BABY LOVER | Cuti Romero

By gallinaenamorada

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¿Hasta donde nos puede llevar el deseo sexual? Esta historia contiene escenas explícitas, lenguaje fuerte y c... More

BABY LOVER
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EPÍLOGO
BABY LOVER 2

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By gallinaenamorada

EZEIZA - ARGENTINA

—Estas todo el día con tu vieja amor, llego de entrenar y sigue ahí, no pode' decirme que te senti' sola.

Gordo porfis, además mamá no puede ayudarme tanto con Valen como lo hace Anto...Aparte le viene re bien respirar otro aire.

Estuvo estudiando en Manchester, que se quede allá.

Amor....

Cristian resopla pasando la diestra por su frente, recién terminaba el entrenamiento con la selección para enfrentarse al día siguiente contra Paraguay y se sentía cansado físicamente como para también cansar su mente debatiendo en si llevar a su cuñada a vivir con ellos o no por lo que suspira—Bueno Karen, saca los pasajes nomas.

Gracias amor te amo y extraño un montonaso.

Yo mas gorda.

Apaga su celular y saca su camiseta colgandola a un lado de su hombro para comenzar a caminar hacia los vestidores cuando escucha la voz de Lisandro hablando con afinidad.—Ay gorda, yo más.

—No, yo mas gordo—Nahuel le sigue la corriente y se tiran besos entre ellos.

Cristian ríe estirando su pierna para estampar su pie en la cadera del cordobés—Bueno cierren el orto eh.

—¿Y esa carita? ¿Que pasó morocha de mi corazón?—se suma Nicolas a la ronda recientemente armada entre los defensores abrazando por los hombros al morocho.

Él chista ladeando su cabeza—Nada mi mujer.. no le basto con llevar a su vieja que ahora quiere llevar a la hermana.

Los tres defensores dicen "Ah.." que logra escucharse en unísono—Negro, la vida es así, te juntas con una mina y atrás de ella vienen la mamá y las hermanas, mas ahora que estás en tu mejor momento—dice el mayor de todos, Lisandro y Nahuel asienten apretando sus labios y alzando sus hombros seguido de un "Y bue".
Igual ¿Qué te quejas? vas a ver todos los días a esa madre—muerde su labio cerrando los ojos.

—¿A mi suegra?—Cristian frunce las cejas.

Otamendi niega arrugando su nariz—Por Antonella lo digo salchicha.

Él chista, Lisandro y Nahuel ríen —Es una pendeja ota..

—Como me gustan a mi.

—Pendeja de pibita digo eh.

Nicolas hace montoncito con su mano frunciendo el ceño y murde su labio—Ah si una bebé—chista—esa ya come sola.

El morocho aprieta sus labios y ladea su cabeza negando, no estaba de acuerdo en lo absoluto y de tan solo recordar la vez que convivió con su cuñada le irritaba imaginarla.
Ve a los demás alejarse y va detrás de ellos mientras se cuestiona si hizo bien en darle el okey a su mujer, no llevaba ni tres meses viviendo en Londres y ya tendría que compartir espacio con la familia ajena a si.
Sentandose en uno de los escalones de la entrada al predio bajo la luz del sol rasca su barba mientras Antonella vuelve a su cabeza, no puede evitar pensar en lo difícil que iba a ser su vida a partir de ahora, de por si, aguantar a su suegra se le hacía casi imposible y ahora iba a tener que "aguantar" a la menor, que, por lo que había vivido en Córdoba la tenía como una chica engreida,soberbia y que siempre quería llamar la atención a cada lugar que fuera.
Todavía recordaba aquella vez que lo dejo en ridículo con casi toda la familia Cavaller, como lo descansaba por el club en el que estaba, por la forma de hablar, etc. Ríe pensando una respuesta para cada una de las gastadasde aquel día que de no ser porque quería caer bien en la familia, las hubiese dicho sin problema alguno, pero niega rescatandose de que ya habían pasado cinco años de aquel acontecimiento.

Desde ese bendito cumpleaños no pudo verla de otra forma y era por eso que la descripción para la rubia era la misma, compartieron muy pocos momentos juntos, el viajar de un lado a otro cuando se fue de Belgrano le permitió construir recuerdos a solas con Karen, con la única persona que tenían contacto era con la mamá de la mencionada quien ahora se encontraba viviendo en Londres con ellos. por lo tanto creía que esa personalidad de nena caprichosa solo habría crecido y sería un dolor de cabeza tenerle que ver la cara todos los días.
Para el colmo, lo tenía bloqueado en instagram y le ocultaba los estados.

Chista poniéndose de pies y gira sobre su eje para adentrarse al salón con los demás, sentandose a un lado de Nicolas, donde también están Paulo,Leandro y demás hablando sobre una supuesta juntada post partido, usando su celular evita la conversación hasta que la mano de Otamendi toca su hombro.

—¿Te sumas cosita?—pregunta acercando su cara a la de Romero, quien pone su mano en ella para alejarlo.

—Na gil, jate jode'—chista deshaciendo el agarre de su amigo—ya los conozco a ustedes.

Nicolas frunce el ceño y palmea la espalda de su amigo—Pero, boludo, me estas diciendo que te tenes que fumar a tu suegra todos los días, date un respiro amigo—esboza una sonrisa—¿sabes las morochas que van a la jodita?—suspira y muerde su labio entrecerrando sus ojos—una mejor que otra.

Cristian niega—Tengo un hijo y estoy casado boludo, ni ahí.

Leandro y Nicolas se miran, ladean su cabeza y se señalan levantando sus mentón—Y nosotros igual, yo tres, aquel dos. Es un.. —piensa—un permitido.

El cordobés aprieta los labios y niega abandonando la conversación para usar su celular, el defensor se da por vencido.
No había chances de que Cristian fuera a una fiesta en donde claramente el pecado iba a estar frente a sus ojos, ojos que no veían otra mujer que no fuera la suya, menos ahora, que su hijo estaba en pleno crecimiento.

—Amigo vamos, yo igual voy y sabes como soy—dice de pronto Lisandro sentandose a un lado de su amigo, esbozando una sonrisa—ah, el moli igual.

El morocho rasca su barba y asiente—Bueno ta', vamo'.

(Un día después)

Arremangando su camisa visualiza el lugar, no habia consumido ni una sola gota de alcohol y aún así las luces yendo de un lado a otro comenzaban a marearlo, miraba a Nicolas, a Leandro y a los demás con alguna que otra mina y no podía evitar pensar en que era lo que le veían de lindo serle infiel a sus parejas.
Todos le decían que su fidelidad se debía a que solo llevaba cinco años con su pareja y tres de casado, pero él eso no lo pensaba, para Cristian su mujer lo era todo y aquello que había dicho en su casa era verdad, había conquistado al "gato".
Por otro lado ve a Lisandro bailando con Nahuel de la mano, el último con su celular que deja ver la videollamada que esta teniendo con su pareja, ríe al verlos y sigue ojeando el panorama, llevando estos a la barra.

En ese recorrido que hacen sus ojos por el lugar, se topa con una silueta que logra reconocer, claro que le cuesta, cada parte de esa anatomía había tomado volumen.
Unas piernas cortas que de no ser por esas botas que cortan el recorrido de ellas se vería aún mas petisa, un vestido que contornea a la perfección cada curva de su cuerpo y la cabellera rubia que se mueve de un lado a otro cuando ríe con..
Se acomoda en su lugar entrecerrando los ojos cuando se percata de quien puede llegar a ser la persona que ven sus ojos, se para y comienza a caminar llegando a Nicolas.

Disimuladamente golpea el pecho de su amigo y se prepara mentalmente para tener alguna reacción creible ante el reencuentro inesperado que tiene con Antonella, pero falla al instante porque una vez al lado de Nicolas, queda boca entreabierta al verla.

—Ay, que horror, ¿no te dijeron que era una fiesta de blancos?—sonríe la menor al ver a Cristian, haciendo un chiste de unas de las películas favoritas del cordobés, él muerde su labio esbozando una sonria y hunde sus dedos en las costillas de ella.

Frunze sus cejas—¿Qué haces aca?

—Mira esa morocha, ya vengo—dice Nicolas alejandose de los cordobeses.

Antonella lo señala con sus ojos mientras estira su brazo recibiendo el trago que le ofrece el barman,Cristian asiente, lógico, por lo poco que sabía, la rubia había llegado hace días a la Argentina y era mas que seguro que su mujer le había comprado los pasajes mucho antes, por eso la insistencia.

—La última noche en Argentina—dice encogiendose de hombros y ahuecando su mejillas cuando su boca cubre el pico de la bombilla acción que no puede evitar llamar la atención de Cristian quien relame sus labios, mueve su cabeza cuando se percata de que tiene su boca prácticamente entreabierta viendo como succiona de ese sorbete.

Carraspea y pide un trago olvidando por completo de la botella de agua que tiene en sus manos—¿Ya vas a viajar? que pesadilla, mira que yo quiero llegar a descansar.

La rubia ríe—Cuñadito nos volvemos a ver después de ¿Cuanto? ¿Dos años? Y ya me estas peleando—hace que su labio sobresalga formando un pechero y ladea su cabeza—vivis en Londres y te seguis vistiendo como si vivieras en el primero de mayo—acota rebajando al cordobés.

Los ojos del mencionado se matienen fijos en ella, lejos de quedarse callado, la escanea y alza su mentón—¿Y vos?te pasaste de horno, encima te teñis de rubio.. pareces una morcilla con mayonesa y te haces la diva.

La boca de Antonella queda abierta, si de por si ya iba enojada a Londres por el hecho de que su bronceado no quedó como esperaba, el descanso de Cristian hacía que se pusiera peor.

—¿Me quedó mal?—sube su pie apoyandolo en la tabla del taburete y se inclina acariciando su pierna—dios, encima no pensé que iba a quedar tan negra..—al inclinarse su culo toma una forma de tal manera que Cristian no puede evitar poner sus ojos en él sintiendo como su garganta comienza a picar provocandole carraspera—mas que hermana de Karen parezco hermana tuya, con este color... humilde—suelta una risa nasal volviendo a bajar su pie, el cordobés muerde su labio y rueda los ojos.

Está por hablar cuando Lisandro se acerca a ellos—Me dio un sueño...—dice el entrerriano bostezando con sus manos en su bolsillo—uh discúlpame,no te había visto, Lisandro—extiende su diestra en dirección de Antonella acompañada de una sonrisa.

Ella sube sus ojos a la cara del mencionado, notando la corta estatura, perfecta para besarlo sin siquiera hcaer puntotas de pies, el peinado de bandido que lleva y los hoyuelos que se le forman en sus mejillas...Que turrito lindo, piensa para si cuando termina de escanearlo.
Ignorando por completo la mano extendida, acerca sus labios a la mejilla ajena, dejando en ésta un beso—Holis, soy Anto, la cuñada de Cristian.

Lisandro asiente—Si, escuche hablar de vos—en cuanto declara lo anterior la rubia clava sus ojos en el cordobés por un rato asintiendo, hasta volver a él —¿todo bien? ¿qué haces aca? pense que eras de Cordoba.

—Soy—responde y toma de su gin tonic, otra vez el sorbete, piensa Cristian llevando el vaso de Whisky a su boca—pasa que mañana viajo a Londres y bueno, ya que estamos me vino de diez una jodita de estas que hacen ustedes, los infieles—lleva su boca al sorbete, donde una vez más llama la atención del morocho.

—Y-yo no soy infiel—balbucea Cristian, esa acción lograba hipnotizarlo, no sabía porque pero así era,sube los ojos a los de la rubia cuando termina de hablar.

—Yo tampoco—dice Lisandro con firmeza.

Ella ríe y rueda los ojos—Nose, pero los dos tienen la pinta—dice jugueteando con aquella pajita dentro de su vaso—vamos a ver si vos no sos infiel..

Los ojos de Antonella van a Lisandro, mirándolo a través de sus pestañas haciendo que éste se relama los labios, claro que el mensaje iba para él.

Pero también es Cristian quien se autoseñala con sus dedos—¿Yo?—pregunta extrañado.

—A vos igual, en cualquier momento te voy agarrar—ríe, el morocho abre sus ojos ante lo que el pensaba que era una "promesa"—mentira cuñis, yo se que no sos tan tontito como para comerte a algunos de estos gatos—termina su amenza.

Afinaba la voz de una manera impresionante, tanto que comenzaba a parecer una mina buena onda, claro, para los de afuera.

Cristian no se comía ese papel ni a palo.

—¿Querés tomar algo Li?

El morocho arruga su nariz rebajando a quien tenía la palabra , ¿Li? , el entrerriano asiente y su amigo alza ambas cejas al ver que se tomó tan bien el apodo que tanto dice odiar, la rubia se cuelga en la barra apoyando sus codos y pechos en ella acerca  su cara al bartender ignorando a toda la gente detrás, solo para pedir la mezcla que tiene en sus manos—Gor, ¿me preparas lo mismo?

—Hace la fila bombón—sonríe amablemente comenzando a mover la coctelera.

Puchereando con sus labios ladea su cabeza—Porfis...

Y tan solo eso le bastó para que el trabajador comience a preparar aquel trago saltándose por completo a los demás, ganándose así el reproche de las seis personas que esperaban ser atendidas.

Moviendo sus caderas mientras apoya la rodilla en una de las banquetas espera, cada tanto mira hacia atrás regalandole sonrisas a Lisandro, gestos que su cuñado no llega a captar por estar sumido en lo que ve en su celular.
El mencionado anteriormente ladea su boca, sonriéndo sin dientes y corriendo su mirada le murmura a su amigo—si me sigue moviendo el culo así, hoy dormis con el moli.

La voz del defensor hace que Cristian suba sus ojos mas no su cabeza, encontrándose con aquello que nombró su amigo, sus cejas se fruncen  cuando se percata de estar mirando aquello.

Levanta su cabeza cuando aquel cuerpo gira y sigue absolutamente todo con la mirada, Antonella se acerca subiendo el vaso a la altura de sus pechos, donde Lisandro no puede evitar mirar mientras extiende su mano para recibirle el trago—Gracias Anto..

—Denada lindo—sus pestañas se mueven de arriba abajo—¿vos querés algo?—pregunta mirando a su cuñado, el asiente y señala su vaso que anteriormente tenía Whisky—Bueno hace la fila.

El jugador del Tottenham putea a la menor, su amigo y la mencionada sonríen mientras que ella ladea su cabeza señalando la pista, invitando a bailar al entrerriano.

Mientras mueve sus pies esperando su turno observa con atención a aquellas personas, ella girando, él poniendo sus manos en esas caderas que logran llamar la atención de cualquiera en el lugar.
Abre sus ojos como platos, no sabía si la fila en verdad era eternamente larga o si ella había ido rápido en aquello que se notaba desde que Lisandro se acerco, le bastó con apoyar su nuca en el hombro del mencionado para besarlo estando de espaldas ante él.

—¿Romero? chicos ustedes pueden pedir sin hacer fila, tienen prioridad—dice unos de los barman haciendo que el defensor quite sus ojos de Antonella.

Girando sobre su eje, recarga su espalda en la barra y aunque evita mirarlos, lo hace denuevo.

¿La recordaba así de trola?

No, para porque tengo mujer yo—dice Lisandro alejándose del beso, la rubia frunce sus cejas—Estas tremenda pero no..

Relajando su expresión lo vuelve a mirar—Bueno no importa—dejándolo confuso al defensor camina hasta donde se encontraba hace unos quince minutos atrás.

Cristian al ver que su cuñada se acerca sonríe apliamente y entrecierra sus ojos —Uh..ya me imagino la cortada de rostro que te dio mi amigo.

—¿Me llevas?—sin rodeos escupe la pregunta, él frunce el ceño y esboza -¿eh?-,ella chista—tengo sueño y en cuatro horas tengo que estar en el aeropuerto ¿me llevas?

—Estas en pedo loca, ¿en que queres que te lleve? ni auto tengo.

—Caminando no creo que hayas llegado.

—Nos trajo Franco.

—Pedile las llaves del auto.—responde obvia.

Los dedos de Cristian se juntan formando montoncito y muerde su labio alzando su mentón—Si, corriendo.

La mano de Antonella se cierra en el brazo de ajeno tirando de éste —Dale cris..— ¿Cris?—porfis, no creo que mi cuñadito deje que me vaya caminando.

Las palabras de Antonella lo hacen suspirar, en otro caso le preguntaría en que fue como para no tener como volver, pero prefiere chistar, pasa su diestra por su cara con frustración y camina hasta el arquero,la menor sigue sus pasos.

—Franquito, ¿me prestas las llaves del auto? tengo que llevar a la nena—el cordobés gira para señalar a la menor, pero lleva su cabeza hacia atras cuando la ve a tan solo un centímetro de distancia—bueno, a ella.

Los ex river se miran entre ellos—Esa no es una nena—esboza Fernández para el pequeño grupo.

Julián le pega en la nuca a su amigo—Es la cuñada del cuti fantoche.

Nico Gonzalez quien se encuentra a un lado de Gonzalo y Martinez Quarta, arquea sus labios—Gauchita la nena.

Cristian recibe las llaves—Si amigo, si la llevo y vuelvo—tranquiliza al arquero quien le extiende sus llaves con las manos teblorosas—bueno nos vemos en un rato, pajines—le regala la última palabra a los jugadores cuando se percata de que todos esos ojos están puestos en la rubia detrás de él.

Ella en su mundo cierra el espejo de mano cuando retoca su labial y mira al defensor—¿Vamos? ya te mande la ubicación.

Él asiente y abre paso corriendola para comenzar a caminar delante de ella en dirección a la salida llegando al estacionamiento.

—Alla mas te vale que te maneje' sola porque yo estoy ocupado todo el día como para andar trayendote de aca para alla—gruñe Cristian desactivando la alarma del auto para adentrarse en el junto a la rubia.

Ella solo chista bajando el espejo—Ay porque no me dijiste que me pinte pal pingo..—lo mira, él niega riéndo—tranqui cuña, Karen ya me dijo que viven cerca del estadio, tranquilamente me podes dejar el auto.

Cristian la mira brevemente dovertido mientras esboza una sonrisa—La chota—agrega cuando ve que ella se mantiene seria—ya me imagino todas las multas que voy a tener que pagar si te lo presto a vos.

—Que negro ortiva que so'—prende el estéreo y busca conectar su celular.

—Eeeh, ¿Qué haces? no sea confiansuda— estira su brazo tapando la pantalla.

Pero las uñas de Antonella se clavan en su mano haciendo que éste arrugue sus cejas sacandola y dejando que la rubia musicalice el lugar, poniendo Q lokura.

—Que mina insoportable... nose como voy a hacer para aguantarte todos los días—dice colocando ambas manos en el volante, mira el estéreo y chista—al menos tenes buen gusto.

Ella asiente—Gracias a Dios saque el buen gusto, no como mi hermana—ríe gastando al cordobés quien la mira con la peor de sus caras, ella chasquea la lengua y
golpea el brazo ajeno—no te enojeee' vas a ver que nosotros tenemos  muchas cosas en común.















jijiji no me aguanteee

ahora si, a los 100 vuelvo a actualizar, besitos hermosuras

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