QUÉDATE LEJOS... O A MI LADO

By Luo_QingRen

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-¡¿Qué haces saliendo con ese imbécil?! - gruñó frente a la cara del otro. Mu Qing se encogió de hombros, per... More

1. La Fiesta de Shi QingXuan
2. Buscando Una Belleza Fria
3. Un Gatito Domestico
4. ¿Qué Es Lo Que Quieres?
5. Doble Turno
6. Él no me quiere
7. Nuestra Historia
8. ¿Nos conocemos?
9. Perro Infiel
10. ¡Siempre tú!
12. Común acuerdo
13. Adicción furtiva

11. Flores para el minino

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By Luo_QingRen

Ya eran pasados de las cuatro de la tarde. Habían estado toda la mañana nadando contra corriente en el arroyo en el lado oeste de la montaña, cortando leña, trotando, escalando árboles e incluso pescando.

Era el tipo de entrenamiento exhaustivo. Este era justamente un taller extracurricular. La mayoría que entraba en él eran deportistas de alto rendimiento y ya sea que les gustara realizar estas actividades o quisieran solo mantenerse en forma porque sabían que era algo que a futuro les traería frutos.

El lado oeste de esta montaña era mucho más cálido que el lado este donde se encontraban las cabañas. Este lado apenas y tenía nieve.

Iban justo de regreso cuando pasaron por un campo tupido de flores.

Estos hombres poco sensibles se maravillaron por los colores que les rodeaban, uno que otro tomando fotografías del lugar o admirando el tapiz natural en colores rojo, naranja, amarillo, rosa, violeta y blanco.

De pronto, uno de los chicos más jóvenes del campamento se separó del grupo y empezó a observar las flores de cerca para después dar paso a cortar algunas de distintos colores.

Ya llevaba algunas 5 o 6 flores hermosas en mano cuando un grupo de compañeros comenzó a reírse de él. Sin embargo, fue Feng Xin quien lideró la mofa

—Vaya Chen Gao, sabía que eras sensible para los entrenamientos, pero no creí que tanto jajaja — así Feng Xin comenzó una burla masiva que se infectó entre los compañeros del grupo.

Chen Gao, sin importarle los comentarios siguió juntando flores, escogiendo las más hermosas. Pronto tuvo un ramillete entero de 20 flores.

Feng Xin entonces creyó que no había sido suficiente burla, así que prosiguió con su ofensa

—¿Para qué son? ¿Acaso vas a decorar tu cabaña? Jajajaja

—Para nada, son para dárselas a Mu Qing-gege — respondió el joven con un ligero sonrojo.

Entonces la risa de Feng Xin se paralizó de un momento a otro

—¿Qué dijiste? — Feng Xin se puso serio y todo el grupo de repente guardó silencio

—Son para Mu Qing-gege... ¿No lo viste hoy? Se ve tan lindo... y además su cocina es de lo mejor que he probado — reveló Chen Gao que ahora hacia círculos con el pie sobre el pasto.

Feng Xin de pronto sintió un tic dominar su ojo derecho, ira contenida en su garganta, quería sacudir a este imbécil precoz de primer año que se atrevió a poner los ojos sobre su... ¿ex amante?

—Oh es verdad, A-Qing es verdaderamente un genio culinario y además su belleza... No le envidia nada a ninguna chica — contestó alguien más del grupo

—¡Si! Y seguro no lo han visto entrenar, tiene una agilidad y destreza....

—No olvides su buen físico

-Oh, claro que no, no me importaría salir con él

—Con razón Pei Ming se lo llevó consigo. Una verdadera joya

—Sus ojos son las verdaderas joyas, tan claros...

—¡Hazte a un lado Chen Gao! ¡Seré yo quien lleve flores a Mu Qing-gege

—¡Piérdete! ¡Seré yo quien le entregue primero!

—¿Bromean? ¡Yo llevaré el doble que todos!

Y de pronto un tercio del grupo de hombres insensibles y fornidos comenzó a cortar flores del campo dejando a Feng Xin anonadado.

Se quedó como una estatua, escuchando como todos halagaban a Mu Qing y peleaban por su atención...

Había pensando que su único rival era Pei Ming, pero ahora estos imbéciles surgían como setas del piso.

Quería pisotearlos...¿Cómo se atreven?

Estaba imaginando la escena de todos llegando y entregándole flores a Mu Qing. Él ama las flores, siempre adornaba los floreros del apartamento con ellas. Va a estar extasiado cuando vea la inmensa cantidad de flores que le llevan.

De brazos cruzados haciendo un puchero se quedó observando. De repente, Quan YiZhen apareció con algo más parecido a un tulipán y se lo entregó a Yin Yu que estaba a un lado suyo. El chico rizado se inclinó a besar la mejilla de su novio con unas dulces palabras como acompañamiento.

—Shixiong, esto es para ti: una flor invernal. Prevalecera en este clima como mi amor por ti — Fue lo que dijo YiZhen y Yin Yu se sonrojó terriblemente mientras era abrazado por la cintura.

—YiZhen... gracias. ¿De donde la sacaste? — preguntó curioso su novio mientras el otro con la nariz le frotaba la mejilla

—De lo alto de la montaña, no puedes ver la nieve en mi cabello? Jeje — rió YiZhen y en efecto su cabello crespo estaba cubierto de pequeños copos y su nariz roja con labios ligeramente morados por el frío. Yin Yu no hizo más que sostener su mentón y devolverle un beso casto.

Entonces Feng Xin creyó que eso era una niñeria...

Pero después analizó con detenimiento esa conmovedora escena y lo pensó de nuevo...

¡Al fin pensó!

Así fue como corrió fuera de la multitud hacia la cima de la montaña...

*********

Ya era tarde, el ocaso finalmente despedía aquel día.

Mu Qing miraba por la ventana de la cocina mientras armaba algunas brochetas para la cena de esta noche que se llevaría a cabo frente a la fogata. Aún con el abrigo de Feng Xin sobre si mismo, pensaba y pensaba de más.

Había abierto el chat de Feng Xin con Xuan Ji y solamente eran peleas de texto, nada romántico. Al contrario, parecían dos leones queriendo destazarse. Algunas de las líneas que se repetían constantemente por parte de Feng Xin eran:

"Me tienes que enviar los permisos, perra. Ese fue nuestro trato. ¡No me desnudé en vano para tu asqueroso video p*rnografico!"

Y Xuan Ji contestaba...

"¡Vete al diablo! No te voy a compartir más de ahora en adelante. El plan fue un fracaso, ¡Pei Ming ni siquiera me escribió para volver conmigo!"

Emoticones de lloriqueos venían acompañados de parte de Xuan Ji y más maldiciones por parte de Feng Xin...

Eso lo dejó pensando bastante... aunque lo que remató fue algo que dijo la porrista...

"No me importan tus maldiciones. Al final, quedamos igual... yo sin mi querido Pei y tú sin tu querido minino. ¡Ja!"

"¡Eres una zorra asquerosa!, ¡Pei Ming jamás volverá a buscarte!"

"¡Y Mu Qing jamás volverá a vivir contigo! Por mucho que lo niegues, se nota que te gusta mucho. No hubieras hecho lo que hiciste si no fuera así. No importa cuánto me maldigas, él no regresará contigo porque eres un PERRO IMBÉCIL"

Y ahí quedaba el fin de la conversación...

Lo que dijo Xuan Ji... Feng Xin no se molestó en negarlo. Al contrario, archivó la conversación y bloqueó el contacto...

Había preguntas sin contestar y muchas dudas, aunque lo principal ya lo había aclarado...

Feng Xin y Xuan Ji nunca había salido en serio... el video era para instar a Pei Ming a volver por celos con Xuan Ji... ¿Pero Feng Xin buscaba que él tuviera celos y volviera por eso? ¿De qué forma se beneficiaba Feng Xin?

No lo sabía... también Feng Xin hablaba en la conversación de unos "permisos"
¿Permisos de qué o para qué?

Y lo más importante, lo que rondaba su cabeza... La posibilidad de que si le gustará un poco a Feng Xin...

Se mencionó eso varias veces y Feng Xin jamás lo negó... pero tampoco lo aceptó y ni siquiera lo mencionó una vez que Xuan Ji lo decía. Simplemente lo ignoraba.

El corazón de Mu Qing latía con fuerza, tragar saliva le costaba un poco...

Anoche no recuerda todo, solo una terrible pesadilla y hoy por la mañana había despertado abrazado de esta persona. Había sido una de las mejores noches, de las más cómodas.

Feng Xin también le gustaba mucho...

¡Pero él es un gato orgulloso! ¡Incluso si solo fue un plan maquiavelico entre esa loca y Feng Xin a Mu Qing aún asi le dolió mucho!

Definitivamente no volvería a casa con él... aparte no podía, no tenía suficiente dinero para volver... Lo que ganaba extra para la renta ahora lo usaba para enviarle a su madre.

Y mientras navegaba en sus propios pensamientos observó como la cuadrilla de hombres volvían de nuevo al campamento.

Mu Qing finalmente estaba afuera con las bandejas de comida, listas para ponerlas al fuego. Sus ayudantes habían entrado por los tazones para el arroz que aún se estaba terminando de cocinar y la mesita donde habia guarniciones ya había sido dispuesta.

Incluso el viejo maestro Mei NiangQing había traído algo de alcohol.

Y de repente Mu Qing vislumbró que varios de ellos traían flores en sus manos. Uno de ellos gritó

—¡Ahí está Mu-didi! ¡Vamos! — y como una estampida diez chicos bajaron corriendo.

Mu Qing los observó extrañado haciéndose hacia atrás... ¿Qué planeaban esos idiotas?

Y en un instante decenas de flores le fueron ofrecidas

—Mu Qing-gege, acepta estas flores como muestra de mi gratitud

—Mu-xiong, por favor, acepta las flores de este humilde también

—Mu Gongzi, tu comida es extraordinaria, acepta estas flores

—Por favor acepta este obsequio, que no se compara con tu belleza

Y decenas y decenas de comentarios y halagos lo rodearon de chicos que no conocía.

Él estaba vestido de la forma menos atractiva posible. Llevaba ese enorme abrigo de Feng Xin, una cofia blanca de tela en su cabeza, el cabello recogido en una cola de caballo baja, un mandil blanco con algunas manchas y un guante de cocina.

Seguro olía a carne cruda o a vapor de vegetales y todos parecían perros alegres rodeándolo.

Pronto se volvió un florero gigante con decenas de flores a su alrededor. Sólo dijo con una expresión plana y una expresion disasociada.

—Gracias... voy a llevarlos a mi habitación...

—¡Te ayudaremos! — y la multitud que lo rodeaba ahora lo seguía como una estela de luz. Incluso le ayudaron a cargar parte de las flores.

Justo al llegar a la entrada de su cabaña, que se encontraba del lado oeste a la parte central del campamento observaron descender una persona de la colina. Esta era bañada con los últimos remanentes del sol, convirtiendo su figura en la de alguien misterioso.

Se quedaron observando...era una persona cubierta con nieve de la cabeza y los hombros... Al principio pensaron que era un extraño, pero poco a poco fueron reconociéndolo... sobretodo el gatito...

—¿Nan Yang?

—Oh es verdad, ese imbécil se separó del grupo cuando fuimos por las flores.

—Creí que había muerto...

Docenas de comentarios rodeaban la misteriosa - y tardía - aparición del moreno. Sin embargo, antes de cuestionarse más observaron que en sus manos traía flores cubiertas por nieve en excelente estado.

A pesar de que había sido un agradable gesto el traer flores para Mu Qing, muchas de ellas por el frío ya empezaban a marchitarse lentamente...

Pero las flores de Feng Xin se mantenían frescas, como si el frio fuese el clima perfecto para ellas.

Caminó directo a su cabaña sin decir ni una sola palabra mientras los chicos que acompañaban a Mu Qing lo miraban con incertidumbre.

Finalmente las flores traídas de la montaña fueron presentadas al gatito en un gesto solemne. La mirada de Feng Xin centelleaba mientras pronunciaba sin rastro de duda y con tono firme.

—Gracias por todo, te traje estas camelias. Son flores de invierno, no se marchitarán tan fácilmente — su rostro estaba cubierto de motas de nieve, así como su cabello. Jadeaba ligeramente, probablemente había estado corriendo para llegar a tiempo. La punta de su nariz se coloreaba de un color melocotón y sus labios estaban ligeramente separados como si quisiera decir algo más.

Mu Qing se hundió sobre sus hombros, ocultando sus labios en el cuello del abrigo se aproximó a sujetar el ramillete. Las puntas de sus dedos rozaron las manos del arquero y hábilmente retiró la mano pronunciando

—Gracias... voy a dejarlas en la habitación — sentía la sangre correr por sus mejillas tan intensa y ardientemente. No había sentido algo tan lindo provocado por Feng Xin... algo que le hiciera sentir sin tocarlo. ¿Así se sentía el ser conmovido?

—Te ayudaremos Mu Q...

—Lárguense — interrumpió Feng Xin.

En este tipo de dinámicas grupales siempre existía un líder... el líder y el alfa era Feng Xin. Con un solo rugido los demás desaparecieron dejando la pareja fuera de la cabaña.

Mu Qing se giró ignorándolo. No quería hacerse locas ideas, así que con indiferencia pronuncio.

—Ve a comer, el tiro con arco iniciará pronto — sugería demandante. No quería que el otro pensara que con unas flores lo había ganado. Así, abrió la puerta y pasó a la habitación dejando la inmensa cantidad de flores en un lado, pero sujetando las camelias dadas por el arquero entre sus brazos. Extrañamente, Feng Xin lo siguió dentro.

—Lo haré en cuanto recupere mi abrigo — en cuanto dijo eso tomó a Mu Qing del antebrazo, le dio la vuelta y cuando Mu Qing esperaba ser atrapado por los instintos salvajes de ese idiota, este animal solo comenzó a quitarle el abrigo tranquilamente, en conjunto con su cofia y su mandil, dispuestas a un lado. Las camelias de invierno fueron colocadas sobre una mesilla.

Acomodó con cautela el cabello del gatito y lo miró de frente.

Feng Xin estaba esperando algo más. Pero Mu Qing estaba esperando que el moreno dijera algo...

Y así resignado caminó hacia el armario de la habitación. Mu Qing no se molestó en dar la vuelta sino hasta que Feng Xin mismo se acercó a colocarle otro abrigo blanco perfectamente limpio sobre los hombros.

—Es mejor que te cubras bien, ahora que el sol se ha ido tendrás mucho más frío en el exterior. Trata de mantenerte cerca del fuego — y después de eso Feng Xin se dirigió a la salida

—¡Espera! Quiero decir... gracias por las flores, de verdad son muy bonitas — Mu Qing volvió a sostenerlas entre sus manos, abrazándolas y acercándolas a su rostro, inhalando sin querer la esencia de las mismas. Feng Xin desde la puerta lo observo... tal vez dos metros los dividían, pero aún así dijo

—No es nada. Tómalo como un agradecimiento y una disculpa... no supe comportarme bien contigo en el pasado... — desvió la mirada rascando su nuca en un gesto infantil y luego mirando al gatito de nuevo — Sé que es estúpido lo que estoy diciendo, pero me doy cuenta que todo lo que digo y hago es estúpido... así que no le tomes mucha relevancia... — hizo una ligera pausa apartando la mirada nuevamante  de los ojos bonitos que lo observaban — Yo...siento todo lo que te hice pasar, inmaduramente y sin derecho sobre ti. Nunca habia vivido algo así con nadie mas y no supe como actuar correctamente. No espero que me perdones, solo quiero que sepas que sé que soy un perro idiota. Es todo — sin pensarlo demasiado, Feng Xin solo lo dijo.

Mu Qing ahora tenía ganas de llorar. Sus ojos se llenaron ligeramente de lágrimas. Pensándolo bien, esta también es la primera vez que alguien se disculpa con él. Después de unos segundos prolongados el silencio se quebró.

—Si que eres un idiota... — fue lo que Mu Qing contestó pero esta vez con una muy ligera sonrisa.

Y Feng Xin se desconectó en ese momento...

Pensaba que los cielos habían hecho a ese gatito hermoso con un semblante gruñón porque si fuera un ser risueño seria un ser celestial y supremo de belleza infinita.

Nunca había visto una cara tan hermosa con una sonrisa como esa... y menos dirigida hacia él...

Mucho tiempo imaginaba como sería la cara de Mu Qing con una sonrisa, pero hasta el día de hoy jamás había sido testigo.

Tenía los ojos bajos con las esquinas ligeramente levantadas de los labios y el fleco cayendo sobre su rostro cuando entonces fue capturado en un abrazo.

Sostenido del cabello por la nuca y la cintura este hombre se atrevió a besarlo de la forma más urgente posible.

Y Mu Qing no podía negar que no le gustaba, claro que lo besó de vuelta mientras seguía sosteniendo las flores y este hombre las presionaba en el medio de sus cuerpos.

Su beso fue el más ardiente, el más concentrado de pasion y lujuria, el más húmedo y ávido de toda su historia juntos.

Esta vez no solo estaba la búsqueda del placer propio, sino también de la de Mu Qing. Jugueteo con su lengua y parecía no ser suficiente y chupó sus labios frios como si no tuviese otra oportunidad para hacerlo. Puso las flores a un lado y siguió besándolo ahora con ambas manos acunando su rostro. Mu Qing también sostuvo las muñecas del otro y la urgencia seguía subiendo. Mu Qing entonces dejó escapar un suspiro de placer.

Feng Xin entonces llevo la mano a la cadera de Mu Qing y con el pulgar acariciaba sobre la tela, sobre las costuras... tenía tantas ganas de...

toc toc toc

—¡Mu Qing, Feng Xin! ¡Los estamos esperando! — interrumpió desde el exterior el viejo maestro Mei NianQing — ¡Apresurense! — y entonces de un salto los dos fueron hacia atrás.

El rostro de Mu Qing estaba sonrojado a más no poder, sus labios temblando y sus ojos estaban ligeramente desorbitados.

Feng Xin estaba suavemente agitado, con una ligera capa de sudor en la frente y los labios enrojecidos... sus ojos eran como los de un loco...

Quería gritarle al maestro como lo hizo con los otros diez idiotas... pero eso no sería posible.

Así que Feng Xin agarró su abrigo y se disponía a salir. Antes de irse, tomó una de las flores que habían estado entre los dos y la colocó en el bolsillo interior junto a su pecho mientras le brindó una mirada cómplice a Mu Qing como diciéndole

"Esto no se quedará así"

Y unos segundos después los dos salieron a reunirse con el grupo con cabezas gachas...

***********

Recuerda al maestro Mei hablándoles a ambos de camino a la fogata, pero simplemente ninguno de los dos prestó atención a lo que decía, ambos estaban aún en ese trance erótico que hubiese dado para más...

Los dos se sentaron a lados contrarios, pero aún así incluso al rededor de la fogata uno frente al otro solo divididos por las llamas danzantes.

Parecía que ese fuego primitivo representaba por completo los deseos de los dos.

Un fuego ardiente y abrasador que solo es frenado por los civilizados que los rodean, pero con el poder de extenderse y quemar a su alrededor... un fuego que surge de manera inesperada, primitiva y natural al igual que el rayo cuando golpea la madera del arbol y que ni siquiera la tormenta puede apagar.

Así se siente como se extiende por sus extremidades y quema la garganta.

Ambos eran como dos llamas con deseos contenidos entre esa multitud.


Pronto el vino fue colocado frente a ellos y Mu Qing salió de sus deseos por un momento.

—¿Por qué bebemos? ¿No se supone que habrá una competencia de tiro con arco? — cuestionó el gatito al tomar el tazón con vino blanco

—Así es A-Qing, ¡y es justamente por eso! Verás, el reto es ser lo más preciso posible incluso con unas copas encima. Debemos estar preparados para todo. Esto es solamente parte de una simulación. Digamos que estos chicos son secuestr*dos, envenenados, han perdido mucha sangre o están drogados. Quiero medir su verdadera habilidad — comentaba el profesor Mei mientras tomaba uno o dos tragos

—¿No es eso extremista? ¿Quién podría hacerles algo así? — Mu Qing preguntó intrigado. Se supone que esta era una escuela para formar profesionales, no para militares o policías

—Oh, Mu-gongzi... no lo sabes pero muchos chicos aquí están por mero compromiso... hay chicos que saliendo entraran al ejército, a la policia, serán detectives o demás... sobran razones. Muchos de ellos solo están aquí para camuflagear sus verdaderas intensiones, para cumplir con un mero documento, para tener una fotografía que presumir de sus años universitarios... pero simplemente están encaminados a algo más — habló el maestro Mei mientras parecía guardar un secreto aún más agudo.


Mu Qing entonces hizo una mueca extraña. Como la de un gato sorprendido. Sus labios se torcieron.


Y así, la bebida y la comida continuó... tazón por tazón eran consumidos y poco a poco se iba sintiendo mareado.


Observó a sus compañeros al rededor y todos parecían embriagados. Algunos sacudían la cabeza y otros parecían querer quedarse dormidos.


Mu Qing entonces observó que Quan YiZhen estaba devorando la boca de Yin Yu, sin reservas muy cerca de donde estaba él mismo. Se hablaban aliento con aliento mientras ambos parecían sonrojados.


—¡YiZhen y Yin Yu! ¡Van primero! Cuando acaben pueden ir a su cabaña a hacer lo que gusten — mencionó severamente Mei NiangQing mientras estos dos se ponían de pie, tambaleándose hasta tomar los arcos.


Mu Qing sintió un poco de pena ajena, se cubrió el rostro con una mano y al hacerlo se dió cuenta que Feng Xin lo miraba fijamente... tan fijamente que el gatito tragó secó. Su mirada estaba tan llena de deseo. Nunca antes había visto esa mirada tan ardiente, no recuerda que lo haya visto así antes... solo la primera vez que se enredaron cuando fue la fiesta de Shi QingXuan.


Su rostro enrojeció como las brasas al recordar ese día... recuerda que no fue tratado amablemente, pero recuerda que estaban extasiados hasta el límite.


Nunca antes le habían hecho algo así. Sintió bastante dolor pero también obtuvo satisfacción esa primera vez. Además era importante porque fue con el chico que le gustaba desde la adolescencia. Siempre creyó que su primera vez sería para alguien más.


Aunque si hubiera podido escoger hubiera escogido que fuese diferente... más besos, más caricias, quizá algunas palabras...


Todo fue silencioso, húmedo, confuso...


El gatito decidió retirar la mirada y guardó parte de su rostro en el cuello del abrigo prestado que joder... ¡Tenía el olor de ese imbécil!


Recuerda ver tambalearse a YiZhen para tomar el arco, pero Yin Yu parecía muy determinado. Cada uno debía lanzar 3 flechas, uno al lado del otro.


A pesar de que el estado de los dos era diferente: uno parecía muy sobrio y otro muy ebrio... ¡los dos tuvieron el mismo puntaje!


Sorprendentemente fallaron el primer tiro. En el segundo obtuvieron 7 y en el último 9.


Una horda de aplausos vino del público que reía y se asombraba a lo que alcanzaban a ver.


Poco a poco fueron pasando en parejas más y más: algunos obtuvieron de 2 a 6 puntos, otros más lanzaron las flechas fuera de la diana, alguien perforó su zapato aunque sin causar daño, otros más caían del alcohol y eran arrastrados a sus cabañas como costales.


—Mmm, reprobado — Mei NiangQing mencionaba mientras anotaba en una lista los que habían caído a causa del alcohol.


—¡Usted es terrible! ¿En serio los está evaluando en ese estado? — Mu Qing miró sorprendido. A pesar de que el guoshi estaba ebrio su caligrafía y precisión eran excepcionales


—¡Claro que lo soy! Es parte de las actividades. Está en mi plan de trabajo. Que se jodan los que no estén de acuerdo — pronunciaba con cierto enojo Mei NiangQing. Luego, observó a Mu Qing — Es más pequeño niño gruñón. Es tu turno — instó el profesor al minino friolento. Él lo miró con ojos incrédulos


—¿Qué?


—Haz estado criticando mis métodos desde que llegaste.. así que, ¡adelante!


—¡Me contrató para cocinar!


—Y ahora te estoy pidiendo que pases, no lo repetiré de nuevo


—¿Acaso es ciego? Soy esgrimista, no soy arquero — Mu Qing discutía, enterrado entre sus propias ropas


—¡Exacto! Seguramente si practicas tanto, debes ser bueno. Adelante — y sin más, Mu Qing se levantó de mala gana mientras maldecía


"Puto viejo de crépito. Que te jodan todas las abuelas del mundo. Ojalá amanezcas calvo y sin bolas"


Mu Qing caminó al centro y tomó el arco. Al hacerlo se percató que ese arco era realmente pesado, incluso era improvisado. Las flechas parecían también rudimentarias hechas a mano. Algunas astillas sobresalían.


Sus manos rojas y temblorosas tomaron el arco. Trató de hacerlo como esas veces que observaba a Feng Xin lanzar.


Si tan solo hubiera prestado más atención en su técnica que en su postura y su buen físico, seguro lo hubiera hecho bien


El primer tiro solo salio volando.


Afortunadamente nadie se burló, todos esos jóvenes ya habían caído por el alcohol o no estaban ni siquiera conscientes.


Sin embargo, él mismo se sintió inútil y una vergüenza. Volvió a agacharse y tomar otra flecha más. Sostuvo el pesado arco rudimentario y al tensarlo la flecha salió disparada. Esta vez si dio a la diana pero solo bastó unos segundos antes de que el viento que indicaba una próxima nevada lo hiciera agitarse y caer.


Entonces Mei NianQing comenzó a carcagear como si no hubiese un mañana


—¡Y ESE BUEN FISICO PARA QUE! SOLO PARA COCINAR JAJAJAJA — además de burlarse, se notaba que ya estaba ebrio. Mu Qing quebró una de las flechas en su mano y aunque eso le arañó la palma no pudo contener la ira. Es demasiado orgulloso


Iba dispuesto a volver a su lugar cuando escucho al viejo decir


—Sigues tú, Nan Yang. Demuestra por qué estás a la cabeza del grupo — tomó un trago de su licor y cuando volvió la cabeza Feng Xin y Mu Qing se miraban con cierta rivalidad pero también algo más — Sabes que, muestrale a ese niño como se dispara, darle un curso de 5 minutos. Si mi mejor estudiante puede enseñarle a un neófito, entonces eso me hace un gran maestro


—¡No quiero aprender tiro con arco! ¿Eso en que me va a servir? Prefiero el combate cuerpo a cuerpo — y al gritar esa frase Feng Xin se pego a él. Podía sentir su aliento cálido junto a la mejilla


—Yo también, pero a la distancia tiene sus ventajas... puedes admirar el panorama completo — su voz era como el de aquella primera vez y sus ojos recorrian al gatito como si estuviese ansioso por mas, pero ahora frente a los pocos que seguían conscientes con un significado implícito de fondo

Mu Qing tragó en secó, sin embargo se giró de brazos cruzados y replicó


—Bien, ¿entonces que estoy haciendo mal?

—Es la postura, tu codo queda muy abajo. Debe estar mucho más alto — señaló Feng Xin

Mu Qing por otro lado giró los ojos en desagrado, pero aún así sostuvo el arco y levantó el brazo. Apuntó y aunque obtuvo un 3, no era algo perfecto


—¡Ahhhh! ¿Ahora que hice mal? — Mu Qing estaba encolerado, fallar para él era sumamente humillante, incluso en algo que ni siquiera le importaba.

—Debes pegar el arco más a tu cuerpo y no tensar demasiado tiempo, eso genera desgaste y hace que pierdas precisión.

—Ok, ok — el gatito asentía friamente. A pesar de todo prestaba atención y aplicaba todas las correcciones necesarias sin necesidad de tener un toque entre el instructor y el pupilo. Corrigió la postura y al lanzar esta vez obtuvo un 7. — ¡Carajo! ¡Eso debió haber sido un 9 al menos! — Mu Qing estuvo por azotar el arco contra el piso pero en vez de ello se giró a enfrentar a Feng Xin — ¡O tal vez tú me estas saboteando! — apuntó el dedo hacia su instructor


Nan Yang río estruendosamente ante su acusación y respondió altanero


—¿Por qué haría eso?


—Me odias, lo sabes — Mu Qing lo enfrentó, clavando la mirada en sus pupilas oscuras


—Yo no te odio — Nan Yang lo miró de vuelta, su tono fue firme. Lo observó de una manera profunda con el ceño relajado. Mu Qing se sintió extraño... era la primera vez que no aceptaba odiarlo. Por años se habían profesado odio el uno al otro bajo todas las circunstancias, incluso en sus enredos dejaban en claro cuánto se odiaban después de terminar.


Mu Qing estaba por irse cuando Nan Yang puso su mano en su hombro


—Ya me cansé de intentarlo, no sirvo para esto y no me interesa de todos modos — su expresión era reacia con los labios fruncidos


—Una última vez, te prometo que saldrá bien — Nan Yang deslizó su mano a lo largo de todo el brazo de Mu Qing descendiendo en su mano y tomó el arco. Mu Qing creyó que haría una demostración pero en vez de eso lo encerró en sus brazos colocando el arco por el frente y reposando sus manos sobre las de Mu Qing.


—¡Qué haces! — Mu Qing reaccionó nervioso y anonadado, agitándose ligeramente para liberarse


—Te enseño como se hace — Feng Xin reveló calmo mientras Mu Qing sentía las vibraciones de la voz del moreno retumbar dentro de sí. Al ser consciente de ese dato se molestó


— Ja, así que así le enseñas a la gente. No me sorprende — un tinte de celos se apoderó del gatito

—Si por gente te refieres a niños, entonces si, así es — contrarrestó el arquero

—Yo ya no soy un niño, utiliza la técnica que aplicas en adultos — demandó Mu Qing

—Sigues siendo un niño; con todas esas rabietas y berrinches que haces...


—¡Aaahhh! ¡Eres detestable! — Mu Qing estaba por girarse, empujarlo y largarse, pero Feng Xin siguió arropándolo en su abrazo ahora con una sonrisa de satisfacción por haberse salido con la suya y haber hecho enojar a ese gatito. Ama hacer eso, simplemente la expresión en la gara de Xuan Zhen es tan linda. Sus ojos se encienden de ira y solo quiere besarlo mientras sigue maldiciendo una y otra vez. Respira hondo y se concentra en su lección.

—Tranquilo, será rápido. Presta atención. El ángulo importa mucho — sostuvo los brazos de Mu Qing y los manipula mientras explica — la postura ya está bien, tu fuerza, el equilibrio de tus piernas. Todo ya es perfecto, pero ahora debemos corregir aquí, observa. Por la dirección del tiro las plumas deberían estar rozando tu barbilla, es lo lógico... pero por tu estatura deberían estar rozando aquí, a la altura de tus labios — y entonces Feng Xin acomoda la flecha entre sus manos y Mu Qing siente la caricia de las plumas silvestres sobre su boca sensible, haciéndole cosquillas mientras abre sus ojos ante la sorpresa. Su cuerpo se tensa y está seguro que ahora está muy enrojecido, pero también agradece que ha empezado a nevar porque eso justificaría el sonrojo.


Mu Qing se queda sin palabras, sabe que no se puede liberar y que el viejo maestro los observa y debe cumplir con esta estúpida tarea.

Se relaja mientras la voz de Feng Xin se vuelve tersa, tan cálida que parece que por un momento están en un lugar soleado.

—Así que cuando estés listo, cuando hayas enfocado el centro, solo suéltalo — y como una orden se disparó la flecha y dió justo al centro de la Diana. Sería mentira si Mu Qing no se hubiese sentido emocionado de haberlo logrado, quería saltar de alegría sin embargo seguía siendo presionado por Feng Xin, que ahora estaba más aferrado a él, que incluso había dejado de apoyarse en el arco para apoyarse en el cuerpo de Mu Qing, apoyando su cabeza por encima de su hombro mientras el esgrimista le daba la espalda.

Mu Qing estaba por agradecer, a pesar de todo este imbécil lo logró, logró enseñarle en 3 pasos.

—Vamos dentro, yo en verdad quiero... — y antes de que el moreno terminará la frase Mu Qing pudo sentir a través de las gruesas capas de ropa el interés de Nan Yang.

De por si el gatito ya se sentía bastante nervioso con lo que había pasado en la cabaña y ahora que Feng Xin revelaba sus verdaderas intensiones tan directamente en público su rostro se coloreaba de pánico e ira y reaccionó de la forma más explosiva.


—¡Tú! ¡Imbécil! — se liberó de inmediato empujando al otro mientras se alejaba caminando y gritaba — Guoshi, ¡me retiro a la cocina a terminar de limpiar! — y desapareció de la nada. Mei NiangQing ya estaba tan ebrio que solo asentía entre risas.

Por otro lado Feng Xin no sabia que había hecho mal.... ¿Acaso fue demasiado directo?

Parece ser que otra vez fue un imbécil...

🐈🐕🐈🐕🐈🐕🐈🐕🐈🐕🐈🐕

Wow, me da gusto saludarlxs nuevamente uwu 💕

Estoy tratando de terminar esta historia, la verdad es que llevo ya bastante escrito. Actualmente llevo dos capítulos adelante a este y ya visualice cómo será la historia.

Viene cosas lindas y en los próximos capítulos pero en tres más las cosas se ponen turbias. Algunos spoilers son...

Mudanza forzada
Boda del Beefleaf
Incomunicados

Espero sigan acompañándome en este FF, trato de dedicarle tanto tiempo como puedo 🙏🏽

Espero hoy mismo subir el próximo cap que se viene 🔥👀


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