Capítulo 25
Un discípulo dedicado
Como Shen iba a tener que permanecer dos semanas con movimientos limitados por su pierna quebrada, Ming Fan se haría cargo de sus clases con ayuda de un discípulo mayor. Shen solo se encargaría de los reportes para enviar a QiongDing y de otras cosas administrativas que necesitaran de su participación. También tenía algunas cartas que responder de sus hermanos marciales, principalmente de Liu quien le enviaba muestras de diferentes tipos de animales para que identifique. Otros le enviaban minerales o plantas por información y él les enviaba todo lo que sabía de lo que le mandaban. Una forma de aprovechar sus conocimientos aunque ellos a veces dudaban de hacerlo. Pero en este último tiempo había estado recibiendo más cartas de lo normal. Posiblemente por los cambios que habían visto en su pico a lo largo de los años. Como sea, a Shen lo ayudaba a mantenerse ocupado en otras cosas.
Como no podría moverse demasiado, tuvieron que asignarle un cuidador personal y quién más que Luo Binghe para cuidarlo. Bueno, Ming Fan simplemente estuvo de acuerdo luego de que su shidi le hiciera ojitos de cachorro. Luo Binghe brilló como nunca antes y fue por sus cosas para mudarse temporalmente a la casa de bambú.
Mientras Binghe preparaba el almuerzo, Shen analizaba el pelaje y las garras que Liu Qingge le había enviado. El color y el grosor de cada hebra le daba una idea del animal, pero las garras lo confirmaron. Largas y casi como si fueran de cristal. Las conocía.
Redactó una carta completa explicando el animal qué era y la utilidad que tenían algunas partes de su cuerpo. Las garras, por ejemplo, eran de un material duro y de tal resistencia que podría usarse para hacer armaduras o bien recubrir armas. Su piel incluso podía usarse para hacer abrigos que te podían hacer pasar el crudo invierno solo vistiendo esa piel. Era, en realidad, una bestia muy beneficiosa. Ese bruto tuvo suerte de encontrarla.
Cuando terminó de redactar la carta, Luo Binghe llevó los platos con el almuerzo. Su mirada pasaba de la carta que Shen escribió a las garras y el pelaje del animal. Shen no tardó en dejar todo a un lado para poder comer.
—Liu shishu encontró una bestia interesante. Es bueno que solo enviara sus garras y pelos y no su cabeza—comentó Luo Binghe dejando un plato de chao mian de verduras y pollo para él.
También se sirvió un plato para él mismo, sentándose en el lado contrario a su maestro.
—Liu shidi no volverá a enviar ningún animal muerto a menos que quiera que este shixiong le incapacite el pico durante una década—dijo Shen tomando su plato para comenzar a comer.
—Este discípulo detestaba ver las cabezas muertas de esas bestias.
Shen Jiu también las odiaba a pesar de que la carne de esas bestias traían grandes beneficios al cultivo. Pero una cabeza muerta no dejaba de ser una cabeza muerta. Era horrible aunque el significado detrás era de lealtad, amistad y, a veces, de cortejo. Pero él sabía muy bien que Liu Qingge no enviaba esos animales con intenciones de cortejar. Cuando le habló de ellos a Yue Qingyuan él le dijo que Liu Qingge solía enviar esos animales a los señores de pico con quienes era cercano. O podía serlo. Hasta ahora los únicos en recibir esos animales habían sido Shen Jiu y Yue Qi.
Shen no quería pensar mucho en eso, en especial al saber que los animales que Yue Qingyuan había recibido habían sido, en su mayoría, de aquellos que los demonios usaban para cortejar. No sabía si su shidi estaba al tanto de eso o solo había sido casualidad. Shen Jiu deseaba que solo sea una casualidad.
—Este maestro también las odiaba. Si quería mostrar su buena voluntad bien pudo traer otras cosas.
—Como una Rosa Escarlata de Fuego Eterno o un Cristal de Hielo de la Montaña—comentó Luo Binghe mientras empezaba a comer.
Shen no estaba muy de acuerdo. La Rosa Escarlata de Fuego Eterno se conseguía en lugares muy calientes, con superficies de temperaturas demasiado elevadas, y en donde hubiera tierra fértil. Eran rosas realmente casi imposibles de conseguir y su significado era puramente de cortejo. Lo mismo pasaba con los Cristales de Hielo de la Montaña. Eran más puros y hermosos que los diamantes, pero solamente se encontraban en zonas muy profundas de la tierra donde la luz nunca penetró. Eran tan raros y únicos que pocas personas podían jactarse de tenerla.
—No creo que sea apropiado que Liu shidi me regale eso—comentó.
—No decía que Liu shishu se lo regale, no hablaba de él—negó Binghe mirando su chao mian—. Aunque no creo que shishu tenga las habilidades para conseguir esas cosas.
—Tu shishu tiene buenas habilidades, pero no creo que le interese hacer un viaje por una rosa o un cristal.
—Lu shixiong del pico QiongDing dijo que Liu shishu una vez le regaló a Yue shibo un Cristal de Hielo de la Montaña—comentó Binghe comiendo tranquilamente.
Shen no sabía si Liu Qingge ignoraba el significado de todo eso o bien sabía y lo hacía a consciencia. Esperaba que ignorara el significado o Shen tendría que hacer algo al respecto para salvar a Qi-ge de ese idiota.
—Este maestro no quiere escuchar más sobre Liu shidi.
[A este sistema le estaba gustando el chisme (ToT)]
Este sistema bien podía dejar de molestar o Shen iba a eliminarlo como fuera.
[｡ﾟ･ (>﹏<) ･ﾟ｡]
Luo Binghe entonces le habló sobre su avance con el guqin que, aunque lento, era bueno. También le contó como Ming Fan estaba ayudándolo con su caligrafía y sus pinturas. Dándole pequeños consejos y sentándose con él y Yang Chen a practicar. En ocasiones otros discípulos se sumaban a la práctica o se acercaban a ver. Mu Sheng era de los que siempre estaban ahí pero solo para ver lo que Yang Chen hacía.
También le contó del día que los padres de Ming Fan fueron al pico a visitar a su hijo y le regalaron una túnica sencilla pero bonita para que pudiera usar cuando Ming Fan lo llevara a visitarlos. Los señores Ming en verdad apreciaban al pequeño Luo Binghe, sobre todo por el apego que su hijo tenía con él, como si fuera su didi.
Al principio no se veían muy convencidos con esa amistad, los señores Ming solían tener ideas bastantes clasistas y consideraban que su hijo debía juntarse con hijos de otros nobles para mejorar su estatus. Qué hizo Luo Binghe para agradarles, solo los Ming sabían. Pero de que se ganó a los padres de Ming Fan, eso era seguro. Además, habría ayudado que su propio hijo se negara a dejar su amistad con Binghe solo porque sus padres lo creían inapropiado. Shen todavía recordaba algunas de las pequeñas charlas que había tenido con su discípulo principal, donde le cuestionaba si estaba bien desobedecer a sus padres solo para mantener una amistad. Shen tardó unos días en enterarse de que todo eso había sido por Luo Binghe.
Como sea, ambos lucharon por mantener su amistad y continuaron adelante. Los señores Ming lo aceptaron y al final estaban felices de pasar tiempo con el pequeño Luo.
Al terminar el almuerzo, Luo levantó y lavó todo mientras Shen decidía relajarse leyendo un libro. Realmente no había mucho para hacer y tenía que buscar una manera de pasar el tiempo para no aburrirse. Si no fuera porque sus discípulos amenazaron con llamar a Mu Qingfan y al líder de secta Yue, Shen Jiu ya estaría caminando y dando clases.
¡Pero sus propios discípulos habían amenazado con delatar su pierna rota si no se cuidaba apropiadamente! ¡Lo amenazaron! ¡A él! ¡A su maestro!
¡Había creado un grupo de pequeños monstruos!
[Les enseñaste demasiado bien. Creaste un grupo de pequeños Shens.]
Comenzaba a arrepentirse de hacerse cargo de educarlos.
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Apenas llevaba tres días siendo cuidado por Luo Binghe y Shen ya comenzaba a arrepentirse de aceptar la amenaza de sus discípulos. Prefería que Mu Qingfan y Yue Qingyuan fueran a verlo que seguir conviviendo con el pequeño loto blanco.
No entendía por qué, pero cada vez que Luo creía que no lo veía o que estaba distraído, miraba a Shen con una intensidad que se sentía en la piel. Era...demasiado. Mucha intensidad que no entendía. Era como...como...como si el niño no creyera que Shen Qingqiu estaba ahí con él. Como si sintiera que todo fuera un sueño y fuera a despertar.
Incluso el trato era raro. No pasaba los límites, pero se sentía como si el niño hubiera esperado demasiado por servirle de esa manera. Había como...demasiada devoción.
Para su suerte, durante los baños el niño no lo ayudaba. Sabía que Luo Binghe no tendría problema al respecto, pero Shen lo consideraba inapropiado así que el niño solo calentaba el agua y lo ayudaba a ir a la tina. Luego salía y Shen se sentía libre de desnudarse y meterse dentro para asearse. Aunque en esos tres días solo lo había hecho una vez porque con el sello del aseo se le simplificaba más la tarea. Sin embargo, de vez en cuando era agradable disfrutar de un baño calentito. El agua ayudaba a relajar sus músculos y lo ayudaba a pensar mejor.
Retomando el tema principal: Luo Binghe. El niño lo trataba como un dios, como una eminencia, como... Como que necesitaba urgente salir con una niña (o un niño, le daba lo mismo). Ese mocoso era demasiado...intenso. No solo lo miraba como si fuera lo más maravilloso del mundo entero y lo trataba como lo más valioso. Sino que...había algo más. Algo que tornaba todo mucho más raro y hacía sentir a Shen mucho más incómodo.
El trato y las miradas la verdad no era demasiado. Hasta podría decirse que podía ignorarlas bastante bien y hacer de cuenta que nunca pasaron. Pero lo que en verdad hacía sentir incómodo a Shen Jiu era otra cosa.
Las noches se habían tornado tranquilas para Shen Jiu desde que había logrado aceptar su pasado. De vez en vez volvía a tener pesadillas, pero no era nada tan fuerte como para no volver a dormir. La meditación había ayudado también en gran medida así que no necesitaba a sus amigas en el Pabellón Rojo Cálido para descansar apropiadamente.
Pero, aunque ya no se levantaba por las noches con pesadillas, todavía lo hacía. Ya sea por pensar demasiado en las clases del siguiente día o por preocupaciones tontas como no quiero quedarme dormido y llegar tarde a las clases. Generalmente se despertaba, pero volvía a acomodarse en la cama y seguía durmiendo hasta que el sol comenzaba a salir. Noches normales.
O bueno, lo habían sido. Desde la segunda noche en que Luo Binghe se quedó ahí, Shen descubrió una madrugada en que se despertó sin abrir los ojos, que había una presencia a su lado. No sintió el peligro así que Shen pensó que era el niño quien había ido a ver si necesitaba algo. Pero lo extraño fue, cuando pudo procesar bien la información, que el niño estaba apoyado en el borde de su cama y no parecía tener intención de alejarse de él. La mirada de Binghe fue tan pesada que Shen tuvo dificultades para volver a dormir. En realidad, no volvió a hacerlo y cuando apenas comenzaba a salir el sol, el niño se marchó. Poco antes de que Shen se despertara habitualmente.
Esa situación se repitió una segunda vez, en la tercera noche en la casa de bambú. Luego una tercera y una cuarta. A la quinta, Shen abrió los ojos frente a Luo Binghe. El susto del niño fue tal que, en su apuro por salir huyendo, se golpeó el pie con uno de los muebles cercanos y tropezó con sus propios pies casi llegando a la puerta. Esa huida era idiota, el niño iría al cuarto de al lado como si fuera una guarida segura de Shen Jiu.
Shen se levantó de la cama tranquilamente, usando a XiuYa envainada para mantenerse de pie, y se dirigió al cuarto de al lado, donde Luo Binghe había hecho un desastre de mantas, envolviéndose como un bollo al vapor. Claro, como si eso fuera a salvarlo.
—Luo Binghe, es estúpido esconderte, sal de ahí—dijo Shen cruzado de brazos, el niño dijo algo que no logró entender—. Sal y repite lo que dijiste, con tantas mantas no se te entendió bien.
Binghe se removió, creando una abertura entre las mantas, pero sin animarse a salir. Ni que Shen fuera a patearlo.
En otro tiempo quizás sí, ahora no lo haría. No vaya a ser que después le arrancan la pierna por eso. Otra vez.
—Este discípulo promete no volver a hacer eso—repitió Luo Binghe.
—Lo llevas haciendo cinco noches seguidas. Sé que te quedas toda la noche mirándome. ¿Por qué lo haces?
De nuevo Bao Binghe* se removió entre las mantas antes de hablar.
—Este discípulo no lo hará más.
—Eso no responde a mi pregunta.
—Este discípulo solo estaba preocupado—dijo Binghe pero para Shen era una respuesta vacía.
Binghe no parecía dispuesto a decirle la verdad.
—Tengo una pierna rota, no me estoy muriendo por envenenamiento o tengo una enfermedad mortal. Tu preocupación es exagerada.
Bao Binghe volvió a removerse entre las mantas.
—Este discípulo se disculpa.
Era difícil creerle estando tan envuelto y no queriendo mostrar la cara.
—Este maestro aceptará las disculpas si le dices por qué lo mirabas tanto, no solo por las noches, sino a lo largo de todo el día.
—Este discípulo tiene sueño, buenas noches.
Shen entrecerró los ojos y con un movimiento de sus manos, hizo un sello que mando a volar las mantas de Luo Binghe a la pared. Y junto con las mantas cayó el niño al suelo.
—Responde a la pregunta de este maestro—insistió Shen.
El niño se quejaba por el golpe que se dio al caer, pero al verlo acercarse se olvidó de eso y bajó la mirada.
—Shizun, estoy cansado.
—No parecías estarlo esta mañana luego de pasar toda la noche en vela mirándome.
Binghe se sonrojó, incluso con la poca luz del cuarto podía ver sus mejillas rojas brillantes.
—Este Binghe lo siente.
Era todo lo que conseguiría del niño, lo sabía. Así que a falta de respuestas, Shen consideró que lo mejor era actuar.
—Esta noche dormirás aquí, pero mañana Ning Yingying vendrá a quedarse y cuidará de este maestro—eso sí hizo que Binghe lo mirara directamente a la cara—. Puedes volver a tu rutina en QingJing sin necesidad de cuidar de este viejo maestro.
—Pero a este Binghe no le importa tener que cuidar a shizun. Este Binghe quiere quedarse a cuidarlo, por favor.
—No, ya bastante hiciste estos días.
El niño, arrodillado en el suelo, repentinamente se aferró a su pierna buena y lo miró suplicante.
—Por favor, shizun, perdona a este discípulo y permite que se siga quedando aquí a cuidarte.
[...
No sé qué pensar de esto...]
Shen menos. El niño se veía lamentable, rogándole por cuidarlo como si fuera necesario para él, para sentirse mejor, para sentirse reconfortado. Shen Jiu solo tenía una pierna rota, nada que atentara contra su vida, pero por la manera en que Binghe rogaba cuidarlo parecía ser como si en cualquier momento Shen Jiu fuera a morir. No entendía su comportamiento y le parecía exagerado. Pero había algo en Luo Binghe que le decía que el chico no sentía que exageraba. ¿Sería algún trauma por su madre lavandera muerta? ¿Algo que le diera miedo de dejar solas a las personas que quería mientras estas estaban incapacitadas de alguna manera?
Shen, además de incómodo, se sintió abrumado. La actitud del niño era penosa y, en otro momento, lo hubiera golpeado. Pero...no sabía si se estaba ablandando o no, quizás sí, pero ver al niño así le dio...lástima.
Tan lamentable. No parecía el emperador que alguna vez le arrancó las extremidades y se burló de su dolor. Se veía como el niño patético que fue en un inicio antes de que Shen lo corrompiera con su odio.
¿En serio pisoteó a una criatura como esa? Definitivamente era una escoria.
—Levántate—dijo y en lugar de esperar a que lo hiciera, Shen lo tomó de la ropa y lo levantó él mismo—. No necesitas verte así de lamentable. No lo vuelvas a hacer—Shen acarició su cabeza con suavidad para calmarlo—. Te quedarás, pero deja de vigilar tanto a este maestro o te reemplazaré con tu shijie, ¿entendido?
Binghe asintió exageradamente, sus manos aferradas a la túnica interior de Shen. Ya no era un niño pequeño. Con quince años, Binghe le llegaba al hombro por lo que no era pequeño. Pero en ese momento así se veía.
—Lo siento, shizun.
Shen suspiró y le pellizcó la mejilla como castigo.
—Ahora a dormir, aquí, en tu cuarto. Este maestro necesita descansar.
Binghe asintió y lo soltó, permitiendo que se fuera sin insistir en ayudarlo. Dejó que XiuYa lo ayudara sin comentar nada al respecto.
Durante el resto de los días que siguieron, Luo dejó de mirarlo tanto. Eso calmó un poco a Shen, quien ahora podía sentirse más cómodo al dormir por las noches.
Aunque la verdad sea dicha, hasta que el niño no se fue de su casa de bambú, no pudo dormir mucho.
*Bao por bollo. Bao se usa mucho en este tipo de comidas así que lo usé con ese sentido.
Sí, Binghe da miedo, mejor que nunca me cuide cuando esté enferma :v aunque no me cuida ni mi papá así que neee u-u
Los discípulos de QingJing amenazaron a su maestro con delatarlo si no hacía lo que decían, era como Shen amenazandolos con BaiZhan jajaja era como:
Shen: Así que si no se comen sus verduras, viene los de BaiZhan y les pegan
Pequeños discípulos de QingJing: (T⌓T)
*Años más tarde*
Discípulos de QingJing ya grandes: Así que si shizun no se queda descansando, viene Yue shibo y lo regaña
Shen: (ಠ ∩ಠ) *hace lo que le dicen*
Mañana capítulo 26: A un paso de la Conferencia de la Alianza Inmortal
Nos acercamos a lo emocionante uwu
Nos vemos!!! besos :D