Al Loco Del Que Me Enamoré...

By anastark_

7.4K 729 452

Dicen que todo depende de la perspectiva en la que se mire. Y en cierto modo, es cierto. A nosotros nos mirar... More

00. Prólogo
01. El Padrino
02. La Estrella De La Muerte
03. Norris El Idiota
04. Chicos Como Él
05. Un Desastre De Discoteca
06. Cállate, Cameron
08. No Puedo Hacerlo
09. Migrañas Y Halloween
10. Estoy Enfermo, O Enamorado
11. Un Trago Y Un Baile
12. Ilusión Fallida
13. Compañero De Cumpleaños
14. Respóndeme, Lali
15. Nothing, Just An Inchident
16. Es Un Sueño
17. Chicas, Tengo Novio (Y Existe)
18. La Bella Y La Bestia
19. Mi Novio, El Gay
20. Demasiado Yo
21. El Momento Perfecto
22. Si Él Supiera...

07. ¿Perezosos?

266 23 12
By anastark_

Me río escuchando las anécdotas de Cameron, que siendo residente de medicina, tiene muchas historias dignas de ser contadas. Al parecer las guardias de urgencias pueden llegar a ser muy movidas para los médicos.

- Y el otro día, le saqué una canica de la nariz a una niña de dos años ­­– sigue hablando, haciéndome reír.

- Camy, intento comer – protesta su hermano, que justo estaba cortando su gofre.

Miro al piloto, y me quedo observándolo unos buenos segundos, con una sonrisa inconsciente en el rostro, sintiendo un caos de sentimientos que no soy capaz de ordenar. Tyler me llama mientras Cam empieza a pelear de broma con Lando, y yo dirijo mi atención al niño.

- ¿Qué pasa, peque?

- Tengo pipí... – susurra, como si le diera vergüenza.

- Vamos al baño, venga – me levanto y le tiendo la mano, pero la mujer que tan bien me cae, me frena.

- Yo lo llevo.

No me da tiempo a protestar cuando ya tiene a Tyler en brazos y se está alejando, dejándome plantada de pie con cara de gilipollas. Suspiro y me siento, centrándome en mi gofre por no mirar a Lando.

- Te vi en la discoteca – comenta de pronto, llamando mi atención con una facilidad pasmosa.

- ¿Sí?

- Sí. Bueno, te vi marcharte – pincha un trozo de gofre y me sonríe de forma arrogante. – ¿Quién se va de una discoteca antes de las doce?

Aprieto los dientes, porque el muy capullo no tiene ni idea de que me fui por su culpa. Respiro hondo y disimulo el enfado. Él no tiene la culpa de nada, somos yo y mis estúpidos sentimientos. Soy yo, volviéndome loca por los celos, celos totalmente injustificados.

- Me encontraba mal – digo finalmente, porque mentira no es. – Yo también te vi a ti.

Quiero dar la conversación por finalizada, pero él dice algo que me da la oportunidad de sonsacarle más información. Harry no quiso responderme, pero yo pienso averiguarlo.

- ¿Y no viniste a saludar? – Es lo que dice. Yo sonrío.

- Estabas muy ocupado besando a un chico, me temo... ¿Acaso te van los morenos? – Lo chincho, y aunque esperaba sorpresa o molestia por su parte, sólo recibo una sonrisa irónica.

- Yo como de todo, conejita – y me guiña un ojo, un ojo que le pienso sacar con el tenedor como me llame así una vez más.

- Tú no aprecias tu vida, ¿no?

Se ríe, y no sé por qué, pero me contagia su risa, y termino riéndome a su vez, hasta que nos calmamos y recuerdo a qué venía todo este asunto.

- Entonces... Eres bi – doy por hecho, rogando por que diga que sí.

- Sí, Alaia, soy bisexual – afirma, sonando hastiado, como si hubiese tenido esta conversación mil veces más. – Ahora es cuando me preguntas si estoy seguro, si no es que estoy confundido, o que soy gay pero me da vergüenza admitirlo...

- No voy a decir nada de eso – lo interrumpo, ganándome una mirada interesada de su parte, como si no se creyera lo que le digo. – Los bisexuales existimos, no hay por qué escoger un "bando" obligatoriamente, ¿verdad?

Él sonríe, claramente satisfecho con mi reacción, y yo le devuelvo la sonrisa.

- Cada día me sorprendes más, conejita.

Estoy por insultarlo de la forma más brutal que puedo, pero veo que Tyler y Cameron están de regreso y me contengo, limitándome a darle una patada por debajo de la mesa, cosa que lo hace gruñir de dolor y soltar un bajo y grave "hija de puta". Y quizá me ría un poquito.

La merienda sigue su curso de forma tranquila y agradable. Los Norris son un dúo muy divertido, y ambos se parecen tanto físicamente como personalmente. Los dos son inteligentes, es algo que se ve a la legua, y los dos son sarcásticos y astutos. Además, el modo en que tratan a Tyler es muy similar, lo que me demuestra que también son cariñosos.

En momentos como este, es que yo tengo claro que soy bisexual.

Claro está que, quizá porque lo vi primero, no lo sé, el que me tiene loquita es Lando. Estas últimas semanas me he dado cuenta de lo grave que es esto. Me gusta mucho, y nunca me había gustado nadie tanto. Y me siento estúpida a veces porque siempre estoy viendo sus entrevistas, sus vídeos y sus fotos, los retos de McLaren... Me siento como una adolescente obsesionada. Sin embargo, es raro porque luego, lo tengo delante, sé que es real, que lo conozco, y puede parecer una gilipollez, pero como alguien que desde su infancia se "enamora" de celebridades sabiendo que jamás estarán a su alcance, tener a Lando tan cerca es sencillamente asombroso.

No estoy viendo una pantalla, no lo estoy imaginando. Lo tengo delante de mí, riéndose, viéndose absolutamente perfecto y hermoso. Y aun así no es suficiente. Lo jodido de que me guste tanto es que quiero más de él, y sé que no puedo tenerlo. Él no es para mí, y por mucho que me esfuerce por hacérmelo entender a mí misma, no soy capaz. Si fuera capaz, seguramente significaría que no me gusta tanto realmente.

Salgo de mi pequeño mundo, apartando mis ojos del precioso ojiverde que tengo delante, porque me percato de que me he pasado un buen rato mirándolo embobada. Mis ojos se cruzan con los de Cameron, que me sonríe de forma extraña. Se ha dado cuenta, y yo sólo puedo sonreír avergonzada y fingir que nada pasa para que su hermano no se dé cuenta también.

No hay mucho más que contar de esta merienda. Hablamos, reímos, comemos... Y luego nos dejan en casa de Harry. Volvemos a estar solos Tyler y yo y eso me resulta reconfortante en el sentido de que, con el peque, las cosas son más sencillas. Estoy demasiado ocupada cuidando de él como para pensar en Lando, en mis sentimientos por él o en el resto de mierdas que me pasan.

Mi trabajo se ha terminado convirtiendo en uno más de mis refugios.

« ♪ »

Agradezco el momento en que la clase termina y al fin salgo de la universidad, encontrándome a mi rubia favorita, aunque está hablando con dos chicas más.

- Hola, Erikuchi – la saludo de un abrazo, y sonrío educadamente a las otras dos mujeres. – Hola, soy Alaia – me presento.

Hoy me siento curiosamente animada siendo un lunes. Quizá la merienda de ayer con los Norris tenga algo que ver, no lo confirmo ni lo desmiento.

- Yo soy Alba – habla la que es más bajita. Sus ojos y su pelo son castaños claros, y lleva unas gafas redondas que le quedan muy bien, además de que el eyeliner que lleva es fabuloso. Es una chica bonita, la verdad. Además, su acento...

- Y yo soy Catherina, pero llámame Cathe – dice la otra. Es pelirroja, pero creo que teñida. Sus ojos son castaños oscuros y es algo más alta. Su acento también me llama la atención.

- ¿Sois españolas? – Pregunto ilusionada.

- Yo sí – asiente Alba sonriéndome.

- Yo soy argentina – replica Cathe. – ¿Vos hablás español?

- Me defiendo bien – afirmo riendo un poco.

- Ey, que yo no me entero de nada – se queja la rubia a mi lado.

- No te pierdes nada, mujer – le dice Alba.

Tiene una voz y una forma de hablar muy dulce, pero su acento español también le da un toque gracioso a todo lo que dice. Y Cathe tiene un modo de hablar que me encanta, porque la armonía con la que dice las cosas es asombrosa. Es como si en vez de hablar, cantara.

- Ahora que ya os conocéis – murmura Erika enganchándose a mi brazo mientras caminamos hacia fuera del campus. – ¿Tenéis algo que hacer esta tarde?

« ♪ »

Decir que me duele el estómago de tanto reír, no sería estar exagerando. Me lo suelo pasar muy bien con Erika, pero estas dos amigas suyas, Alba y Catherina, son un caos de lo más divertido. Bueno, las cuatro juntas somos un caos. No he dejado de reír en toda la hora que llevamos juntas, y aunque no suelo tener suerte encajando con gente de mi edad, con ellas me siento muy cómoda y muy a gusto.

Alba y Catherina estudian ambas artes, son actrices y cantantes en proceso, o eso dicen ellas. La española es un par de años mayor, y la argentina sólo un año, pero es imposible notarlo. Digamos que hemos conectado bastante bien, y yo no podría estar más feliz por ello. Ya nos hemos contado nuestras vidas y charlado lo suficiente para conocernos un poco, y por lo que sé Alba tiene novio y Cathe es como yo, tiene muchos novios pero ninguno real. Aunque a ella le va el anime y los mangas, y yo me quedo con mis personajes literarios y de series y películas.

Está empezando a oscurecer, así que vamos todas de camino a la residencia. Al parecer, las cuatro vivimos en la misma, y yo no las había visto hasta ahora. Ellas a mí sí, pero no al revés. Las tres están en la tercera planta, mientras que yo estoy en la primera, y al venir de países hispanohablantes con horarios de comidas distintos a los que tenemos en Inglaterra, cuando yo estoy terminando de almorzar, ellas apenas están empezando. Me resultaría raro si no fuera porque tengo familia en España.

- Oye, Allie – me habla Alba en cierto momento durante el trayecto de vuelta. – ¿Por qué sabes español?

- Mi familia materna es española – contesto muy orgullosa. – Mi madre estudió aquí con una beca, se enamoró de mi padre y decidió quedarse y formar una familia. Muy bonito todo – ironizo.

- ¿Y viajas mucho a España? – Se interesa Cathe.

- Siempre en verano, y a veces en Navidad. Aunque suelo hacerlo sola o con mi madre, porque no tenemos primos ni tíos, sólo a mis abuelos, y mi hermano y mi padre "se aburren" ­­– explico un poco resentida. – Aun así me lo paso genial, y casi prefiero tener unas vacaciones lejos de Aaron.

- Hermanos, unos auténticos pesados – asiente Cathe. – Yo tengo tres hermanos menores, los tres varones.

- Y yo dos, también dos chicos, además gemelos.

- ¡Pues yo siempre he querido un hermanito! – Nos contraria la rubia.

- Hijos únicos, no sabéis la suerte que tenéis – bromeo negando con la cabeza.

La española y la argentina comienzan a discutir cuál de sus hermanos le van a regalar a Erika, y yo no hago más que reírme. Yo no le regalaría a mi hermano, no se lo merece. Aaron ha sabido ser una mierda de hermano que me ha hecho mucho daño muchas veces, así que no le dejaría esa carga a nadie. Ahora que lo tengo lejos y no nos hablamos, me siento mucho mejor. Y por mucho que quiera a mis padres, este cambio de aires me ha venido bien, sobre todo por mi padre y mi hermano. A papá sí lo extraño a menudo, pero otras veces pienso en ciertas cosas y me siento mucho más liberada y en paz.

Mis temas familiares son complicados, la verdad.

- ¡Alaia, la farola! – Chilla Erika al tiempo que tira de mí, evitando que me dé de bruces con una farola.

Yo vuelvo al mundo real de golpe, y al ver lo que casi pasa, las cuatro rompemos a reír escandalosamente, como locas. Quizá sí estemos un pelín locas... No sé, digo.

Cuando ya casi estamos llegando a la residencia, siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo, y al mirar, veo que son mensajes de un número desconocido. Entro al chat y sonrío como una idiota al leerlo.

X: hola
X: soy Lando
X: el próximo día que cuides a Tyler, he pensado en ir los tres al zoo
X: q me dices?

Me muerdo el labio, pensando en mil cosas a la vez. Lo primero que cruza mi mente es: le ha pedido mi número a Harry. Lo segundo: me ha escrito ÉL a mí. Y lo tercero: quiere ir al zoo con Tyler, pero también CONMIGO. Después de esos tres pensamientos, todo se me ha hecho un lío. Decir que estoy emocionada es poco.

Agh, el amor. Qué cosa más rara.

- ¡Me ha escrito! – Chillo de la nada, dejando confundidas a mis dos nuevas amigas.

- ¿Quién?

- ¡¿Te ha escrito Lando?! – Exclama Erika por su parte, mirando mi teléfono.

- ¿Quién es Lando? – Murmura la argentina mirando la pantalla.

- El amor de mi vida – dramatizo sonriendo. – Es el padrino del nene que cuido – añado hablando en serio.

- Alguien está enamorada, ¿eh? – Se burla Alba, dándome un codazo.

- Qué va, sólo habla de él las veinticinco horas del día – comenta la rubia sarcásticamente.

- ¿Veinticinco? – Se ríe Cathe.

- Es que es muy pesada.

- Pesada tú con tu Albert – me defiendo, dándole un empujón con el hombro. – Todo el día recordándome lo solita y soltera que estoy...

- Pues líate con Lando – resuelve la española tranquilamente.

- Ya, claro. Como si él fuera a fijarse en mí – me río y las miro. – Tiene veinticuatro, yo diecisiete, seguramente no me tocaría ni con un palo.

- La edad es sólo un número, bonita – me lleva la contraria Alba.

- ¡Respóndele al muchacho! – Insiste Erika. – Dile que sí. Y mientras el niño esté entretenido viendo al tigre, le comes la boca al chico este...

- Ni muerta hago eso – suelto una risita nerviosa mientras tecleo una respuesta.

Yo: Por mí perfecto
Yo: Ya iremos hablando

- Qué seca, ponle un emoji o algo – dice Alba mirando por encima de mi hombro.

- No he sido seca – replico frunciendo el ceño.

Y desde ese momento hasta que llego a mi habitación la discusión consiste en ver si he sido seca o no. Somos dos contra dos, pues Cathe me defiende, pero no llegamos a ninguna conclusión, simplemente en que ya seguiremos discutiéndolo en la cena.

Mi cuarto está vacío cuando llego. El trío de brujas con el que lo comparto no lo usan nada más que para dormir, y a veces ni eso, así que mejor para mí. Subo a mi cama y cojo mi portátil. Tengo que hacer un trabajo para la semana que viene y quiero terminarlo antes de tener que cuidar a Tyler, así puedo dedicar toda mi atención al peque.

Mi móvil vuelve a sonar, y la curiosidad me puede, así que lo miro.

Lando: va a ser un placer tirarte de cabeza a la jaula de los leones...

Suelto una carcajada, negando con la cabeza y sin poder dejar de sonreír. Este cabrón no me da ni una pizca de tregua, al parecer. Y no me molesta demasiado, la verdad. Es la dinámica que tenemos y me gusta así. Nos molestamos el uno al otro, él me hace enfadar, se me pasa, y volemos al principio, así en bucle.

Yo: No te atreverías, Lando Norris

Contesto mientras me muerdo la uña del pulgar. El tick azul del visto aparece en cuanto el mensaje es enviado. Segundos después, bajo su nombre pone "escribiendo...". Me obligo a dejar el teléfono. Si respondo demasiado rápido pareceré desesperada. Pero tras un minuto intentando concentrarme en el trabajo que estoy haciendo, y no poder escribir nada, cojo de nuevo el teléfono.

Lando: eso ya lo veremos Alaia... tienes apellido?

Vuelvo a reírme. Otra cosa que me gusta de él: tenemos el mismo humor sarcástico. Por lo que veo en redes, muchos no entienden el humor que Lando maneja, y lo toman por maleducado o prepotente. Y a mí me pasa lo mismo, así que, lo entiendo.

Yo: Me apellido Jackson
Yo: Espero que tus dos neuronas consigan recordarlo

Al cabo de varios minutos, he apartado el portátil y estoy recostada en la cama, riéndome con cada mensaje y respuesta del piloto. Nos pasamos así una buena hora, hablando de nada en concreto, sólo burlándonos. Yo lo chincho mandándole memes sobre él, y él me sigue amenazando con lanzarme a diversas jaulas de animales del zoo. Supongo que se queda sin recursos, porque termina diciéndome que me dejará encerrada con los perezosos.

Yo: Perezosos?
Lando: no has visto nunca un documental?
Lando: las zarpas de esos bichos son como prensas
Lando: te amputarían los dedos
Yo: Qué pena, no podré tocar el piano
Lando: tocas el piano?
Yo: No, pero sin dedos ya no podré aprender

Casi me caigo de la cama cuando escucho que pegan en la puerta de mi habitación. Del susto, se me cae el móvil, que por suerte queda sobre la almohada sin riesgo alguno. Lo apago y me bajo de la litera, yendo a abrir. Me encuentro a mis tres amigas delante de mí, mirándome con cejas enarcadas y ceños fruncidos.

- Quedamos hace quince minutos en la cafetería – me dice Erika. – Y estás en línea pero no nos respondes.

- Estaba ocupada con un trabajo – murmuro de forma titubeante. – Bueno, vamos – sonrío como un angelito y cojo las llaves de la habitación.

Mis amigas no hacen más preguntas y simplemente vamos a cenar, pero de mi mente no sale cada mensaje ni cada risa, cada burla y cada coqueteo de su parte. Sé que sólo son bromas, sé que seguramente sea así con todos...

Pero qué bien se siente.

Nota de la autora:

La idea era actualizar antes, pero... Entre los deberes, que tenía que salir a comprar unas cosas, y que ver Juego de Tronos es tremendamente tentador, pues al final la actualización ha llegado más tarde AJAJAJAJAJAJA. Supongo que da igual, iba a haber capitulo igualmente.

Lando y Alaia parece que están acercándose un poquito, así que veremos cómo avanza la cosa... Me muero de ganas de que leáis el capítulo del zoo ;).

Os ama,

A💛.

Continue Reading

You'll Also Like

4K 279 7
𝗧𝗲𝘀𝘀𝗮, que había perdido más de lo que ha ganado, con un corazón roto y un pasado que desearía no tener. 𝗟𝗮𝗻𝗱𝗼 un piloto que lo tenía todo...
3K 176 3
Donde Lance Stroll va a impedir la boda de su gran amor en su descanso de Verano de la temporada Pero lo que no sabe es que impedir una boda no ser...
929 52 12
Cuando se piensa en el apellido Sainz no solo se piensa en Carlos Sainz Sr sino también es sus hijos; Carlos y Daniela Sainz. Los hermanos españoles...
9K 419 22
"𝘐 𝘩𝘢𝘵𝘦 𝘵𝘩𝘢𝘵 𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘸𝘢𝘯𝘵 𝘵𝘰, 𝘣𝘶𝘵 𝘐 𝘤𝘢𝘯'𝘵 𝘱𝘶𝘵 𝘯𝘰𝘣𝘰𝘥𝘺 𝘦𝘭𝘴𝘦 𝘢𝘣𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘐 𝘩𝘢𝘵𝘦 𝘺𝘰...