Este capitulo contiene temas como el bullying, problemas de ansiedad y autolesion. Si son sensibles leyendo esto sugiero no sigan leyendo o procedan con precaución.
—Muévete
Brett me empuja fuera del camino pasando de largo como si no importara que me acaba de empujar, oh pero el lo sabe. Me tortura de tantas maneras desde hace tantos años que ya se me olvido la razón por qué o si siquiera hubo una razón para ser el objeto de su odio.
Sus comentarios se han vuelto cicatrices en mi alma, cada uno de ellos por desgracia no puedo olvidar, están ahí marcados dentro de mi para siempre en mi recuerdo.
Eres tan inútil T/N
Haz me el favor y desaparece
Ojalá nunca te hubiera conocido
¿Por qué no te largas de esta escuela?
Haznos un favor y mírate en el espejo antes de salir
No me toques con tus asquerosas manos.
Nadie entiendo que lo que mas lastima nunca han sido los golpes físico, por que ese dolor puede pasar y se puede anestesiar. El dolor que las palabras provocan no se va por que intenten curarlo, y ninguna pastilla sirve como analgésico. Lo sé yo que debo tomar pastillas para mi estúpida ansiedad.
Camino al baño de mujeres intentando reprimir las lagrimas lo mas que puedo hasta estar encerrada. Una vez en el baño las lagrimas se derraman como mares, no lo puedo controlar, no sé cómo y tampoco creo que pueda. Ya estoy tan cansada de esto, todo el dolor que acumulo todos los días. Por que no solo Brett me hiere y me desprecia, e sido no deseado desde mi nacimiento y mi madre se a asegurado de ello.
No tengo un puto descanso de esto jamás y cada vez me siento mas débil. Cuando ya no puedo seguir llorando salgo y me lavo el rostro. Miro el reloj y veo que ya es tarde para ir a mi siguiente clase entonces no iré, una falta no es nada. Las lagrimas amenazan en volver a salir así que busco en mi mochila las pastillas.
Necesito las pastillas, es lo único que me ayuda a mantenerme calmada durante el día.
También me gustaría una botella de ron que me acompañe. Lo bueno es que robé una de esas botellas a mi padre y la metí en mi mochila esta mañana, no se por que la metí. Es como mi subconsciente me dijo que la necesitaría para otro momento, como este.
La destapo tomando el primer trago para pasar las pastillas.
Otro trago...
Otro mas
...
No se cuantos tragos mas di pero ya estoy muy mareada con la cara pegajosa por las lágrimas. Hay toques en la puerta pero lo ignoro, hay una voz pero la ignoro. Esa persona decide pasar al baño de damas. No se supone que haya nadie ahora, todavía falta para el receso.
Miro hacia arriba y veo lo que parece ser el rostro de Brett, pero debió ser mucho alcohol.
—¿T/N?... Hey ¡T/N!
Corre hacia a mi tomando mi rostro en sus manos, me analiza con el ceño preocupado pero yo solo quiero seguir sintiéndome mareada sin nada de dolor. El ve la botella que esta tirada al lado mío, son mis pastillas.
Las analiza, leyendo la prescripción y es como si algo se quebrara dentro de el por la forma en que se contorsiona su rostro. Guardo eso en mi mochila y me toma en sus brazos. Ahora siento mucho sueño.
—No te atrevas a dormirte pequeña, quédate conmigo ¿oyes? Quédate conmigo.
El empieza a correr aun diciendo que me quede despierta pero yo solo necesito dormir.
.......
Abro los ojos, y estoy en una cama de hospital. Miro a mi alrededor y noto que tengo compañía. Brett esta sentado en el sofá a mi lado dormido.
Me muevo pero en mi brazo hay un dolor punzante, es cuando veo que estoy conectado por intravenoso a un suero. El ruido que hago con mi quejido y que eso se moviera despierta Brett. El me ve y camina hacia a mí, en su rostro se ve muy cansado pero me sonríe. Es la primera vez que me sonríe.
—Tuvieron que ponerte suero — me dice cuando ve que me toco mucho mi mano.
—¿Por qué? — pregunto. El queda un momento mudo.
—Casi te provocas una sobre dosis pequeña, si yo no hubiera ido a buscarte.... No quiero pensar en lo que hubiera pasado.
—¿Qué? ¿Por qué irías a buscarme?
—No estabas en clase
—¿Y como diablos sabes que no estaba en clase?
El respira pesadamente
—No me hables como si estuvieras enojada T/N, yo te salve y si alguien debería estar molesto seria yo.
—¿Por qué diablos deberías estar molesto? No debería importarte lo que hago con mi vida
—¡Claro que debería importarme! — su grito hace que mi piel se erice.
El peina su cabello hacia atrás frustrado comenzando a caminar de un lado para otro.
—Se que te he hecho creer que te odio pequeña, y es mi maldita culpa que te haya pasado esto — intento intervenir pero el sigue hablando —jamás pensé que te lastimaría tanto.
—Brett
—Vi las pastilla, vi que esto no solo es por hoy, has estado sufriendo desde hace un tiempo.
—Brett
—Intente llamar a tu madre pero no contesta el teléfono — me informa. Un nudo se forma en mi garganta.
—Ella no tendría tiempo para mi de todos modos — logro decir. En la mirada del algo se oscurece, como si le hice entender muchas cosas con lo que acabo de decir.
—Odio a tu madre