Dark Sides | Min Yoongi [EDIT...

By Cariitofv

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A Chloe jamás le había llamado la atención algún muchacho de Wells. Pero algo extraño sucedía dentro de sí mi... More

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FINAL
Segunda temporada.

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By Cariitofv

En la madrugada cuando me desperté, enseguida el sol me atacó como si fuese su presa favorita. Era increíble los rayos turbadores que se colaban por mi ventana. Me levanté a prisa a cerrar las cortinas y me pregunté qué hora era. Abrí mi celular y me di cuenta de que eran las siete y media.

¡Oh.no!

Me duché a toda prisa lanzando mi pijama hacia el suelo desnudándome y enseguida me metí a la ducha, con agua fría. A los nueve minutos después (Un récord mundial) Me vestí a toda prisa con un ligero vestido de algodón color azafrán y me até el cabello en una cola desordenada. Tomé mi mochila y bajé a la primera planta que mamá estaba haciéndose tostadas con rapidez.

—¿Por qué no me despertaste? —chillé como si mi perro se hubiera perdido. Mamá se tragó la tostada antes de contestarme con las mejillas rellenas.

—¡Yo también me quedé dormida Loe! Mi jefa me retará y no hará más que ponerme horas extras si no llego a las justas siete cuarenta. ¡Papá no está!

—Oh de eso me di cuenta. Adiós mamá. —le besé la mejilla.

—¿No desayunarás?

—Claro, también si quieres hacemos un picnic. —añadí cáustica. Mamá me pulverizó con la mirada—. ¡Te amo!
Y tomé las llaves de mi Volkswagen para irme al instituto a toda prisa haciendo que de los tubos salieran un fuerte humo debido a la velocidad.
Descendí cerrando la puerta del auto y prácticamente yéndome como si alguien me estuviera persiguiendo.
Nadie estaba en los pasillos. Y debía de ser porque eran las ocho diez. Fui a la inspectoría.

—Disculpe, ¿Podría darme un pase para entrar?

El director de cabello blanco y tez increíblemente arrugada, con ojos pequeños como su boca y una enorme nariz. La camiseta estaría apunto de largarse a volar como un volcán furioso de los pantalones. Un jersey color caqui y un estómago tan grande como el de los zumos.

—Tendría que explicarme el motivo de su atraso. —su voz era apretada e ininteligible.

—Me quedé dormida.

—¿Siquiera esa es una excusa eficaz, señorita Gilbert?

—Bueno, no... pero, estoy siendo franca.

—Puede pedirle un pase a la señorita de secretaría. Tengo bastantes cosas importantes por atender.

—Vale.

¡Viejo! Tenía la oportunidad de haberme hecho uno, ¿Para qué pasarme a otro sitio? Eso aumentaría más mi retraso. Cosa no muy común en mí, ya que siempre solía llegar temprano.

—¿Me da su nombre y aula? —la voz melodiosa de la secretaria me llamó la atención.

Se lo di impaciente moviendo mi píe de arriba hacia abajo. Me lo entregó en los siguientes dos minutos y yo lo tomé con ímpetu. Volví a correr hacia Química y cuando el maestro me vio hizo una cara, pero le coloqué el pase para que no me regañara. Entré y enseguida todos se quedaron en silencio y los cotilleos comenzaron de un lado a otro. Me fui a mi asiento pálida y agotada, no entendía porque todos me miraban mal y hacían comentarios entre sí.

—¿Qué ocurre? —susurré por lo bajo a Sky, quien no me miraba. Levantó la vista un poco apenada.

—No se lo merecía, Chloe.

Fruncí el entrecejo.

—¿De qué estás hablando?

Antes de que pudiese seguir hablando el maestro nos silenció, y todos me miraban de una manera extraña. Como si quisiesen que yo desapareciera con un «Adacadabra».

Bien, ¿Qué coño se habían fumado?

Nadie era normal. Traté de visualizar a Jimin con una mirada, para ver si él seguía siendo un chico normal. Me daba la espalda, aunque me miró de reojo y realmente me sorprendí. ¡Tenía un ojo morado!

¿Qué demonios?

Cuando estaba por preguntarle algo a Sky, ella me fulminó con la mirada—. ¿Qué te sucede conmigo, Sky?

—¿Cómo pudiste ocultarme de que tienes algo con el rey del hielo?
De acuerdo, eso sí que fue inesperado. Le miré como si viniera de otro país. ¡Yo no tenía nada con Yoongi ! Al menos él no quería nada.

—¿Por qué no tomaste nota de mis advertencias? Saldrás con el corazón dañado, y por si fuese poco, Jimin está lastimado de los píes a cabeza por una idiotez tuya.

—¿¡Pero de qué estás hablando?! Yo no tengo nada con Yoongi, ¿Comprendes? Él me odia.

Sky se cruzó de brazos alzando una ceja sarcástica.

—¿Enserio? ¿Me explicas que ocurrió con Jimin? ¿Y por qué todo el mundo exclama que tienes algo con él?

—Demonios Sky, ¡Yo no tengo nada con Min Yoongi! —chillé exasperada.

Haciendo que tratase de entender.

—Bien señorita Chloe, creo que nos ha dejado claro eso a todos. —el maestro Blackwell se mantuvo de brazos cruzados frente a mí. Miré a todo mi alrededor, y cerré mis ojos con fuerza. Demonios, ¿Era posible tener un día más fatal que ahora?
En la campana de receso, alcancé a Jimin en los pasillos.
Le hice detenerse, y me sorprendí. Él no habló, y yo mucho menos. Su ojo derecho tenía un toque de esmeralda y purpura, lo tenía bastante hinchado. La nariz un poco doblada hacia abajo y el labio inferior hecho tira.

—¿¡Qué te sucedió?! —exclamé como si hubiese visto el mismo Fantasma. Una sonrisa de lado se curvó en la boca.

—Creo que haber querido sacarle celos al rey del hielo no fue una buena idea, Chloe. —se rió, pero yo me sorprendí.

—¿De qué estás hablando? —titubeé temiéndome lo peor, mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Casi saliéndose de mi pecho.

—Pues luego de haber roto un casillero, también hubo un chico herido. —se rió y luego permaneció serio—. Antes de salir de clase, me lo encontré en los baños de hombres. Lo que te puedo contar es que luego de haber acabado así. —se apuntó la cara con desagrado—. Mi hermoso rostro acabó en el inodoro, y aún merodea la advertencia que me dejó ''No vuelvas a hacerte al amiguito tierno de Chloe. ¡Ella es mía!''

Yo estaba petrificada, inmóvil y con el pulso a mil. ¿Yoongi había golpeado a alguien... por mí? Vale, eso era muy raro, probablemente debería enfadarme, aunque al ver el rostro de Jimin no me lo pareció tanto, y luego una rabia tremenda se apoderó de mi cuerpo. ¿¡Pero qué se creía?! Exigiéndome como suya cuando me había roto el corazón, cuando me había humillado.

—¿¡Pero nadie estaba en esos baños?! —exclamé a punto de perder el control.

— de hecho, habían seis chicos dentro de los baños que eran amigos míos de práctica de Soccer, pero ninguno me defendió.

—¿Por qué?

—Querida Chloe, ¡Es el rey del hielo! Capaz los siete hubiésemos acabado como yo estoy ahora.

—Ese imbécil de su... —apreté tanto mis puños que tenía los nudillos blancos, me los mordí para no decir blasfemias y me dirigí a zancadas a donde podría encontrarse. Lo busqué por los baños de hombres, y no estaba. En las gradas tampoco, en la biblioteca menos. Pero me lo encontré sentado bajo un árbol apunto de prender un cigarrillo.

—¡No puedo creer que lo hayas hecho! —grité en un alarido.

Yoongi quitó el cigarro de su boca con una sonrisa arrogante. Lo mantuvo en sus dedos sin prenderlo.

—¿Ahora qué te pasa lunática? ¿Me sigues nuevamente?

—No te hagas el galante Min Yoongi. ¿Podrías explicarme porque Jimin está lleno de moretones?

Él mantuvo esa expresión soberbia. Como si no le interesara en lo absoluto.

—Pues, no debió de meterse conmigo.

—¡Él no te hizo nada estúpido!

Él se levantó y caminó tres pasos hacia mí.

—¿Como que no? Estaba coqueteando contigo Chloe, nadie más puede hacerlo. Solo yo. Me perteneces aunque no quiera. Y aunque tú no quieras.

—¿De... de que hablas? —vociferé al vivo color escarlata.

—Que me perteneces. Te entregaste a mí, me diste tu virginidad Chloe. Aunque no lo quieras estás en mi sangre y yo estoy en la tuya ¿Encantador, verdad? —dijo irónico.

—¡Tú tienes la sangre de un imbécil Min Yoongi! —escupí con hostilidad.

—Y tú la de una perra, pero sin embargo no digo nada.

Le abofeteé y él me miró sin quitar esa sonrisa. Me habría esperado la misma reacción de Barry, pero fue distinta

—. ¿Te exhorta la verdad, Chloe? ¿No asumes que eres tan perra?

Ardí en rabia, cuando iba a volver a zurrarlo, Yoongi me detuvo sosteniendo mi mano. Continuamente me acorraló sobre el tallo de un árbol. Le miré con una expresión atónita, pero él mantuvo su sonrisa arrogante.

—Tan zorra como cualquiera. ¿O te olvidas que prácticamente me violaste? —su voz sonó ronca y hostil, me sonrojé de los píes a cabeza y cuando iba a hablar, la nariz de Yoongi estaba entumecida en mi clavícula.

Dejé de respirar cuando depositó un beso en mi cuello, haciendo que me estremezca y que mis pezones se irguieran. Me olió hasta llegar a mi oreja y sentí como su cálida lengua se hundía en el lóbulo de la oreja. Sentí como un líquido caía por mis bragas.

—Sé que te estás estremeciendo bajo de mí, que estás ardiendo en deseo y que con un toque íntimo y ajeno estarás suplicando para que vuelva a estar dentro de ti, como la primera vez. —sentí su mano sobre mi muslo, bajo el vestido. Me arqueé sobre el árbol cuando sentí su mano sobre el centro de mi intimidad.

— Yoongi... —le tomé de los cabellos buscando su boca, que encontré enseguida. Le besé con pasión ilimitada y con una carga eléctrica que pudo habernos horneado a ambos. Tomé su erección dentro de sus pantalones masajeándolo, sentí sus gemidos dentro de mi boca.

—No hagas eso. —advirtió separándose de mí—. Harás que pierda la cordura.

—Es lo que pretendo. —me miró como si fuera la persona más atrevida del mundo. Con sus ojos destellantes en perversión. Dejé de hablar cuando me estaba bajando los tirantes de mi vestido para dejar mis senos al aire, que enseguida no tardó en lamer. Tomó mis piernas para enroscarlas sobre su estrecha cintura. Y se bajó el cierre de su pantalón.

—Haremos esto rápido, ¿Vale? —dijo sobre mis senos.

Asentí con la cabeza incapaz de seguir soportando el deseo que contenía, chillé cuando sentí la primera embestida sacudirme el cuerpo, pero enseguida sentí la boca de Yoongi sobre la mía para acallar nuestros gritos. Me recordé mentalmente de que estábamos en una escuela pública. Demonios, pero yo no podía pensar en nada más.

—¡Infiernos, Chloe! Me encanta que estés tan estrecha para mí. Me encantas.

Quería gritar, exclamar su nombre y seguidamente una propaganda de incoherencias, pero no podía hacerlo. Por lo que me conformé por enterrarle las uñas sobre su espalda y morderle el labio inferior con fuerza.
Sus embestidas eran rápidas y furiosas. Mi espalda chocaba instintivamente sobre el tallo de un árbol cuando cada vez me penetraba. Agarré sus cabellos para poder contener los gritos desgarradores que querían salir del más profundo de mí ser.

—Yoongi... estamos por llegar. —manifesté a punto de tocar el cielo, de ver al mismísimo Dios en persona. Sus embestidas fueron frenéticas y más potentes, haciendo que al fin nos involucráramos en las faenas de la oscuridad. Un orgasmo nos sacudió el cuerpo a ambos. Recostó su cabeza sobre mi pecho, nuestras respiraciones se juntaron, ambos estábamos como si hubiésemos corrido un maratón
por largas cinco horas.

—Estamos locos... —susurré con una sonrisa.

—Al menos recibí mi recompensa de haber sido suspendido por tres días.

—Eres tan imbécil, Jimin es gay.

—¿Qué? —Frunció el ceño descendiendo mis piernas en el pulcro pasto—. ¿Estás loca? Él no es gay Chloe, está enamorado de ti. Me lo confesó antes de que le diera una paliza.

Yo negué con la cabeza bajándome el vestido.

—No es cierto, él es gay. Me lo ha confesado.

—Eres tan ingenua Chloe, ¿Tú crees que una persona podría contarte un secreto tan importante a alguien que siquiera conoce? Es imposible que sea gay, tiene músculos de atleta y es el semi-capitán de Soccer. —sonaba enfadado.

—Pero...

—Pero nada, tú no puedes creer lo que la gente te dice. Utiliza el cerebro, es gratis. —me hundió su dedo índice sobre mi cien. Yo le di un manotazo.

—Tampoco me trates así Yoongi, él me dijo que era gay, y no encuentro el motivo para no creerle.

—¿Si yo te digo que soy gay también me creerás? Demonios Chloe, no seas estúpida. Aprende a desconfiar de las demás personas, no todos son quienes dicen ser.

— Está bien, tampoco me trates así. —agaché mi mirada avergonzada.

—Es que ahora se te da por confiar en cualquier idiota. Infiernos. —sonaba exasperado. Sacó el cigarrillo de su pantalón para prenderlo. Una pregunta invadió mi mente con una chispa de ilusión.

—¿Por qué te pones así? ¿Estás celoso? —hablé pasándole un dedo por su nariz. Él la apartó de un manotazo hostil.

—No seas enferma, nunca estaría celoso de un idiota como ese. —habló despectivamente haciendo que mis ilusiones se desmoronaran como un castillo de Naipes.

—¡Te dije que pares de tratarme así! —grité enfadada.

—No te pongas de hostigosa ahora mismo, Chloe.

Le dio una calada a su cigarrillo.

—¡Pues tú y tu soberbia siempre se la pasan luciéndose pero nunca debo decir nada! ¿O no? —me enfurecí cuando él escupió el humo sobre mi rostro. Tosí con fuerza alejándome—. ¡Eres un maldito! Te odio, vete a la jodida mierda. —

Me marché a zancadas de allí. ¿Cómo podía arruinar un momento así tan bruscamente?

Él era un patán engreído. Deseaba odiarlo, pero sabía que no podía. Le quería a él y a su hostilidad repugnante.

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