[EDITANDO] La ceguera del amo...

By mel060900

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Tristán sabe que está en problemas desde el momento en que pone los ojos sobre Nikolai, a estas alturas, el m... More

💗Prólogo💗
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By mel060900

Tristán fulminó con la mirada a su secretaria cuando vino a dejarle más papeles, la maldita pila crecía y crecía, no importa cuánto firmara. Dejó de mirar los documentos y giró la silla hacia el cristal, desde donde estaba podía verse perfectamente la ciudad, este trabajo era sumamente aburrido.

Tristán se puso de pie y salió, su secretaria corrió tras él diciéndole las innumerables cosas que debía hacer, la ignoró, pero ella siguió sin darse cuenta.

— Tomaré lo que queda de día — avisó cogiendo las llaves del auto de su bolsillo, el ruido del taconeo de su secretaria se detuvo, Tristán se giró para verla, ella parecía una ardilla con minifalda teniendo en cuenta sus mejillas abultadas haciendo un puchero.

— Señor, no puede hacer eso.

— ¿Te he pedido permiso?

— No, pero…

— Me voy — sentenció estirando una mano hacia el teclado del ascensor, su teléfono comenzó a sonar, Tristán maldijo al ver quien era.

Estaba seguro de que si no contestaba se metería en problemas, si lo hacía iría directo a una trampa, con su abuelo las cosas siempre eran de esta forma. Finalmente contestó.

— Abuelo.

Tristán ¿Qué haces? ¿estás ocupado?

— Sí, estoy leyendo todos estos contratos, mi vista está cansada — Tristán podía jurar que vio a su abuelo torcer los ojos, lo conocía tan bien.

No seas mentiroso — replicó el viejo de mala manera.

Tristán suspiró y colgó para intentar irse otra vez, las puertas del ascensor se abrieron dejándole ver a Philip frustrando su intento de huida, tragó su nerviosismo, fue completamente atrapado esta vez.

— ¿No estabas leyendo contratos?

— Si, acabo de tomarme un descanso — dijo rascándose la nuca de forma nerviosa, Philip resopló con molestia.

— Crees que eres divertido.

— Bueno, entonces… — murmuró dispuesto a subir al ascensor, su abuelo lo jaló de la camisa.

— Entonces nada, ven conmigo.

— ¿A dónde? — preguntó arreglando su traje.

— Tenemos una visita importante.

Su abuelo se dirigió a la sala de reuniones y se sentó dejándole el asiento del medio, ahora era el presidente de la compañía, aunque Philip seguía haciendo lo que quería con su persona.

— Bien, pero sólo esperaré diez minutos — refunfuñó tomando asiento, Tristán miró su teléfono durante los diez minutos exactos que dijo y se puso de pie — Ya que nadie viene me voy.

Las puertas se abrieron y no estaba seguro de que esperar, su abuelo siempre lo sorprendía, pero esta vez fue mucho más allá, los Pavlova estaban entrando por esa puerta como si nada, Tristán se dejó caer en su asiento más que sorprendido.

Nikolai estaba frente a él luego de dos años, dos años en los que intentó olvidar los toques en su cabaña, sus manos temblaron, estaba seguro de que aun si quisiera no podría ponerse de pie.

No pensó que lo vería de nuevo, ni siquiera estaba seguro de poder abrir la boca o respirar correctamente.

— ¿Qué hacen ellos aquí? — murmuró por lo bajo, su abuelo lo miró y contestó con el mismo tono mientras se ponía de pie.

— Hacer una tregua, estaremos trabajando juntos por un tiempo — él se dirigió a los visitantes esta vez — Un gusto que hayan aceptado nuestra propuesta, tomen asiento.

El abuelo de Nikolai contestó, Tristán ni siquiera estaba mirándolos.

— En realidad no hemos aceptado — dijo ayudando a Nikolai a tomar asiento, luego lo hizo él, su abuelo también se sentó — Mi nieto es el presidente ahora y todavía no está convencido sobre ustedes, pero logré hacer que viniese.

— Y yo debo admitir que nuestro presidente no tenía idea de que vendrían, pero…

— Disculpen, debo irme — Tristán se puso de pie, las dos visitas lo miraron, una de las cejas de Nikolai se arqueó levemente, Tristán tragó con nerviosismo.

— Tristán, siéntate.

— Abuelo…

— Siéntate de una vez.

Tristán tomó asiento, Nikolai intervino.

Si antes era atractivo ahora lo era mucho más, su cabello estaba cayendo de forma ordenada sobre su frente y hombros, su aura era distinta a pesar de que era la misma persona.

Tristán aun no podía dejar de detallar sus uñas, las venas de sus manos, la forma en que el traje se aferraba a su cuerpo, una exhalación dejó sus labios.

— Según mi abuelo hay un proyecto grande en el que quiere que trabajen ambas compañías ¿Puede hablarnos más sobre eso? ¿Hay alguna trampa?

Su voz, la forma en que se movían sus labios, las comisuras arqueándose levemente.

¿Podía ver o no? ¿Lo reconocía, recordaba su voz? ¿No intentaría maldecirlo por ser un completo cobarde?

Probablemente ni siquiera quería perder el tiempo en la persona que lo abandonó sin darle explicación alguna, no tenía derecho a esperar algo de él.

— No hay trampa, no tengo derecho a decir esto, pero siento mucho lo que pasó con vuestra familia, no tenía idea de que mi hijo…

— Está bien, eso está en el pasado — su abuelo suspiró.

— Que quede claro que no somos como él, mi hijo está donde pertenece y no debería salir de ahí, nuestra enemistad debería quedarse en el ámbito de los negocios.

— Me siento mejor escuchando eso — Tristán levantó la vista levemente mirando el movimiento de sus labios al pronunciar cada palabra, no se atrevía a mirarlo a los ojos a pesar de que existía una alta posibilidad de que Nikolai ni siquiera pudiese verlo.

Estaba avergonzado y si descubría quien era, Nikolai lo odiaría por completo.

— Hay un proyecto para el cual quieren que ambas compañías trabajen juntas, he visto el proyecto y si por separado hacemos las cosas bien, juntos las haremos mucho mejor.

— ¿Por qué necesitamos colaborar?

— Ellos quieren artistas de ambas empresas y es un proyecto que nos puede traer el dinero entero de tres años a penas finalice.

— Suena bien, ¿pero vuestro presidente está de acuerdo con esto?

La pregunta fue lanzada hacia él, Nikolai ladeó la cabeza levemente, la piel de su cuello estaba tan blanca como recordaba, Tristán miró sus manos de forma nerviosa, Philip agarró su brazo con fuerza.

— Yo…

— ¿Tristán? Obvio que sí, Tris…

Tristán se levantó haciendo que la atención se concentrase en él, sintió como si se le hundiera el estómago, un dolor punzante perforó su vientre, Philip lo miró de medio lado ordenándole que se sentara, pero no podía volver a esa silla. 

— Lo siento, no me siento bien, debo ir al baño un momento.

Caminó al baño y se apoyó en el lavamanos frente al espejo, según podía ver en su reflejo estaba completamente pálido, su cabello, el cual estaba ahora teñido de castaño se veía medio húmedo, tenía la respiración entrecortada.

Su corazón dolía, como si se lo hubieran arrancado, Tristán se quitó la chaqueta del traje y la dejó sobre el mármol con un suspiro, necesitaba tranquilizarse, quizás Nikolai no sabía que era él, no había reconocido su voz, aun si viese no conocía su aspecto.

Era un completo cobarde pero no quería verlo odiándolo.

Tristán lavó su rostro y luego de secarse salió con su chaqueta en la mano, él se detuvo al notar la persona que lo esperaba fuera del baño recostado a la pared, Nikolai ladeó la cabeza en cuanto sintió su presencia o lo vio.

No lo sabía, quizás en todo este tiempo las cosas cambiaron lo suficiente para ambos, Nikolai bien podía haberse hecho la cirugía y ver perfectamente ahora.

— Tristán — mencionó calmadamente, Tristán se estremeció con el sonido de su voz tan de cerca diciendo su nombre por primera vez, la piel de sus brazos se puso de gallina y casi tuvo que morderse los labios para no gemir.

— Pavlova.

Una de las cejas de Nikolai se crispó al escuchar su apellido, Tristán pensó que fue descubierto de alguna manera, se recompuso.

— Tu abuelo me ha pedido que hable contigo, no podemos seguir adelante cuando el presidente no ha dado su visto bueno.

Tristán mordió su labio inferior, era difícil estar a su lado, ver que incluso parecía mejor que antes, más fuerte, más atractivo cuando él simplemente era un retazo de lo que solía ser.

— Si, podemos seguir adelante con ello.

— ¿Ya te sientes mejor?

— Si, gracias — murmuró, Tristán dio un paso al frente intentando escapar de su pasado, la voz de Nikolai llegó a sus oídos otra vez.

— ¿Nos conocemos?

Todo el aire en sus pulmones dejó de existir, Tristán sentía como si hubiese olvidado como hacer algo tan automático como respirar, Nikolai estaba mirándolo directamente y aunque no sabía si en realidad podía verlo se sentía bastante intimidado.

Dejó salir una risa nerviosa, por su bien esperaba que no lo reconociera.

— Creo que no.

— ¿Estás seguro?

— Si, lo siento, debo irme, firmaremos todo más tarde, le enviaré todo por…

Nikolai lo interrumpió.

— No, este tipo de cosas debemos hacerlas en persona, vendré, puedes llamarme a este número — dijo tendiéndole una tarjeta, Tristán la tomó teniendo cuidado de no rozar las yemas de sus dedos.

— Como quiera.

— Tristán.

— ¿Si? — Nikolai sonrió de medio lado.

— Tenemos la misma edad, puedes tutearme sin problema.

Incluso antes de poder responder a su propuesta el abuelo de Nikolai se detuvo frente a ellos, lo suficientemente cerca para poder guiarlo con el sonido de su voz, Tristán frunció el ceño.

— Nikolai ¿Nos vamos?

— Si.

Nikolai se separó de la pared y caminó con completa seguridad hacia su abuelo, Tristán no estaba seguro de cómo interpretar nada, nunca se dio cuenta de la ceguera de Nikolai ya que todo lo hacía perfectamente.

Esta vez tampoco era una excepción, su abuelo colocó un brazo alrededor de sus hombros y finalmente se lo llevó dejándolo completamente solo en esta encrucijada.

Tristán miró la tarjeta que acababa de recibir, sus manos estaban temblorosas, no lo reconocía en absoluto, tragó su decepción mesclada con alivio, pensaba que el tiempo juntos significó para él mucho más que esto, pero a la vez tenía el consuelo de que no sería odiado.

Philip apareció en su campo de visión, enojado por lo de su salida imprevista, estaban a mano, él no le avisó sobre sus visitantes.

— ¿Qué ha sido ese espectáculo?

— ¿A qué te refieres?

— Has sido grosero cuando sabías que esto era importante — Tristán miró a un lado.

— No fue a propósito.

— ¿Quieres arruinarnos?

— No, por supuesto que no — su abuelo lo jaló de la corbata, el susurro que le dedicó fue lo suficientemente amenazador como para hacerlo entrar en razón.

— No me hagas arrepentirme de mi decisión, céntrate, recupérate de lo que sea que te pase y llama para firmar el contrato.

— Si — dijo caminando hacia el ascensor.

— Tristán.

— ¿Qué pasa? — preguntó deteniéndose.

— No más de tres días, llama dentro de ese tiempo.

— Lo haré.

Tristán por fin entró al ascensor y se agarró de la barra, podía ver su reflejo en el espejo, estaba aterrado de esta situación, su palidez no había desaparecido del todo.

¿Por qué estaba pasando esto ahora?

¿Acaso Nikolai sabía quién era y decidió venir por eso?

Si fuera así tenía que saber con qué objetivo.

Podía querer vengarse por engañarlo siendo el hijo de Albert, o bien podía no importarle como dijo antes.

Tristán condujo a casa y se dejó caer en su sofá, sacó la tarjeta del bolsillo de su chaqueta, la miró una vez más, aún estaba en shock pensando que nunca volvería a verlo.

No tuvo noticias sobre la llegada de Nikolai al mercado, tomó su teléfono y tecleó el nombre de Nikolai, los medios no sabían mucho pero sí más que él.

Volvió aproximadamente un año atrás, no hablaban sobre una ceguera que no sabían, pero lo que más le sorprendió es que se casó exactamente dos años atrás, las noticias se terminaban ahí.
Tristán sujetó el teléfono contra su frente, estaba casado, esto cambiaba muchísimo las cosas, no, no cambiaba nada, Nikolai no apareció frente a él porque lo quería de vuelta en su cabaña del bosque.

Sólo debía pensar que fue una terrible casualidad en la que su abuelo ayudó y no pensar mucho en ello, aun si supiese que él fue la persona con la que estuvo dos años atrás no se arriesgaría a perder su matrimonio por una tontería.

Tristán se estremeció cuando unas manos se colocaron en sus hombros, Noah besó su sien y mordisqueó su oreja.

— ¿Te fue tan mal hoy?

— Si — suspiró dejando el teléfono y la tarjeta sobre la mesita del frente.

— ¿Quieres un trago?

— Por favor — Noah se separó y fue a la repisa, él trajo un vaso de Vodka con hielo y se sentó a su lado, Tristán tomó el contenido de una sola vez, lo dejó en la mesilla también.

El cabello rubio de Noah estaba hoy un poco más corto, sus ojos verdes lo miraron con sorpresa mientras juntaba sus bocas, Noah correspondió el beso y deslizó una mano bajo su camisa.

Tristán se separó, llevaba año y medio con este hombre y era lo más estable que tenía en su vida actualmente.

— ¿Vamos a la habitación?

— Si — Noah se puso de pie y jaló su mano, ellos quedaron a la misma altura, Tristán volvió a besarlo colocando una mano en la parte posterior de su cuello, deslizándola a lo largo de su columna, Noah lo detuvo antes de llegar al final sonriéndole con picardía.

— A la cama.

Tristán se dejó llevar viendo la ancha espalda de Noah, la persona que lo apoyó durante todo este tiempo, de quien recibió mucha ayuda, a quien le pidió ser su novio un año atrás.

Las cosas cambiaron.

Nikolai estaba casado y él con Noah, ya se habían olvidado el uno al otro así que no debía preocuparse por nada.

Negocios eran negocios y nunca se mezclaban con placer.

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