You belong with me

Por fanficssleti

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Aitana y Pedri. Pedri y Aitana. Así los conocían en su pueblo de Tenerife, Tegueste. Son mejores amigos desde... Más

PERSONAJES PRINCIPALES
PRÓLOGO
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Aviso
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22

Capítulo 1

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Por fanficssleti

3 AÑOS MÁS TARDE, 22 DE SEPTIEMBRE de 2023
-NARRA AITANA-
Esperé paciente fuera de la facultad a que Pedri llegase. Me había prometido que pasaría a buscarme después del entreno para ir a comer juntos, ya que llevaba toda la semana por ahí disperso por culpa de su novia, Bárbara.

Por culpa de ella, Pedri estaba absorbido, y no es porque estuviese enamorada de él y me diese unos celos terribles verlo con ella, pero la odiaba. Me daba malas vibras, por no hablar de lo mala que me parecía para Pedri. Desde que estaba con ella, más o menos desde marzo, Pedri se había apartado mucho de mí, incluso me había admitido que Bárbara se lo pidió porque "se sentía insegura". Una mierda, era la persona más segura de este planeta, y más si era conmigo. Siempre me miraba por encima del hombro, y el tonto de Pedri la defendía en todo. Lo había apartado de mí e incluso de sus amigos, que también lo notaban, pero nadie le decía nada porque la defendía ciegamente, en fin.

Estaba dispuesta a llamarlo cuando veía que no aparecía por ninguna parte y llevaba ahí 15 minutos esperándolo. Pedri sabía la hora justa a la que salía y nunca llegaba tarde sin avisar, no hasta que empezó con la dichosa rubia.

Justo cuando iba a llamarlo, un coche aparcó delante de mí. Levanté la mirada con una sonrisa esperando encontrarme con Pedri, pero Fer me sonrió desde el piloto, una sonrisa que pedía perdón por su hermano. Pues no me valía.

-  ¿Se ha ido con ella verdad? -pregunté al entrar
-  Lo siento Aiti, dice que te lo compensa por la noche
-  Una puta mierda Fer
-  Ya
-  Estoy harta
-  Dale tiempo, ya se dará cuenta de todo lo que está haciendo
-  ¿Cuándo? Lleva seis meses, seis, y he tenido que soportarla medio verano en Tenerife, y Pedri ni siquiera vino con nosotros de vacaciones porque se fue con ella
-  Ya -suspiró- pero hay que entenderlo, está enamorado
-  Si, ya

Dejamos ahí la conversación y fuimos hasta casa en silencio. Fer me abrió la puerta y entré sin muchas ganas, caminando hacia la cocina para coger algo de agua.

Cuando entré, la cara se me iluminó al ver a Gavi sentado en una de las sillas. Era el mejor amigo de Pedri desde que habíamos llegado a Barcelona y compartía equipo con él, y la verdad, me caía genial. Era el que más notaba la ausencia de Pedri a parte de mí, y el único que había notado el primer día que me vio lo enamorada que estaba de él, pero prometió no decírselo nunca a nadie.

-  ¡Gavi!

Me acerqué corriendo y sonrió cuando le di un fuerte abrazo. Me senté a su lado y a los pocos segundos Fer entró en la cocina.

-  Ves, al menos te he traído una sorpresa para que te animes -dijo
-  Que bien, menos mal -dije
-  En fin, cuando Pedri me dijo que se iba con la lagarta y que te iba a dejar tirada, no podía dejarte así -dijo Gavi
-  Si seguís llamándola así, Pedri se cabreará -rió Fer
-  Que se joda, también me cabreo yo con lo que hace
-  ¿Comemos entonces? -sonrió Gavi
-  Sip

Fer se puso a hacernos de comer, nunca nos dejaba ayudarle porque la última vez que lo hicimos incendiamos una sartén y se armó un poco, pero bueno, pequeños incidentes. Mientras tanto, Gavi y yo pusimos la mesa y fuimos hasta el salón para hablar. Siempre me acababa sacando algo sobre Pedri, y no quería que su hermano escuchase que llevaba más de cinco años enamorada de él.

-  ¿Qué tal estás? -preguntó cuando nos sentamos
-  Enfadada
-  Normal, y mira que intenté convencerlo
-  No tienes que hacerlo, no le importo Gavi
-  Si le importas Aitana
-  Ya no como antes
-  Que si tonta, pero está...
-  Como digas enamorado -lo corté- te mato, porque lo que está es obsesionado
-  Un poco, la verdad
-  Es que no entiendo como no lo ve, o sea es algo que le dice todo el mundo
-  Ya, pero no podemos hacer nada, tú estarías con él todo el día si pudieses, aunque me tienes a mi aquí que soy mejor

Reí cuando dijo eso último y me acarició el brazo en un gesto cariñoso.

-  Ya verás como todo mejora, dale tiempo -dijo
-  Vaaale -suspiré- pero ojalá mejore pronto

Nos quedamos en el sofá viendo tiktoks en mi móvil, siempre lo hacíamos porque Gavi no quería descargarse la puta aplicación porque decía que casi no tenía espacio, y eso que disponía del dinero para comprarse el móvil con más espacio del universo, aunque sabía que realmente no lo hacía por pereza.

Cuando escuchamos a Fer gritarnos desde la cocina, nos levantamos y nos sentamos a la mesa los tres para comer.

- ¿Tienes planes para hoy Aitana? -preguntó Fer
- Nope, supongo que ver como me compensa tu hermano por dejarme tirada por milésima vez 
- ¿Y si lo dejas tirado a él por una vez? -preguntó Gavi, levantando las cejas con una sonrisa
- ¿Qué propones? -reí
- Vámonos a cenar, a su hamburguesería favorita
- Que malísimos sois -rió Fer- pero me apunto
- Si total seguro que también acaba cenando con ella, la largarta no lo suelta ni loco -dije
- Pues hecho, cenamos fuera, pero no se lo digáis -rió Gavi
- Cualquiera diría que eres su mejor amigo -rió Fer
- Y tú su hermano capullo -rió Gavi

Sonreí mientras comíamos, y di gracias por tener al menos a estas personas que me ayudaban a distraerme de mis pensamientos hacia Pedri.

-NARRA PEDRI-
Escuché a Bárbara hablar otra vez sobre las uñas que quería ponerse, o más bien que quería que le regalase. Lo hacía indirectamente pero de una forma bastante directa, aunque yo nunca le decía que no a nada, no podía.

Miré el móvil por tercera vez, esperando algún mensaje de Aitana cabreada por dejarla tirada. No quise hacerlo, pero Bárbara se empeñó tanto en que quería verme y que me echaba de menos que no pude decirle que no, así que ahora estábamos comiendo en un restaurante pijo de los que le gustaban a ella. Si hubiese comido con Aitana, habríamos ido a un McDonals o a cualquier sitio que tuviera hamburguesas guarras, pero obviamente no se parecían en nada. Ya no solo por el físico, Bárbara era alta para ser una chica, casi tanto como yo, rubia y de ojos azules, realmente preciosa, con un cuerpo de escándalo y que llamaba la atención en cualquier sitio que pisaba.

Aitana por otro lado era de aspecto más dulce, morena de ojos verdes, algo más bajita, y también con un cuerpo precioso, lo sabía porque la había visto en bikini miles de veces, pero ella no se ponía ropa que le hiciese destacar como Bárbara, se escondía detrás de vaqueros y sudaderas. Por muchas veces que le dijese que se pusiese algún vestido porque le quedaría precioso, ella se negaba cientos de veces. En toda mi vida solo recordaba haberla visto de vestido en su comunión.

Cuando dejé de escuchar la voz de mi novia, levanté la mirada y la vi mirarme seria, con los brazos cruzados sobre la mesa.

- ¿Me estás escuchando? -dijo
- Si, lo siento cielo
- No, no lo estás haciendo
- Si, decías algo sobre si negras o rojas
- ¿Con quién hablas? ¿Con tu amiguita otra vez?
- No le digas así, la he dejado tirada por ti
- Bueno, pues soy tu novia ¿no?
- Si, pero ella también se merece su lugar
- Y su lugar es ese, el de amiga
- Lo sé Bárbara
- Si pero parece que ella se confunde a veces
- No digas tonterías
- Lo que tú digas, vamos a comer

Abandonamos la conversación sobre Aitana. Siempre que hablábamos de ella, Bárbara se ponía a la defensiva, e incluso llegó a decirme que estaba insegura, lo cual no tenía sentido porque Aitana no era nada de otro mundo comparado con ella. Sí, era preciosa también, pero no del mismo modo que Bárbara.

Aún así, me convenció para que dejase de ser tan cariñoso con ella, porque decía que tenía que darle un respeto que ella sentía que no le estaba dando, así que terminé apartándome un poco de Aitana a pesar de que sabía que eso le haría daño. Sabía que Aitana lo entendía, y aunque a veces se enfadaba, me quería demasiado como para que le durase mucho.

Era consciente de lo mal que se llevaban y de que por mucho que lo forzase jamás se caerían bien. Aitana no lo admitía, pero estaba celosa porque había dejado de ser la única mujer en mi vida, y en parte lo entendía. Siempre había estado para ella y tenerme que compartir con alguien no tenía que ser plato de buen gusto, sobre todo cuando habíamos dejado de compartir casi todas las horas del día a compartir como mucho 5 a la semana.

Comimos con tranquilidad, escuchando como Bárbara hablaba e interviniendo de vez en cuando. Solíamos ser así, ella hablaba sin parar de cosas sin sentido y yo la escuchaba, aunque no me importaba.

- Yo estoy invitado a la gala de oro -dije
- Oh, que guay
- Si, es en París
- ¿En serio? Dios, tengo que ponerme un vestido precioso

Sonreí al recordar la cara de Aitana cuando se lo dije hace unos días. Se puso eufórica, hasta que se dio cuenta de que probablemente tendría que ponerse vestido y su cara cambió completamente. Aún así, estaba casi más emocionada que yo. Siempre se había emocionado más que nadie por todos mis logros.

- ¿Vienes?
- Hombre, pues claro que voy, tengo que ir, soy tu novia
- Ah, si, claro claro
- Que ganas, ya me imagino como será el vestido ¿vendrás conmigo a comprarlo no?
- Si, por supuesto
- Genial -sonrió- ¿cuándo es?
- 10 de octubre
- Hay tiempo, bien

Asentí y miré de reojo mi móvil, cero notificaciones de Aitana. En fin, seguro que estaba cabreada, un montón, pero por la noche la invitaría a cenar a nuestro sitio favorito de hamburguesas y se le pasaría en un santiamén.

Después de invitar a Bárbara a comer, salimos a dar un paseo por la calle. Le encantaba pasear conmigo de la mano, aunque era consciente que también le gustaba mucho que los paparazzis nos sacasen fotos, pero ya todos sabían que estábamos juntos así que me daba igual.

Pasé la tarde con ella, deseando que llegase la noche para compartir un momento con mi mejor amiga. A veces sentía que con Bárbara no podía expresarme de verdad, mostrar lo que llevaba dentro, Aitana era la única que me comprendía en cierto modo, o que al menos intentaba hacerlo. Era un alivio saber que había alguien que me conocía de verdad y a la que podía contarle lo que pensaba.

Dejé a Bárbara en su casa a las 9, después de que me rogase cien veces que me quedase a dormir y decirle que mañana tenía entreno temprano. Se conformó con esa excusa y dejó un beso sobre mis labios antes de entrar en su casa. Volví a toda prisa hacia la mía, sonriendo al pensar en el momento que me esperaba junto a mi amiga. Me sentía algo mal por dejarla de lado, pero Bárbara era mi novia y tenía que entenderlo, ahora tenía que pasar más tiempo con ella.

Cuando entré en casa, me extrañé al ver todo apagado.

- ¡Fer! ¡Aitana! -grité

Ninguno respondió. Cogí mi móvil y llamé a Aitana, que no respondió. Después llamé a mi hermano, y contestó casi al final de la llamada.

- Dime -dijo
- ¿Dónde estáis? No hay nadie en casa
- Cenando por ahí
- ¿Solos? Te dije que cenaría con Aitana

Arrugué las cejas cuando escuché risas de fondo, unas que podía distinguir en cualquier lugar, y que se correspondían a mi mejor amiga y mejor amigo. O sea, que Aitana estaba con Gavi y Fer y había pasado de mí. En verdad me lo merecía.

- Bueno hermanito, no vamos a esperar por ti hasta que decidas sacar la polla del hoyo -dijo

Escuché una explosión de risas al fondo y me cabreé. Odiaba que se comportasen así siempre que volvía de estar con Bárbara, podían disimular un poco.

- ¿Dónde estáis? Que voy -dije

-NARRA AITANA-
Empecé a reírme sin control cuando a Fer se le salió la coca cola por la nariz cuando Gavi hizo un chiste malísimo. Estábamos haciendo un escándalo, y Gavi se tapó la cara para que nadie lo viese.

Mi móvil sonó en la mesa, y le di la vuelta cuando vi que era Pedri, no pensaba cogerle y arruinar mi noche. Me lo estaba pasando de maravilla con estos dos.

- Ostia puta que me meo -rió Gavi
- Gilipollas -rió Fer- mi hamburguesa ahora está bañada en cocacola

Me reí de nuevo, agarrando mi barriga que empezaba a dolerme de la risa. El móvil de Fer sonó, y aunque le supliqué que no le cogiese a su hermano, hizo pucheros y descolgó.

- Dime -dijo

Hablaron unos segundos, y estallamos a reír cuando Fer le dio un zasca su hermano. Tapó el micrófono y nos susurró que Pedri quería saber dónde estábamos para venir, así que le arranqué el móvil de las manos y lo puse sobre mi oreja.

- Hola Pepi -dije
- Aiti, ¿donde estás?
- Ah cenando
- ¿Dónde?
- No te importa, no me hubieses dejado tirada para comer
- No seas cría Aitana, dime dónde estás
- Nope, ¿sabes que? Me lo paso mejor con Gavi y Fer, y ellos no me deja tirada por una estúpida rubia, adiós

Colgué la llamada y los dos chicos me miraron con la boca abierta.

- Te has flipado -rió Gavi- sabes que te morirás cuando lo veas después de decirle eso
- Me da igual -me encogí de hombros- es la verdad
- Mi hermano es más tonto que tontin -rió Fer
- Pues anda que tú, a comer hamburguercola -dije
- Que puta mierda de nombre -rió Gavi

Los dos rieron y empezamos a comernos nuestra cena. Justo saltó el BeReal mientras comíamos, así que cogí e hice una foto de los tres con las pedazo de hamburguesas de fondo. De pie de foto puse "con mis niños", y que se joda Pedri.

Cuando salimos del restaurante, unas chicas se acercaron al ver a Gavi. Se volvieron locas y Fer y yo nos apartamos unos metros para no entrometernos. Estaba acostumbrada a que siempre que iba con ellos alguien nos parase, pero me seguía dando respeto. Además, últimamente se pensaban que tenía algo con Gavi porque siempre que Pedri me dejaba sola me iba con él y los demás chicos del equipo, pero nada más lejos de la realidad. Estaba enamorada perdida de su mejor amigo, y eso no tenía remedio.

Volvió a junto nuestra y caminamos de vuelta al coche. Había comido tanto que empezaba a dolerme la barriga, y todo por mi estúpida manía de comer siempre postre aunque esté a reventar. Pero como dice mi abuela, el helado es digestivo.

- ¿Mañana qué haréis? -pregunté al subir en el coche de Fer
- Pues no sé -dijo Gavi- Yo quedaré con los chicos supongo, ¿por qué? ¿quieres venir?
- Nah solo preguntaba, quizás salgo con las chicas
- Eso, diviértete -dijo Fer- que casi no sales
- No soy muy fan -dije- pero sí, creo que saldré
- Puterio máximo -rió Gavi
- Ojalá, pero sabes que no
- Uhhhh -dijo Fer- ¿algún chico?

Miré a Gavi por el espejo retrovisor y este escondió una risa. Si tú supieras Fer, si tú supieras.

- Que va -dije- es que no me mola eso
- Pues podías traerte un tío a casa y molestar al pesado de mi hermano con gemidos, se lo merece

Gavi y yo estallamos a reír y negué con la cabeza aún riendo. Dejamos a Gavi en su casa, que se despidió dejando un beso en mi frente, y volvimos a nuestro hogar.

Una vez en casa, Pedri apareció nada más abrir la puerta.

- Ostias -dijo Fer
- ¿Qué mierda hacéis? -dijo Pedri
- Yo me piro a dormir -dije

Intenté subir las escaleras, pero su mano agarró mi brazo y me impidió seguir mi camino. Fer aprovechó el momento y se escaqueó por detrás, dejándome sola con su hermano. Genial Fer.

- ¿Qué quieres Pepi? -dije
- No sé, una explicación. Me has colgado después de llamar estúpida a mi novia
- Oh sí, es verdad ¿y que?
- ¿Y qué? ¿Un perdón?

Solté una risa que hizo que se cruzase de brazos, mirándome serio, con la frente arrugada. Incluso así estaba guapo.

- No voy a pedirte perdón porque me dejases tirada Pepi -dije
- Para de llamarme así
- ¿Por qué? Si siempre lo hacemos
- Porque estoy enfadado
- Si, y yo, así que me voy a dormir

Quise subir las escaleras, pero su voz me paró de nuevo.

- Eres una inmadura Aitana, no hablas las cosas

Me giré, ya seria, con el enfado subiendo por mi cuerpo. Y eso que había sido maja incluso después de todo.

- Mira Pedro -dije- serás mi mejor amigo, pero no soy tu puto muñeco. ¿Quieres irte con ella? Vete, pero a mi no me marees, y si encima cojo y en vez de quedarme como una idiota esperándote, que no te extrañe si me voy a cenar con personas que si quieren estar conmigo
- Quería estar contigo Aitana, lo siento
- Si, se nota, que descanses
- Mañana te lo recompenso ¿vale?
- No, mañana no, tengo planes, buenas noches

Subí a mi habitación corriendo antes de que pudiese decir nada más. Que te den Pedri González, no vas a dominar mi vida siempre que quieras.

————————————————-
NOTA DE LA AUTORA
Primer capítulooo
Aviso que vais a sufrir, vais a odiar a Pedri, y os vais a desesperar. Pero todo valdrá la pena...o no 🫢❤️
Espero que os guste y q tengáis buen día 💘

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