Sofía se encontraba dando vueltas en su bicicleta por el animado barrio. Decidió hacer una breve parada en un pequeño negocio para comprar un refresco. Con la bebida en la canastilla de la bicicleta, se dirigió a un banco en el parque que estaba frente al negocio. Era su lugar favorito para sentarse y sumergirse en la lectura mientras disfrutaba del aire fresco.
Colocó sus audífonos y comenzó a hojear su libro, completamente inmersa en la historia. De repente, notó a alguien frente a ella que parecía estar hablándole. Sofía se quitó los audífonos, disculpándose por no haber notado a la persona antes. Cuando vio que era Noah, su expresión cambió de concentración a seriedad.
Noah se sentó a su lado y le preguntó qué estaba haciendo. Sofía, con sarcasmo evidente, respondió que estaba corriendo un maratón mientras le mostraba su libro. Noah sonrió, reconociendo la broma, y se disculpó por haberla incomodado el día anterior cuando le declaró sus sentimientos.
-Oye, este fin de semana estaré organizando una fiesta en mi casa. Habrá gente de la escuela y creo que sería genial que vinieras. Además, puedes invitar a tus amigos si quieres.
Mis cejas se alzaron ante la propuesta inesperada. Una fiesta en la casa de Noah. La idea no sonaba tan mal, y la posibilidad de pasar un buen rato con mis amigos me hizo considerarlo por un momento.
-Hmm, ¿una fiesta? (dije mientras pensaba en la idea).
Noah continuó hablándome sobre la fiesta, mencionando la música, la comida y lo bien que la pasaríamos. Finalmente, me decidí.
-Está bien, contaré contigo. Pero solo porque podré llevar a mis amigos. No quiero sentirme fuera de lugar (comenté con una media sonrisa).
Noah asintió emocionado y se despidió con una sonrisa en el rostro, diciéndome que me enviaría toda la información por mensaje. Mientras se alejaba, me quedé pensando en la idea de la fiesta.
Después de aceptar la invitación de Noah para la fiesta, decidí llamar a mis amigos para ver si estaban interesados en unirse a la diversión. Marcando los números, me puse al tanto de sus planes y, para mi alegría, todos aceptaron la idea. Parecía que íbamos a tener una noche emocionante este fin de semana.
Al llegar a casa, encontré a mi madre sirviendo la mesa para la cena. Sin perder tiempo, me uní para ayudarle. Mi hermano mayor llegó del trabajo justo a tiempo para la cena, y los tres nos sentamos a disfrutar de una agradable comida en familia.
Después de la cena, mi hermano se ofreció a ayudar a mamá con los platos. Agradecida, me retiré a mi habitación con la intención de ver una película y relajarme un poco antes del fin de semana. Me puse una mascarilla facial para mimar mi piel mientras seleccionaba una película.
Justo cuando me estaba sumergiendo en la trama, mi teléfono comenzó a sonar. Al ver que era Nick quien llamaba, decidí contestar.
—Hola Nick, ¿qué pasa?
Dije, sosteniendo mi teléfono entre la mejilla y el hombro mientras ajustaba la mascarilla.
Nick explicó algunos detalles sobre la fiesta y discutimos los planes para el fin de semana. La conversación fue animada, y aunque no quería revelar mi emoción, no podía evitar sonreír mientras hablaba con él.
El día finalmente había llegado, y la emoción burbujeaba mientras me preparaba para la fiesta. Cuando Matt, Chris y Nick llegaron a buscarme, me uní a ellos y tomé mi lugar habitual junto a Nick en el auto. La anticipación crecía a medida que nos dirigíamos hacia el lugar del evento.
Al llegar a la fiesta, quedamos sorprendidos al ver que era mucho más grande de lo que habíamos imaginado. La música retumbaba, las luces destellaban y la atmósfera estaba llena de energía positiva. Pronto, cada uno de nosotros se sumergió en la celebración.
Mientras estaba charlando animadamente con Nick, Matt y Chris se retiraron en busca de algunas bebidas. Fue entonces cuando Noah apareció de repente, tomando por sorpresa mi atención.
-Sofía, te ves absolutamente hermosa esta noche (me dijo Noah, y no pude evitar sonreír tímidamente mientras permanecía a un lado de Nick).
Noah, me preguntó si quería bailar con él. Le dije que tal vez más tarde, y asintió amablemente antes de dejarme con Nick de nuevo. Continuamos nuestra conversación mientras disfrutábamos de la fiesta.
De repente, mi atención se desvió cuando vi regresar a Matt solo. Intrigada, le pregunté por Chris, y Matt señaló con una sonrisa a donde estaba su hermano. Para mi sorpresa, Chris estaba besando a una chica en la fiesta. La chica parecía ansiosa por acercarse más, mientras él mantenía una actitud calmada.
Una extraña punzada se apoderó de mi corazón. No sabía qué significaba, pero a pesar de que debería estar feliz por mi amigo, me invadió un sentimiento inexplicable de melancolía. Traté de ocultar mis emociones mientras seguía charlando con Nick, pero algo en el aire había cambiado.
El bullicio de la fiesta resonaba en mis oídos mientras me dejaba caer en un cómodo sillón. Fue entonces cuando Nick se acercó y se sentó a mi lado, notando mi expresión apagada.
-¿Todo bien, Sofía? (preguntó, preocupado).
Asentí, pero Nick no parecía convencido. Sus ojos penetrantes indicaban que no iba a dejarlo pasar tan fácilmente.
-Vamos, no me engañas. ¿Podemos salir afuera a hablar? (propuso, extendiéndome la mano).
Acepté su mano, y juntos nos alejamos del bullicio de la fiesta. Una vez fuera, Nick volvió a preguntar qué estaba pasando.
-Me sentí extraña al ver a Chris besándose con esa chica (confesé, aunque me sentía incómoda al verbalizarlo).
Nick, siempre con su manera relajada de afrontar las cosas, soltó una broma para aligerar la situación.
-¿Esperabas que yo besara a una chica primero o qué? (dijo con una sonrisa).
Reí ante su ocurrencia, pero la verdad era que la situación me había afectado de una manera que no comprendía del todo. Nick notó mi vacilación y continuó preguntando.
-Sofía, ¿te gusta Chris? (inquirió directamente).
Negué con la cabeza de inmediato. Aunque confiaba en Nick, sentía que esta era una pregunta complicada. No quería admitir algo que ni siquiera estaba segura de entender completamente.
-No, no es eso. Es solo que... no sé, fue extraño verlo de esa manera (respondí, buscando las palabras adecuadas).
Nick asintió comprensivamente, mostrando una mirada amistosa.
-Quiza son celos de hermana menor, Si necesitas hablar más sobre esto, aquí estoy (ofreció, dándome un apoyo sincero).
Agradecí su comprensión, sabiendo que podía contar con él en momentos complicados como este. Juntos, volvimos a la fiesta, dejando la conversación a un lado por el momento, pero con la seguridad de que podíamos abordar cualquier cosa juntos.
Nick y yo regresamos a la fiesta, y cuando nos acercamos, vimos a Matt y Chris charlando animadamente. Nick, siempre curioso, le preguntó a Chris quién era la chica con la que estaba hablando. Chris explicó que era una chica desconocida que le había pasado su número, y entre risas, Matt le preguntó si le gustaba.
Chris respondió que era linda, pero que necesitaba conocerla mejor antes de tomar cualquier decisión. Mientras ellos platicaban, me quedé de brazos cruzados, observando la interacción con una mezcla de curiosidad y nerviosismo. Un vacío incómodo se formó en mi estómago.
Noah se acercó nuevamente y me invitó a bailar. Agradecí su amabilidad, pero con una sonrisa forzada, le dije que me sentía mal y prefería irme de la fiesta. Matt y Chris me miraron con preocupación, preguntándome si estaba bien, sin darle tiempo a Noah de obtener una respuesta. Balbuceé diciendo que solo quería descansar en casa, y les aseguré que podían quedarse en la fiesta.
Nick fue el primero en decir que se iría conmigo, pero Matt y Chris también expresaron su intención de acompañarme. Mientras discutíamos la situación, la chica con la que Chris se estaba besando regresó y le preguntó si quería bailar. Chris me miró y después a ella. Sentí la incomodidad en el aire y sugerí que se quedara con ella mientras Nick me acompañaba a casa. Sin embargo, Chris negó la idea, se disculpó con la chica y afirmó que me acompañaría.
Noté cómo la chica me miraba de arriba a abajo antes de irse, dándole un beso en la mejilla a Chris. El gesto no pasó desapercibido para mí, y aunque intenté ocultar mis sentimientos, el vacío en mi estómago se hizo más evidente. Nos dirigimos hacia la salida, dejando atrás la fiesta.
Llegamos a la casa de los chicos, y cuando entramos, Matt sugirió un té. Agradecí, pero negué con la cabeza. Me sentía nerviosa, pero decidí hablar con Chris y aclarar las cosas. Me acerqué a él y le pedí disculpas por haber arruinado su noche con la chica de la fiesta.
Chris, con su habitual tranquilidad, me aseguró que no pasaba nada y que estaba bien. Me sentí aliviada y tomé asiento en el sillón de la sala. Chris se ubicó a mi lado, y aunque estábamos en la misma habitación, había una especie de barrera entre nosotros.
Miré a Chris y, sin pensarlo mucho, le solté la pregunta que había estado rondando mi mente desde la fiesta: -¿Fue tu primer beso?(Chris sonrió y asintió).
-Sí, lo fue (contestó, pareciendo recordar ese momento con cierta nostalgia).
Intrigada, le pregunté:
-¿Qué se siente?. (Yo era inexperta en esas cosas y tenía curiosidad por saber cómo era esa experiencia).
Chris, con honestidad, sonrió y dijo:
-No es la gran cosa, en realidad. Pensaba que se sentiría mágico, pero no sentí nada extraordinario.
Su respuesta me sorprendió un poco, y ambos nos quedamos en silencio por un momento. Me di cuenta de que a pesar de las apariencias, Chris también estaba navegando por aguas desconocidas.