Era Sábado, eso indicaba que Yoongi podía dormir hasta tarde y olvidarse de las tareas y la escuela aún que sea por un día. O al menos eso creía, hasta que escucho unos pasos acercandose y su puerta siendo abruptamente abierta.
— Min Yoongi, me he cansado de repetirlo una y otra vez. Deja de meter tu espantosa ropa negra con mis playeras blancas — refunfuño.
— A lo largo de mis 21 años, eres la persona más irritantante que he conocido, Hoseok.
El antes mencionado solo bufo, desde hace 3 meses, ellos habían comenzado a compartir departamento. Hoseok desde un inicio quizó ser amable con él y entablar una buena relación, pero al parecer, Yoongi, no daba su brazo a torcer. Así que poco a poco lo comenzó a tratar de la misma mala manera, convirtiéndose todos los días en un par de personas que se la pasaban peleando, gritando y maldiciendo todo el tiempo.
— Aún que por cierto, esa playera quedo con un bonito diseño de vaquita. Lástima que seas tu quien tenga que usarla. Ahora se ve horrorosa — Tomó el bordo de su edredón y lo subió hasta su cabeza.
Perdió la noción del tiempo, no supo cuanto tiempo más escucho a Hoseok berrear, tampoco se entero de cuando volvió a caer en los brazos del morfeo y mucho menos pensó lo caro que le saldría es mala jugada que le había hecho.
Yoongi había metido una de sus prendas negras apropósito en la ropa blanca de Hoseok.