Tus ojos estaban perdidos, te mirabas a ti misma en el espejo, tus ojos estaban totalmente apagados, ya no tenían ningún brillo.
Te daba demasiado asco que tu hermanastro Sekido apenas rozara tu cuerpo, este cepillaba tu cabello mientras te daba leves besos en los hombros.
— Ohhh...vamos, no llores... — Al ver que una lagrima salió de tu débil ojo, la seco con su dedo pulgar. — Tus ojos se ponen muy débiles cuando lloras, no lo hagas. —
Para el era fácil decirlo, no había sido violado.
— ¿Si te acuerdas de lo que te dije, cierto....? — Te pregunto cerca de tu oído con una voz amenazante dándote escalofríos por toda tu columna.
Tu asentiste lentamente y con miedo, antes de que Sekido te apretara más fuerte los hombros.
— ¿Así? ¿Que fue lo que te dije? — Te pregunto nuevamente alzando la ceja para después morder levemente tu oreja...
— Q-Que no le diga a nadie sobre esto...si no será peor la siguiente vez... — Tartamudeaste, tu corazón seguía latiendo con terror.
— ¿Y si te preguntan porque no caminas bien? ¿Que les dirás? — Encuesto apretando un poco más tus hombros, su otra mano agarro tu muñeca y la beso mientras te miraba de reojo.
— Que me tropeze en los e-escalones... — Al sentir su mirada comenzaste a temblar, este te mordió levemente el hombro mientras te agarraba del cuello, pasando sus largos dedos por ahí.
— Buena chica...— Dio otra mordida ahí al punto que sus dientes quedaron marcados. — Ahora, tampoco le dirás sobre esto a los demás estúpidos, tu solo seras mía y solo mía... ¿Okey? —
Te apretó con algo de fuerza el cuello, con nervios y bastante miedo asentiste repetidas veces con terror de que te hiciera algo.
Escuchaste una leve risa satisfecha del ojirojo, después te agarro de la mano y te empezó a llevar hacia la puerta.
La ibas a abrir pero Sekido te jalo de la mano evitando que la abrieras, se acercó a tu oído.
— Y recuerda: Me bañe en tu baño, por eso estuve contigo... — Volviste a asentir nerviosa, este abrió la puerta y te empujó, por la debilidad de tus piernas te tropezaste y caiste en el regazo de Karaku quien pasaba por ahí...
— ¡Akari, debes de tener más cuidado! En fin, ¿como dormiste~? — Te abrazo poniendo tu rostro en su pecho desnudo, pues no tenía camisa...
Al escuchar su voz rápidamente te pusiste a temblar asustada, pues ya no lo veías igual ni a el ni a Urogi, ¿¡pero que estaba pasando últimamente con ellos?! Tenias una mala suerte horrible.
— Estas muy suavecita como de costumbre...¿te pusiste una nueva cre- — No acabo de hablar ya que alzo su mirada y vio a Sekido frente a tu puerta dando a entender que estaba contigo.
Alzo la ceja para después mirarte a ti, se dio cuenta que tus piernas temblaban y por eso no podías mantener el equilibrio.
Rápidamente se le vino la idea a la cabeza de que habían tenido el mete y saca.
— NO MAMES.— Te abrazo más fuerte por la sorpresa y te alejo de Sekido.— ¿¡QUE LE HICISTE?! —
— Imbecil, me bañe en su baño, no tienes que malpensar todo lo que escuchas idiota, después de todo yo nunca tendría sexo con alguien como ella. — No sabias el porque, pero te sentiste bastante horrible al escuchar sus palabras, sabias que era mentira, pero no había necesidad de mentir así...
— Aja, esa no te la crees ni tu. — Te abrazo más fuerte, una vena marcada apareció en la frente de Sekido demostrando su enojo. — (Que mal...yo quería ser su primera vez...) —
Pensó con tristeza, segundos después Aizetsu llegó.
— ¿Ya saliste? Vamonos Akari. — Se acercó a ti, pero se detuvo al ver a Sekido. — ¿Y tu donde estabas? Te estuve buscando pero no te encontraba. —
— Esque tuvo se- — El ojiverde no acabo de hablar ya que el ojirojo le dio una bofetada que hizo que te soltara, Aizetsu aprovecho para tomarte de la mano y jalarte hacia el con fuerza.
— Aizetsu, DÁMELA, estaba en su habitación bañandome. — Esa ni el se la creía.
— Ay ajá. — Karaku soltó cruzado de brazos, recibió otra bofetada de parte de Sekido. — ¡Auuu! Oye! Que yo sepa tu también tienes baño, mhhh?! —
— También le estaba ayudando a estudiar imbecil, tambien a su tarea...— Sekido apretó su puño molesto, ya se le estaba acabando la paciencia, mientras tanto tu ahí estabas en el regazo de Aizetsu mientras este acariciaba tu cabello mirando con desagrado a sus hermanos.
— ¿La tarea era de anatomía? — Soltó Urogi al lado de Karaku, los dos nombrados se rieron a carcajadas.
Tu mientras tanto estabas super incomoda con todo este escenario, si no fuera porque el ojirojo te dejo invalida ya estuvieras huyendo de ahí.
Aizetsu al notar eso te abrazo más, miró con asco a sus hermanos antes de darse la vuelta y caminar lejos de ahí.
Tu apenas podías caminar, Urogi y Karaku notaron eso y se miraron entre si con confusión, para después sonreír maliciosamente...
— Oye, Akari... — Te llamo el ojiamarillo, Tu lo volteaste a ver de reojo, te estabas aguantando las ganas de llorar por todo lo sucia que te sentías. — Dime, ¿que estabas haciendo con Sekido? No nos quieras ver la cara de tontos... —
Antes de que el ojirojo interrumpiera no pudo hablar ya que no tenia excusas, así que solo se dispuso a mirarte con esos ojos aterradores como si te estuviera amenazando...
— Me estaba ayudando a estudiar... — Respondiste con nervios, tu piel temblando te delataba.
— ¿Y porque caminas como garsa embarazada? — Te pregunto Urogi, ante esto recibió una mirada de odio de parte de Aizetsu.
— Déjen de hacerle esas preguntas, enfermos... — Se iba a ir nuevamente pero el ojiamarillo lo detuvo.
— Deja que conteste lloron... — Te jalo hacia el como si fueras un objeto, sentías tu corazón temblar bastante, no podías defenderte ni alejarte tus piernas aún dolían y tu entrada ardia. — Dime, ¿por qué no caminas bien? —
— Me tropeze de mi cama... — Respondiste nerviosa.
Obviamente Karaku y Urogi no se creyeron eso, además sabían perfectamente que Sekido te había quitado la virginidad.
Apretaron sus puños molestos.
No se quedarían atrás.