—Derek — advierto.
—Vamos, no sabes lo caliente que estoy por ti amor.
—Pero la bebe se puede despertar.
—Entonces asegúrate de hacer el menor ruido posible.
Mi esposo me tira a la cama con el riendo ante su actitud tan aniñada y coqueta de este momento. El cuarto de la bebe esta al lado de nuestra habitación, me gustaría dormir un poco por si se despierta pero con la forma que Derek esta jugando con todos mis puntos mas sensibles me hace repensármelo.
—Sera rápido
—Ya lo veremos — me contesta.
—Amor
—Si la bebe llora, yo iré a calmarla
—Mas te vale.
Me rompe la ropa dejándome desnuda ante logrando contemplarme ante el besando y lamiendo cada centímetro de mi piel que encuentra preparándome para tenerme. Le ayuda a deshacerse del pantalón y su bóxer para que me vuelva a empujar a la cama. Su mano en mi cuello mientras se masturba viéndome desnuda.
—No sabes cómo extrañaba tenerte así nena
Le sonríe besándolo mientras siento como acomoda su erección en mi entrada.
—Mírame a los ojos — me pide y cuando lo hago entra lentamente en mi para de inmediato comenzar a moverse rápido y fuerte sin que lo viera venir. Se me escapa un gemido pero me tapa la boca con la mano siguiendo con sus embestidas aumentando su ritmo cada vez más. Logra que mi piernas tiemblen como locas a su alrededor enredándome con mas fuerza en el ya que esta golpeando mi punto g el mas sensible de todos y el conoce muy bien. Por algo me a dejado embarazada una vez y así como va le daré otro hijo si sigo dejándome caer ante este dios del sexo que es mi esposo.
—Derek — murmuro su nombre sobre su mano
—Eso es amor, tu si sabes como tomarme por completo
Da una embestida metiéndolo por completo haciendo que mis ojos rueden hacia atrás.
Mis chillidos son mas consistentes que le hacen saber que estoy cerca y se las ingenia para ir mucho más rápido aplicando más presión en mi cuello cortando más mi circulación logrando que solo me concentre en la sensación de el entrado dentro de mí.
Da una fuerte embestida llevándome a mi clímax y provocando que muerda su mano pero parece no importarle. Sigo sufriendo los espasmos mientras el sigue follandome hasta que se corre dentro de mí.
Nuestras respiraciones agitadas se mezclan mientras sus ojos encuentran los míos y sus ojos brillantes me confirman que llego al clímax si lo otro no era obvio. Le sonrió.
—¿Otra ronda? — me pregunta
—Me vas a matar un día de estos
—No pasara bajo mi guardia y que mejor manera de morir ¿no?