Ya había pasado una semana y media. Katniss no despertaba y yo con cada minuto que pasaba, perdía la esperanza de recuperarla. Johanna nos ayudaba dándonos ánimos. Los ataques habían vuelto pero yo me controlaba por el bien de mis hijos.
Aquel día, había empezado como cualquier otro. Katniss seguía sin responder. Decidí salir un rato a desayunar algo. En la cafetería del hospital me encontré a Haymitch.
-¿Que tal muchacho?- El había sido mi apoyo desde lo que le sucedió a Kat.
-Todo normal, no despierta y no se si algún día lo hará- le conteste honestamente.
-No te preocupes chico, ella es fuerte.-Eso ya lo sabia, siempre era lo mismo.
Seguimos platicando, hasta que decidimos volver. A caminar por el pasillo divise una cabellera castaña, saliendo de la habitación de Katniss. ¿Quien podría haber sido?.
La habitación estaba en silencio. Katniss se encontraba recostada en la cama. Tome su mano.
-Tienes que poder- le susurre y bese suavemente sus labios. Después de unos minutos, su mano se movió suavemente. No sabia si había sido una ilusión, pero esta idea quedo descartada al sentir como apretaba mi mano.
-¿Gale?-susurro.