La joven de cabellos azabaches se sentía agotada mentalmente. No podía dejar de pensar que todo lo que había construido con finn, estaba por irse a la mierda y no quería que eso pase. Él le había prometido tantas cosas, juro amarla y protegerla de todo y ahora simplemente se comporta como un idiota.
No sabía que estaba pasando con él y tampoco sabía cómo iba a averiguarlo, finn no le contaba muchas cosas de su trabajo.
—Hey pequeña skye.—Murmuro charlie acercándose a donde ella estaba.—¿Qué haces por aquí?—Consulto.
—Solo necesitaba un poco de paz y estar lejos de la gente, tío charlie.—Murmuro con una pequeña sonrisa. Siempre que necesitaba huir del mundo iba donde charlie y curly, ellos siempre le daban un lugar y la cuidaban.—Espero no te moleste.
—Nunca me molestarías, skye. Eres de la familia desde siempre.—Murmuro suavemente.
Detrás de charlie, apareció el ojiazul. Le sonrió levemente pero se mantuvo alejado y tomó asiento junto a una mesa que había ahí.
—Gracias, charlie.
—Ven, vamos a sentarnos y me cuentas que esta pasando por tu cabeza.—Le propuso. Al principio charlie no le hablaba demasiado y simplemente la dejaba estar con los caballos, porque sabía que la joven lo necesitaba y mediante fue pasando el tiempo, ella comenzó a hablarle y él comenzó a verla como casi una hija.—Esta duke, espero no te moleste.
—No, tranquilo.—Sonrió.—No me molesta.—Miro al joven.—Bienvenido a la familia shelby.
—Gracias, skye.—La miro.—Que lindo reloj tienes.—Murmuro bajando la mirada a la muñeca de la joven.
—Gracias. Me lo regalo finn.—Sonrió ampliamente y antes que la joven pudiera darse cuenta, el reloj estaba en las manos de duke.—Oye eso es mio. No sabía que eras ladrón.
—Es un talento.—Murmuro devolviendole el reloj.—No te robare, me caes bien.—Le aseguro.
—Duke.—Le llamo la atención charlie.
—Si, es la chica de finn.—Repitió con cansancio.—Solo estoy siendo amigable con ella porque esta triste.
—¿La chica de finn?—Pregunto la pelinegra mirando a charlie.—¿De qué está hablando?—Insistió.
—Tranquila, fiera.—Pidió charlie.—Eso le dijo arthur cuando preguntó por ti, a mi ni me mires.
—Solo soy su novia.—Miro a duke.—No soy de su propiedad o una mierda de esas. Yo no le pertenezco a nadie, duke shelby.—Le aclaro.
—Eso me parece genial.
—¿Qué te trajo aquí, skye?—Pregunto charlie, ganándose la atención de la pelinegra.
Ella suspiro.—Finn, se esta comportando extraño y no se que le pasa.. ¿Crees que tenga otra mujer? Eso sería horrible, pero posible, si estamos hablando de un shelby.
—Yo no tendría otra mujer y soy un shelby.—Intervino duke.—No todos somos idiotas.
—Entonces ella será afortunada de salir contigo, duke.—Murmuro la joven con una sonrisa.
—Finn, te ama y todos sabemos eso. Eres su chica especial o esa mierda dijo él un día estando borracho.—Comento el mayor con diversión.—Él nunca tendría otra chica y si la tiene, todos van a querer matarlo porque eres una gran mujer skye.
—Si.. pero, ¿Por qué se comporta como un idiota?—Pregunto con los ojos cristalizados.
—Tal vez esta estresado por algo del trabajo y no sabe manejarlo, tienes que estar tranquila.—Intento calmarla charlie.
—¿Quieres que vayamos a peinar a los caballos?—Propuso duke.
—Si, claro.—Contesto con emoción. Amaba a los caballos.
—Te estaré vigilando, shelby.
—Si, lo se, charlie.