'Qué sensación más rara. No sé describir lo que siento, quizá porque no sé qué está pasando. Es como si, de pronto, estuviese en otra realidad totalmente distinta.
No puedo llorar desde hace semanas, ni siquiera quiero hacerlo. Esa nube negra y tormentosa que me perseguía ahora solo se la escucha de lejos, como si hubiese pasado, aunque sé que volverá de vez en cuando. Me miro en el espejo y me recuerdo volviendo a casa al menos cien noches ebria, después de ir a fiestas; con el pintalabios intacto y el corazón destrozado. Me he martirizado demasiado tiempo por sentirme diferente, quería ser una mujer libre, independiente, poderosa; pero me hicieron pensar que mi libertad sería la aceptación de los demás, que mi éxito sería encontrar un hueco entre lo común y no pensar de más.
Me negué a ello y quise crecer muy alto, sin raíces, y acabé desplomándome en el suelo. Quisieron acabar conmigo y yo acabar con todo muchas veces pero me negué a desistir. Así que decidí crear raíces fuertes, creciendo despacio y hacia arriba, para no inclinarme, para no caerme esta vez; sin darme cuenta de que en vez de crecer, me pudría.
En esta extraña sensación es donde al menos veo que todo está cambiando, que se avecinan tormentas mayores, que me harán tambalear, caer, zarandearme; pero traerán agua con la que creceré de verdad. No importan los jirones, las astillas, ni siquiera si debo trasplantarme... Y entre tanta metáfora te tengo delante. A ti que has abierto camino entre la maleza, has cogido entre tus manos la poca esperanza que quedaba en mí y la has iluminado hasta revivirla. Ha sido maravilloso sentir que no soy única en mi especie'.
Esto es parte de lo que escribí aquella tarde sentados el uno frente al otro en la esquina de aquella cafetería; en aquellos días en los que era imposible pensar tan si quiera en rozarnos en público, aunque tú no aguantaste y lo hiciste por debajo de la mesa. Ahí, en ese momento, entre los gritos y el vaivén de la gente, tenía ese algo especial sobre lo que quería escribir, pero no sabía cómo.
'Bajo suspiros guardo sentimientos que no pueden salir, crecen a cubierto las raíces, pero se filtran las emociones reprimidas creando espinas que lo desgarrarán todo en algún momento...' Merecerá la pena, estoy segura, crecerá algo grande y hermoso.