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By kglover1

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γ€Žβ‘‘γ€π’π“π‡ ❚ Donde Aurora tendrΓ‘ que aprender a luchar por sus sueΓ±os, por su felicidad y por su bienestar emo... More

IntroducciΓ³n y Cast
π†π«πšπ©π‘π’πœ π†πšπ₯π₯𝐞𝐫𝐲
00. The Beginning
01. Welcome to F1
02. We should lift each other up
03. Guilty
04. Friends
05. The Fake Smile
06. Shit Surroundings
07. Commitments and breakfasts
08. No one notices
09. I Know You're Not Okay
10. Sleeping Together
11. Get Free
12. Getting closer and closer
13. The Fake Relationship
14. And this is just the beginning
15. Old Friends
16. First Kiss
17. I'm Such A Mess
18. Distance
19. Do you want to break up with me?
20. You Can't Run Away From This Forever
21. Dealing With Haters Is Never Easy
23. Lover
24. Present Pains, Old Wounds
25. Breathe In, Breathe Through, Breathe Deep, Breathe Out
26. HOLD ON
27. Uncovered
28. She's standing on a line...
29. Celebration Out of the Ordinary
30. Surprise Visit
30.5 This Is Me Trying
31. Little Things
32. Building A Relationship
33. Pitfalls And Temptations
34. Making a Decision
35. Therapy
36. The Last Drop of Patience
37. And Now I'm...
37.5 Bad Guy
38. Gentleman
39. Summer Break Pt.1
39. Summer Break Pt.2
39. Summer Break Pt.3
40. Fears
41. Paradise & Lessons
42. Back to the ring
43. Too Suspicious
44. Birthday cake and mysterious gifts
45. Officially...
46. If a man talks shit...

22. Bitter Discoveries

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By kglover1

CHAPTER
▬▬▬▬ TWENTY TWO ▬▬▬▬
Amargos Descubrimientos

📍🇫🇷 Francia

AURORA


Prácticamente tuve que salir corriendo del circuito una vez que terminó la carrera. Adriana me dijo que consiguió un vestido para la apertura de la galería pero cuando llegué al Hotel, además de mi atuendo, en la habitación también estaba todo el equipo de estilistas.

Tardaron un par de horas en hacerme el maquillaje y el peinado, que en realidad fue muy sencillo por petición mía. Cogieron dos mechones del cabello que normalmente se me venía a la cara y los sujetaron por la parte de atrás con un moño beige. Todo mi atuendo era una combinación de colores crema, el vestido Givenchy era muy bonito, corto y completamente de tul, tanto la falda cómo el corsé.

Las sandalias de tacón eran transparentes, con detalles de perlas en las correas y en los moños que adornaban las puntas.

Adriana parecía complacida con el resultado y yo también. Me sentía cómoda y bonita... algo que hace mucho no me pasaba.

—Te ves hermosa, sin duda eres una digna representante de Givenchy.

Fruncí el ceño.

—¿Qué?

La sonrisa de mi publicista se ensanchó.

—Tú no lo escuchaste de mí, se supone que Selene te daría la noticia hasta Austria, pero después de todo lo que te has esforzado, creo que mereces saberlo. Givenchy te quiere cómo embajadora de la marca.

Me tomó más tiempo del que esperaba asimilar la noticia, y... sé que debía dar brincos de felicidad. Después de todo, ese era uno de los objetivos que pretendíamos alcanzar con esta relación falsa, pero... no me sentía orgullosa. No me sentí emocionada pese a ser gran amante de la marca francesa. No experimente ningún tipo de dicha. No sentí nada.

Para mí... fue cómo obtener una buena calificación en un examen.

—Bueno, pero no te alegres tanto.

Parpadeé, desorientada.

—Es una excelente noticia, Adri.

—¿Sí? Pues comunícaselo a tu cara, bonita — intenté sonreír cuando ella se acercó a mí en un par de zancadas para mirarme más de cerca — ¿Te sientes bien?

—Bien.

—¿Segura? — colocó el dorso de su mano contra mi frente, su entrecejo frunciéndose con preocupación — Fue un día largo, menina. Si te sientes mal, deberías quedarte a descansar.

—Estoy bien, en serio — quité sus manos y antes que ella pudiera decir nada más, mi teléfono se encendió sobre la cómoda, con un mensaje de Charles.

Me avisó que estaba esperando fuera del Hotel, así que me apresuré a despedirme de Adriana y coger el resto de mis cosas para salir de la habitación. Ya estando dentro del ascensor me coloqué el abrigo blanco.

La aparente tranquilidad que apenas disfruté las horas pasadas, desapareció por completo en cuanto las puertas de metal se abrieron y divisé fuera del Hotel a la prensa. Me detuve un segundo, indecisa, temerosa. Los flashes me cegaban aún a la distancia y pensé... pensé en todo lo que dirían de mí mañana por la mañana.

—¿Se encuentra bien, señorita Da Silva? — una de las chicas de recepción se acercó con expresión amable.

Apreté el bolso pequeño entre mis manos y asentí, tragándome las ganas de volver a la habitación para meterme en la cama.

—Bien, gracias — le sonreí y reanudé mi camino, cogiendo aire y soltándolo en tres tiempos.

Los pocos metros que me separaban de las puertas dobles se hicieron eternos y cuando salí a la calle todo fue a peor.

—¡Aurora!

—¡Aurora, por aquí!

—¡Aurora, responde unas preguntas!

—¿Es verdad que sales con Charles por publicidad?

—¿Son ciertos los rumores de que te quedarás sin asiento para el próximo año?

—¿Sabías que Charles se vio con su ex en Mónaco?

Intenté hacer oídos sordos y sonreír. Siempre sonreír, aunque por dentro ya estaba cansada de todo.
















CHARLES

Saludé con la mano a algunos de los fans mezclados entre la prensa, mientras rodeaba el auto para recibir a Aurora con la puerta del copiloto abierta.

Aún recuerdo lo bonita que estaba esa noche. Me había acostumbrado a verla con el cabello suelto, siempre lo llevaba así cuando no corría o entrenaba, sin embargo, el delicado y sutil recogido me pareció un detalle digno de ser resaltado. Dejaba al descubierto un par de pequeños pendientes de perla, que combinaban con su abrigo.

—Ojos bonitos.

Me arrancó una sonrisa escuchar aquel sobrenombre saliendo de sus labios rosados y tuve que contenerme de saludarla cómo yo quería, cómo era debido: con un beso que fuese reflejo de lo mucho que la había pensado todo el día.

—Estás hermosa, princesa.

La línea de su perfil era suave, sus ojos marrones daban la impresión de ser más grandes y felinos gracias a las sombras en colores cálidos; en sí, el conjunto de su rostro resultaba algo increíble: las pupilas parecían estrellas adormiladas, la boca un nido de sonrisas inquietas; el mirar y el sonreír formaban juntos un mohín delicioso.

—Y tú muy guapo — le dio el visto bueno a mi traje negro y tomó mi mano, acto seguido, se deslizó dentro del auto. 

Cerré la puerta y fui hasta mi sitio, impaciente y emocionado por hacer una actividad recurrente, cómo lo era conducir. Parecía un niño, tener allí a Aurora me hacía experimentar los nervios de una primera cita, con todo y las expectativas de que esta noche fuera aunque sea un poco memorable.

Encendí el motor y pronto el Hotel se fue quedando en el espejo retrovisor.

Por suerte el navegador marcaba que la galería estaba cerca, a no más de quince minutos. 

—Llegué un poco tarde, lo siento — articulé la disculpa con un suave cosquilleo en mi nariz, persuadido de que el perfume especial que aspiraba a intervalos era un aroma perteneciente a aquella mujer sentada a mi lado.

Me encantaba ese jodido olor. 

—Descuida, si hubieras llegado antes, lo más probable es que yo no estuviera lista todavía. Todos vamos atrasados, Camilla y George también van tarde. 

—Espero que Venus no se moleste. 

—No lo creo, es muy relajada. 

—Tienes razón, me agrada y no me gusta que me agrade, no debería agradarme después de que intentó coquetear contigo. 

La risa de Aurora reverberó en mi pecho, me encantaba hacerla reír pero esto era un tema serio. 

—Charles, no de nuevo. 

—¿Qué? ¿No es verdad? — arqueé una ceja y después de apoyar el codo en la puerta, me llevé el pulgar a los labios.

—¡No! Claramente estaba jugando, solo quería molestar a Max. 

Amour, sé que eres una mujer muy humilde y modesta, y eso me fascina de ti, pero acepta que tienes una cara jodidamente preciosa — sus mejillas adquirieron un tenue color carmín que solo podía apreciar con claridad cuando las luces de los faros de la calle, entraban por la ventanilla — Le gustaste a Venus, no por nada me dijo que tuviera cuidado. 

—Gustarle son palabras mayores. 

—¡Ajá! Entonces aceptas que se fijó en ti. 

Su risa se volvió escandalosa, contagiándome en el momento en que sentí que me dio un golpe en el brazo que maniobraba el volante.

—¡Auch! 

—Basta, Perceval. ¡Me haces avergonzar! — meneó la cabeza, cómo si yo no tuviera remedio — Lo que sí voy a aceptar es que ella es muy guapa. 

—¿Más que yo? — batí mis pestañas en su dirección y ella me miró con los ojos entornados. 

—¿Quieres la verdad? 

Abrí la boca, haciéndome el indignado. 

—Aunque digas que ella, eres mi novia, así que ahora te aguantas. Te tocó estar con el feo monegasco. 

—Es divertido cómo pronuncias la palabra "feo" — me cambió el tema — Ni tú mismo te crees que lo eres, y arrugas la nariz cuando lo dices. 

—Por supuesto que no lo soy, eso nos convierte en la pareja más guapa del paddock y que Venus soporte. 

Su sonrisa se ensanchó, noté que hacía eso cada vez que afirmaba que éramos novios, o pareja. Era cómo... cómo si fuese más real cuando yo lo decía que solo pensarlo por sí misma. 

Esta vez dejé la zurda sobre el volante y la diestra la descansé en su rodilla, que ni el vestido, ni el abrigo cubrían. Oculté la sonrisa al sentir que sus músculos se tensaban.

—Por cierto... ¿Tú sabías que Venus y Pierre se conocen? 

Aurora frunció el ceño. 

—Claramente no te refieres a que se conocen de ahora que ella asistió a la carrera. 

Meneé la cabeza. 

—Ya se conocían de antes. 

—¿Cómo lo sabes? 

—Porque conozco a Pierre desde que éramos niños, princesa — chasqueé la lengua — Y actuó muy extraño cuando Camilla los presentó. 

—Yo también lo noté, pero... vamos, es Pierre. Claramente le pareció atractiva, pensé que era por eso y no le di más importancia. 

—No, cuando Pierre pone los ojos en una mujer, no se contiene de actuar de inmediato. Con Venus es cómo si se cohibiera. 

—Es que ella es medio intimidante — murmuró pensativa — Sonará cliché pero no babeó por Pierre en cuanto lo conoció ¿No crees que sea eso? 

—Lo pensé, pero luego Pierre estuvo preguntándome todo el día si sé algo del tipo de relación que existe entre Venus y el dueño de la galería — me carcajeé de solo recordar la insistencia de mi amigo. 

Él creía que era bueno para disimular pero los celos se dejaron ver hasta por encima. 

—Dice que no es normal tanto interés por parte de ella. 

Aurora arqueó las cejas, incrédula. 

—¿Quiso sacarte información? 

Asentí entre risas, mientras estacionaba el auto en el lobby de la galería.

El exterior del recinto estaba casi desierto, ni siquiera había prensa. Quise creer que la situación cambiaría en cuanto se corriera la voz de que varios pilotos de Fórmula 1 estaban aquí. Ese era el objetivo, después de todo. Impulsar el evento. 

El valet ya estaba esperando, pero era más la necesidad de quedarme a solas con la brasileña, de... alargar aquel ameno momento un poco más. Así que me acomodé de lado con el brazo sobre el respaldo de su asiento, confiado porque no había nadie que pudiese tomar videos o fotos de nosotros. 

—Estaba muy muy interesado, y genuinamente asustado de la respuesta, pero tú no le digas que te dije eso.

—¿Y por qué te preguntó a ti? 

—No lo sé — curvé los labios hacia abajo, al tiempo que encogí los hombros — supongo que pensó que cómo tú eres amiga de Venus sabrías algo y me lo contarías a mí... Por cierto, ¿Sabes algo? 

Aurora abrió los ojos, dejando escapar una risa estupefacta. 

—Charles Leclerc, ¡Ahora tú estás tratando de sacarme información!

Amour, es por una buena causa. 

—Pues lamento decepcionarte porque no sé absolutamente nada. 

—Pero puedes averiguar. 

—No voy a ser tu informante, Charles, ni loca. 

—Princesa...—

—No — movió la cabeza con decisión, la sonrisa de sus labios carnosos formaba en sus mejillas aquellos atrayentes hoyuelos — Si es verdad lo que dices, y esos dos se conocen de antes, algo debió pasar para que ahora no se hablen y yo no pienso tomar partido. Venus es capaz de matarme si se entera que le estoy pasando información a Pierre, bueno... eso si es que ella llegara a decirme algo porque soy terrible para jugar a esto de los espías. 

—No creo que eso sea verdad, Aurora.

No se inmutó cuando me incliné hacia ella, y dirigí mi mirada hacia abajo, buscando sus labios que parecían rogarme por un beso.

— Tú puedes conseguir lo que quieras, yo soy la viva prueba de ello.

Contuvo la respiración ante la cercanía y yo sonreí sobre sus labios, disfrutando de la calidez que emanaba la mezcla de nuestros alientos.

—¿Ah sí? ¿Cómo es eso? 

—Me ofende que ni siquiera te des cuenta — la mano que tenía disponible la subí a su rostro, acaricié su mejilla con mis nudillos, deleitándome un momento con la sedosidad de su piel antes de descender para sostenerla por la barbilla. 

El jodido tablero me impedía tocarla cómo yo quería pero fue malditamente gratificante darme cuenta que estaba tan perdida en mí cómo yo en ella. 

Su sonrisa ladina fue un golpe directo a mi autocontrol. 

—¿Estás tratando de convencerme? 

—Al diablo nuestros amigos, olvídate de eso. Intento demostrarte que solo hace falta que sonrías para tenerme a tus pies, Da Silva. 

Me acerqué otro poco, rozando las comisuras de sus labios entreabiertos, dispuestos a ceder. 

—¡YA LOS VIMOS, PAR DE SUCIOS! 

Aurora y yo nos separamos, sobresaltados con los golpes secos propinados a la ventanilla. El rostro de Lando apareció contra el vidrio un momento después, intentando ver el interior con las manos a cada lado de sus ojos oliva, simulando unos binoculares. 

—Llegábamos cinco minutos más tarde y seguro que encontramos la mano marcada en la ventanilla — se burló Max — Cómo en la película del Titanic, en el carruaje. 

—¡Sullivan, dame a la niña! — esta vez fue Daniel quien tocó con los nudillos. 

Meneé la cabeza y tras cerrar los ojos, apoyé la frente contra el volante. 

—Juro que voy a matarlos. 

Sabía que eran bromistas, pero nunca tuve que preocuparme por eso, porque ninguna de mis ex congenió con ellos al grado de tener tanta confianza cómo para que las involucraran en sus juegos. Con Aurora era diferente, no los conoció por mí y tampoco era amiga suya por su relación conmigo. 

Abrí los ojos cuando sentí que ella depositó un dulce beso en mi mejilla.

—No te enfades, sin ellos tu vida sería muy aburrida — me recordó, divertida y antes de que yo pudiese replicar que aunque los quería, de vez en cuando sí me sacaban de quicio, el neerlandés le abrió la puerta para que bajara.

A regañadientes hice lo mismo. 

Le entregué las llaves al valet y para cuando rodeé el auto, Aurora y Camilla ya estaban posando para una foto que George intentaba tomar desde el último peldaño de la escalera de piedra, a riesgo de que la española le lanzara un zapato a la cabeza si salía mal. 

El escándalo que tenían el resto de mis amigos pasó a segundo plano cuando observé con más detenimiento a la pelinegra que ya se había despojado del abrigo blanco, y... »Mierda« Piensa en otra cosa, Charles. Piensa en otra cosa. 

Desvíe incluso la mirada a la calle, luego eché la cabeza hacia atrás, clavando la vista en el azul del hondo firmamento.
Intenté despejar mi mente, pero parecía que Aurora tenía un imán pegado en la espalda porque una y otra vez terminaba buscándola, admirando la belleza deslumbrante que poseía, completamente brasileña. Sin lugar a dudas, fue un deleite poder contemplar lo diosa que se veía allí arriba, mientras posaba junto a la rubia cómo si fuese modelo profesional y no piloto de Fórmula 1. 

—Cierra la boca, que te pueden entrar moscas — solo cuando Max me dio un golpecito bajo la barbilla, me di cuenta que tenía razón: había estado observando a Aurora con la boca abierta. Justo lo que ella me prometió que sucedería. 

—Tienes suerte que fuimos nosotros quienes los sorprendieron y no Lewis — Daniel me palmeó la espalda entre risas. 

—O la prensa — añadió Lando. 

—Sí, sí — puse los ojos en blanco — Tal vez algún día se los agradezca, ¿Dónde está, Carlos? 

—Dijo que él y Pierre llegarían más tarde — respondió el británico — No quería incomodar a Camilla. 

Daniel lanzó un bramido de frustración al aire. 

—Yo digo que los encerremos en un cuarto y que resuelvan sus problemas de una vez por todas, tanta tensión va a matarme. 

—Sí, y de paso deberíamos hacer lo mismo contigo y Adhara, a ver si dejan de ser tan tercos y ciegos — añadió Max cómo quien no quiere la cosa, pasando por un lado de Daniel antes de que este pudiese abrir la boca para reclamarle que lo metiera de forma tan abrupta en la conversación. 

El australiano me miró, esperando que yo dijera algo pero solo me encogí de hombros y seguí al neerlandés. 

🌌 🌌 🌌 

—Estas personas realmente tienen talento — murmuró Aurora, mirando muy sorprendida y maravillada uno de los cuadros de la sección que llevábamos diez minutos recorriendo — No sé porque no son tan conocidos. 

—Muchas veces la gente se deja llevar por el precio de las obras, piensan que eso define que tan buena o valiosa es, mira — cambié la dirección de mi mirada de forma disimulada y ella hizo lo mismo, hallando un cuadro del otro lado del pasillo que era por mucho, más simple y sencillo que este, pero que tenía un círculo más grande de personas admirándolo. 

Aurora hizo un mohín infantil de disgusto que me arrancó una risa baja. 

—Lo mismo pasa con las galerías, mon amour. No importa si todo el talento de Francia esta reunido en un lugar cómo este. 

—Pues me parece una tremenda tontería. ¡Son obras de arte! Meu deus, ¿Por qué le quitan importancia a lo que transmiten? Se supone que así es cómo defines si un cuadro te gusta ¿No? Por lo que te hace sentir cuando lo miras — volvió a mirar la obra exhibida en la pared, perdiéndose en cada trazo, dejándome anonadado por lo que reflejaba su expresión, su semblante ensimismado. 

—¿Y cómo podrías saber si lo que te hace sentir es suficiente para llevártela a casa? 

Lo pensó un minuto. 

—No lo sé, supongo que... debe robarte el aliento. Debes estar seguro que no te aburrirás de verlo todos los días, digo... imagínate comprar un cuadro para tu sala o para tu habitación. Allí estará cuando te levantes y cada vez que te vayas a dormir, así que en mi opinión debes... ser incapaz de explicarlo. 

Reí. 

—¿Incapaz de explicarlo? 

—¡Sí! — afirmó con categórica determinación — Porque si eres incapaz de explicarlo quiere decir que te hace sentir tanto que no puedes ponerle nombre a lo que estás experimentando. Cómo un buen libro, no importa si ya lo leíste cincuenta veces, sabes que hacerlo una más no será en vano porque seguro que encontrarás algo diferente.

Su sonrisa se ensanchó al mirar al frente de nuevo y yo me quedé callado, pensaba... que si alguien se acercara a mí en ese momento y me pidiera describir a Aurora, ya sabría que decir. 

Sacudí la cabeza y me aclaré la garganta, tratando de volver en mí. 

—Anda, princesa, ponte ahí. Déjame tomarte una foto. 

Ella arqueó una ceja, viendo cómo me alejaba un poco para poder buscar un buen ángulo. 

—¿Ahora serás fotógrafo también? 

Y si fuera pintor, no dudes que te plasmaría en un cuadro. 

—¿Tiene algo de malo? Yo soy cómo barbie, hago de todo un poco. 

—Ya me queda claro — rio y procedió a colocarse cómo le indiqué. 

La foto quedó perfecta, quiso que se la pasara pero decidí que esta la conservaría yo. Quería publicarla desde mis redes. 

Estuvimos otro rato paseando por la galería, viendo los cuadros, saludando personas y fingiendo que no nos agobiaba la presencia de la prensa, que había llegado hace un rato, casi al mismo tiempo que Venus. Fue una total sorpresa para los medios encontrarnos aquí, pero tal como predije, eso ayudó a la difusión del evento y el lugar se llenó en menos de dos horas. 

En mi opinión, la noche estaba marchando sobre ruedas, o al menos lo hacía hasta que nos pasaron a otro salón para la fiesta. 

Camilla y Venus se llevaron a Aurora por una copa, y yo me quedé un rato con los chicos, con Pierre que estuvo quejándose durante veinte minutos de Andrew (el dueño de la galería), porque no se le despegaba a Venus para nada. Intenté hacerlo entrar en razón, incluso intenté sonsacarle de donde conocía a la cantante, pero no logré un carajo y me harté. Así que lo dejé con Max y Daniel, y yo me fui en busca de mi chica. 

Ubicarla entre el mar de gente se convirtió en misión imposible, después de diez minutos fue más factible cruzarme primero con otras personas a las que jamás se me pasó por la cabeza que vería aquí, una de ellas Lissie Mackintosh; ella estaba explicándome que fue Camilla quien la invitó, cuando divisé a lo lejos una cabellera azabache. 

Aurora no estaba sola pero no le di importancia a ese detalle, mucho menos a la sonrisa que le dedicaba su acompañante, hasta que la británica dijo algo que me tomó con la guardia baja. 

—A ti también te cuesta ¿Eh? 

Parpadeé, desorientado. 

—¿Cómo dices? 

—Aurora y Logan —  lo dijo cómo si eso lo explicara todo pero mis neuronas nunca habían estado más enredadas — Tampoco he podido acostumbrarme, antes de conocerlos no creía en eso de que los ex pueden ser amigos pero...—

—Perdón — sacudí la cabeza y alcé la mano, indicándole que me diera un momento para procesar sus palabras, aunque en el fondo yo sabía que igual si me daba un mes, no hubiera podido llegar yo solo al meollo de todo — Me perdí ¿De qué estamos hablando? 

Lissie escudriñó mi rostro en silencio, sus ojos marrones mostrándose igual de perdidos. 

—¿No lo sabías? 

Mierda. 

Mierda. 

Alardeando de un valor que no sentía, giré mi vista hacia ellos una segunda vez y en ese momento, mi mente evocó el recuerdo de una escena similar, de ambos, platicando en el paddock el día de la carrera en España.

Presentía que había algo raro, pero... ¿Ex novios? Joder. 

—Charles, en mi opinión no tienes de que preocuparte, se nota que Aurora solo tiene ojos para ti. 

Quise creerle pero... mierda ¿Por qué no lo sabía? Más importante aún ¿Qué demonios hacía Logan allí? ¿Fue por ella? 

Y más y más dudas me asaltaron la cabeza el resto de la noche. Lissie se marchó, aún asegurándome que entre Aurora y Logan ya no existía nada, y yo me quedé allí, estancado en mis pensamientos. 

La brasileña estuvo platicando con el rubio un buen rato, no sé decir exactamente cuánto pero me pareció una maldita eternidad. Luego Venus y Camilla hicieron acto de presencia otra vez, le dijeron algo, rieron un poco y finalmente comenzaron las despedidas. Las jodidas despedidas, que en mi opinión eran innecesarias si iban a quedarse otro rato en el mismo sitio pero no, ya estaba claro que las cosas no saldrían cómo yo quería. 

Logan colocó su mano en la cintura de Aurora, aquello me hizo rechinar los dientes, y la cosa solo empeoró cuando lo vi acercarse a ella para darle un beso en la mejilla y un corto abrazo que me hizo querer arrancarle cada extremidad del cuerpo, ¿Tanta confianza existía entre ellos? 

Después de presenciar aquello, no pude dejar de darle vueltas al tema hasta que me dio migraña; pensé que era mejor marcharme a buscar a los chicos antes de que el coraje me cegara y terminara matando a alguien, pero Logan llegó primero, sorprendiéndome cuando se plantó a mi lado, cuadrando sus hombros con los míos. 

No sabía si él estaba siendo demasiado estúpido o demasiado condescendiente. 

No éramos precisamente amigos, tal vez por eso no le alteró ni un cabello que respondiera a su animado saludo con un escueto "hola". Putain *Joder*, es que me parecía hasta ofensivo que se acercara cómo si nada a hablarme, cómo si no fuera el ex de mi novia. 

Al cabo de un momento de solo recibir negativas y monosílabos de mi parte, creo que entendió cuál era el problema. Pues su expresión se suavizó de entendimiento mientras se percataba que yo no apartaba la mirada de Aurora. 

—Ah... ya veo, ¿Ella te habló de nosotros?

—Por supuesto — gruñí sin siquiera detenerme a pensarlo un momento.

Logan rió cortamente. Como ya mencioné, yo poco lo conocía, sino es que nada. En el pasado apenas habíamos compartido uno que otro saludo en algún evento, sin embargo, ya sentía en mi interior crearse el desagrado hacia su persona. Esa risa que soltó, demasiado irritante para ser cortés pero sin llegar a expresar claramente burla, estaba socavando de a poco mi paciencia. Parecía que me gritaba a la cara: "La conozco mejor que tú". Y eso me hervía la sangre... porque en el fondo sentía que era verdad.

Mis padres se amaron mucho pero eso no quiere decir que hayan sido la pareja perfecta y bajo ese ejemplo me educaron. Me enseñaron que la perfección no existe y que son los errores, las dificultades, los defectos y la oscuridad lo que finalmente te hace caer por una persona. Enamorarte pero enamorarte de verdad, que es lo que yo notaba en los ojos de Logan cada vez que miraba a Aurora, que la amaba. No sé de qué manera pero lo hacía y ser consciente de ello me tenía apretando la copa de champagne con tanta fuerza que temí romperla.

Carajo. Nunca me había sentido así de inseguro por nadie, tampoco es que Aurora me hubiese dado motivos para estarlo pero me era inevitable alimentar los celos y compararme con Sargeant cuando acababa de presenciar una confianza y complicidad en su primer encuentro después de dos años, que no era natural en una relación de ex-novios. Al menos no lo era para mí que no estaba acostumbrado a tener contacto con las mujeres con las que salí alguna vez.

—No lo hizo — su voz me sacó de mis cavilaciones y provocó también que volteara la cabeza tan bruscamente para mirarlo que sentí un tirón en el cuello.

—¿Disculpa?

Su sonrisa se ensanchó.

—No creo que te haya hablado de nosotros.

¿y este quién demonios se creía?

—Me importa muy poco lo que creas.

No pareció ofenderse por mi tono hosco y rudo, por el contrario se mantuvo muy calmado. Formó una línea con los labios, chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

—Mira, no me corresponde contarte nada...—

Me encogí de hombros sin siquiera dejarlo terminar.

—No creí que lo hicieras tampoco.

—Solo te diré que por mí no tienes que preocuparte — continuó, ignorando mi actitud hostil — Aurora y yo... — hizo una pausada y se me revolvió el estómago que volviese a mirar a la brasileña, que ya había dejado de bailar pero seguía charlando con Venus y Camilla — Es un capítulo cerrado hace mucho tiempo.

Sonrió para sí mismo con algo que alcancé a identificar como resignación y luego me palmeó la espalda, antes de alejarse.

Con los ojos entornados lo seguí por algunos minutos hasta que se perdió entre la gente. La conversación me dejó un mal sabor de boca pese a haber obtenido lo que tanto deseaba, escuchar de su propia voz que ya no existía nada entre él y Aurora. ¿Debería creerle? Por supuesto que no. Si yo fuera él y tratase de recuperar a mi ex, no sería tan estúpido cómo para admitírselo a la pareja actual.

— ¿Cómo va todo? — mi compañero de equipo llegó sonriente y entusiasta y eso me puso de peor humor.

—De puta madre.

Carlos silbó, la sonrisa borrándose de su cara en tanto escondía las manos en los bolsillos de su pantalón.

—¿Lord Perceval insultando? No debe ser bueno, venga suéltalo ¿Quién te hizo enfadar?

No pensaba decírselo, no quería arruinar la noche con dramas innecesarios pero luego pensé que tal vez Carlos podría tener algún dato interesante de Logan que le gustaría compartir conmigo. Cualquier mínimo detalle me vendría bien.

—¿Conoces a Logan Sargeant?

—Pues conocerlo cómo conocerlo no — hizo un mohín pensativo — Lo he visto alguna vez, es buen tío y...-

—Es el ex novio de Aurora — confesé con rudeza, para que entendiera que no necesitaba escuchar halagos hacia su 'carismática personalidad'.

El español me miró con la boca abierta, probablemente pensando que era una broma.

—Me estás jodiendo — meneé la cabeza con pesar — Carajo.

—Mhm, lo mismo dije yo — suspiré.

—Ostras tío, ahora entiendo — la mueca de sorpresa fue reemplazada rápidamente por una sonrisa burlona que estiró sus comisuras hacia arriba. Rodé los ojos, sabiendo lo que venía a continuación — Le he visto por allí ¿Por eso estás tan cabreado? ¿Estás celoso?

—Mate...—

—No, no, nada de "mate" — sacudió el índice frente a mí cara — déjame disfrutar este momento por todas esas veces que te reíste de mí cuando me ponía celoso de Lewis.

Me observó un momento más, regodeándose de mi actual situación con tanta alegría que me arrancó una risa.

—Venga, pero si Aurorita es un pan de Dios, no entiendo que pudo haber hecho que te ha puesto cómo una cabra. ¿Acaso le ha besado? 

—No digas tonterías — dije en un gruñido — No es lo que hizo, es que... no entiendo por qué no me lo dijo. 

—Anda ¿Ya estamos otra vez con el tema de la confianza? 

—Es que...—

—Es que estás pensando con el estómago, Charles — me interrumpió — No le des tantas vueltas, ni veas cosas donde no las hay, a lo mejor... ya no significa nada y por eso no te lo dijo. 

—Pues para no significar nada se llevan tan bien — empujé el interior de mi mejilla con la punta de la lengua y me llevé la copa a los labios, dándole un gran sorbo. 

Carlos meneó la cabeza y luego se rascó la ceja, frustrado. 

—Mira, mi consejo sigue siendo el mismo ¿Vale? Habla con ella y resuélvanlo, pero háganlo en serio que ya estoy harto. No puedo soportar que otro de nosotros tenga problemas con su chica. 

Oh claro que lo hablaríamos. Esto no podía quedarse así. 


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charles_leclerc une oeuvre d'art... en arrière-plan l'oeuvre du prochain Picasso
Ver traducción
*Una obra de arte... y ahí al fondo el cuadro del próximo Picasso*


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N/A:
Que intenso todo, yo les
dije que habría dramaaaaa pero
prometo que el sig valdrá
la pena ❤️👀

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-ven sΓ­gueme- lo tome de la mano y caminamos lejos de todos. QuerΓ­a que fuera personal lo que tenΓ­a planeado. Sin rechistar se aferrΓ³ a mi mano y sa...
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ContinuaciΓ³n de OCEAN EYES. by: lexiezzl.