La aventura de atrevernos

By AndreaSmithh

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"-No pienso besarte hasta que me lo pidas, Sophia. -¿Y si no lo hago? -Entonces no te besaré -susurra, y su a... More

Sinopsis
1. Hotel California
2. Enchanted
3. Midnight Memories
4. Honest
5. Cuanto me duele
6. Second Chances
7. Friends
8. A Million Dreams
9. Let her go
10. Besos
11. Aprender a quererte
12. Monsoon
13. Suspicious Minds
14. Anti-Hero
15. Jealousy (Narra Ethan)
16. Someone to you
17. Can't Help Falling In Love
18. You've Got a Friend in Me
19. Electric Love
20. Love the way you lie
21. Cumpleaños feliz
22. Todo Contigo
23. Happiest Year
24. Earned it
25. Unholy
26. Sparks Fly
27. Family
28. No se va
29. Count On Me
30. Losing my religion
31. Another Love
32. Run
34. Salir con vida
35. Secrets
36. Goodbye my lover
37. Hey, that's no way to say goodbye
38. Start of something new
39. Epílogo

33. Si no estás

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By AndreaSmithh


"¿Qué me has hecho? ¿Dónde estoy?

Se me aparecen mil planetas de repente

Esto es una alucinación"

(Si no estás - Iñigo Quintero)


—No lo entiendo.

Me cuesta mucho decir esas palabras porque creo que he entrado en shock.

¿Claire se quedó embarazada? Es demasiado obvio que de Ethan. Pero no hay ningún bebé. Tampoco nadie ha hablado de ello.

—No fue buscado —explica Claire, que después de haberme contado la verdad parece en cierta parte aliviada—. Sucedió por no cuidarnos suficiente y entré en pánico, la verdad.

Trago saliva y trato de mostrar mi rostro lo más sereno posible. No puede ser fácil para ella hablar de esto conmigo. Es una situación muy personal y no hay la confianza suficiente. Aún así lo está haciendo y no puedo evitar pensar que es por Ethan y la relación que tenemos ahora.

Trato de buscar las palabras adecuadas para mi siguiente pregunta pero no logro encontrarlas, así que sencillamente pregunto con voz suave:

—¿Y qué pasó después?

Claire aprieta los labios y rehuye mi mirada.

—Fue una situación complicada. Ethan entendía que la decisión era mía, pero a él... Él hubiese querido tenerlo y yo no.

Ladeo la cabeza y decido no interrumpirla. Se toma su tiempo para hablar porque es una conversación difícil.

—A Ethan le quedaba poco para terminar la carrera. Después entraría a trabajar a la empresa de su padre y supongo que todo eso le daba una perspectiva diferente de la vida. Pero, ¿yo? Tenemos la misma edad, Sophia. Apenas estaba a punto de comenzar la universidad. Así que le dije que la decisión era solo mía y que no iba a tenerlo.

Claire se lleva las manos al rostro y mueve el dedo con delicadeza bajo los ojos. Me doy cuenta de que se le han empañado y está soltando unas pocas lágrimas.

—Me dijo que lo entendía pero que necesitaba espacio. Te seré sincera, Sophia. Aunque sabía que no estaba preparada para tener un hijo estaba asustada y no era una decisión fácil. Ni siquiera se lo llegué a contar a mis padres, solo lo sabía Ben.

Asentí. Ahora empiezo a comprender por qué estaba molesto con Ethan, pero había piezas que no terminan de encajar.

Hasta que Claire continúa con la historia.

—Una noche después de cenar me empezó a doler muchísimo y cuando fui al baño sangraba. No quería contarle nada a mis padres así que llamé a Ethan pero no me cogió el teléfono. Ben estaba en casa y le pedí ayuda. Conseguimos salir sin que mis padres sospecharan y en el médico me confirmaron que había tenido un aborto espontáneo. Fue una noche horrible.

—¿Y Ethan? ¿Te cogió el teléfono?

Claire negó con la cabeza.

—Había salido con Cameron de fiesta y esa noche estaba muy borracho. No vio las llamadas hasta el día siguiente y cuando le conté todo...

Baja la mirada y sacude la cabeza. Ahora sus dedos no son suficiente para apartar las lágrimas y tiene que usar la tela de su camisa.

—En ese momento supe que no estábamos hechos el uno para el otro. No pudimos superar aquello.

Estira las manos sobre la mesa y atrapo las suyas con las mías. Ahora comprendo por qué Ethan no quiso decirme nada. Era ella quien debía hacerlo, esta es su historia.

—Lo siento mucho, Claire.

Aprieta de nuevo los labios, pero esta vez forma una sonrisa. Una tensa y llorosa.

—Cuando me marché a Nueva York sentí que tenía una nueva oportunidad. Supongo que por eso me es tan complicado regresar a casa. Aquí están los recuerdos. También por eso he sido tan mala amiga con Emma. Ella no se lo merece, pero nunca se lo conté. No sabía si lo entendería y me daba miedo que destrozara nuestra relación, como sucedió con Ethan.

—Estoy segura de que si un día te animas, te apoyará.

Claire no me pide que no se lo cuente a nadie. Sabe que no lo haré. Se inclina sobre la mesa y me da un abrazo.

He estado un verano entero queriendo saber la verdad y ahora que ha sucedido, no puedo evitar sentirme terriblemente mal.

Tampoco sé qué hacer.

*****

—Y llamarás. Escribirás todos los días hasta que regreses y prepararás muy bien el examen.

Pongo los ojos en blanco pero vuelvo a abrazar a mamá. Esta vez solo Eva la lleva al aeropuerto porque yo he quedado con Cleo y Ale y nos veríamos en pocos días. Aún así no puede evitar darme la charla de madre.

—Cuando estés en casa hablaremos con calma de tu futuro junto a papá. ¿de acuerdo?

—Está bien —asiento.

Mamá me abraza de nuevo con fuerza antes de alejarse para terminar de cargar el equipaje junto a Eva. Apenas ha venido una semana y ya tiene más cosas que yo que llevar de vuelta a España. Incluso ha usado espacio de mi propia maleta porque en la suya no entraban. ¡Increíble!

Dejo de mirarlas guardar el equipaje y mis ojos se dirigen hacia la casa de en frente. Claire también se va, en un avión que sale una hora más tarde que el de mamá. Dijo que tenía que despedirse de Ethan y yo decidí quedarme en la casa con mi madre.

Ahora puedo verlos en la puerta de la casa de los Green. Claire tiene una mano sobre el hombro de Ethan y le susurra algo al oído.

No sé muy bien qué pensar de todo lo que me contó Claire. Ethan realmente no hizo nada malo, no podía prever lo que iba a suceder, pero tampoco contestó a las llamadas de quien era su novia estando en esa situación tan complicada.

Claire se inclina hacia delante y lo abraza. Ethan tarda unos segundos pero también le rodea con los brazos. Con mucha fuerza.

Mentiría si dijera que no siento celos, pero entiendo que lo que tuvieron ya está en el pasado. Tengo la opción de confiar o la de desconfiar.

Elijo creer en ellos. En especial, creer en él.

Cuando se separan Ethan gira el rostro y sus ojos se encuentran con los míos. No sé por qué aparto la mirada con rapidez. Siento como si estuviera rompiendo un momento íntimo entre ellos.

¡Idiota!

—Sofi, ¿me pasas esas bolsas?

Mamá reclama mi atención y ayudo a terminar de llenar el maletero. Me da un nuevo abrazo y me hace prometer llamarla pronto. Cuando se mete al coche Claire también ha llegado.

—Ojalá podamos volver a vernos pronto —dice mientras me abraza y luego procede a susurrar—. Gracias por escucharme anoche sin juzgar.

Se aleja de mí y me toma las mejillas entre sus manos con una sonrisa complaciente.

—Yo también tengo ganas de volver a verte —digo.

Y es cierto.

Me despido con las manos del coche mientras se aleja por la carretera.

Apenas unos días y yo también estaré haciendo ese mismo camino para marcharme.

Cuando desaparecen me vuelvo hacia la casa vecina, pero Ethan ya no está. Sé que después de todo lo que acaba de pasar tenemos que hablar, pero tampoco sé muy bien cómo comenzar esa conversación.

Cleo me escribe para avisar que en nada pasa a por mí y él sigue sin aparecer.

Ojalá esto no acabe mal, antes de que me vaya...

*****

El hermano de Ethan llegó al día siguiente. Estoy en la piscina cuando veo a un niño de unos ocho años en el jardín de la casa de al lado. Aunque él no se da cuenta yo lo observo, primero con confusión y luego con diversión.

Está dando golpes a una pelota y no es hasta que Ethan se asoma por la ventana y le grita que tenga cuidado con el balón que me percato de quién se trata.

Para cuando estoy regresando al interior de la casa, Ethan ya ha bajado y está jugando con él. Nuestras miradas se cruzan y solo puedo limitarme a saludar.

Diez minutos más tarde recibo un mensaje de él.

ETHAN: Daniel y yo vamos a ir al cine a ver la última peli de Marvel. Sé que ya la has visto pero, ¿te apetece volver?

La película, por supuesto, es lo de menos.

Tecleo mi respuesta velozmente.

SOPHIA: Dime hora y estaré lista.

*****

Me miro dos veces en el espejo del baño antes de salir. Probablemente esta sea una de mis últimas citas con Ethan antes de regresar a casa, quizás la última. Y no tengo ni la menor idea de cómo saldrán las cosas.

Necesitamos hablar sobre lo que ha sucedido estos días, pero va a ser un poco complicado con su hermano. Cuando salgo de casa escucho que ellos se están montando ya en el coche así que avanzo fuera del jardín delantero y lo rodeo para llegar a su lado.

Veo a Daniel sentado en la parte de atrás, sobre una silla infantil, con la puerta todavía abierta que Ethan está a punto de cerrar. Sin embargo los ojos del niño se clavan en mí y pronto una sonrisa me muestra una boca sin apenas dientes. Aunque sé que tiene ocho años, parece un poco más pequeño. Tiene el pelo un poco más oscuro y rizado que su hermano, varias pecas extendidas por el rostro y unos ojos grandes y brillantes bajo unas gafas redondas de pasta.

—¡Hola! —Me saluda con fuerza.

Sacude su mano hacia mí y Ethan también se vuelve.

—Daniel, ella es Sophia —nos presenta.

—Eres su novia —contesta su hermano entre risas.

Noto que Ethan se tensa, todavía con la mano en la puerta, pero Daniel me está mirando así que le devuelvo la sonrisa y asiento.

—Sí, lo soy.

De alguna forma, mi respuesta consigue que Ethan se relaje.

—Yo soy su hermano pequeño —se presenta.

—Me ha hablado mucho de ti.

Ethan finalmente cierra la puerta y me subo en el sitio del copiloto. Antes de arrancar el motor se vuelve hacia su hermano y pregunta:

—El cinturón está bien atado, ¿verdad?

El niño tira de él para demostrarle que así es y emprendemos el camino. Esta vez la música suena muy bajito pero Daniel habla todo el trayecto. Está muy emocionado por ir a ver la película porque además tiene lugar en el espacio y eso parece encantarle.

—Dentro de cinco mil millones de años el Sol se quedará sin combustible y se convertirá en una Gigante Roja —comenta cuando su hermano se coloca unas gafas oscuras para protegerse los ojos.

Ethan me lanza una rápida mirada a través de los cristales y yo solo asiento con la comisura de los labios elevada mientras Daniel continua:

—¿Sabías que alrededor de cien rayos alcanzan la Tierra cada segundo?

—No tenía ni idea —contesto con sinceridad.

Eso parece animarlo.

—¡Y pueden penetrar a través del vidrio y golpear tu piel dos veces! —Exclama.

—De mayor quiere ser astronauta —comenta Ethan.

—No, ya no. Ahora quiero ser físico teórico, como Sheldon Cooper.

Esta vez soy yo quien se gira hacia Ethan, que tras las gafas tiene el ceño fruncido. Sé a qué serie de la tele está haciendo alusión, pero me sorprende que un niño tan pequeño la haya visto. Tiene ya unos cuantos años.

—¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? —Pregunta Ethan.

—En el campamento me dijeron que si usabas gafas no podías ser astronauta.

—¿Y has investigado si eso es cierto?

Daniel se encoge de hombros y es un claro no, pero antes de que su hermano insista suelta otro dato sobre el espacio:

—En Venus el Sol sale al revés por su rotación inversa. Sale por el oeste y se pone por el este.

Ethan niega con la cabeza y continua conduciendo hasta que llegamos al cine mientras Daniel continúa con sus datos random. Sacamos las entradas y luego le da un billete a su hermano para que sea él el encargado de comprar las palomitas.

—Es muy inteligente pero todavía no se maneja bien del todo con el dinero, así va aprendiendo —explica.

Apenas llevo media hora viendo como interactúa con su hermano pero puedo apreciar lo mucho que lo cuida y quiere.

Decido aprovechar que tenemos ese rato a solas para hablar. Necesito contarle que ya lo sé todo.

—Oye, Ethan. Anoche Claire habló conmigo y...

Me interrumpo al ver cómo asiente con la cabeza.

—Sé que te lo ha contado. Me lo dijo antes de irse.

Se vuelve hacia mí y puedo notar el miedo y la incertidumbre en sus ojos. Quiere saber qué pienso de todo esto. Más allá escucho cómo Daniel nos llama y al volvernos hacia él lo vemos con un bote gigante de palomitas en las manos, mucho más grande que su cara. No sé si nos las acabaremos pero vale la pena por la sonrisa que tiene en la cara.

La conversación tendrá que esperar pero mientras el niño regresa a nosotros, extiendo la mano hasta llegar a la suya y agarrarla. Nuestros dedos se unen y Ethan se vuelve hacia mí con sorpresa.

Sonrío y consigo que él también lo haga. Cuando se inclina sobre mí me da un beso, uno muy suave en los labios. Al separarnos Daniel ya está a nuestro lado, pero no sonríe. Tiene una expresión de disgusto bastante graciosa y dice:

—Qué asco.

Ethan le revuelve el pelo y le insta a caminar hacia donde están las salas del cine.

—Anda, calla enano y vamos a ver la película.

En ningún momento suelta mi mano.

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