- ¡Hasta mañana, tío! - Urogi y Karaku despidieron al unísono al nombrado, quien con una sonrisa los veía alejarse.
Tu, por otro lado, estabas alejada de los demás y con la cabeza agachada, pues no querías verlos ni en pintura, ni mucho menos estar cerca de ellos.
Tenias tu cabeza agachada, ni siquiera podías caminar bien, cada que apoyabas tu pie contra el suelo este temblaba y parecía que estabas a punto de caerte.
- ¡Espero que no se vuelvan a meter en problemas, jovencitos! - Les grito Urami, el ojiverde lo miro y asintió.
- ¡No prometo nada! - Exclamó con una sonrisa burlona.
Se dio la vuelta después y siguió caminando junto con sus demás hermanos, te miró de reojo y observo tu actitud depresiva.
- ¿Que tienes, Akari? - Te pregunto, si estaba preocupado.
Tu no le contestaste, no podías creer lo doble cara que era frente a los demás.
En tu cabeza, solo recorría la pregunta: ¿Y si todos se pusieron de acuerdo para tocarme...? ¿POR QUE NO TE DEFENDISTE, AKARI?! Que estúpida e inútil eres...
Seguiste caminando, hasta que de repente, sentiste que alguien te tomo del gorro de tu suéter y te jalo hacia atrás, entonces, frente a ti paso un auto a toda velocidad, te diste cuenta que estabas a punto de morir atropellada.
No pudiste hablar cuando la persona que te salvo te jalo hacia el, era Sekido quien se veía demasiado molesto.
- ¿¡Eres estúpida o que?! ¡¡Casi te atropellan, inútil! - Te empujó con brusquedad hacia el suelo mientras te miraba con odio. - Bastarda. -
Se dio la vuelta y empezó a caminar, tu te sentiste muy mal y apenada ya que toda la gente te miro, y además te habías manchado de tierra.
Tus ojos se cristalizaron y te aguantaste las ganas de llorar ahí mismo, no querías levantarte, querías quedarte ahí mismo y llorar hasta desahogarte por completo.
- Akari... - Aizetsu se acercó a ti, te extendió la mano para que te levantarás.
Tu, aun con los ojos temblando e incluso comenzando a llorar, te levantaste por tu cuenta y lo rodeaste, aun con la cabeza agachada, tampoco querías verlo.
- ¿Akari? - Te pregunto mientras empezaba a perseguirte.
Tu, harta de eso, empezaste a correr, correr lejos de ellos, toda la gente se te quedaba mirando, pero a ti no te importaba, solo querías huir de ellos aunque sea un rato, calmar tu corazón y mente, vaciar todos esos pensamientos negativos que no dejaban de sonar en tu cabeza.
"Sucia"
"Es tu culpa por provocarlos"
"Inútil, ¿porque no te defendiste?"
"Estupida"
"Llorona"
A LA MIERDA!
- ¡AKARI, VUELVE AQUI EN ESTE INSTANTE! - Escuchabas los gritos de tus hermanastros.
Pero, eso era lo que menos te importaba ahora, solo deseabas ser feliz y tener al menos unos minutos de tranquilidad, sin verles la cara a tus hermanastros.
Corrías y corrías, sin importar lo que la gente susurrara de ti, ellos no sabían lo que vivías.
Hasta que...
- ¿¡AKARI?! - Escuchaste una voz que te llamo, rapidamente la reconociste y sentiste una inmensa felicidad...
Raku
(EVENTO CANONICO❗️)
Volteaste atrás de ti, y viste a Raku en bicicleta, al parecer estaba dando un paseo y al verte, se detuvo.
- Espera, ¿Estas llorando? ¿Que te paso? ¿Estas bien? - Se bajo de su bicicleta, se quito el casco y camino hacia ti.
Su voz te llenaba de felicidad y tranquilidad, todos esos pensamientos negativos que antes te gobernaban y no te dejaban en paz se habían ido apenas la viste.
Sin decir nada, solo la abrazaste mientras comenzabas a llorar, estar en sus brazos era lo mejor que te pudo haber pasado en toda tu jodida vida, sentías que todos tus problemas se iban.
En cambio, Raku no te dijo nada, solo, se sintió asombrada al ver que la abrazabas, pero, sin quejarse, ella también te abrazo, ambas se abrazaban con cariño, pero...tu sin duda veías ese abrazo más de lo que era.
- Lo siento... - Te separaste de ella, tus ojos cristalizados y tu voz demostraba tu sufrimiento y ganas de gritar acumulados.
- No te disculpes, estaba a punto de ir a mi lugar seguro, ¿Quieres que te lo enseñe? - Te pregunto, con una sonrisa.
Tu la viste con asombro, ¿enserio te estaba invitando a pasar tiempo con ella? Obviamente aceptarías.
Con una sonrisa y un sonrojo, asentiste, esta sonrió feliz de tu aceptación, te tomo de la mano y te llevo hacia su bicicleta, se subió en ella, y tu, te sentaste detrás de Raku.
- Agárrate bien. - Te dijo, tu asentiste y la abrazaste por la cintura.
Después, esta comenzó a patalear, así ustedes dos yéndose de ahí.
[••••]
Habían pasado los minutos, casi una hora, tu y Raku se encontraban saltando por los techos.
Si, eso hacían.
¿Como habían llegado a eso? No lo sabias, pues estabas muy concentrada en como ella tomaba tu mano, era una sensación de felicidad y tranquilidad gobernandote, su cálido tacto era hermoso y su piel suave.
- ¡Ya casi llegamos! ¡Te gustará, te lo aseguro! - Te dijo mirandote de reojo, sentiste tu corazón latir más rápido ante sus palabras.
Solo querías que ese momento jamas acabara.
Nuevamente, saltaron del techo donde estaban a otro, no lo negabas, le tenías un leve miedo a las alturas, pero con Raku, toda preocupación y miedo se te pasaba solo con estar con ella.
Entonces, esta se detuvo.
- ¡Mira, ya llegamos! - Te dijo, tu caminaste hasta estar al lado de ella.
Lo que viste, te dejo boquiabierta.
Era el atardecer escondido entre las montañas, y el mar frente a estas, sus colores amarillentos, anaranjados y rosados iluminaban la parte del techo donde estaban.
Esta te llevo hacia la orilla del techo, donde ambas se sentaron.
- Aquí vengo siempre que estoy estresada...espero que a ti también te ayude. - Te sonrió, mientras movia de adelante para atrás sus pies.
"Oh, mi amada Raku, no importa el lugar, no importa el momento, solo con verte y estar a tu lado, soy la persona más feliz del mundo"
- Claro, el lugar es hermoso... - Dijiste mientras mirabas el atardecer.
Pero, nada dura para siempre.