido usar a un miembro de la misma secta para espiar a sus compañeros. En Camino del Orgulloso Demonio Inmortal, Shang Qinghua original no había tenido problemas de traicionar a su secta luego de pasar años siendo maltratado y usado como si no valiera nada. Y aunque Shang Qinghua había sido usado de la misma forma, no quería realmente perjudicar la secta. Sin embargo, tenía un sistema que le mandaba una y otra vez misiones para que completara los huecos de la historia que él mismo creó.

No estaba teniendo una vida fácil.

Miró los papeles que habían llegado hacía poco, una pila de ellos que se acumulaban con la otra que había estado viendo. Odiaba todo esto, él realmente lo hacía. Pero si no miraba estos papeles, dudaba que alguien más fuera a hacerlo. Sus pobres discípulos estaban ya ocupados, llevando pedidos de un pico a otro, yendo a buscar los encargos o recibiendo otros. AnDing en verdad era un lugar ajetreado donde la ansiedad era el pan de cada día.

—Shizun—dijo Sun Lian, su discípulo principal, ingresando a su despacho—, llegaron unos documentos de Huan Hua que debe ver para enviar a QiongDing.

Shang Qinghua suspiró, estiró una de sus manos sin mirar al pobre chico y derrotado aceptó los nuevos documentos.

—¿Para cuándo?

—Esta tarde.

Igual que la pila de papeles que había estado revisando. Genial, Shang Qinghua oficialmente lloraría. ¿Por qué él debía pasar por este sufrimiento? ¿Era su castigo por no haberle dado un final feliz a Luo Binghe? ¡Que el cielo se apiadara de él!

—Puedes retirarte—dijo cansado.

Sun Lian asintió y se marchó, todavía teniendo que encargarse de sus propias cosas, las que Shang le había confiado. Su pobre discípulo principal tenía que sufrir tanto como él y era algo que hacía sentir mal a Shang Qinghua porque sabía lo que era pasar por todo eso. Sin embargo, no tenía mucho tiempo para ocuparse de él. Como señor del pico AnDing y espía de un demonio, Shang Qinghua tenía poco tiempo libre incluso para preocuparse.

Abrió los documentos que Huan Hua había enviado. Las palabras flotaron frente a él y se dio cuenta de que apenas podía leerlas. Estaba tan cansado de siempre lo mismo. Muchos de los pergaminos que leía comenzaban igual y eran pocas las cosas que cambiaban, pero si no prestaba atención a ellas la secta caería en un gran caos. Y si la secta caía en caos, el sistema iba a castigarlo. Y Shang Qinghua realmente no quería saber que se sentiría ser castigado por el sistema. No era tan optimista como para pensar que las cosas no podían ponerse peor.

Cuando logró concentrarse, luego de una varita de incienso, pudo leer los documentos y asegurarse de redactar un resumen para QiongDing. El líder de secta, al igual que él, tenía cosas de las cuales ocuparse y necesitaba ahorrarse todo el tiempo posible. Leer y redactar informes era el trabajo del señor de AnDing, mantener la secta a salvo era la principal tarea de QiongDing.

Realmente el trabajo de una secta era agotador.

Cuando los documentos fueron leídos y resumidos, la pila de papeles revisada y la segunda pila de papeles acomodada, Shang Qinghua encontró un pequeño momento de paz para acostarse un rato en su cama y dejar que la tranquilidad se apodere de él por, al menos, dos varitas de incienso. Nunca podía ser más. Si un día descansaba más de una hora, fuera de su horario de sueño, Shang Qinghua podía considerarse realmente afortunado.

.

Cuando despertó, lo primero que notó fue que no había pasado mucho tiempo desde que se quedó dormido. El día no había mutado a noche y el sol estaba casi en el mismo lugar en el que había estado cuando se arrojó a su cama. Shang Qinghua miró su alrededor, dándose cuenta de que se había envuelto en su manta hasta el cuello. El frío en el ambiente era demasiado y sentía su cara helada. No entendía quién dejó la ventana abierta o si él la dejó antes de irse a dormir. ¿Acaso quería enfermarse?

Fueron segundos de lucidez lo que le hizo darse cuenta de que, tal vez, no era la ventana la que había quedado abierta. Se sento de repente en su cama y miró su habitación.

—¿Mi Rey?—preguntó, todavía envuelto como un bollo por la manta.

Mobei-jun salió de las sombras, mirándolo fijamente. Shang Qinghua no tardó en desenvolverse, incluso si el frío lo hacía temblar, para inclinarse ante el demonio y mostrar sus respetos. La última vez que no lo hizo, Mobei-jun le dejó el torso magullado de un solo golpe.

—M-mi Rey, este sirviente lamenta...

De repente, Shang Qinghua se quedó sin palabras. Mobei-jun se movió repentinamente hacia él y lo envolvió en sus brazos. Su cuerpo tembló más por el miedo que por sentir el cuerpo helado de Mobei-jun contra el suyo. Si era un nuevo método para castigarlo, entonces solo le quedaba cerrar los ojos y esperar a no sufrir demasiado. Luego podría pensar qué fue lo que hizo mal como para ser castigado por Mobei-jun.

Sin embargo, luego de un tiempo sin sentir dolor, Shang Qinghua abrió los ojos y descubrió que seguía apoyado contra el cuerpo musculoso de Mobei-jun, con los brazos del demonio todavía envueltos en su cuerpo. Shang Qinghua parpadeó confundido, preguntándose qué era lo que esperaba su Rey al sostenerlo de esta manera tan extraña. ¿Estaba queriendo sentir su energía espiritual? ¿O estaba queriendo hacer algo en su cuerpo sin que él se diera cuenta?

No sabía qué hacer, así que se removió suavemente para no molestar a Mobei-jun en caso de que este estuviera haciendo algo. Pero cuando sintió el movimiento, Mobei-jun lo soltó y se quedó mirándolo. Sus intensos ojos azules puestos en Shang Qinghua, quien no estaba terminando de comprender por qué su Rey estaba actuando de esa manera. ¿Algún veneno o hechizo del mundo demoniaco que estuviera afectándolo?

—¿M-mi Rey?—preguntó confundido, sintiendo el frío de Mobei-jun con intensidad al estar cerca.

Su cuerpo no había dejado de temblar, ya no por miedo, sino por frío.

—Shang Qinghua—dijo él, casi como si estuviera probando el nombre en su boca.

Se sentía como si hubiera pasado mucho tiempo sin que dijera su nombre. Como si hubiera esperado años a volver a decirlo.

No sabía cómo reaccionar a eso, así que solo pensó en hacer lo que se suponía que debía hacer cada vez que Mobei-jun iba a verlo.

—Mi Rey, no han pasado muchas cosas desde que vino la última vez, no tengo noticias relevantes para usted. P-pero ¡este sirviente promete esforzarse más la próxima vez y brindarle a Mi Rey mucho más que esto!

Se inclinó, esperando que el golpe que le siguiera no fuera tan duro. Sin embargo, no recibió ningún golpe.

—Está bien.

Está bien.

¡¿Desde cuándo Mobei-jun le respondía eso?! ¡En especial cuando Shang Qinghua no tenía información para brindarle! ¡En esos casos, Mobei-jun le exigía ser más útil, lo golpeaba, le encargaba algo más y se iba de ahí! ¡No decía un simple está bien!

Algo le estaba pasando a su hijo, Shang Qinghua lo sabía solo que no sabía cómo averiguarlo. ¿Cómo se supone que le preguntaba a Mobei-jun qué le pasaba sabiendo que probablemente no ganaría una respuesta, pero sí un buen golpe? ¿Habría alguna forma de enterarse de lo que le estaba pasando a su hijo?

Shang Qinghua intentó recordar la trama de su propia historia. Algo que hubiera molestado a Mobei-jun durante ese tiempo en el que estuvieron trabajando juntos. Algo debió pasarle, ¿algún enemigo que hubiera puesto y del cual se hubiera olvidado? Tal vez... ¿su tío? ¡Cierto, su tío! Ese desgraciado odiaba a su sobrino, no le extrañaría que le estuviera dando problemas, incluso cuando no recordaba haberle puesto ningún problema durante esos arcos de su libro.

—Ah, mi Rey... ¿usted...está...bien?

Quiso golpearse por formular de manera tan estúpida la pregunta. Pero la verdad, no tenía otra manera de hacer las cosas. ¿Cómo le preguntaba algo tan simple a alguien como Mobei?

Los intensos ojos de Mobei lo observaron. No parecía haber molestia en ellos, era como si lo analizara silenciosamente. Estaba poniendo más nervioso a Shang Qinghua.

—Sí.

—Ah...—¿qué se supone que tenía que decir ahora?—Uhm...mi Rey... ¿se le ofrece algo?

Mobei-jun lo miró durante mucho tiempo, eso solo empeoraba los nervios de Shang Qinghua.

—No.

Y a pesar de que no necesitaba algo, siguió ahí de pie, observándolo. Shang no sabía qué hacer para marcharse. Todavía tenía papeles que leer y sellar. No podía seguir perdiendo el tiempo ahí.

—Uhm, mi Rey, yo...tengo que seguir trabajando.

—Entiendo.

Mobei-jun retrocedió hasta perderse en las sombras. El frío persistió en su cuarto y Shang tuvo que salir para ir a su oficina, donde posiblemente el demonio estaría esperándolo para seguir observándolo. Generalmente, Mobei usaba su cama o su cuarto cuando iba, pero ahora se había ido, por lo que debía estar en su despacho leyendo los papeles de la secta. Era algo bastante normal en el demonio el meterse en sus cosas.

Pero al llegar, la temperatura no estaba varios grados por debajo de lo que debería. Su despacho estaba oscuro y silencioso, como cuando lo dejó cuando fue a dormir un rato.

—Mi Rey, ¿está aquí?

Silencio. Ni siquiera sentía la presencia helada del demonio, que en una situación normal ya se hubiera sentido.

Parpadeó confundido mirando alrededor antes de regresar a su lugar para continuar con el papeleo de CangQiong.

.

.

.

Cuando el ritual tuvo éxito, Mobei-jun se preguntó a dónde sería enviado y cómo llegaría. Según el libro, el cuerpo del o los involucrados podría llegar a presentar cambios. Nunca aclaraba cuáles y eso era algo que, de cierta manera, le preocupaba. Si su cuerpo se volvía débil, entonces podría no llegar a buscar a Shang Qinghua. O quizás no llegaría a reconocerlo. Si no lo reconocía, entonces, ¿no sería lo mismo que haber seguido en su mundo?

Mi Rey...yo en verdad...en verdad solo era leal a ti...

Cerró los ojos con fuerza, recordando esas últimas palabras. Shang Qinghua no había tenido la fuerza para hablar, para hacer escuchar su voz. Pero sus labios todavía se movieron para formar las palabras.

La imagen de Shang Qinghua ensangrentado y débil atacaba su mente siempre. Sobre todo en las noches heladas, cuando estaba a solas en su habitación descansando. Todavía podía ver sus labios ensangrentados formando las palabras que habían desestabilizado su mente.

Matar a Shang Qinghua fue una orden de Luo Binghe, quien no confiaba en el hombre luego de que traicionara a su secta. Le había estado diciendo a Mobei-jun que así como había traicionado al lugar que había sido su hogar, podría traicionarlos a ellos en cualquier momento, vendiendo información a un demonio enemigo que quisiera hacerse con el poder de Binghe.

Mobei-jun sabía que Binghe tenía un punto, pero también sabía que Shang Qinghua no se animaría a traicionarlo. El pequeño hombre sabía que, si lo traicionaba, Mobei-jun lo mataría. No era tan estúpido como para arriesgarse, pero tampoco podía confiar en que nunca fuera a hacerlo. Mobei-jun era consciente de que ese pequeño roedor podría llegar a traicionarlos en cualquier momento, solo bastaba que buscara el momento adecuado para hacerlo. Y él no tenía que dejar que eso pasara.

Como su lealtad estaba con Luo Binghe, lo que sea que Binghe ordenara, él debía obedecer. Desde lo ocurrido con su tío cuando era niño, desde aquella vez que fue dejado a su suerte en el mundo humano y casi muere solo por confiar en su tío, Mobei-jun se juró jamás ser como Linguang-jun. No traicionaría la confianza de nadie, no sería ese tipo de demonios. Si le juraba lealtad a alguien, entonces jamás iba a traicionarlo, incluso si iba en contra de sus propias creencias.

Mi Rey...yo en verdad...en verdad solo era leal a ti...

Eso fue lo último que Shang Qinghua le dedicó, luego de morir a manos de en quien confiaba que no le hiciera daño.

Al final, no pudo evitar convertirse en Linguang-jun. No entendía cómo su tío podía seguir viviendo como si nada, sin sentir el nudo opresivo que Mobei-jun sentía a diario desde que Shang Qinghua había muerto. Había intentado devolverlo a la vida, pero por más que intentó lo que intentó, el cuerpo de Shang Qinghua no regresó a la vida. Ni siquiera cuando lo llevó al mausoleo, donde su alma debería haber atendido al llamado y regresado a su cuerpo ya restaurado.

Si el alma de Shang Qinghua seguía sin querer volver a él incluso en este nuevo mundo, entonces Mobei-jun aceptaría su castigo por asesinar al hombre cuya confianza había roto al igual que sus huesos.

De repente, la caída en la que se sentía se detuvo. En cuanto abrió los ojos, descubrió que estaba en sus tierras heladas, en medio del bosque blanco y ventoso, caminando hacia... ¿hacia dónde? ¿Seguía siendo él? Por lo que veía, su ropa, sus manos y su cabello eran iguales a los que él acostumbraba. Pero no fue hasta avanzar un poco más y encontrarse con un subordinado que supo que, en este mundo, seguía siendo él. El demonio al que estaba acostumbrado ser.

Sin embargo, aquí su tío seguía vivo, igual que su padre. ¿Acaso había retrocedido en el tiempo? ¿Todavía estaba a tiempo de asesinar a su tío antes de que quisiera aprovecharse de él luego de la muerte de su padre? Esperaba seriamente que sí.

Sin embargo, no tenía tiempo para eso. Tenía que saber si aquí, en este mundo, Shang Qinghua lo conocía y trabajaba para él. Así que usando las sombras para moverse, llegó al cuarto de Shang Qinghua. Si no estaba ahí, entonces esperaría a que apareciera para comprobar si podía reconocerlo. Pero no hacía falta, Shang Qinghua estaba ahí, roncando suavemente como había acostumbrado a verlo luego de estar trabajando por horas. No se movió de las sombras, simplemente observó al pequeño hombre dormir, enroscándose en sus mantas como un bollo al vapor. Mobei-jun, a pesar de todo, no sabía exactamente qué hacer. No sabía si acercarse a él para comprobar que era real, que lo conocía y estaba ahí, o simplemente observarlo a lo lejos, sin dejar que supiera que estaba ahí.

No hizo falta. Antes de poder tomar alguna acción, Shang Qinghua comenzó a removerse, gimiendo ronco y suave al despertarse. Parpadeó adormilado, mirando el techo como si recién lo descubriera. Sin embargo, repentinamente, se sentó en la cama y miró alrededor.

—¿Mi Rey?

Entonces, este Shang Qinghua lo conocía. Salió de las sombras, permitiendo que el pequeño hombre lo viera. Aunque sabía que lo reconocería, una pequeña parte de él todavía dudaba al respecto. Shang Qinghua tal vez llamaba así a alguien más, tal vez este mundo no era tan igual como al que había conocido.

Pero en cuanto vio a Shang Qinghua desenvolverse la manta que lo enrollaba e inclinarse ante él, diciéndole Mi Rey, Mobei-jun supo que, en este mundo, Shang Qinghua lo conocía. Shang Qinghua, aquí, también era suyo.

Sin dejarlo terminar de hablar, Mobei-jun lo atrajo hacia él, hacia su cuerpo. Lo envolvió con sus fríos brazos y lo presionó contra su pecho. Nunca antes había abrazado a alguien y la última vez que fue abrazado, fue por su madre cuando era solo un pequeño niño. Pero no podía recordarlo.

Gracias a eso, ahora mismo solo estaba imitando lo que muchas veces vio hacer a otros. Fue una necesidad que nació en su pecho en cuanto supo que este Shang Qinghua era suyo también, en cuanto se dio cuenta de que aquí tenía la oportunidad de no cometer los mismos errores que había cometido. Envolvió a ese pequeño hombre entre sus brazos, sintiendo su cuerpo cálido y vivo contra el suyo. Un cuerpo que respiraba, que se movía, que tenía un corazón palpitando. Un cuerpo que temblaba, que reaccionaba, que sentía.

Mobei-jun no se dio cuenta de cuánto había extrañado la presencia de Shang Qinghua y cuánto la culpa lo carcomió hasta que tuvo al pequeño cultivador en sus brazos.

Shang Qinghua se removió y Mobei-jun pensó que debía estarse sintiendo incómodo, así que lo soltó. Sus ojos no podían dejar de admirar la figura de Shang Qinghua frente a él, tembloroso y pequeño, tal y como recordaba.

—¿M-mi Rey?—preguntó Shang Qinghua confundido.

—Shang Qinghua—respondió, sintiendo el nombre en sus labios tan extraño y familiar a la vez.

Habían pasado años desde la última vez que lo pronunció.

—Mi Rey, no han pasado muchas cosas desde que vino la última vez, no tengo noticias relevantes para usted. P-pero ¡este sirviente promete esforzarse más la próxima vez y brindarle a Mi Rey mucho más que esto!

Shang Qinghua se inclinó, todavía temblando. Mobei-jun lo observó, recordando al pequeño cultivador de su pasado que se había inclinado ante él muchas veces, dándole noticias como estas también. En aquel entonces, Mobei-jun habría reaccionado con insultos, burlas y golpes. Tratando a Shang Qinghua como un inútil. Pero luego de haber vivido años sin él, se dio cuenta de que en realidad este pequeño hombre había sido el único realmente útil de sus sirvientes. Si él no era capaz de conseguir información, entonces nadie más podría.

—Está bien—respondió, porque realmente ahora no tenía importancia para él cualquier dato referido a CangQiong.

¿Qué importaba eso cuando tenía a Shang Qinghua de nuevo con él?

El pequeño hombre se removió un poco, como si algo le incomodara. ¿Era el frío que irradiaba Mobei-jun? Bien podría decirle para darle su capa.

—Ah, mi Rey... ¿usted...está...bien?

Ah, así que era eso. ¿Tal vez el pequeño cultivador estaba todavía dormido? O...

Recordó. Su respuesta generalmente no era la habitual. Siempre, por algún motivo diferente, Mobei-jun golpeaba a Shang Qinghua. Tal vez era raro para el pequeño hombre no recibir un golpe, sin embargo, Mobei-jun no sería capaz de dárselo ahora. No cuando todavía recordaba a Shang Qinghua, con los huesos de la cabeza y la espalda rotos, sangrando de todas sus heridas y moviendo los labios en una oración que jamás iba a olvidar.

Mi Rey...yo en verdad...en verdad solo era leal a ti...

—Sí—respondió porque Shang Qinghua esperaba una respuesta.

—Ah...—Shang Qinghua jugó con sus dedos, indeciso—Uhm...mi Rey... ¿se le ofrece algo?

Mobei-jun lo miró. ¿Se le ofrecía algo? ¿Tenía algo que pedirle a Shang Qinghua? Sí, sí lo tenía.

No mueras, esta vez lo haré bien, esta vez te cuidaré.

—No.

No se movió, siguió en su lugar, observando a Shang Qinghua nervioso y tembloroso. No sabía si por el frío o los nervios. Shang Qinghua solía temblar por ambas cosas o por miedo. Era como uno de sus talentos.

—Uhm, mi Rey, yo...tengo que seguir trabajando.

Cierto, Shang Qinghua tenía que seguir con el papeleo de CangQiong y, a su vez, ser su espía personal. A pesar de que ya no estaba interesado en que siguiera con ese papel. Pero no se le ocurría ningún motivo válido para pedirle que dejara de espiar la secta para él. O tal vez simplemente necesitaba pedirlo y ya, ¿para qué tanta explicación?

—Entiendo.

Otro día podría pedirle que ya no espiara la secta para él. Pero, en ese caso, ¿Shang Qinghua seguiría a su lado? ¿Para qué seguiría con él si no era para trabajar para él? Mobei-jun no le había ofrecido nada más que miedo y golpes, ¿para qué querría quedarse al lado de alguien así?

Retrocediendo, se fundió en las sombras y se fue de la secta, dejando a Shang Qinghua realizar su trabajo en paz. Por su parte, lo mejor sería regresar al reino demoniaco para informarse más sobre qué año y en qué momento de este mundo estaba situado. Sabía que su padre estaba con vida, que su despreciable tío también, pero no sabía más y tenía que saber más.

Si quería cambiar las cosas, si quería arreglar sus errores, tenía que estar bien informado.  


Antes que nada quiero avisar que estos extras es muy probable que los esté subiendo más a la noche por cambios en mi horario de trabajo :3 Pero seguirán siendo diarios.

No creo que sean muy largos como los de Binghe, la idea es mostrar como es que Mobei-jun no fue abusivo con Shang Qinghua como lo fue en SAVE, lo que se explica, en principio, con el hecho de que al igual que Luo vino de la primera vida de Shen.

Aqui surge algo similar en SAVE. Solo que ahi era Bingge pensando que Shen Yuan era Shen Jiu. Aqui Mobei quiere hacer las cosas bien por Shang Qinghua, pero ese Shang Qinghua no es el mismo que él asesinó. Triste, sí, pero en el extra del verdadero Shang Qinghua se verá qué pasó con él y cómo llega a su propio final feliz. Lo único que puedo adelantar de eso es que transmigra al cuerpo del hermano Avion XD hacen cambio de cuerpos :v

Mañana extra 9: El transmigrador y el rey de hielo II

Nos vemos :D Besos :D

Continue Reading

You'll Also Like

67.7K 3.4K 6
La historia de amor imposible entre un cerdo i un Youtuber. Existirá algún amor entre estas dos criaturas :v
334 57 4
El clan Lan era aislado y lo hizo su mismo líder, nadia sabía nada de ese clan algunos incluso ya dudaban de que hubiera alguien allí, y lo único que...
6.3K 663 57
Mirabella Faris tiene una oportunidad de oro al ingresar al Instituto Van Blankestein y que no piensa desperdiciar por nada del mundo. Sin embargo, c...
4.5K 470 8
El exitoso quarterback Joe Burrow regresa a su ciudad natal después de años de fama y éxito en el campo de fútbol americano de los Cincinnati Bengals...