This is me trying. GoNana

By -LanAnie-

714 116 59

#omegaverse Las cosas no siempre le salían como quería, habían tantos arrepentimientos, tantos rostros famil... More

1
3

2

186 41 26
By -LanAnie-

Toda la semana había sido horrible, entre varias juntas directivas, y momentos que sinceramente lo ponían de un humor espantoso aún así cuando llego sábado y decidió que lo mejor sería dormir hasta tarde y luego salir a un lindo restaurante fue cuando recibió el mensaje de Tsumiki.

Tsumiki:
Buenos días Nanami-san
estaba un poco nerviosa por mandarle mensaje por eso no lo hice ^_^
Además me dijeron que tal vez durante la semana estaría ocupado.
En todo caso, se encuentra bien?

A partir de ese mensaje los siguientes fueron recetas fáciles para una niña de doce más aparte algunos consejos, fue una sorpresa que la niña luego le enviara videos y audios mostrándole su progreso con una de las recetas más sencillas.

A veces revisaba su celular para ver si la niña contestaba mientras él también hacía los quehaceres de su casa. Una nueva foto llego, en ella se veía a Megumi sentado frente al plato con el dedo gordo alzado y una expresión incomoda.

En algún punto de las fotos preguntó si estaban solos a lo que ambos niños contestaron qué si, su omega y el mismo se preocupo por ellos, estaban ocupando fuego y cosas que podían desatar un accidente. Por un momento se enojo con el alfa tonto qué los estaba cuidando, luego tocandose el puente de su nariz decidió no juzgar antes de tiempo, tal vez había una razón para ello. No es que le importara en que se metiera Gojo pero habían niños de por medio.

El estrés que había desaparecido por los mensajes ahora había vuelto. Pensó en marcarle a Shoko para preguntar acerca de los niños. Pero antes de que pudiera hacer cualquier movimiento su celular sono, contesto de inmediato al ver que era Tsumiki.

—¿Todo bien?— fue lo primero que dijo.

—Claro Nanami-san— su voz se escuchaba algo lejana tal vez estaba en altavoz—. Estoy haciendo las galletas qué me mando, pero... Creo que la masa quedo aguada.

—Tsumiki, ¿dónde está Gojo-san?— hubo un silencio algo prolongado incluso el sonido metálico de algo cayendo al suelo—. ¿Están bien?, lo digo porque vas a necesitar pre-calentar el horno y es peligroso si no lo sacas con guantes especiales.

—¡Él salió!— se escucho el grito de Megumi—. Pero no va a tardar, además Tsumiki aún no termina la masa.

Suspiro:—Por favor Tsumiki espera a que llegue Gojo-san para que puedas meter las galletas al horno.

—¡Claro! Muchas gracias Nanami-san, he aprendido mucho con usted— la voz era simplemente alegre—. A Megumi le gustó mucho el desayuno.

—No fue horrible— se escucho al niño con voz monótona.

Dejo la cuchara con la que estaba dando vueltas a la sopa de tofu qué estaba haciendo:—¿Cómo te gusta la comida Megumi? Podría enviar recetas para comidas que te gusten.

No hubo ruido pensó que tal vez incomodo al niño:—Picante.

—Veré que puedo hacer, entonces— volteo para mirar una de sus libretas llenas de recetas, no recordaba tener alguna de comida picosa incluso con las tradicionales de Dinamarca el picante no era algo que le gustara, ya pensaría que mandar. Antes de que pudiera decir algo más se escucho un ruido lejano y una voz animada, Tsumiki grito aliviada.

—¡Nanami-san ya llegó!— se escucho más ruido—. ¿Podrías explicarle qué tengo que hacer? Mientras termino de acomodar las bolitas.

No pudo contestar nada porque la niña ya había entregado el celular al alfa qué preguntaba con quien estaba hablando de forma tan animada. Se escucho la voz de Tsumiki cantar su nombre, apago la estufa con rapidez y se preparo mentalmente sus dedos casi colgaban, podía mandar un mensaje pero las cosas fueron tan rápidas qué Gojo ya había empezado a hablar.

—¿Nanami?— su corazón palpito con fuerza, recargo su cadera en la encimera de la cocina, ¿cuántos años habían pasado desde que no escuchaba su voz? Los gritos, la voz furiosa llegaron a su mente, el último recuerdo que tenía de Gojo era de hecho una pelea.

—Buenos días Gojo-san— contestó orgulloso de sí mismo porque no sonaba mal.

—¿Cómo estás?, ¿por que Tsumiki tiene tu número?— las preguntas llegaron atropelladas.

—Nos encontramos hace unos días— se sentó porque sentía las piernas temblar—. Le estoy ayudando a cocinar.

—Oh— una risita—. Entonces...

—Gojo-san no puedes dejar a los niños solos— suspiro, no debía meterse pero le preocupaban los niños—. Le estaba diciendo a Tsumiki qué tiene que pre-calentar el horno a 180°, ayúdala a sacar las galletas después para que no se queme.

—Ha pasado tiempo desde que hemos hablado y lo primero que haces es ¿regañarme y darme ordenes?— aunque era una queja, sonaba divertido incluso encantado.

—Te lo buscaste— ¿por qué seguía siendo tan sencillo hablar con él? su corazón palpitaba muy rápido, pero de alguna forma se sentía cómodo como si no hubieran pasado los años.

Otra risita divertida:—No te preocupes yo ayudo a Tsumiki y aunque no lo creas pueden cuidarse sólitos los he criado bien— dijo con un tono orgulloso.

—Siguen siendo niños— dio un suspiro.

—Bien, intentaré no dejarlos solos— ¿cuánto tiempo más iban a estar hablando?—. Pero me tengo que justificar, Yaga me habló para algo importante.

—¿Por qué no los llevaste contigo?

—Porque Tsumiki me dijo que iba a cocinar, no puedo obligarlos a venir conmigo.

Hubo un silencio, tal vez era el mejor momento para cortar la platica:—Te... Te tengo que dejar, no olvides ayudar a Tsumiki— su omega le gruñó por la decisión, él tampoco quería dejar de hablar pero si la platica seguía temía que pasarán cosas desafortunadas.

—Oh si— un suspiro—. Cuídate.

Colgó el celular se tapó lo ojos con sus dedos frustrado, unos cuarenta minutos después una nueva foto fue enviada en ella se veían los tres sonriendo a la cámara con una mesa llena de harina y utensilios de cocina, las galletas en medio. Un nuevo tirón en su corazón dolió cuando vio la sonrisa de Gojo.

Habían noches donde las pesadillas se hacían más presentes al punto que solo cerrando los ojos se podían ver las imágenes que buscaba olvidar. Estaba harto de la sensación fría del sudor bajando por su cuello, de sus manos temblorosas y de su aroma agrio qué incluso para el era difícil respirarlo.

Las voces se martillaban su cerebro casi como si estuvieran ahí gritándole, cerro lo ojos poniendo su brazo en ellos para tapar cualquier rastro de luz que se pudiera filtrar y vio el rostro enfurecido de Gojo, los ojos rojos y una mueca tan espantosa qué era dirigida a él.

Se levantó, su cuerpo temblaba. De pronto la sonrisa de la foto llego a su mente, las risitas qué soltó mientras hablaban juntos y su voz limpia de acusaciones falsas o de furia.

Quería creer que al menos él cambio, algunas cosas. Seguía siendo el mismo cobarde qué decidió mandar a la mierda el mundo de los hechiceros para luego irse a otro mundo que de todas formas seguía siendo igual de corrupto, pero en serio estaba intentando ser mejor.

Tal vez no lo hacía por él si no por aquellos que dejo atrás y que le juraban qué él podía ser mejor. Intento qué las palabras injustas qué Gojo le dijo no lo afectarán de más y también puso de su parte para olvidar las que él dijo, las que sinceramente ni siquiera en ese momento pensaba que fueran reales.

En sus piernas su gato se recostó ronroneando y aceptando alegremente sus dedos en su lomo y cuello, los ojos azules del minino brillaron bajo la leve luz amarilla de su lámpara.

Se acostó de nuevo, las imágenes y sonidos se habían ido. Se tenía que levantar en un par de horas por lo que espero a quedarse totalmente dormido al menos hasta que el reloj sonara.

El aire soplaba de forma helada, había estado caminando por los largos pasillos de la escuela, su mente rememoraba la conversación con Nanami desde ayer en la noche. Entro a la enfermería donde Shoko estaba escribiendo algunas cosas en su computadora.

—Tú eres una mala mujer— le señaló en parte de broma en parte de verdad, su amiga le alzó una ceja inquisitiva.

—Explícate

—¿Por qué llevaste a comer a los niños con Nanami?— acuso.

—Porque iba a salir a comer con él, no soy tan irresponsable para dejarlos solos— quiso reír al recordar que algo parecido le dijo Nanami.

—Hable con él ayer— Shoko como la desgraciada qué era cerro su laptop y le dio total atención—. Fue una conversación banal, pero ahora Tsumiki me esta molestando con que algún día invite a Nanami a comer a la casa incluso Megumi esta entusiasmado con la idea.

—Esos niños— dio una risita divertida—. Por fin tu crianza esta dando frutos, felicidades.

—¿Qué? ¿A qué te refieres?— la miro sorprendido.

—¿De quiénes crees que vino la idea? Yo solo soy una pobre cómplice— le dio una sonrisa inocente—. Además es bueno para ellos socializar con un omega como Nanami.

—Ellos se encariñaran— sentenció—. No puedo dejar que ellos... Sufran una decepción.

—Lo dices como si Nanami fuera el único culpable— rodó los ojos.

—Sé que no lo fue del todo— se recargo en la silla enojado—. Pero si una vez me abandono hará lo mismo con mis niños, no quiero eso.

—No te abandono— ahora Shoko se veía enojada, lo cual era extraño para la actitud indiferente y dura qué tenía—. Simplemente todo lo que estaba viviendo aquí lo termino por romper, estaba en su derecho no querer saber nada de este lugar y su gente— le dio esa mirada dura qué le decía que hablaba de él.

Apretó los puños:—¿Entonces que quieres que haga?

—Dile a los niños la verdad, que tú y él ya no son amigos— se encogió de hombros—. Pero sé que no vas a hacer eso, estas pensando en acercarte, ¿verdad?

Apretó la boca, era verdad. Hace años estaba tan enojado con Nanami qué pensó que lo superaría fácil, luego Shoko mencionó que algunas veces aún se veían y pensó que tal vez podrían verse, arreglar las cosas. Fantaseo muchas veces con ello, pero sabía que si terminaba mal entonces solo él tenía que lidiar con el dolor, no sus niños. Tsumiki era amable con todo el mundo, pero hasta ahora solo conocía una omega qué aunque se llevaba bien con ella no la veía como alguien de suma confianza.

Era amable si, pero no buscaba estar con esas personas. Se limitaba a estar con él o con Megumi. Pero con Nanami, la niña hablaba como si cargará las estrellas y  apenas lo había conocido.

Incluso Megumi qué era más reacio a abrirse, más serio parecía entusiasmado con ver a Nanami.

Y su estúpido lobo estaba contentísimo con que Nanami se llevará bien con sus cachorros, porque ya los veía así. Como suyos. Y entonces Nanami llegaba con su bonita personalidad a encantar a sus hijos y ahora su lobo esta tan feliz por eso.

—Si las cosas salen mal...— miro a su amiga serio—. Ellos van a sufrir.

—Sinceramente creo que Nanami también lo haría— se encogió de hombros—. Debiste verlo el día del desayuno, siempre cuidando a ambos niños y siendo muy amable con ellos. Se veía tan lindo.

Una pequeña sonrisa salió de sus labios, por lo que Shoko también sonrió:—Solo digo que los niños no son tontos y planearon todo esto para ti.

—Soy una mala influencia para ellos— suspiro un poco más relajado.

—No puedo decir que no— sonrió—. Pero ellos te aprecian y necesitan conocer a un omega qué les de seguridad.

Y claro su lindo Nanami era el mejor para brindarles eso. Los pobres niños habían estado de un lado a otro, sin conocer realmente lo que era estar dentro de una manada estable, incluso Megumi cuando lo conoció no llevaba ni un poco el perfume que debió haber dejado su padre, él intenta hacerlo con ambos, a pesar de que lleva ya dos años con ellos a veces es difícil porque no sabe como criarlos. No sabe que decirles, su misma crianza fue horrible, por eso cuando Shoko le dijo "tienes que perfumar a ambos si quieres que ellos confíen en ti" fue extraño.

Puede decir que cuidar de ambos de hecho es divertido, ya no es estar solo, es pensar en alguien más aparte de él. Pero, sigue siendo difícil cuidar y criar de ambos.

Y ahora su corazón y mente se ha ilusionado con la idea de que Nanami entre a su pequeña familia, aún cuando sentía cierto dolor en su pecho por los sucesos de hace unos años.

Si bien su trabajo era una mierda, no había otra cosa que odiara más que los insistentes alfas qué querían cortejarlo. Jamás fue alguien muy fan del amor romántico y de los clichés del mismo, desde que se presentó como omega supo que esas tonterías no existían, de alguna forma después sentía que no lo merecía.

Trabajar como hechicero, vivir una vida donde continuamente estas perdiendo partes de ti mismo, hacen qué las ganas de una relación se esfumen. Lo único que quiere ahora es vivir una vida tranquila.

Y no puede porque en su mismo trabajo lo siguen acosando como si jamás en su vida hubieran visto a un omega. Entendía que los omegas eran raros, antes lo eran mucho más que ahora, entonces sinceramente no entiende cual es su obsesión con él. Sabe que hay otros tres omegas en los diferentes departamentos de la empresa.

Suspira viendo al alfa qué le coquetea:—No estoy interesado— baja su mirada a su computadora tecleando con rapidez y sintiéndose más incómodo de lo normal—. Debería seguir con su trabajo, Takana-san

El alfa dio una risita entre dientes, dijo algo a lo que no le puso atención y siguió tecleando mientras revisaba impaciente la hora en su reloj, faltaba poco menos de quince minutos para la hora de su almuerzo.

Cuando por fin la hora cambio dio un suspiro aliviado y se dirigió a la cafetería para comprar su almuerzo por lo general siempre lleva su comida pero hoy el tiempo no se lo permitió. Cuando llego se sorprendió al distinguir el leve aroma a lavanda, miro por la habitación viendo a Tsumiki y a Megumi en una de las mesas platicando con Ieiri. Se acercó a ellos, su mal genio incluso pareció esfumarse.

—¡Nanami-san!— gritó emocionada, levantando una mano.

—Niños— los saludo, Megumi le dio un asentimiento con su cabeza—. Ieiri.

—Te trajimos el almuerzo— la niña le acercó una pequeña mochila con varios toppers—. Megumi ayudo a cocinarlo y yo seguí todas tus instrucciones, perdón si no sabe tan bien— le sonrió apenada.

—Esta bien, no te preocupes— se sentó alegre de repente—. Gracias— la niña sonrió emocionada viendo como abría el topper, ambos niños lo vieron atentos esperando una reacción, la comida de hecho no sabía mal—. Nada mal Tsumiki, ¿estuviste practicando esta semana?

—¡Así es!— Megumi también asintió—. ¿De verdad es buena? No nos mientas.

No tenía porque, en realidad la comida era buena, si estuviera mal no tendría problema con corregirla:—Lo digo de verdad, lo hicieron bien, ambos— la niña nuevamente parecía tener estrellas en los ojos y Megumi por su parte se tenso incómodo.

Tan estresado y sorprendido estaba qué no se dio cuenta que de hecho ambos niños estaban levemente perfumados por Gojo, entonces era una vinculación más fuerte que "solo cuidar a los niños" el alfa estaba formando un vínculo de manada con ellos, miro a Ieiri qué le sonrió como si ya supiera que estaba pasando por su cabeza.

—Otro día podríamos traerte un postre— un tierno puchero se planto en los labios de la niña—. Ayer intente hacer los brownies pero la masa sabía salada.

—No fue buena— reitero Megumi con un asentimiento—. Pero eso no fue nuestra culpa, fue de Gojo.

Ieiri soltó una risa encantada pidiendo detalles, por lo general todos debían saber valerse por si mismos como hechiceros y cocinar entraba en ese apartado, la escuela tampoco ayudaba mucho con los pocos recursos pero servía para alimentarse. Y Gojo siempre fue a lo seguro y rápido, tal vez una o dos veces intento ayudarle con algunas galletas no está de más decir que la situación se salió de control.

—Entonces confundimos la sal con la azúcar— suspiro la niña—. Y la masa quedo muy aguada porque yo le eche un huevo de más y... Megumi dijo que le echaramos leche...

—Para eso son las instrucciones— suspiro algo divertido viendo a los niños que bajaron la cabeza apenados—. Inténtenlo de nuevo siguiendo las instrucciones.

—Lo haremos— dijeron ambos al unísono, de pronto cayó en cuenta donde se encontraba... Miro de reojo a sus compañeros y compañeras que murmuraban mientras los veían, ya empezaba a odiar qué en los próximos chismes su nombre sería el protagonista al menos por unos días hasta que algo más jugoso se revelara.

—Por cierto— Ieiri le dio una trago a su bebida—. Ya agende tu cita con el sastre— le movió sus cejas sugerente—. Tú traje y el de Gojo serán iguales, pero puedes pedir algún cambio pequeño, el sastre ya te lo preguntara.

Suspiro, esperaba que Shoko no fuera tan mala como para agendar la fecha al mismo día que la de Gojo pero conociéndola seguramente lo haría.

—Nanami-san, ¿podría ir con usted cuando vaya con el sastre?— Tsumiki le miro con ojos de ciervo esperando que la respuesta fuera la deseada, Magumi de igualmente alzó la mirada curioso—. Por favor.

Su omega suspiraba por los dos tiernos cachorros qué lo veían con tanta admiración a pesar de que lo conocían de pocas semanas:—Ya veremos— porque no quería que los niños se encapricharan con él, la sonrisa de la niña recayó un poco pero luego la sostuvo como si un nuevo plan surcara su joven mente.

—Tsumiki sostendrá el velo de Utahime— dijo Shoko de repente con sus manos jugando con su celular.

—Es lindo que los hayas tomado en cuenta— dijo imaginando a la pequeña en su tarea.

—Son los hijos de Satoru— suspiro la castaña—. Es obvio que lo haría, Megumi se vio reacio a participar.

El niño se alzó de hombros tomando algunas frutas de un recipiente, miro su reloj dándose cuenta que los treinta minutos ya habían pasado, suspiro la compañía había sido agradable los niños siempre serán su debilidad; verlos tranquilos en un ambiente normal era todo lo quería.

Mucho más sabiendo en que contexto se encontraban ambos.

—La comida fue realmente buena— les dio un asentimiento a ambos niños que tomaron la crítica como un evangelio—. Espero verlos pronto.

Y los niños se iluminaron, su pecho se apretó no debió haber dicho eso. Había una promesa que no sabía si podría cumplir, se regaño mentalmente se suponía que ya no haría ese tipo de promesas.

—Te mandare toda la información del traje Kento— su amiga le sonrió levantándose con ambos niños ya a su lado.

—Qué tenga un lindo día Nanami-san— la niña dijo con una sonrisa reluciente a su lado Megumi asintió varias veces a las palabras de su hermana.

Cuando los vio salir de la cafetería se dio cuenta de la pisca de lavanda y el fuerte jazmín qué aun permanecía a su alrededor, hace tiempo que ya no olía el aroma tentador de Satoru. Suspiro regresando a su trabajo con la mente más despejada y con el estrés un poco más controlado.

Habían pasado dos semanas desde la última vez que Nanami y sus niños se habían visto, regaño a Shoko por el atrevimiento a sus espaldas pero no pudo evitar preguntarle a los niños como les fue sonrió al escuchar a Tsumiki hablar con tanta emoción de Nanami a veces Megumi hacía comentarios al respecto apoyando a su hermana.

Incluso su Nanami estaba robandole a Megumi, hasta cierto punto era divertido ver que el niño parecía interesado en otra cosa que no fueran las caricaturas o sus shikigami.

Sabía que el niño pronto presentaría su aroma, y por su personalidad era obvio que sería un alfa. Un cachorro alfa qué estaba conociendo a un omega "maternal" como Nanami. Esto podría salir mal en tantos sentidos.

—Entonces— Tsumiki miro la masa en el bowl—. Según Nanami-san la masa se ve bien, Megumi ¿estás listo?— el niño asintió con varios moldes de estrellas y soles en sus manos— Gojo saco una foto porque ambos se veían tan tiernos, como si estuvieran en una misión imposible—. ¿Gojo estas listo?— pregunto la niña con tono autoritario y serio.

—Lo estooy— gritó divertido—. Aquí esperare.

La niña asintió totalmente determinada comenzando a esparcir la masa sobre el plástico, Megumi se acercó para comenzar a cortar con los moldes la masa y hacer las figuras, luego ambos niños pusieron con cuidado la masa en el molde para repostería se lavanto para pre-calentar el horno y esperar la orden de tal vez la única omega en la casa.

Pronto ambos niños se encontraban frente al horno viendo con curiosidad como se inflaba la masa. Eran tan tiernos, tomo otra foto y sin pensarlo mucho se la envío a Nanami.

Yo
[inserta foto]
Miralos hicieron galletas para ti ^_^

Sabía que Nanami sabría de quien le llego el mensaje, a pesar de que el tiempo había pasado guardo el número en su cartera cuando Tsumiki comenzó a mandarse mensajes con Nanami reviso por curiosidad si era el mismo número, dándose cuenta de  que si.

A los quince minutos, hubo una respuesta. Su corazón palpito un poco emocionado.

Nanami
Tsumiki me envió fotos antes.
¿Salieron bien?

Yo
Creo que esta vez si (^o^)

Nanami
Bien. Mandales saludos de mi parte.

Yo
¿No hay para mi?

Nanami
Son innecesarios si ya estamos
hablando.

Yo
Me siento un poco desplazado
no puede ser que mis hijos te hayan
visto más veces que yo en tantos
años :'(

Nanami
No digas tonterías. Tengan
una linda tarde.

Ese era un mensaje directo para ya no seguir la conversación al menos lo intento pero ya conocía a Nanami, pensaba que era justo que aún no entablaran una conversación real al menos no hasta que se vieran en persona.

—¡Gojo ya sonó la alarma!— gritó Tsumiki con alegría, Megumi se levantó del suelo para ir por los guantes y entregárselos.

Cuando saco la bandeja el aroma qué lo golpeó lo envío a un flasback, uno en el que estaba riendo junto a Suguru mientras veían a sus dos kouhai sacar las galletas del horno mientras escuchaban una canción pop qué había puesto Shoko.

Su mente le mostraba la sonrisa satisfecha de Nanami antes que lo viera a él con una mueca disgustada por algún comentario estúpido que dijo.

—¡Salieron bien!— se regodeo la niña con satisfacción—. Le enviare una foto a Nanami-san.

Miro las galletas en la mesa, Megumi parecía curioso en probar su sabor:—Aún no cantes victoria Tsumiki, no sabemos a que saben— dijo el niño haciendo resoplar a la niña que ya había tomado una foto.

—Gojo pruébalas— sonrió la niña—. Fuiste amigo de Nanami-san ¿no? Tu mejor que nadie deberías calificarnos.

—¿Amigos?— preguntó tomando una galleta oliendola, aún los recuerdos saltaban en su mente—. ¿Quién te dijo eso?

—Tú lo hiciste— Megumi rodo los ojos—. Y Nanami-san también lo dijo.

—Amigos— repitió con una sonrisa irónica, Nanami y él fueron todo menos amigos—. No seré suave con mi crítica.

—No esperaba que lo fueras— la niña lo vio determinada—. Vamos, cómela.

Y la explosión de sabor lo hizo regresar a ese lugar en el que todo estaba bien, en el que tenía a la gente que amaba a su lado. Tenía a su mejor amigo y tenía al qué sería su perdición y debilidad por el resto de su vida.

—Saben bien— pero eran diferentes, tenían un sabor de un cariño diferente—. Nanami estará muy orgulloso de ustedes.

Y ambos niños festejaron a su manera, suspiro con una sonrisa nostálgica. Tenía la oportunidad de volver a terner eso que perdió años atrás. Y la aprovecharía al máximo.

Holaaaa.

¿Cómo estan? Espero que bien.

Según yo iba actualizar cada semana y ayer se cumplió y no me di cuenta JAJAJAJAJ y ni actualice.

Sorry, al menos lo tienen un día después.

Gojo y Nanami aun no se reencuentran y no creo que lo hagan pronto muajaja o ya veremos ;).

Que sigan teniendo una linda semana. Bye, bye. 💙

-Annie ☾-

Continue Reading

You'll Also Like

44.9K 5.3K 13
Tras la victoria de Max en los X-Games Bradley se encarga de ser el chico de las toallas del equipo de patinaje de Max, ambos se ven forzados a iner...
428K 43.6K 110
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
346K 32.4K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...
163K 7.7K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...