Betrayed | ScarletWidow

By WandaNatStoner

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Natalia Belova tenía una vida normal hasta que muchos sucesos ciertamente peculiares empezaron a hacerla cues... More

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By WandaNatStoner

"Mi esposa..."

Había estado toda la mañana jugando con Laia, habían corrido por todo el patio y la casa, Natasha debía entregar unos documentos o algo así con SHIELD, así que estaban solas en casa, ahora reposaban en el balcón de la habitación principal, Wanda estaba sentada en uno de los sofás con su bebé en el pecho, creía que dejaría que ambas tomen la siesta ahí.

– Hola... malysh – Sonrió acercándose a la boca de su esposa y dejándole un suave beso

– Láska... – Susurró encima de sus labios tomando una de sus manos

– Hola, princesa – Besó la mejilla de su hija que apenas tenía los ojos abiertos

– Te extrañamos mucho... – Emitió Wanda viendo a su esposa sentarse a su lado

– Yo más... – Besó la sien de Wanda, mientras dejaba que se recargue encima suyo, pasó la mano en la espalda de su pequeña para que duerma – ¿Tuvieron un día entretenido?

– Jugamos mucho – Asintió volteando a verla y besándola en el acto, le gustaba ver sus anillos en la mano, se sentía realmente plena al formar su pequeña familia

– Se nota, las veo exhaustas... – Susurró encima de sus labios acariciando la mejilla de su esposa

– Más Laia que yo... – Rio levemente – ¿Pudiste resolver todo o debes volver?

– Dejé todo listo, no quiero perderme otro día sin ustedes... – La besó acariciando la espalda de su bebé

– Que responsable es mi esposa... – Volvió a besarla sintiendo las caricias de Natasha en su cuello

Estuvieron unos minutos besándose, Wanda sintió una brisa recorrer sus brazos, se alejó de su esposa abrazándose a su bebé acariciando su espalda.

– No se vaya a enfriar Laia, déjame llevarla a su cuna y vuelvo ¿Sí? – Emitió Wanda

– Okay – Se acercó a besar la cabeza de la pequeña – Descansa, cariño

Vio a Wanda acomodar a su bebé en la cuna, tenía tanto cuidado y era demasiado delicada con Laia, pero ya no por miedo o inexperiencia, ella era así, totalmente cuidadosa con su niña, Natasha sonrió al volver a tener a su esposa entre sus brazos.

– Soy muy feliz... – Susurró Wanda besando sus labios y tomando su mano izquierda – Gracias por haber aceptado de nuevo ser mi esposa

– Ambas crecimos y resolvimos nuestros propios problemas para estar juntas, sé que la Wanda que está aquí conmigo no es la misma que conocí, has crecido y madurado tanto, igual que yo, creo que por fin nos compenetramos, por fin yo acepto que sí quiero una familia y dejar lo heroíco a un lado, porque antes no estaba segura de que debía dejarlo, pero ahora siento que puedo ser feliz, me lo permito, Laia es el ser que más quiero proteger en el mundo, no hay nada que no haría por ella o sacrificaría por ella, así que la decisión se convirtió en una fácil, pero también ya no siento la carga o la culpa de todo – Agachó la mirada – Yo no siempre estuve del lado de los buenos... así que solía verme como una máquina para hacer misiones y cumplir, simplemente cambié de bando y jamás sentí que había pagado mi deuda, pero el ver a mi bebita, tenerla en mis brazos y que ría conmigo o haga cosas simples como caminar, sentí que todo ya estaba saldado, que si yo puedo criar un humano precioso que aporte algo bueno a este mundo, ya cumplí y... no quiero que entiendas que Laia es mi redención, porque no es así, sólo que...

– Te entiendo – La interrumpió tomándola de la mejilla y sonriendo – No tienes que explicarlo, porque te entiendo, yo sé quién eres, tengo el privilegio de decir que te conozco más que nadie en el mundo, y también he sabido de tu lucha interna desde siempre, Laia es a parte de la prueba de nuestro amor, también nuestro deseo hecho realidad, nuestro nuevo inicio, es como la oportunidad que nos da la vida para que ambas tengamos esa familia que siempre quisimos, fue un placer conocerte en esta vida, Natasha Romanoff

Rio levemente negando – ¿Por qué dices fue?

– Porque ya te conocí y ahora eres mi esposa, no hay más vueltas que darle... – Se encogió de hombros – Y no sé si te conozca en otra vida o si existan otras vidas...

– Existen otro universos – Afirmó

– Sí, pero... ¿Qué tal si no te conozco en todos? ¿Qué tal si te desagrado? ¿Qué tal si nuestras vidas son completamente diferentes y vivimos en partes del mundo alejadas?

– Entonces... me alegra que haya podido existir en este universo, en el que estoy contigo y Laia...

– Y nuestros futuros bebés... tal vez... – Sonrió

Nuestros futuros bebés – Rio levemente acercándose a besarla

– La última vez hablamos de tener otro bebé, también del número de hijos que tendríamos, pero quiero saber que piensa la Natasha de ahora al respecto...

Rio con suavidad – Bueno... definitivamente quiero otro bebé

– Yo igual – Asintió

– Pero creo que exagerando podríamos tener cuatro hijos... – Asintió

– Mmmm... – Pensó – ¿Y si nos amamos tanto que sale otro bebé?

Volvió a reír, no había un día en el que no ría a su lado – Biológicamente eso no puede pasar

– No, láska, pero... nuestros bebés son mágicos y hechos con mucho amor, entonces que tal si un día estamos haciendo lo que se hace para hacer bebés y tenemos otro bebé más... – Se encogió de hombros intentando explicarse

– Wanda... – Besó la mejilla de su esposa abrazándola con ella, no paraba de reír – Si llegamos a tener cuatro hijos, dudo bastante que tengamos tiempo para hacer lo que se hace para hacer bebés – Bromeó utilizando sus palabras

– Entonces uno más y dejamos lo de tener bebés de lado... – Afirmó asintiendo con seriedad

– ¿Quien te entiende? – Rio bajando los besos a su cuello – Veremos con el tiempo Wanda... tal vez lleguemos a tener más y más bebés... no lo sé

– Creo que debemos tener a nuestro siguiente bebé cuando Laia cumpla dos años... es un tiempo prudente, aún estará pequeña para aceptar un hermanito o hermanita...

– O hermanitos... – Bromeó – ¿Qué tal si llegas a tener gemelos o mellizos?

– No sé cómo podría ser el tener dos bebés al mismo tiempo si con Laia las dos estábamos tan al pendiente y no nos dábamos a basto, a parte que no podemos descuidar a Laia

– Ya veremos cómo nos acomodamos – Emitió con seguridad

– Nat... – Emitió después de unos minutos de silencio, la vio a los ojos y creía que era el momento en el que debía de decirle todo lo que estaba pasando ahora y lo que posiblemente sucedería agregando la parte de la historia en la que ella estaba involucrada – Tengo algo para ti – Sonrió levantándose del sofá, no podía arruinar ese momento y aún había tiempo para poder hablar con ella a profundidad

Sonrió de lado viéndola – Malysh... – Tomó su mano acariciándola – Eres demasiado detallista

– Ni siquiera sabes que es – Rio levemente jalándola con suavidad hacia ella haciendo que se levante, caminaron hacia el barandal

– No, pero... siempre me llenas de cosas y momentos que siento que debo mejorar el ser tu novia

– Esposa

– Esposa, mi esposa... – La abrazó de la cintura besando sus labios

– Lo único malo es que no te va a gustar mi regalo del todo... – Susurró encima de su boca

– Claro que me va a gustar porque me lo das tú... – Sonrió juntando su frente a la de ella

– Voy a necesitar mis dos manos para esto – Susurró soltándola

– Okay... – Entrecerró los ojos aún abrazándola por la cintura, besó su hombro expectante a lo que pueda pasar

Natasha vio los destellos escarlatas salir de las manos de su esposa, adoraba que fuera tan confiada de usar sus poderes ahora, pues antes se ponía nerviosa y pensaba que heriría a los demás, ahora abrazaba su magia y la hacía parte de ella, ese pensamiento invadió completamente su mente que cuando Wanda le tendía su obsequio había perdido de vista lo que había sucedido, aunque sonrió de inmediato al ver la maceta que sostenía su esposa, tenía una magnolia que por la rama que volvía mágicamente a ser proporcional al árbol, se imaginaba que Wanda la había sacado de ahí.

– Los árboles que sólo son verdes son aburridos, tú eres la magnolia de mi vida... – Emitió Wanda – Sonaba mejor en mi mente cuando imaginé este momento – Rio con suavidad viendo que Natasha también lo hizo – Sé que dije que este árbol era para Laia, pero es para ambas... las dos son quienes le dan color y luz a mi vida...

– Gracias a ti podemos tener una combinación perfecta de ambas – Susurró besando sus labios – Gracias por el obsequio – Tomó la maceta con una mano mientras acariciaba la mejilla de su esposa – Siempre piensas en estos detalles y yo no puedo hacer más que sentirme tan afortunada de estar al lado tuyo, de que ambas estemos criando a una bella hija y que es sólo el inicio de nuestra vida juntas, amo tus ojitos brillantes de emoción, esa sonrisa... me encantas – Suspiró abrazándola y besando sus labios – Te amo

– Te amo... – Susurró entre besos – Y... – Emitió a los segundos que se alejaron – No te preocupes, es una flor mágica, no la tienes que cuidar si no quieres... puedes hacerlo, pero si no, no se va a morir y tendrá un olor precioso siempre...

– Voy a cuidarla, es lo mínimo si mi flamante esposa bruja me hace una flor mágica a mí – Sonrió

– Hace mucho no me decías así... – Rio levemente – Me gusta ser tu brujita

Natasha sonrió besándola – Mi brujita... – Susurró

Estuvieron compartiendo besos hasta que escucharon a su bebé despertar, no porque llore, sino que se levantaba a saltar y jugar en su cuna, sobre todo gritar, pues le encantaba tener la atención de sus mamás.

...

Sonrió caminando con su bebé tomada de la mano, Laia cumplía un año de edad, llevaba un vestido grande al principio del día, pues para después del pastel, cuando llegó la sorpresa que le tenían a su pequeña la habían cambiado a un overol con una camiseta rosa, Natasha no dejaba jugar haciendo ondas a sus dos colitas, era una niña hermosa.

– Con cuidado... okay... – Susurró Wanda sentándose al lado de su pequeña, habían encargado una mini granja de animalitos, habían pollitos, conejos, patitos, cachorros, cerditos bebés, corderos; también había un pony para que los niños paseen

– Patito... – Sonrió Laia

– Muy bien, cariño – Emitió Natasha – Pero debes ser suave... son animalitos, pequeños como tú...

– ¡Lindo! – Emitió con emoción la pequeña

– ¿Quieres ir a ver a los conejos, princesa? – Dijo Wanda, no podía ser más feliz de que su pequeña lo sea

– ¡Nejos! ¡Sí! – Asintió emocionada

– Okay, pero deja al patito con cuidado en su corral, suave... – Indicó Natasha ayudándola a hacerlo

Wanda vio a su esposa ir con su hija a ver los conejos, vio alrededor a todos sus amigos y familia, estaba divirtiéndose en su hogar, Vision se había acercado a ella antes de que la fiesta empiece, pero sin pensarlo dejó todo lo malo a parte, ese era el día de Laia, no para hablar de nada más, volvió con su familia, tomó el conejo que tenía su pequeña para que le dé de comer, la felicidad de ella era lo único que le importaba ese día y para siempre, sonrió al sentir la mano de su esposa en uno de sus muslos, alzó la vista y se acercó a besarla.

– ¡Nejo, yo! ¡Mamá! – Exclamó Laia queriendo la atención de Wanda

– Okay, okay... – Rio levemente posando el pequeño animal en las manos de su hija – Recuerda que con cuidado, acaricia su cabecita... – Sonrió al ver los pequeños dedos de su pequeña en medio de las orejas del conejo

– Bonito... – Sonrió besando al conejito que sostenía

– Suave... Laia – Advirtió Natasha cuando vio a su pequeña abrazar al conejo hacia ella

– ¡Lamb! ¡Mamá! – Exclamó corriendo con el conejo en manos, Wanda se levantó rápido para alcanzarla

– Laia – Se interpuso en su camino poniéndose a su altura – No puedes correr así, hay muchos animalitos y los puedes herir, tenemos que ir siempre contigo ¿De acuerdo? – La pequeña asintió, soltó con cuidado al conejo en las manos de Natasha

Se acercaron a los corderos, Yelena que se encontraba ahí con Kate, las dejaron estar al cuidado de Laia que ahora acariciaba las cabezas de esos pequeños animales.

– ¿Lamb? – Emitió Natasha viendo a su esposa

– Está aprendiendo los nombres de los animalitos en inglés y a veces los confunde... – Explicó acariciando al conejo entre las manos de su esposa – Gracias por haber aceptado traer la mini granja

– Ni me agradezcas tanto que Morgan le ha estado pidiendo a Tony que quiere algo así en casa, así que prepárate para las horas en las que lo escucharemos quejarse

– No es nuestra culpa que seamos mamás geniales – Se encogió de hombros – Está siendo un lindo día ¿No? – La abrazó por la cintura besando su mejilla poniéndose a su lado, pues no quería aplastar al conejito

– Es perfecto – Asintió con una sonrisa – Tienes las mejores ideas, Wanda Maximoff

– Ya lo sé – Se encogió de hombros riendo levemente – No sé cómo nos superaremos el próximo año

– Ni siquiera se termina este cumpleaños y ya piensas en el siguiente... – Rio con suavidad

– Quiero que todos los momentos especiales en nuestra familia sean perfectos – Asintió con una sonrisa

– Ya lo son – Susurró besando a su esposa

Wanda se dejó llevar pensando que tal vez se preocupaba demasiado sin sentido, quizás Vision sólo exageraba, debía centrarse en su familia.

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Hola!! Muchas gracias por sus votos y especialmente sus comentarios <3

Cap cute :3, me gusta escribir momentos adorables e imagina a Laia con sus mamás y muchos animalitos <3 muero de ternura 7u7

Bye...

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